domingo, 7 de abril de 2013

Nothing Better

Nothing Better


   La playa. No se le podía haber ocurrido otro sitio mejor al que llevarme. No, tenía que ser a la playa. Con lo que yo odiaba la playa, por Dios, que yo no era Tao, que amaba dar paseos solitarios por aquella superficie arenosa. Yo odiaba como aquellos pequeños granos de arena se me metían entre los dedos, cómo quemaba bajo mis pies, cómo hacía que me hundiera hasta los tobillos, cómo se metía por cada hueco de mi cuerpo, en cada lugar, por imposible que pareciera y cómo se me pegaba a la piel cuando estaba mojado. Por todo eso, no entendía como a él se le había ocurrido la “genial” idea de “llevarme a la playa”.

   Lo seguí como un pato mareado, intentando no abrasarme los pies en el intento de caminar tras él, en busca de un lugar en donde plantar la sombrilla de rayas azules y verdes con la que cargaba, además de la nevera de plástico de propaganda que me pesaba en el hombro como si allí hubiera metido un tráiler, y no olvidarse de la bolsa de las toallas, con los botes de crema de protección y varias cosas más que pesaba otro tanto.

   Cuando al señorito se le ocurrió que había encontrado un buen espacio, me hizo dejar todas las cosas en el suelo y luego él abrió la sombrilla y sacó las toallas de los dos de la bolsa para extenderlas en el suelo bajo la sombrilla, que era tan grande que allí debajo podía caber una familia numerosa entera, y no me refiero a esas de las que tienen tres niños, no, me refiero a esas que tienen cinco niños, que se llevan a la abuela, a los sobrinos y acaban siendo 15 y en vez de un coche acaban viniendo en un minibús.

   Me diréis exagerado, pero si vierais la sombrilla, como la estaba viendo yo, me diríais que me estaba quedando corto. Ni siquiera sabía cómo habíamos conseguido meterla en el mini-maletero del Mini que YiXing tenía como medio de transporte, bueno, quizás tantas horas jugando al tetris me habían hecho un favor para poder hacer aquello. Para lo que no me había hecho el favor fue para que cada vez que me subiera o bajara de aquel coche de Pin y Pon, me pegara un buen golpe en la cabeza.

   Cuando salí de mis pensamientos, me lo encontré mirándome con una sonrisa hermosa en su cara, que dejaba ver en su lado derecho un pequeño hoyuelo que adoraba, y me ablandé un poco, pero no mucho, que ese canijo fuera mi única debilidad, no quería decir que fuera a estar híper ultra mega divertido en aquella playa, que por lo que veía, debía ser privada, porque por allí no había ni un alma. La familia Zhang y sus contactos.

   -¿Te gusta?- me preguntó y yo hice una mueca. No de desagrado o de agrado, sólo una mueca, y me pensé una respuesta que no lo hiriera, porque él lo había hecho con toda su buena intención, aunque se hubiera quedado en eso, en la intención, yo hubiera pasado mejor mi Sábado viendo unos cuantos partidos de la NBA en la tele por cable de nuestro apartamento.
   -Odio la playa- acabé por decirle y vi en su rostro la decepción, por lo que me apresuré a añadir- pero bueno, supongo que en tu compañía, la estancia será más agradable- una enorme y hermosa sonrisa apareció en su rostro y recordé el por qué lo llamaba conejo.
   -Haré que este fin de semana sea impresionante- contestó.
   -¿Fin de semana?- pregunté asustado.
   -Sí, ¿acaso crees que iba a conducir por carreteras de mala muerte durante tres horas para venir a la playa, pisar la arena, meterme corriendo en el agua y volver a casa, conduciendo otras tres horas por carreteras asquerosas hasta casa?
   -Pensaba que a la vuelta conduciría yo- respondí y él negó con su cabeza.
   -Vamos a pasar un fin de semana inolvidable.
   -Qué bien…- murmuré, pero él se acercó a mí y me dio un beso en los labios, entonces me dio todo igual, la arena ardiendo bajo mis pies, el sol abrasador y el calor pegajoso de la playa, porque lo único en lo que podía concentrarme era en besar sus dulces labios una y otra vez.

   La noche por fin llegó y recogimos todo lo que habíamos puesto por medio, después de haber pasado una tarde entre entrar y salir del agua, besos, toqueteos, más besos, volver al agua, volver a las toallas y cosas así. Me volvió a tocar cargar con todos los chismes, aunque ahora, la nevera de plástico de propaganda, apenas pesaba.

   YiXing me guio a través de la arena, hasta que llegamos a una gran casa un poco apartada del lugar en el que estábamos y rodeada de árboles, por lo que desde la playa no se veía. Sacó unas llaves y abrió la puerta, para luego dejarme pasar y se dirigió a quién sabe dónde a dejar las toallas, mientras yo soltaba todo lo que llevaba encima en la sala dónde me había indicado que las dejara.

   Cuando todo estuvo en el suelo, me giré y sólo pude atrapar el pequeño cuerpo de mi novio que se lanzaba contra mí para besarme una y otra vez. Cuando nos separamos un poco para respirar, lo afirme contra mi cuerpo, agarrándolo fuertemente por el trasero, apretándolo contra mí y él se agarró fuertemente a mis hombros.

   -Vamos a ducharnos- dijo él y yo sonreí.
   -¿Juntos?- le pregunté y él asintió- entonces no vamos a ducharnos mucho, que digamos.

   Pareció que mi idea no le importó, y al final, acabamos bajo la ducha, sí, pero sólo nos duchamos tras un par… ¿o fueron tres asaltos?, en los que nos lo pasamos la mar de bien. Ya que se había dedicado toda la tarde a provocarme con sus encantos, me merecía por lo menos eso, aunque esta noche iba a seguir cobrándome el que me hubiera traído a este lugar y me hubiera dejado este fin de semana sin NBA.

    Después de la “ducha”, fuimos a cenar. Resultaba que había mandado a alguno de los empleados de la casa para que tuviera todo listo en su “pequeña” casa de la playa y había un montón de comida, bebida y mil cosas más, pero lo que más me llamó la atención fue la botella de champán que vi en el frigorífico. Cenamos sin ningún inconveniente, hablando de todo y de nada a la vez, porque lo que yo esperaba con ansia no era otra cosa que la copa de después de la cena, aunque YiXing no es que bebiera mucho, pero bueno, ya haría yo que bebiera, aunque se lo tuviera que dar boca a boca, cosa que hice, puesto que después de una copa, ya no quería más.

   Me llevé el líquido espumoso de su copa a mis labios. Él me miró expectante y yo me acerqué hasta él, para rozar sus labios, y luego pasar aquel líquido de mi boca a la suya, mientras nos besábamos de una manera excitante. El champán resbalaba por la comisura de nuestros labios, pero no nos importaba, porque estábamos más concentrados en besarnos el uno al otro que en esa nimiedad.

   -¿Me estás intentado emborrachar, Wu Fan?- preguntó cuándo nos separamos para coger aire y él ya había tragado el champán que yo le había pasado.
   -Nunca intentaría algo así, Zhang YiXing- le contesté y él alzó una ceja, poniendo en duda mis palabras- bueno…- nunca era capaz de mentirle a mi pequeño conejo- quizás lo intentara…
   -¿Para algún propósito pervertido?- dijo sentándose sobre mi regazo y rozando con sus labios los míos mientras no apartaba la mirada de mí ni un segundo.
   -Quizás…
   -Oh… ya decía yo…- susurró contra mi boca y me dio un pequeño beso- pero no hace ninguna falta que me emborraches para eso… sabes que haré gustoso cosas pervertidas…- sonreí contra sus labios y lo besé, introduciendo mi lengua en su boca y jugando con la suya, hasta que nos quedamos sin aliento.
   -¿Y a qué esperamos?- pregunté y lo afirmé sobre mi cuerpo para cargarlo hasta la que me indicó era la habitación, de la que no salimos en todo lo que quedó de fin de semana. Ya a la vuelta, yo conduciendo, y él tumbado en los asientos de atrás del Mini, me lo recriminó.
   -Yo quería un fin de semana en la playa…- murmuró.
   -Bueno… has tenido un fin de semana en tu habitación de la casa de la playa- le contesté mirándolo por el retrovisor- y además, has tenido un fin de semana de sexo en la playa, no hay nada mejor- vi cómo sus mejillas se coloreaban.
   -Mi trasero hubiera agradecido estar más en la playa y menos en la habitación…
   -Bueno… pues para la próxima pasamos de la habitación y directamente lo hacemos sobre la arena…









4 comentarios:

  1. Sabes, ya que en los generos no decia "+18" no me animaba el leerlos, pero que mal estaba. Osea no es decriptivo "lemon" pero igual esta genial, la historia es genial.

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    1. Bueno... Anímate a todo... Creo que lo mejor que he escrito no es +18 XD

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    2. Tienes mucha razon, sii no todo lo mejor esta en +18, tus fics romanticos son hermosos y habeses les pones una pizca de insinuaciones que quedan perfecto e.e sigue asi XD

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    3. Gracias >_< Espero que te sigan gustando ^^

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