jueves, 4 de abril de 2013

Tren de Medianoche


Capítulo 2



   Volví mi atención de nuevo a la hermosa chica que yacía muerta en el sillón mientras escuchaba los cuchicheos entre los tres chicos. Vi, cerca de donde se encontraba, la pistola con la que se había cometido el asesinato, y ésta me dio otra razón más para afirmarme en mi teoría del crimen.

   Tenía puesto un silenciador. Si lo que querías era suicidarte, no le ponías silenciador a lo pistola. Me giré y vi que la silla tapizada del escritorio, tenía un agujero de bala. Eso me pareció extraño, pero seguro que tendría una explicación.

   Una teoría vino a mi mente en ese momento. Seguramente el asesino habría echo ese agujero en la silla, poniendo la pistola en las manos de la chica, impregnándola así con la pólvora, y lo más probable, era que el asesino ya hubiera tirado la ropa por la ventanilla del tren y se hubiera lavado las manos, borrando así cualquier rastro de su cuerpo y no dejando ninguna prueba.

   Todavía no tenía ni idea de quién era el asesino, pero lo que si tenía muy claro era que éste se encontraba todavía en el tren.

   Me giré de nuevo hacia la puerta y me asomé para hablarles a los tres chicos, pero en ese momento, apareció un montón de gente. Una chica de pelo largo, se acercó hasta casi dónde estábamos los cuatro y habló.

   -¿Ya ha comenzado el juego?- fue lo que preguntó y vi negar al muchacho moreno.
   -Esto no es ningún juego- contestó- se acaba de cometer un asesinato.

   Las caras de los recién llegados eran un poema. Todos se escandalizaron y parecían no poder creerse que había sucedido aquello, y escuché varias frases que no distinguí por qué labios fueron dichas. “¿Un asesinato real? Imposible” “Te dije que no teníamos que haber venido este año” “Será una broma, ¿no? Eso no puede ser”. Los ignoré y busqué al revisor, encontrándome con que era una chica.

   -Debería llamar a la policía y nos deberíamos detener en la próxima estación- le dije y ella asintió.
   -Sí, eso haré- contestó.
   -También pida que ningún pasajero salga de su compartimento.

   Ella asintió y comenzó a mandar a cada pasajero a su cabina, mientras yo me quedaba en el pasillo y luego esperaba a que ella volviera tras llamar a la policía de la próxima estación, que por el tiempo que llevábamos en aquel tren, sólo podía ser la estación de Cheonan. Poco después, apareció la revisora y yo saqué mi libreta para apuntar todo, mientras comenzaba con las preguntas.

   -¿Cuándo vio a la chica la última vez?
   -La vi cuando fui a atender al chico del compartimento A- contestó- sonó el timbre y la única luz que se había encendido era la de allí, así que fui, y cuando estaba hablando con él, que decía que no me había llamado, salió ella de su habitación.
   -¿Estás segura de que era ella?- le pregunté y ella asintió varias veces con la cabeza.
   -Segurísima- respondió- era ella, salió de su compartimento hablando por el móvil durante unos momentos y luego volvió a entrar.

   Asentí y luego me quedé callado unos momentos. Si la revisora, la tal Amber, como decía en su placa, contaba que la había visto cuando estaba hablando con el ocupante de la cabina A, lo mejor sería ir a ver a esa persona, a ver si podía darme alguna otra información importante para resolver este asesinato a puerta cerrada.

   Me dirigí hacia esa cabina y llamé a la puerta. Quien abrió fue un muchacho muy alto, rubio y con cara de malas pulgas. Carraspeé un tanto intimidado por su mirada penetrante, y comencé a hablar.

   -¿Cuál es su nombre?- pregunté lo primero, para conocerlo.
   -Soy Kris- contestó él- ¿qué quieres?
   -Pues… quería saber si… sabía que la víctima se encontraba en el compartimento de al lado- él se cruzó de brazos mientras contestaba.
   -No tenía ni la menor idea que ella se encontraba allí.
   -Bien… ¿y por qué motivo llamó a la revisora, entonces?- pregunté, él me miró mal.
   -Ya le dije a ella que no la había llamado- señaló a la chica que estaba detrás de mí.
   -Eso es imposible- comenté- al pulsar el botón que hay dentro de cada una de las cabinas, suena un timbre y se enciende la luz del compartimento en el que ha sido pulsado, por lo que no hay margen de error alguno.
   -Yo no llamé.
   -Pero…- comenzó la chica- cuando sonó el timbre, miré y la única cabina que tenía la luz encendida era la A, por eso llamé.
   -¿Y qué pasó después?- dije.
   -Cuando él cerró la puerta, el timbre volvió a sonar y ésta vez, la luz que estaba encendida era la de la cabina E, así que fui hacia allí- respondió Amber.
   -Bien, pues vamos allá- y ambos nos dirigimos a aquella cabina. Llamé y por la puerta salió la chica que se había acercado antes cuando todo el jaleo- ¿señorita… ahh… cuál es su nombre?
   -Krystal- contestó ella.
   -Oh, señorita Krystal, ¿llamó a la revisora para que fuera a su habitación?- la chica a sintió- ¿por qué?
   -Había un ruido que me estaba molestando mucho- hizo una mueca parecida a una sonrisa- al final resultó ser la alarma de un reloj.
   -Entonces, puede que el asesino aprovechara la oportunidad para entrar en el compartimento B, cuando tú buscabas- le dije a Amber, pero ella negó con la cabeza.
   -No me dejó entrar a buscar- respondió.
   -Entonces, ¿estuviste en el pasillo todo el tiempo y no vistes al asesino?- le pregunté.
   -No…- contestó- pero… cuando estaba hablando con ella, vi que se abría la puerta de la habitación más lejana y que alguien se asomaba… ah, y también, poco antes, salieron dos chicas del compartimento D, a lo mejor ellas vieron algo.
   -Pues vamos a hablar con ellas.

   Nos dirigimos hacia la cabina D y llamé a la puerta, después de dejar a Krystal en su habitación, y nos abrió una chica más o menos igual de alta que yo, de pelo corto y morena, que nos hizo pasar, y vi que no estaba sola, sino que había otra chica con ella, tumbada en una de las camas, con una pierna escayolada.

   -¿Cómo os llamáis?- pregunté.
   -Yo soy Sulli- dijo la chica que había abierto- y ella es Victoria- señaló a la otra.
   -Bien… quería preguntaros si visteis abrirse la puerta del compartimento A, cuando salisteis del vuestro- dije.
   -No- dijo la chica que estaba en la cama, la tal Victoria- esa puerta no se abrió.
   -Exacto, no la vimos abrirse- coincidió la otra chica.
   -Entonces… quizás la puerta se abrió después de que ellas pasaran- dijo Amber.
   -No, eso es imposible- le contesté yo- nos cruzamos en la puerta del vagón y no había ninguna puerta abierta.
   -Oh… cuando entrasteis tú y los otros chicos- comentó Amber- el chico de la C, salió, a lo mejor él vio algo.
   -No perdemos nada por preguntarle- murmuré y salimos de aquel compartimento, para ir al otro.

   Llamé a la puerta, y me quedé en completo shock al ver a la persona que tenía ante mí. No podía ser posible.

    Flash Back

   Iba a matar al maldito enano de SeHun. ¿Qué nos lo íbamos a pasar bien yendo a aquella fiesta a la que lo habían invitado? Ja, se lo pasaría bien él, que le estaba metiendo mano a un tío que tenía cara de niña, pero yo, estaba más aburrido que una ostra.

   Me dirigí por décima vez a la barra que había instalada en la cocina de aquella gran casa y me serví mi… bueno, ya ni recordaba las copas que llevaba encima, debían de ser muchas, entonces. En ese momento, se acercó a mí un chico muy alto, moreno y con unas ojeras terribles y se sentó a mi lado.

   -Llevo observándote un buen rato- dijo en mi oído para que pudiera escucharlo sobre el ruido de la música- y me gustas.
   -Pervertido- contesté divertido y él sonrió.
   -Si tú quieres que lo sea…
   -Sí- y sentí sus labios sobre mi cuello.

-oooOOOooo-

   Sentí la suavidad del colchón al caer sobre él, y sus labios sobre los míos, besándolos, mordiéndolos y succionándolos. Su lengua juguetona danzando con la mía bruscamente. Sus manos grandes buscando una y otra vez mi cuerpo, desesperadamente, quitándome la ropa.

   De repente, sus labios abandonaron los míos y comenzaron a trazar un camino descendente, por mi cuello, mi pecho, mi torso, haciéndome lanzar gemidos una y otra vez. Sus dedos tocando mis pezones y endureciéndolos, su lengua penetrando mi ombligo una y otra vez.

   Después, sin que me diera cuenta, mientras estaba hundido en el placer, noté cuando ya estábamos desnudos, me arrastró hacia él y me hizo chupársela. No puse objeción y lo hice, arrancándole unos gemidos guturales de placer que me encendieron y me llevaron a masturbarme a mí mismo.

   No sé cuánto tiempo pasó, pero yo ya estaba auto-penetrándome con mis dedos, cuando él me apartó de su pene y me lo introdujo de golpe, dejándome sin aire y haciendo que ambos gimiéramos con un placer infinito.

-oooOOOooo-

   -Mi nombre es Tao- murmuró mientras yo me tapaba con las sábanas de su cama- creo que te lo dije anoche y tú lo gemiste más de una vez… pero cómo estabas borracho no estoy seguro de que te acuerdes.
   -Eres un pervertido- contesté mientras él se acercaba a mí y luego comenzaba a chupar mi cuello.
   -Y lo que te gustó a ti anoche que lo fuera…
   -Mi nombre es JongIn…- susurré- ahhh…- gemí cuando sentí sus dientes hincarse en la sensible piel de mi cuello.

-oooOOOooo-

   -¿Entonces estás saliendo con ese chico pervertido que te atacó en la fiesta?- me dijo mi amigo SeHun mientras yo mojaba un churro en el chocolate caliente.
   -Sí, ¿y tú estás saliendo con el pobre al que atacaste en la fiesta?- le devolví la pregunta.
   -Yo no lo ataqué- contestó rápidamente- además… al final fue él el que me atacó- comencé a reírme escandalosamente.
   -¿Ése cara de muñeca te la metió?- pregunté sin podérmelo creer.
   -No le digas cara de muñeca- se quejó- se llama LuHan… y además… me la metió porque yo quise.
   -Hacemos un trato- dije- si tú no llamas pervertido a Tao, no llamaré cara de muñeca al tal LuHan.
   -Hecho.

-oooOOOooo-

   -Wow… no sabía que coleccionabas obras de arte- le dije mientras destapaba uno de los cuadros que había en aquel lugar de su casa al que, hasta el momento, no había entrado.
   -No es algo que pueda ir diciendo por ahí- murmuró abrazándome por la cintura y colocando su barbilla en mi hombro- me atracarían.
   -No creo que se atrevieran- murmuré mientras me giraba y le daba un pequeño beso en los labios- he visto las cintas de tus combates de wushu- él abrió sus ojos incrédulo.
   -¿Cómo?
   -Nunca escondas las cosas que no quieres que tu novio vea debajo de la cama- contesté agarrándolo de la mano y guiándolo a la habitación- creí que era porno y que podríamos pasar un buen rato con ellas- y lo tumbé sobre la cama.

-oooOOOooo-

   -Un momento… repite… que creo que no te he entendido bien- hice cómo que me sacaba cera de mis oídos y luego le prestaba toda la atención del mundo.
   -No lo pienso repetir otra vez…- murmuró- ya es bastante vergonzoso decirlo una como para tener que repetirlo más- sus mejillas estaban rojas y no era capaz de mirarme a los ojos, nunca lo había visto así de vulnerable.
   -Pues entonces me voy- dije levantándome.
   -No- me agarró de la mano y me volvió a sentar, ésta vez sobre sus piernas, quedando así, cara a cara- yo…- tomó una gran bocanada de aire- te amo JongIn- dijo de corrido y yo me lancé a besar sus labios desesperadamente.

-oooOOOooo-

   -¿Otra vez se ha vuelto a ir?- preguntó SeHun.
   -Sí, tiene trabajo, así que, es lo que le toca- contesté mirando por la ventana del apartamento a la nada.
   -¿Cuánto tiempo estará fuera?
   -No lo sé.

-oooOOOooo-

   Me desperté temprano por la mañana. No sentía el calor de su cuerpo junto al mío. No sentía sus brazos largos rodear mi cintura. No lo sentía cerca. Me levanté sólo para descubrir una nota en la almohada, donde debería estar él, durmiendo.

    Lo siento, JongIn, pero no puedo estar más junto a ti. Adios, Tao.
  
    Fin Flash Back

   -¿Kai? ¿Kai?- me llamó la revisora por mi nombre de detective y yo salí de mi mundo.
   -Sí…- susurré y miré al chico que tenía delante, éste tenía una sonrisita pícara que me dio a entender que sabía en donde había estado mi mente. Carraspeé intentando disimular- eh… bueno… esto… ¿su nombre?
   -Tao- contestó agrandando esa sonrisa, tragué saliva.
   -Sí… eh, Tao… ¿por qué salió de su compartimento?- le pregunté intentando ser profesional.
   -Escuché voces, concretamente la voz de la chica del compartimento E, que hablaba muy fuerte y me asomé a ver.
   -Y… ¿vio la puerta del compartimento A abierta?
   -No, estaba en la dirección opuesta, así que no vi nada- respondió- además, como estábamos pasando por un túnel, entraba muy poca luz.
   -Bien…- apunté lo que me dijo en la libreta, junto con lo demás- y… ¿qué haces aquí?- pregunté sin poderme contener. Vi cómo Amber me miraba con cara rara, pero no le hice caso, sólo miré a Tao, que tenía una sonrisa en su rostro.
   -Pues he venido a lo mismo que tú- contestó- a participar en este juego de rol- asentí casi imperceptiblemente- además, cuando bajemos en Busan debo de volver un cuadro, porque a mi jefe no le ha gustado.
   -Oh, sí- comentó Amber- me acuerdo del cuadro, era muy pesado- se tocó los brazos.
   -Sí, el marco es de oro macizo- respondió Tao y se hizo a un lado para que viéramos un rectángulo tapado con una sábana, se agachó un poco y destapó una esquina para demostrarlo, después lo volvió a tapar- tiene que estar cubierto, o si no se estropeará y me la cargaré.
   -Muy bien…- murmuré- Amber… ¿te importaría ir a avisar a los chicos de la 7-B?
   -Claro que no, voy- iba a salir hacia allí, pero la retuve.
   -Asegúrate de llamar antes de entrar… o te llevarás una desagradable sorpresa- ella sonrió.
   -Sí- dijo y comenzó a caminar por el pasillo. Giré mi vista hacia Tao y vi cómo él se hacía a un lado para dejarme paso a su compartimento.
   -¿Por qué lo hiciste?- pregunté nada más entrar- ¿por qué me dejaste?- sentí sus brazos rodeándome la cintura y su respiración en mi oído, un escalofrío me recorrió la espalda.
   -Sabes que te quiero…- murmuró.
   -Pero me dejaste- me solté de su agarre y lo encaré- te fuiste sin decir nada, me dejaste abandonado, como si fuera una carga para ti, como si sólo hubiera sido un divertimento, algo con lo que jugar- él suspiró.
   -JongIn…- susurró acercándose- no es nada de eso…- fui retrocediendo hasta que choqué contra el escritorio y él me acorraló- te dejé porque te quiero… porque no quería que lo dejaras todo por venir conmigo en mis viajes en busca de obras de arte, ni tampoco quería que me esperaras… lo hice por ti… para que pudieras ser feliz junto a una persona que te diera estabilidad…
   -Tú eras todo lo que yo necesitaba… me daba igual todo eso…- murmuré.
   -JongIn…- susurró contra mis labios y segundos después, volví a sentirlos sobre los míos, besándome dulcemente, como antes siempre hacía. Noté sus manos en mis caderas y su lengua rozando mis labios justo antes de entrar en mi boca y hacer el beso más demandante.
   -¿Kai?- escuché la voz de la revisora y me aparté rápidamente de Tao.
   -Lo siento…- murmuré e intenté irme, pero él volvió a atraparme entre sus brazos para darme otro beso.
   -No olvides que te quiero…- susurró y entonces me aparté y salí del compartimento, con la respiración agitada, pero me serené al ver a los tres chicos en el pasillo junto a Amber.
   -Bueno…- dije intentando romper el hielo- todavía no sé cómo os llamáis… yo soy Kai, detective.
   -Mi nombre es KyungSoo- dijo el moreno de ojos grandes.
   -Yo soy ChanYeol- contestó el alto- y éste de aquí es BaekHyun- agarró por los hombros al castaño de pelo alborotado y lo pegó a él- es mío, así que ni te le acerques.
   -Ah… jejeje…- sonreí- sí, tranquilo… no me acercaré- contesté- hay que resolver un asesinato…- me volví hacia la chica- parece ser que… eso de que la puerta se abriera debió ser alguna imaginación tuya, ya que todos aseguran que no vieron la puerta abierta.
   -Claro que no me lo he inventado- dijo ella poniendo los brazos en jarras y mirándome fijamente- sé lo que vi, y lo que vi fue que la puerta más lejana, se abría.

   Suspiré mientras le mantenía la mirada, y vi que ella estaba muy segura de lo que había visto. Entonces, debía haber algo, alguna cosa que se me había tenido que escapar. Comencé a repasar todo lo que había sucedido, una cosa tras otra. Escuchaba de fondo a los otros cuatro hablar, pero no les presté atención, me tenía que concentrar en todo lo que había pasado y en encontrar aquello que me diera la pista.

   Abrí mis ojos como platos. No podía ser. Ya sabía quién era el culpable.  




2 comentarios:

  1. ¿Enano de Sehun? jajajajaja me mato xD enano ¿De donde? Bueno si pense en algo pero no lo dire por miedo al herror ;n; Su trato me sono como a "solo yo le puedo decir pervertido" xD Tan bonitos! Estupido Tao no me dejaste consentrarme en el resto del interrogatorio TT^TT ¿Porque lo dejaste? Estupido y nada sensual... bueno si... panda!! OMG!! Ya lo sabe?! Maldito Jongin dilo de una vez!! -corre a leer el siguiente cap-

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    1. LOL Es que cuando escribí esto, SeHun y Kai medían más o menos lo mismo... Luego empezó a crecer y dejó a JongIn atrás XD Jajajajajajaj XD Algo así, es como cuando llamas idiota cariñosamente a alguien, que solo tú le puedes llamar idiota, no los demás XD Es muy sensual, no digas que no (?) XD

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