Perfection

Perfection

   Él era simplemente perfecto. Encarnaba lo que yo definía como perfección de una manera tan absoluta que, desde el primer momento en que lo vi llegar, no le noté ninguna imperfección. Porque a mis ojos, él, tanto interior como exteriormente, era perfecto.

   Llegué al apartamento y él estaba allí, en el salón, esperándome. Regresaba bastante tarde, pero él sabía que tenía una excusa, mis padres habían venido a visitarme. Se veía cansado, pero aun así, su rostro lucía perfecto. Me acerqué a él y una perfecta sonrisa apareció en sus labios carnosos, me senté a su lado y me rodeó la cintura con su brazo, para estrecharme fuertemente contra él, y luego depositó un pequeño beso en mi frente. Sentí el calor envolverme en esos momentos contrastando con el frío de la calle que había calado mis huesos.

    -¿Cómo te ha ido?- me preguntó.

    -Genial- contesté- echaba de menos a mis padres, ha sido una suerte que pudieran venir- me abrazó fuertemente y lentamente fuimos acabando tumbados en el sofá.

    -Me alegra que haya ido todo bien- susurró- mmm... tengo sueño...

    -Lo siento...- dije acariciando su pecho- no tendrías por qué haberme esperado- llevé mi mano a su mandíbula.

    -Estaba preocupado por si te pasaba algo al volver- tomó mi mano, que exploraba su cuerpo y entrelazó sus dedos con los míos, para luego besar mi mano- no podría perdonarme el que te pasara algo mientras yo dormía a pierna suelta- sonreí ante su gesto y también por lo que había dicho.

    -Eres perfecto- murmuré sin poder contenerme y el negó con la cabeza.

    -Solo tú me ves así- contestó- en realidad soy un cabrón hijo de puta y narcisista sin sentimientos- nada más escucharlo me eché a reír.

    -Esa trola se la cuentas a otro- dije- yo te conozco y a mí no me la cuelas.

    -Lo que quiero colarte es otra cosa- murmuró de una manera ronca y excitante en mi oído que me hizo estremecerme de placer.

    -Pues hazlo...

  

   Casi sin darme cuenta me encontré tumbado en el sofá, de espaldas y con su cuerpo sobre mí. Me besaba los labios, el cuello y cada pedazo de piel expuesta que estuviera en su camino. Sus manos, se metían entre mi ropa y me la comenzaba a apartar con la precisión y rapidez que solo se adquirían después de mucha práctica. Mis pantalones salieron volando al igual que mis boxers y su cabeza acabo entre mis piernas, chupándomela. Agarré su pelo y comencé a imponer un ritmo más rápido, más salvaje, hasta que unos minutos después, mi vista se nubló y mi cuerpo se estremeció de puro placer.

   Cuando volví en mí, sentí que ya tenía dentro de mí sus largos dedos, creando espacio para su miembro. Estuvo moviéndolos y haciéndome suspirar, hasta que lo creyó conveniente, después, se sacó su miembro de los pantalones, bajándolos un poco y me penetró de golpe, dejándome sin aire.

Se sentía tan bien hacer el amor con él, tan único, tan perfecto, dando igual el lugar o el momento. Siempre me resultaba perfecto, como él. Llegamos al clímax y acabamos, respirando entrecortados, jadeando y cubiertos por una fina capa de sudor.

  

   -Perfecto...- susurré- ha sido perfecto... Kevin...- lo noté sonreír, ya que tenía su cabeza apoyada en mi pecho- te amo...

   -Y yo a ti... YiXing...