Tren de Medianoche

Capítulo 3

   -¿Pasa algo?- escuché que me preguntaba el tal ChanYeol y recompuse la expresión de mi rostro al alzar la cabeza.

   -¿Qué iba a pasar?- contesté.

   -Bueno…- murmuró KyungSoo- es que te has quedado callado de pronto y has agachado la cabeza.

   -No pasa nada- dije esbozando mi mejor sonrisa- sólo estaba pensando… pero… no puedo concentrarme con todos vosotros hablando de mil cosas a la vez.

   -Entonces nos callamos- dijo BaekHyun, pero yo negué con la cabeza.

   -Será mejor que todos volvamos a nuestros compartimentos- propuse- así podré pensar con claridad y, además, un asesino anda suelto, es lo mejor- todos asintieron, menos ChanYeol.

   -¿Y nos llamas sólo para decirnos que nos volvamos por donde habíamos venido?- asentí.

   -Bueno, la verdad, es que pensaba compartir opiniones, pero mejor luego, después de meditar mejor las cosas- respondí.

   -Sería mejor que le hagáis caso, chicos- me secundó Amber y los chicos asintieron.

   -Está bien- dijeron, y echaron a andar hacia su vagón.

   -Gracias- le dije a la chica- y ten mucho cuidado.

   -No te preocupes, puedo cuidarme sola- después de escuchar estas palabras, me di media vuelta y seguí a los otros tres por el pasillo.

   Ellos llegaron a su habitación y tras despedirse de mí, se metieron allí. Simulé cómo mis pasos se alejaban hacia mi propio compartimento, pero en realidad no fui hacia allí. Me escondí cómo pude en el poco lugar que tenía para poder hacerlo y esperé. Poco después, vi cómo Amber entraba en el cubículo adaptado para el baño y vi allí mi oportunidad. Salí corriendo, intentando hacer el menor ruido posible, y me coloqué frente a la puerta del compartimento C, suspiré y llamé. Esperé unos segundos y la puerta se abrió. Su rostro tranquilo sufrió una transformación  supe que él sabía que lo había descubierto. Se hizo a un lado y entré a la cabina. De espaldas a él, comencé a hablarle.

   -¿Por qué?- pregunté, pero no obtuve respuesta, nada más que el sonido del tren avanzar por los raíles- ¿por qué?

   -No sé de qué me hablas- me giré al escuchar estas palabras y lo miré fijamente.

   -Oh, deja de fingir, por favor- le contesté- sé que fuiste tú, tú fuiste el que asesinó a esa chica.

   -Te recuerdo, JongIn, que yo estaba aquí, y no salí- fue lo que él dijo, como quitándole importancia- además, ¿cómo pude matarla y cerrar la puerta con el pestillo?

   -Previamente habías colocado un eslabón más en la cadena- dije, su rostro no tuvo ninguna reacción al oírme decir esto- cuando abrimos la puerta por primera vez, pudimos ver a la víctima en el sillón, con la cadena echada, cosa que desde las otras habitaciones es imposible.

   -Eso podría haberlo hecho cualquiera- dijo cruzándose de brazos.

   -Eso es cierto- contesté- ¿pero recuerdas la persona que vio Amber, la revisora, en el pasillo, mientras estaba en la cabina E?

   -¿Insinúas que era yo?

   -No… pero eso formaba parte del truco- me giré y miré hacia la ventana, no podía seguir mirándolo- primero esperaste hasta que el tren entrara en el túnel, entonces, reprodujiste el sonido del timbre de llamada, que habías grabado con anterioridad- dije- también, cuando cambiaste el eslabón de la cadena del compartimento B, hiciste lo mismo con la bombilla de la cabina A, que cómo llevaba ya un tiempo sin funcionar bien, sabías que Amber iría allí aun sin ver la luz, ya que supondría que la luz se fundió del todo- conté mi suposición- después, mientras que ella hablaba con Kris, la víctima salió de su compartimento hablando por teléfono, seguramente la llamaste para hablar con ella antes de que el tren entrara en el túnel y al escuchar jaleo, le dijiste algo como “¿qué está pasando?”, y ella salió, momento que tú aprovechaste para entrar en su compartimento, alegando algo así como que ya no tenías cobertura y querías seguir hablando.

   -Si hubiera salido, Amber me habría visto- refutó él y yo negué con la cabeza.

   -No necesariamente, al ser el pasillo tan estrecho y la puerta estar abierta hacia afuera, tapa lo suficiente como para que no se vea nada.

   -Supongamos…- lo escuché murmurar- qué todo pasó cómo has dicho… ¿cómo salí del compartimento sin ser visto?- me preguntó y yo me giré para verlo de nuevo- seguramente la persona que entró en la cabina B, fue la misma que después vio Amber.

   -Ahí es donde comienza la dificultad del truco, porque Amber podría haberse acercado para comprobar quien era y podría haberte pillado- le contesté.

   -¿Estás diciendo que fui yo quien se asomó desde el compartimento A?- preguntó algo alterado- eso es ridículo…

   -No te asomaste desde la habitación A, ni desde ninguna.

   -¿Entonces?

   -La persona que se asomó a través de la puerta fue la propia Amber- lo que dije lo dejó descolocado.

   -¿Cómo que Amber?- dijo sin entender- ¿cómo puede estar ella en dos sitios a la vez?

   -No estaba en dos sitios a la vez- le contesté- sino que se vio a sí misma… mirando por la puerta del E hacia el pasillo… vio su propio reflejo, pero al estar tan lejos no pudo distinguir nada y por eso pensó que había sido otra persona la que se había asomado.

   -¿Y cómo hice eso?- preguntó alterado- ¿eh? ¡Explícamelo!- esbocé una media sonrisa sin que él se diera cuenta, ya lo tenía donde quería.

   -Pues con un espejo.

   -¿Y de dónde he sacado yo un espejo tan grande?- se cruzó de brazos, mirándome desafiante.

   -El cuadro que llevas- me acerqué al lugar en el que estaba el rectángulo tapado y le quité la tela, descubriendo el espejo- los cristales están cortados, por lo que es más fácil transportarlos… y además, uno de ellos tiene una mancha para que Amber no pudiera ver la placa del E reflejada y se diera cuenta del truco.

   -¿Y cómo salí de la habitación y abrí la puerta sin que me viera?-preguntó.

   -Seguramente ataste un hilo al pomo y tiraste de él después de matar a la víctima y tras sonar la alarma del reloj que habías dejado en la habitación E, cerraste la puerta del B con la cadena, al estar la puerta del C con el espejo, nadie te vería- expliqué- después, cerraste la de tu habitación, fingiendo que salías, alertado por el ruido que había en el pasillo- vi cómo sus ojos se abrían como platos un segundo antes de que agachara y su cabeza y la escondiera entre sus manos.

   -¿Cómo has podido… averiguarlo?- su voz no sonó tan firme como sonaba siempre, era más bien un susurro.

   -¿Por qué lo hiciste, Tao?- le pregunté acercándome a él- ¿por qué la mataste?- lo oí tragar saliva y luego su cabeza se alzó, sus ojos estaban vidriosos cuando comenzó a hablar.

   -Ella… Jessica… era una ladrona de arte… una estafadora…- murmuró- estuvo haciendo tratos con mi jefe durante mucho tiempo… ganándose su confianza, volviéndose alguien indispensable… hasta que un día lo traicionó y le robó un Picasso que él atesoraba y guardaba con mucho empeño- contó- mi jefe estaba furioso, él es uno de los grandes de este país y eso había sido para él un golpe demasiado grande- miró el espejo- necesitaba alguien que tuviera un gran cerebro para cometer el asesinato y que no fuera nunca descubierta su participación, y me eligió a mí.

   -Podrías haberte negado a hacerlo, siempre hay otra opción…- le dije poniendo una mano en su hombro.

   -No tuve otra opción… no la tuve- me miró a los ojos y supe que no mentía- fue hace seis meses… cuando… yo me fui de tu lado… él me dijo que si no hacía lo que me pedía, me quitaría lo más preciado para mí… me dijo que te mataría a ti si yo no hacía esto… no pude hacer más que seguir su voluntad… tenía que protegerte- mi corazón se encogió ante sus palabras- te amo… y no podía hacer nada más para que no te vieras implicado…

   -Tao…

   -Le hice creer a Jessica que yo había abandonado al jefe y que quería unirme a ella… le demostré mi valía y confió en mí, mientras, le pasaba la información a mi jefe y él me daba datos que yo pudiera necesitar… finalmente… hace unas semanas, me propusieron matarla aquí, teniendo de excusa el juego de rol que se iba a hacer en el tren… me dieron todo lo que necesité, información sobre cada rincón del tren, sobre cada cosa que pudiera servirme en mi tarea, como lo de la luz medio fundida… y yo… lo hice, tal y como has deducido… no sabía que estabas aquí, sino, créeme, JongIn… que no lo hubiera hecho… lo habría mandado todo a la mierda y me habría ido contigo a algún pueblo perdido de la China continental…

   Me quedé unos momentos perdido en sus ojos, en sus ojos sinceros, pensando las opciones que tenía en esos momentos… ¿Qué podía hacer? ¿Creerlo? Claro que lo creía. Sabía identificar perfectamente cuando una persona mentía, y más aún, sabía identificar perfectamente si él me mentía. Tao nunca lo hubiera hecho de tener otra opción. Bueno, si la tenía, había tenido la opción de escapar y dejarme a mi suerte, pero no, él me había mantenido al margen de todo para que no sufriera daño externo alguno, aunque por dentro, por su marcha, me estuviera marchitando… pero había hecho todo aquello por mí. Tomé una decisión.

   -Tao…- susurré.

   -Si vas a entregarme a la policía… hazlo pronto- dijo, pero yo negué con la cabeza y me acerqué a él para darle un pequeño beso en los labios.

   -No pienso entregarte- noté su sorpresa ante mis palabras, y también la tensión de sus músculos cuando pasé las manos por su cintura, envolviéndolo en un abrazo, mientras apoyaba mi cabeza en su pecho.

   -JongIn… he matado a una chica…

   -Lo sé.

   -Tú crees en la justicia, no puedes dejarme libre…

   -Creo en la justicia, creo en ti, creo en mi amor por ti… y no pienso dejar que todo esto que ha pasado nos separe de nuevo…- contesté.

   -JongIn…

   -Ya mismo llegaremos a Cheonan… les diré a los policías que nos esperan allí que no sé quién ha matado a la chica… y tú y yo nos largaremos del país… donde nadie nos encuentre.

   -¿Estarías dispuesto a hacer eso por mí?- me preguntó.

   -Tú has hecho todo esto por mí.

   Noté sus manos envolverme en un cálido abrazo que llevaba tanto tiempo sin sentir, y me quedé disfrutando de eso, hasta que él me alzó el rostro y me dio un suave beso en los labios, transmitiéndome todos y cada uno de sus sentimientos. Cuando nos separamos, vi una lágrima correr por su mejilla y la sequé con mi mano.

   -No sabes cuánto te amo…- murmuró.

   -Tú tampoco…

   Le di otro beso y luego me separé de él. Me encaminé a la puerta y con cuidado la abrí y miré a todos lados. Amber no estaba a la vista. Le dirigí una última mirada a Tao y salí de la habitación corriendo, para volver a la mía. Cuando entré a mi compartimento, SeHun se levantó como un resorte de su cama y salió disparado hacia mí.

   -¿Qué ha pasado?- preguntó- ¿por qué has estado fuera tanto rato? ¿Por qué nos dijeron los revisores que no saliéramos de aquí? ¿Por qué…?

   -Ya… Hunnie… para- lo corté y me senté en la silla junto al escritorio- hubo un asesinato real… y estuve investigando…

   -¿Has dado con el asesino?- agaché mi cabeza y negué.

   -No sé quién es- le mentí- y ya estamos a punto de llegar a la estación… así que… se lo dejaré todo a los policías…

   -Tú no eres así- dijo mi amigo sentándose a mi lado, pero en su cama- tú nunca dejarías un caso por perdido.

   -Ésta vez sí.

   -¿Por qué?

   -Porque Tao está aquí y me ha pedido que me vaya con él…

   -No puedes- dijo muy serio- él te destrozó la vida hace unos meses, no puedes volver con él sólo porque te lo pida.

   -Tú harías lo mismo si te lo pidiera LuHan.

   -No.

   -Sí lo harías, Hunnie, lo harías…- me levanté de allí y comencé a sacar las cosas de los sitios en las que las había guardado- será mejor que recojas, ya mismo llegaremos a Cheonan.

   Poco después de que recogiéramos todas nuestras cosas, nos anunciaron por la megafonía del tren que ya íbamos a llegar, y un par de minutos después, ya estábamos en la estación. Bajamos al andén junto con todos los pasajeros y pude divisar a Tao entre el gentío, me dirigí hacia él, pero justo antes de poder llegar, Amber me interceptó.

   -Éstos son los policías- dijo señalándome a una chica castaña con el pelo por los hombros y a un chico moreno con flequillo- ella es Luna y él Chen.

   -Encantado, yo soy Kai.

   -Nos ha dicho, Amber que estabas investigando en el tren- asentí- nos puedes contar todo lo que hayas averiguado.

   -Un momento- busqué en mis bolsillos hasta que di con el block de notas en donde lo había apuntado todo- aquí está todo, y dentro están las pruebas, les deseo suerte- me incliné y salí corriendo por el andén, en su busca, pero no lo encontré. Me estaba arrepintiendo de haberlo ayudado, cuando SeHun se presentó ante mí.

   -No lo busques… no lo encontrarás- me dijo.

   -¿Por qué dices eso?- le pregunté.

   -Se ha ido, pero me dio esto- me tendió una nota y yo la cogí.

   “No puedo quedarme aquí, espero que lo entiendas. Me marcho del país lo más pronto posible. Nos vemos en la China continental.

Te ama, Tao.”

   Arrugué la nota con una sonrisa y eché a andar, seguido de SeHun, que no entendía nada, aunque yo tampoco me molesté en explicárselo.

~2 Meses Después~

   Acababa de llegar a aquella ciudad costera, la ciudad natal de Tao, QingDao. Había hablado sobre la China continental para despistar, y él sabía que yo lo buscaría aquí. Le indiqué al taxista que me llevara a la playa y éste así lo hizo. No llevaba muchas cosas, así que, cuando me dejó allí, no me resultó complicado pasear por la playa con dos pequeñas mochilas.

   Estuve dando vueltas por allí, hasta que, distinguí su inconfundible silueta, andando por la orilla, solo, de una manera pensativa y sonreí. Lo había encontrado.

~Fin~

Quiero agradecer a mi amiga Lourdes que me haya ayudado a escribir este fic, ya que sin sus conocimientos sobre estas cosas de misterios, me habría salido un churro... Gracias, loca ^^