Título: Even the shadow
needs the light to exist
Autora:
Riz Aino
Pareja: ChangLix (ChangBin + Felix) (Stray Kids)
Clasificación:
PG–13
Géneros:
AU, fantasy, angel/demon, romance
Número de palabras:
863 palabras
Resumen:
la oscuridad y el mal existen solo porque la luz y el bien lo hacen… de la
misma forma que ChangBin existe solo por Felix.
Advertencias: esto
es tan oscuro como el alma negra de ChangBin (?)
Notas: drabble
escrito para Jaqueline, que ganó uno de mis juegos de twitter.
Comentario de autora:
yo quería hacer algo serio, serio de verdad, pero al final ha sido menos serio
de lo que pretendía porque me he dejado llevar. Espero que os guste.
Even the shadow needs the light to exist
—Otra
vez nos encontramos aquí, ángel.
Aquello
fue lo que comentó ChangBin en cuanto entró en la zona neutral del puente que
conectaba el reino de la luz con el de la oscuridad. Bajo sus pies se extendía
el reino de los humanos, completamente ajenos que, sobre sus cabezas se
encontraban otros dos mundos mucho más poderosos que trataban de mediar una
tregua entre ambos para no comenzar una guerra en la que solo habría bajas y
que acabaría con la destrucción de los humanos. Frente a él se encontraba el
ángel con el que debía mediar aquella tregua, un ángel de rasgos finos y
dulces, pero algo afilados, ojos rasgados y pelo rubio oro contrastando con el
blanco de su atuendo y de su piel, salpicada de pecas. Éste le dedicó una
sonrisa condescendiente antes de esbozar su respuesta.
—Un
placer volver a verte, demonio.
Sus
ojos se encontraron y ChangBin se pudo ver reflejado en los ojos color café con
un halo dorado alrededor del iris, pudo verse contrastando terriblemente con el
ser frente a él, completamente vestido de negro de pies a cabeza, con su piel
tostada, su cabello azabache y sus ojos rojos destacando en su rostro lleno de
rasgos afilados. El ángel y el demonio eran totalmente distintos tanto externa
como internamente… pero de alguna retorcida y extraña forma se complementaban.
A
ChangBin le habían enseñado en el Infierno que éste había nacido a partir de la
luz, de la sombra que creaba el Cielo sobre la superficie del mundo de los
humanos, por eso él pensaba que ángeles y demonios no se diferenciaban
realmente tanto, solo se diferenciaban en la ausencia o tenencia de alas,
porque en lo demás eran seres que se complementaban. Quizás por aquel
pensamiento suyo, había sido enviado a negociar con el embajador de los seres
celestiales que, al igual que él, era mucho más abierto a influencias que sus
demás congéneres y, quizás por eso, ambos habían congeniado tanto a pesar de
que estaban en lados opuestos.
El ángel le dedicó una pequeña
sonrisa, dejando entrever sus blancos dientes tras sus labios rosáceos y
ChangBin tuvo que contener sus impulsos de acercarse rápidamente al otro y
besar aquellos labios que lo habían vuelto loco desde la primera vez que se
habían encontrado. Tuvo que contenerse porque primero eran los asuntos de
Estado y después venía lo demás, estaban a las puertas de una guerra con el
Cielo que no iba a beneficiar a nadie y tenían que hablar de las cosas
importantes.
—¿Qué buenas nuevas me traes? —le preguntó al
otro ser—. ¿Cuáles son las condiciones que pone el Cielo para detener esto?
Felix hizo aparecer delante de él un
pergamino en el que estaban escritas con tinta dorada las condiciones que
proponía el Cielo con solo un parpadeo. ChangBin las leyó por encima,
encogiendo la nariz ante alguna de ellas porque no tenían sentido alguno y,
después, chasqueando los dedos hizo aparecer ante el ángel un pergamino escrito
con sangre escarlata. Había muchos puntos que iban a necesitar de una
negociación amplia y profunda, una negociación que requeriría que el ángel y él
se tuvieran que encontrar muchas más veces en el puente entre los mundos.
ChangBin no pudo evitar que una sonrisa pícara apareciera en su rostro porque aquella
idea le gustaba demasiado, le gustaba tanto poder disponer del tiempo
suficiente para convertir a Felix en un ángel caído y llevarlo con él al
Infierno.
Los pergaminos desaparecieron unos
momentos después como si nunca hubieran estado allí y los ojos de ambos se
encontraron inmediatamente. ChangBin vio perfectamente cómo en los ojos del
ángel había un anhelo mal disimulado que hizo que no se pudiera contener más y
cruzara la distancia de seguridad que supuestamente debían mantener para rodear
con uno de sus brazos la cintura de Felix y con la otra mano tomar su rostro y
así poder besar sus labios de forma lenta y tortuosa, queriendo tomarlo todo de
él, queriendo llevarlo con él al Infierno inmediatamente.
Sin embargo, no le convenía que todo fuera tan
rápido, no con una guerra a las puertas. Si hacía caer a un ángel en ese
momento no tendrían muchas opciones, por eso, ChangBin simplemente disfrutaría
de aquellos furtivos encuentros hasta que todo el conflicto se solucionara… de
todas formas, el tiempo no era nada para ellos y podían permitirse pasar siglos
jugando entre la luz y la oscuridad.
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