Título:
Office Work
Autora:
Riz Aino
Pareja:
MoonSun (Solar + MoonByul) (MAMAMOO)
Clasificación:
NC–17
Géneros:
AU, office, smut, pwp
Número de palabras:
1.686 palabras
Resumen:
YongSun y ByulYi se quedan hasta tarde en la oficina para poder terminar un
informe.
Notas: esta historia
fue escrita para mi Sis Tae hace milenios y se perdió en mi ordenador durante
muchos años… hasta que un día la encontré.
Comentario de autora:
abriendo documentos que hacía años que no miraba para ver qué era lo que tenían
dentro, me encontré con esta agradable sorpresa y decidí corregirla para
ponerla en esta colección y publicarla de una vez por todas. Espero que os
guste.
Office
Work
ByulYi dejó escapar un suspiro
profundo cuando miró el reloj y se dio cuenta de la hora que era. Como siguiera
así, aquel día no se iría a casa y tendría que pasar por una sauna cercana si
quería asearse y dormir un poco antes de que el día siguiente llegara. La chica
no quería hacer tener que llegar a aquello, pero iba a ser su única salida si
no terminaba aquel maldito informe pronto y lo dejaba en la mesa de su jefe de
sección para que éste le diera un último vistazo en cuanto llegara a la mañana
siguiente antes de mandarlo porque era algo demasiado urgente.
Tomó el vaso de café —a aquellas alturas de la noche ya frío— y
trató de volver a ponerse a ello, aunque los números le bailaran… sin embargo,
su cabeza no daba mucho más de sí después del día tan movidito que habían
llevado en su equipo de ventas. La chica no había parado en todo el día, entre
las reuniones que habían tenido y todos los papeles que habían tenido que
entregar para hacer que el proyecto detrás del cual estaban fuera aprobado por
la empresa.
—¿ByulYi?
—escuchó que una voz la llamaba y se giró rápidamente, encontrándose a YongSun,
una de sus compañeras de trabajo a solo unos metros de distancia—. ¿Todavía
sigues aquí? —le cuestionó.
—Ajá
—fue la única respuesta elocuente que ByulYi pudo esbozar—. Es muy tarde, ¿por
qué estás aquí? —le preguntó a la otra, mientras ésta se acercaba a ella.
YongSun
había entrado a la vez que ella a la empresa, con un programa de prácticas que
las habían puesto al límite y en las que les habían exigido más que a sus demás
compañeros solo por el hecho de ser mujeres, pero ellas habían superado todas
las pruebas y habían acabado siendo contratadas por la empresa, algo que no
podían decir el resto de sus compañeros. Sin embargo, a pesar de que habían
hecho las prácticas en el mismo departamento, ByulYi había sido enviada al
equipo de ventas, mientras que YongSun había acabado en el de marketing, equipo
con el que se había ido de copas tan solo unas horas antes, tras haber
completado un negocio de forma muy satisfactoria. Por eso a ByulYi le extrañaba
verla allí.
—Se
me había olvidado el monedero —explicó ella, enseñándolo, para después
inclinarse a ver lo que estaba haciendo en la pantalla del ordenador—. Esto
está mal —le señaló. ByulYi rápidamente miró al lugar señalado y se dio cuenta
de que ésta tenía razón.
—Maldita
sea —dijo entre dientes, borrando y volviendo a escribir bien lo que tenía mal
hecho.
—¿Cuánto
tiempo llevas sin hacer un descanso? —le preguntó la otra.
—¿Desde
que cené? ¿En torno a las ocho? —ByulYi no recordaba la hora exacta.
—Anda,
ve al baño y échate agua en la cara para despejarte —le dijo YongSun, haciendo
que se levantara de la silla—. Mientras le echaré un vistazo a esto para ver si
tienes algún error garrafal más.
ByulYi
quiso protestar, pero sabía que era inútil hacerlo, así que, simplemente hizo
lo que la otra le dijo y la dejó a cargo de que revisara el trabajo que había hecho
mientras se dirigía al baño. Si hubiera sido cualquier otra persona la que le
hubiera dicho algo como aquello, ByulYi jamás habría dejado su mesa, porque no
se fiaba de mucha gente en aquel lugar… pero en YongSun podía confiar
plenamente.
Después
de echarse agua en la cara y despejarse un poco, la chica volvió hasta su mesa,
encontrándose a YongSun sentada en su silla, muy concentrada en la pantalla.
Aquella visión la hizo esbozar una sonrisa, a pesar de que en su día a día
había decidido guardar aquellas sonrisas para no parecer alguien fácil que
podía ser pisoteada… pero con YongSun podía ser tal cual era, con YongSun no
tenía por qué esconderse.
Cuando
llegó hasta allí, se colocó tras la chica y aprovechó que ésta se había
recogido su larga melena castaña en un moño desordenado, exponiendo su cuello,
para dejar un pequeño beso contra éste. YongSun giró su cabeza un poco y le
dedicó una sonrisa antes de seguir centrada en lo que estaba haciendo y ByulYi
observó desde atrás que la chica le había corregido todo lo que había hecho mal
y que además estaba terminando la parte final de aquel informe a la velocidad
de la luz.
—No
tienes que hacer mi trabajo —murmuró ByulYi, tratando de detenerla, pero la
otra negó con la cabeza.
—Esto
lo tendré listo en cinco minutos y tú tardarías al menos una hora más porque
estás cansada, así que, déjame terminarlo para que nos vayamos a casa —replicó
la otra.
ByulYi
quiso replicarle, pero era imposible para ella llevarle la contraria a YongSun
cuando ésta tenía razón, así que, simplemente lanzó un suspiro al aire y
comenzó a recoger sus cosas para poder volver al apartamento enano en el que
ambas vivían desde hacía un año —prácticamente el mismo tiempo que llevaban
saliendo juntas—.
Tan
solo unos minutos después, YongSun terminaba el informe y lo imprimía después
de que ByulYi le echara un último vistazo, para que los papeles fueran dejados
en la mesa de su jefe y éste los pudiera ver en cuanto llegara el próximo día a
la oficina. Tras eso, lo tenían todo listo para poder irse a casa, pero a
ByulYi se le ocurrió una idea brillante para agradecerle a YongSun que la
hubiera ayudado con aquello cuando no tenía la obligación de hacerlo. Por eso,
la chica la tomó de la mano y la guio hasta el único lugar de la oficina que
sabía que no tenía cámaras, las escaleras de emergencias, para darle un beso
con lengua en cuanto la puerta fue cerrada a sus espaldas, dejándolas sin
respiración a ambas.
—Oye… —murmuró YongSun, regañándola—. Estamos en la oficina…
—Estamos
solas en la oficina —recalcó ByulYi, volviendo a besarla.
Sin
embargo, aquella vez, no solo la besó, sino que también la atrajo contra su
cuerpo, haciendo que sus pechos se apretaran el uno contra el otro y agarrando
con una de sus manos el trasero de la mayor, queriendo más y más de ella… algo
que YongSun no le negó, por lo que ByulYi decidió que se podía poner un poco
salvajes y dejó de besar los labios de la mayor para atacar su cuello unos
momentos antes de comenzar a bajar por él, besando cada centímetro de piel
expuesta hasta que se topó con la tela de la camisa blanca que YongSun vestía.
ByulYi
alzó su vista, posándola en los ojos de YongSun, buscando en ellos el
consentimiento para seguir adelante, viendo en éstos el mismo deseo que debía
de arder en los suyos. Aun así, ByulYi quiso obtener algo más que eso.
—¿Quieres
que te dé mi agradecimiento por haberme ayudado ahora en la oficina o cuando
lleguemos a casa? —le cuestionó.
—¿En serio me estás preguntando eso ahora? —replicó la otra—.
¿Cuándo me acabas de calentar? De esta guisa no aguanto hasta casa.
ByulYi
no pudo evitar reír, pero su risa fue acallada por los labios de YongSun, así
que, le devolvió el beso mientras comenzaba a desabrochar los botones de la camisa
de ésta. En cuanto la camisa estuvo abierta, ByulYi dejó los labios de la mayor
y comenzó a trazar un camino descendente de besos hasta que acabó llegando a la
cinturilla de la falda y volvió a subir, trazando el mismo camino de vuelta.
—¿Le
tienes mucho cariño a estas medias? —le preguntó contra sus pechos.
—Ninguno.
ByulYi
sonrió entonces y después metió la mano bajo la falda de YongSun, agarrando las
medias y rasgándolas un poco para poder jugar un poco con la entrepierna de la
otra chica. En cuanto creó el hueco suficiente para poder introducir su mano
por las bragas de la otra, lo hizo, provocando en YongSun un jadeo cuando sus
dedos rozaron sus partes íntimas, húmedas y calientes. ByulYi se deleitó un
poco en el sonido de aquel jadeo, pero no le dio tregua a la chica y
rápidamente buscó introducir sus dedos en su interior, mientras se dedicaba a
atacar su cuello como si de un vampiro se tratara.
No
tardó mucho en hacer que la chica llegara al orgasmo, acostumbrada ya a saber
cuáles eran sus puntos débiles, los que la hacían alcanzar el placer de la
manera más rápida. ByulYi se separó de YongSun, sacando su mano de su
entrepierna y lamiendo sus dedos le dedicó una mirada perversa a la mayor,
quien respiraba de forma entrecortada contra la puerta, tratando de recuperarse
del orgasmo, con mechones de su cabello escapándose de su recogido y la camisa
abierta. Si ByulYi decía que aquella imagen no le parecía de lo más erótico que
había visto en su vida, estaría mintiendo de una forma muy descarada.
—Quiero
que volvamos a casa —murmuró YongSun cuando pudo recuperarse un poco—. Quiero
volver a sentir tu agradecimiento por haberte hecho el trabajo de la oficina
otra vez y de una forma más profunda.
Y
ByulYi no pudo estar más de acuerdo con ella.
Notas finales:
—Inicialmente solo tenía la parte del sexo,
pero cuando lo corregí le añadí un poco de contexto aprovechando que poco antes
había visto “Incomplete Life” un dorama
coreano que muestra perfectamente la vida en la oficina.
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