Título:
Egoist
Autora:
Riz Aino
Pareja:
WheeByul (MoonByul + WheeIn) (MAMAMOO)
Clasificación:
PG–13
Géneros:
AU, slight romance, drama
Número de palabras:
940 palabras
Resumen:
WheeIn siempre había vivido toda su vida siendo muy poco egoísta… pero por una
vez, quería serlo.
Notas: historia
escrita para Mara, que adivina correctamente todos mis juegos de twitter.
Comentario de autora:
me pasé varios días pensando qué era lo que podía hacer, porque he tenido un
periodo muy chungo con la escritura, hasta que escuchando la nueva canción se
me encendió la bombilla. Espero que os guste.
Egoist
No había habido un momento en su vida en el que WheeIn
hubiera tomado una sola decisión egoísta, una decisión solamente basada en sus
propios deseos, antepuestos a los de cualquier otra persona a su alrededor.
Como cuando en vez de estudiar la carrera que a ella le gustaba, había acabado
haciendo derecho y después se había presentado a las oposiciones de abogada
porque si familia lo necesitaba y no porque ella quisiera o como cuando había
declinado una y otra vez las ofertas que su amiga HyeJin le hacía para que
fuera a cantar al club en el que ella trabajaba porque sabía que si lo hacía,
que si dejaba que su voz fuera escuchada por más personas que por su compañera
de habitación, renacerían en su corazón sus sueños por dedicarse a la música.
Para
las cosas importantes, WheeIn siempre había tomado sus decisiones pensando
antes en los demás, pero incluso en las cosas más pequeñas, seguía haciéndolo.
Por eso, cada vez que podía le echaba una mano a HyeJin en el club —recibiendo
compensación económica, por supuesto— cuando tenían días especialmente
difíciles a pesar de que estuviera hasta arriba de trabajos de la facultad. O,
por eso, había tratado de ayudar lo máximo posible a su compañera de clase
YongSun a conseguir al amor de su vida, aunque fuera la época de plenos
exámenes.
WheeIn
siempre había vivido toda su vida siendo muy poco egoísta… pero por una vez,
quería serlo.
Lo
que lo había cambiado todo había sido la entrada en su vida de ByulYi, una
chica que tenía quizás demasiados problemas con la justicia y que necesitaba
que WheeIn se los resolviera satisfactoriamente. Al principio todo había sido
como siempre, al principio aquella joven de familia humilde que se había estado
ganando la vida como había podido no era nada más que una de sus muchos
clientes, una de las muchas personas que pasaban por su despacho con historias
que contarle y esperando a que WheeIn resolviera sus problemas, pero después se
había convertido en una persona importante.
Tras
muchas sesiones con ByulYi, WheeIn no había podido evitar quedarse prendada de
aquella chica que había luchado una y otra vez por sacar adelante a su familia
desde muy joven y que se había metido en muchos líos por ello. No había podido
evitar enamorarse de la belleza de sus ojos brillantes cada vez que le contaba
cómo de encantadores eran sus hermanos pequeños; no había podido evitar
enamorarse de la tristeza que los ensombrecía cuando hablaba de la enfermedad
incurable de su madre, de las facturas del hospital que se acumulaban, de cómo
su padre los había abandonado ante todas las dificultades y se había largado
con una jovencita rica a vivir la vida.
WheeIn
no había podido evitarlo a pesar de que la chica era su cliente y no debía
haber desarrollado ningún tipo de sentimientos por ella. No había podido
evitarlo y, por una vez en su vida, quería ser una persona egoísta.
Quería
ser egoísta, quería decirle a ByulYi que se había enamorado de ella, quería
decirle que con ella estaba a salvo, que ella la iba a ayudar con todo, que
confiara en ella, que ya no tendría más dificultades que afrontar. WheeIn
quería ser así de egoísta, quería anteponer sus sentimientos a todo lo demás,
quería hacerlo… pero finalmente no pudo.
WheeIn
escondió todos sus sentimientos por ByulYi lo mejor que pudo y después solo se
dedicó a tratar de resolver los problemas de ésta con la justicia lo mejor que
pudo, tratando a la chica como a sus demás clientes. WheeIn consiguió librar de
la mayor parte de las cosas por las que había sido denunciada ByulYi y solo las
que no eran graves finalmente habían quedado, cosas sin importancia que no
requerían más pena que algunas horas de servicio a la comunidad. Y con aquello,
todo trato entre ellas se debía de acabar, porque WheeIn no debía ser egoísta.
Sin
embargo, WheeIn no había contado con que ByulYi también había vivido toda su
vida siendo poco egoísta y, por ella, había querido comenzar a hacerlo.
—Abogada
Jung —le dijo ByulYi antes de salir de su despacho, tras haberle dado las
gracias por todo lo que había hecho por ella—. No, WheeIn —la llamó por su
nombre—. Por una vez en mi vida quiero ser egoísta y sé que no está bien, sé
que probablemente me arrepentiré de lo que voy a decir ahora, pero… por una vez
solo quiero pensar en mí misma —ByulYi inspiró hondo y el corazón de WheeIn se
detuvo durante los segundos que la otra tardó en volver a hablar—. Me gustas. Y
sé que yo también te gusto. De la misma forma que sé que sería una locura
enorme que saliéramos juntas… pero quiero cometer esa locura contigo. Quiero
ser egoísta.
Y aunque WheeIn sabía perfectamente que no saldría bien y
que estaban siendo las dos muy egoístas, simplemente, por una vez, solo pensó
en ella misma cuando le dio una respuesta afirmativa a ByulYi.
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