Título:
The true self
Autora: Riz Aino
Pareja:
HeeHye
(HeeJin + Olivia Hye) (LOONA)
Clasificación: PG–13
Géneros: AU, romance, fantasy?, drama (dramón),
angst
Número
de palabras:
1.383 palabras
Resumen: HeeJin es capaz de ver la verdadera
naturaleza de las personas que la rodean.
Advertencias:
tened
pañuelos cerca, anda.
Notas: historia escrita para Gabri, que me
acertó uno de los juegos de twitter.
Comentario
de autora:
no soy muy de montar dramones porque lo que son es más de escribir cosas fluff
como yo (?) pero después de darle unas pocas de vueltas, acabé pensando que
esta historia podría ser bastante lo que se me había pedido. Espero que os
guste.
The true self
En
la oscuridad que HeeJin se desenvuelve, hay veces en las que puede ver algún
punto de luz en su camino, generalmente débil, pero en ocasiones es más que un
brillo tenue; sin embargo, está totalmente acostumbrada a la oscuridad, está
totalmente acostumbrada a caminar por el mundo sin utilizar sus ojos como guía,
sino los sonidos que captan sus oídos y las vibraciones que siente a través de
la mano en la que lleva su bastón cuando éste choca contra algún objeto.
También, es totalmente posible para ella saber con qué personas puede cruzarse
y con cuáles no, los destellos que aparecen detrás de sus párpados siempre le
han indicado la bondad o maldad de cada persona con la que se cruzara y la
chica siempre ha elegido quedarse al lado de todos aquellos cuyo brillo era
completamente cálido y reconfortante, además de vívido, por eso, se ha alejado
de todas aquellas personas que han intentado hacerle daño.
HeeJin
no necesita, por tanto, la vista que sí que tienen los demás jóvenes
hospitalizados, porque es completamente autosuficiente para poder vagabundear
por los lugares del recinto en los que ha pasado más tiempo del que puede
recordar sin tener ni un solo problema con pacientes problemáticos. No
obstante, hay veces en las que se encuentra con algún obstáculo inesperado en
el camino y la chica no puede evitar tropezarse con él y caer al suelo,
generalmente no siendo ayudada por absolutamente nadie, siendo solo en
ocasiones muy contadas en las que una mano se acercaba a ella para ayudarla. Y,
aquel día, cuando HeeJin tropieza, una mano le es tendida y todo lo que la
chica puede notar al alzar su cabeza fue un brillo claro, un resplandor bastante
fuerte tras sus párpados que le indica que la persona que la ha ayudado debe de
ser un ángel caído del cielo como mínimo.
—¿Estás bien? —le
pregunta una voz dulce, suave, cálida.
—Sí, estoy bien —le
dijo, sacudiéndose las rodillas—. Muchas gracias.
—No ha sido nada —responde
la otra chica.
Más
tarde ese día, HeeJin se entera por ChaeWon de que la persona que la ha ayudado
es una chica que ha llegado nueva al hospital, que nunca habla con nadie, que
nunca se acerca a nadie y que, según comentan algunos de los miembros del
personal del hospital, está maldita. ChaeWon la describe como una chica alta,
de pelo largo y negro, de mirada fuerte y labios siempre apretados en una fina
línea y también le dice un nombre “Son HyeJoo” y le advierte que no se acerque
mucho a ella por el tema de la maldición. HeeJin sabe que ChaeWon no tiene mala
intención al decirle todo aquello porque, para ella, la chica desprende un gran
brillo, que solo quiere protegerla de la misma forma que HyunJin la protege de
absolutamente todo y casi la lleva a cuestas por todos lados para que no le
suceda nada; pero de la misma forma HeeJin sabe que su amiga está equivocada en
lo de que Son HyeJoo está maldita, porque es la persona más brillante que se ha
encontrado en su vida.
Por
ese motivo, HeeJin la busca por todo el hospital, la busca durante horas,
pregunta por ella en contadas ocasiones… y al final la encuentra. Y HeeJin
decide que no se va a separar de ella de ninguna forma después de haberla
encontrado, por lo que se sienta a su lado en el banco en el que está y después
le empieza a hablar sin parar de todo lo que se le ocurre. Al principio es
duro, porque seguro que HyeJoo no sabe cómo contestarle, pero ella no se rinde
y le hace mil preguntas y trata de animarla a contestarlas, ella misma contesta
sus propias preguntas y las pocas que la otra le hace, creando entre ambas un
pequeño vínculo.
Después
de aquel día, llegan muchos más y HeeJin aprende muchas cosas más de HyeJoo de
las que había pensado en un principio que aprendería. HeeJin aprende que
realmente no habla ni se relaciona demasiado con los demás porque es tímida,
que mira a las personas de forma fija quizás durante demasiado tiempo porque
tiene que volver a graduarse las gafas y no ha tenido tiempo para hacerlo y
que, el rumor que circula por el hospital sobre que está maldita es solo eso,
un rumor, porque todos los niños lloran, incluso las personas adultas lloran y
no soportan los dolorosos tratamientos a los que se tiene que someter de vez en
cuando, pero ella sobrelleva el dolor apretando fuertemente sus dientes y sus
labios para tratar de mostrarse fuerte, porque en su familia necesitan que ella
sea fuerte para que ésta no se derrumbe.
HeeJin
aprende que HyeJoo es una chica todavía más maravillosa de lo que ella sabe a
través del resplandor que aparece tras sus párpados cuando está con ella y no
puede evitar que un sentimiento cálido y reconfortante se extienda desde su
corazón al resto de su cuerpo.
Poco
después, HeeJin acerca a sus amigas a HyeJoo para demostrarles que es una buena
chica y, aunque al principio les cuesta un poco, HyunJin y ChaeWon al final
acaban aceptándola en su pequeño grupo porque realmente ven lo que HeeJin ve en
ella y las cuatro corren sus aventuras en el hospital juntas, tratando de
alejar de aquella forma de sus pensamientos el motivo por el cual cada una de
ellas está allí, divirtiéndose, tratando de ser como cualquier chica de quince
años es en el mundo exterior.
No
obstante, aunque las chicas tratan de alejar la realidad de sus pensamientos…
la realidad no se aleja de sus vidas.
Aquel
día, HeeJin se despierta sobresaltada cuando HyunJin entra corriendo en su
habitación, abriendo la puerta fuertemente y dando un portazo. HeeJin le
pregunta en varias ocasiones qué es lo que sucede, por qué ha entrado de
aquella forma, pero la chica no le contesta a ninguna de sus preguntas y solo
la ayuda a ponerse algo de ropa y se la carga a la espalda para recorrer los
pasillos del hospital. HeeJin no sabe a dónde la lleva, todo pasa demasiado
rápido como para que su cerebro pueda procesar los estímulos que capta y,
cuando finalmente se detiene, lo único que puede notar es que están junto a
ChaeWon.
—¿Qué pasa? —les pregunta a las dos, por si alguna es capaz
de contestarle, pero el silencio se extiende entre ellas—. Decidme qué pasa,
por favor —pide, y casi se puede imaginar cómo sus amigas intercambian miradas
para decidir qué hacer.
—HyeJoo… —comienza ChaeWon, pero se atraganta y no puede
seguir, rompiendo en lágrimas.
En
ese momento, HeeJin comprende que algo malo le ha sucedido a su amiga y se pone
alerta, todos sus músculos se tensan, todos sus sentidos se agudizan y siente
cómo HyunJin se acerca a ChaeWon y la abraza y escucha cómo la menor comienza a
sollozar.
—Los… tratamientos de ayer… —sigue HyunJin—. HyeJoo no ha
podido pasar la noche… HyeJoo… HyeJoo…
Y
HeeJin no necesita que nadie le diga nada más. No necesita que nadie le
confirme nada más. Están en un hospital… y HeeJin sabe perfectamente que su
amiga no ha conseguido terminar de librar su lucha contra su enfermedad. Las
lágrimas se acumulan en sus ojos y después recorren su rostro y siente los
brazos de HyunJin y ChaeWon rodeándola y nota las lágrimas de sus amigas en su
piel y HeeJin solo puede pensar en que HyeJoo era demasiado buena para estar en
el mundo de los humanos para tratar de calmarse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario