martes, 25 de junio de 2019

[One Shot] Two boys in love {MinHong}


Título: Two boys in love
Autora: Riz Aino
Pareja: MinHong (HongJoong + MinGi) (ATEEZ)
Clasificación: R
Géneros: AU, romance, fluff, slight smut
Número de palabras: 1.737 palabras
Resumen: HongJoong se despierta lleno de caricias y besos proporcionados por el amor de su vida.
Advertencias: mención a relaciones sexuales no especialmente explícitas; más bien son bonitas, con mucho amorcito y sin nada de perversión.
Notas: a pocas personas he visto shippeando a estos dos niños y yo tenía que hacer algo por cambiarlo porque son idiotas y preciosos los dos juntos.
Comentario de autora: yo tenía trescientas mil cosas que escribir… pero oye, ¿qué daño me iba a hacer poner algo de ATEEZ para ver? Pues… mucho daño porque me puse a escribir sobre ellos en vez de hacer lo que tenía que hacer. Espero que os guste.


            HongJoong sintió un escalofrío recorrer espina dorsal de arriba abajo mientras todavía estaba dormido y encogió su cuerpo, colocándose en posición fetal y tapándose más con las sábanas pensando automáticamente, con su cerebro aún apagado y funcionando con el piloto automático, que aquello que había sentido se debía al frío. No obstante, otro escalofrío más recorrió todo su cuerpo instantes después y otro más le sucedió a ese, provocando que el chico comenzara a ser cada vez más consciente de su alrededor, despertando poco a poco del agradable sueño, dándose cuenta casi inmediatamente qué era lo que estaba causando que su cuerpo fuera recorrido por escalofríos que iban siendo más intensos a medida que su mente se iba despejando del sueño: MinGi. MinGi era el causante de aquellos escalofríos.


            Su novio se había despertado antes que él, algo bastante poco habitual porque al chico le encantaba dormir, y había decidido que lo mejor que podía hacer era comenzar a dejar pequeños besos sobre la nuca de HongJoong, descendiendo por su espalda siguiendo su columna vertebral, aprovechando que la piel de la parte superior de su cuerpo estaba descubierta. El mayor no se quejaba, era mucho mejor despertar de aquella forma, sintiendo los labios gruesos de MinGi contra su piel, dejando un camino de besos por su espalda, rozándola también, de vez en cuando, con su alargada y puntiaguda nariz, a despertar debido al incesante pitido de la alarma. Muchísimo mejor, ¿dónde iba a parar?

            HongJoong, sintiéndose mucho más despierto que momentos antes, movió su cuerpo con lentitud, tratando de volver a hacer que sus extremidades funcionaran tras la noche, girándose hacia MinGi hasta que fue su otro costado el que estuvo contra el colchón. Solo entonces, el chico se permitió abrir los ojos, parpadeando levemente varias veces para acostumbrarse a la nueva luz. La persiana seguía bajada hasta la mitad y las claras cortinas aún corridas, así que, entraba un poco de luz, pero tampoco demasiada, la suficiente para poder apreciar el rostro del otro acompañante que se encontraba sobre su cama. MinGi le estaba dedicando una de aquellas adorables sonrisas en las que sus pequeños ojos prácticamente desaparecían y lo único que podía verse era su sonrisa. HongJoong adoraba aquellas sonrisas, así que, se inclinó hacia delante para poder besarla, un leve y corto contacto que provocó que MinGi abriera sus ojos y lo mirara algo decepcionado cuando el mayor se separó de él y volvió a su posición original.

            —Buenos días —le dijo HongJoong, su voz aún tomada por el sueño—. Es una agradable novedad que te despiertes antes que yo.
            —Buenos días —respondió MinGi, volviendo a sonreír, con su grave voz reverberando en los oídos del mayor y provocando otro pequeño escalofrío en su cuerpo. Probablemente nunca se acostumbraría a escuchar aquella voz en la cama sin sentirse levemente excitado por ella—. ¿Te ha gustado este despertar?
            —Me ha encantado.

            Aquel fue el momento de MinGi de acercarse a él para besar sus labios, pero no de la forma que HongJoong lo había hecho momentos antes, no, un beso de verdad. Sus labios gruesos se amoldaron perfectamente sobre los finos del mayor y comenzaron a moverse sobre los suyos hasta que sus lenguas entraron también en contacto y jugaron la una con la otra levemente antes de separarse.

            —¿Esto también te ha gustado? —le cuestionó el menor, provocando que no pudiera detener una sonrisa.
            —Estás en mi cama, medio desnudo y besándome para darme los buenos días —comentó HongJoong—. ¿Cómo no me iba a gustar? Tendría que estar loco.

            Tendría que estar muy loco para que aquello no le gustara. Finalmente, después de varios meses saliendo juntos y teniendo bastante lío de cosas en el piso de uno y del otro, noches pasadas en un lugar y otro y cambios constantes de hábitos, MinGi había accedido a irse a vivir definitivamente con él y con su compañero de piso SeongHwa e instalarse en su habitación. Había sido lo mejor para los tres, porque así tendrían que pagar menos dinero de alquiler y, de aquella forma, HongJoong podía despertar todos los días de su existencia envuelto en los largos brazos de MinGi o, como aquel día, lleno de suaves y dulces besos. Sí. Tendría que estar completamente loco si no adorara con toda su alma aquella situación.

            —¿Qué quieres que hagamos hoy? —le cuestionó MinGi, sacándolo de sus pensamientos—. SeongHwa no vuelve hasta esta noche…

            El menor le dedicó una sonrisa pícara después de decir aquello, una sonrisa pícara que se reflejó en el rostro de HongJoong. Su compañero de piso se había ido a pasar el fin de semana con algunos de sus amigos de la facultad a desestresarse y ser felices después del periodo de exámenes a la playa y les había dicho que no iba a regresar hasta el domingo por la noche porque iban a aprovechar todo el tiempo que pudieran allí. Obviamente, HongJoong y MinGi también habían aprovechado todo el tiempo allí solos en el piso para pasar un fin de semana romántico saliendo de la cama solo para lo más estrictamente necesario. La noche anterior había sido bastante… salvaje. HongJoong sentía que todo su cuerpo enrojecía violentamente al recordar todo lo que habían hecho sobre aquella cama.

            —Estás pensando en lo de anoche, ¿verdad? —murmuró MinGi, acercándose a él para besar sus ardientes mejillas—. Cuando yo he pensado en ello creo que se me ha levantado.

            HongJoong emitió una pequeña sonrisa nerviosa y quiso esconderse en cualquier lugar alejado de su novio para que éste no pudiera seguir diciéndole aquellas cosas porque todavía no estaba acostumbrado a ello. El chico no había tenido ninguna pareja estable, ninguna que le durara más que un par de meses, por lo que no había vivido situaciones como aquella. HongJoong nunca había vivido con ninguna de sus parejas, nunca había despertado con ellas en la misma cama abrazándose y besándose, nunca antes había estado todo un fin de semana junto a estas, simplemente sintiendo el calor del cuerpo del otro… y, sobre todo, nunca había jugado con ninguna de la forma en la que lo había hecho con MinGi la noche anterior mientras le decían que lo amaban.

            Los dos eran muy ruidosos en la cama, no paraban de hablar, de reír, de tocarse y de lanzar gemidos al aire… era algo que a los dos les encantaba y que a todos los demás les ponía de los nervios si los escuchaban. De normal simplemente se decían diversas guarradas o se preguntaban si esto o aquello que estaban haciendo estaba bien o se marcaban el ritmo de sus encuentros, pero la noche anterior, además de hacer todo aquello a gran volumen aprovechando que estaban completamente solos en el piso y que lo que pensaran los vecinos les daba igual, MinGi le había dicho lo mucho que lo quería por primera vez y HongJoong no había llorado porque si se hubiera puesto a llorar allí habría sido raro, pero se había sonrojado de pies a cabeza mientras seguía disfrutando de las sensaciones que le provocaba el miembro del menor dentro de su cuerpo y se había abrazado fuertemente a su espalda, escondiendo su rostro en el hueco de su cuello, sintiéndose la persona más afortunada por tener a MinGi a su lado.

            En aquel momento, HongJoong no había sido capaz de responderle con nada, pero ahora que recordaba lo sucedido, ahora que MinGi seguía llenándolo de amor dándole besos por cada zona de su rostro, el chico sintió que contestar a aquella declaración era lo único que podía hacer. Porque él también estaba enamorado del chico, estaba enamorado de él hasta las trancas, como nunca antes le había pasado. MinGi era demasiado especial en su vida y lo quería demasiado.

            —Te quiero un montón, MinGi —murmuró. El menor se alejó de él unos centímetros para mirarlo a la cara, con una de aquellas adorables sonrisas en su rostro que a HongJoong tanto le encantaban—. Te quiero de verdad —le aseguró, acercándose para dejar un pequeño beso sobre la punta de su nariz.
            —Diciendo eso haces que me ponga a cien —le respondió el chico.

            HongJoong rio fuerte y MinGi se echó sobre él, aprovechando su tamaño y su fuerza para colocarlo de espaldas sobre la cama y comenzar a besarlo con cariño y dedicación, sus labios amoldándose a los del otro inmediatamente. El mayor llevó una de sus manos a la nuca del chico y hundió sus dedos en su pelo, mientras que la otra la pasó por su espalada, acercándolo más a él y provocando que el beso se profundizara y las lenguas entraran en contacto y jugaran la una con la otra dentro de sus bocas, hasta que se quedaron sin respiración y tuvieron que separarse, pero solo se separaron levemente, lo justo para poder volver a respirar correctamente, aunque sus respiraciones siguieron entremezcladas la una con la otra.

            —Te quiero —no pudo evitar volver a decir después del beso.
            —Yo también te quiero muchísimo —replicó MinGi, inclinándose de nuevo sobre él para besarlo una y otra vez.

            HongJoong sonrió dentro del beso feliz, demasiado encantado con todo aquello, demasiado encantado con los besos de MinGi al despertar, demasiado encantado con lo mucho que el chico lo quería, demasiado encantado con poder estar con él de aquella forma y la posibilidad de poder estarlo durante muchísimo tiempo.








Notas finales:
—Probablemente escriba una y otra vez cosas fluff de estos dos porque de verdad que me encantan un montón juntos y son idiotas y yo sé que se adoran. Fin.




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