miércoles, 26 de junio de 2019

[Drabble] NCT Drabbles 2 (Johnny Edition): Baseball time {JohnMark}


Título: Baseball time
Autora: Riz Aino
Pareja: JohnMark (Johnny + Mark) (NCT)
Clasificación: PG
Géneros: AU, sports, fluff, humor
Número de palabras: 871 palabras
Resumen: Johnny intenta enseñar a su vecino Mark a jugar al béisbol sin dejarse la salud en ello…
Notas: esto está inspirado en una escena del programa del Hot & Young Seoul Trip en la que Johnny se estresa un mundo porque Mark es un torpe jugando al béisbol.
Comentario de autora: estos dos son unos idiotas de cuidado y siempre me he imaginado escribiendo algo de ellos de este estilo, probablemente escriba otras cosas más así distendidas y graciosas. Espero que os guste.

Baseball time

            —Voy a lanzar la bola despacito para que la veas venir —dijo Johnny—. ¿Estás preparado?


            El chico que tenía delante a unos escasos tres metros, su vecino Mark, asintió a aquello que le había dicho, preparándose y colocándose en la posición que él le había enseñado horas atrás para batear la bola que le iba a lanzar con fuerza, pero a escasa velocidad para que pudiera verla y le diera con el bate de una vez por todas. Llevaban en aquello desde temprano por la mañana, Mark se había llegado a su casa temprano aquel domingo y le había pedido que lo enseñara a jugar al béisbol porque lo había visto en el instituto jugando a través de la ventana y le había parecido super cool. Johnny ni siquiera había desayunado, simplemente había cogido el bate, el guante y un par de pelotas de su garaje y había salido de casa para enseñar a Mark a jugar. Medio dormido como se encontraba, no se había acordado del detalle de que a su vecino se le daban horriblemente mal los deportes y solo lo había recordado cuando ya se encontraban en un parque cercano y había comenzado a enseñarle cómo iba la cosa.

            Pero Johnny había decidido que le iba a dar una oportunidad a Mark de demostrarle que, si se esforzaba durante toda mañana, podría aprender mínimamente y la cosa no había ido del todo mal. Primero lo había enseñado a lanzar y, después de practicar y pasarse la pelota el uno al otro, el chico había aprendido a que la pelota fuera más o menos al lugar al que la debía de lanzar y Johnny había podido batear sus lanzamientos un par de veces, así que se encontraba realmente satisfecho con eso, pero… cuando había pasado a la otra parte, cuando Johnny había decidido que lo mejor era avanzar y enseñarle cómo batear, todo se había ido al garete.

            Horas. Llevaban horas en aquello. Entre que le había enseñado la posición que debía adoptar y las técnicas sobre cuándo debía moverse para poder darle a la bola se les habían ido horas y no habían avanzado nada.

            Su vecino Mark seguía siendo la persona más torpe sobre la faz de la tierra y él se estaba cansando ya de tener que estar allí fuera tratando de enseñarle cuando encima tenía hambre porque no había desayunado y la hora del almuerzo estaba a punto de llegar. Lo único que Johnny quería era que le diera a la puta bola, aunque fuera por casualidad, para poder largarse de allí ya y dejar las lecciones de béisbol para nunca jamás porque estaba demasiado frustrado con aquel chico.

            —Si le das a la bola te invito a comer a mi casa —le dijo—, ya sabes lo bien que cocina mi madre, así que, dale a la bola.
            —¡Lo intentaré! —le gritó Mark en respuesta.

            Johnny exhaló un suspiro profundo y después se colocó él mismo en posición para lanzar aquella pelota tal y como le había prometido al chico, con fuerza, pero a poca velocidad para que pudiera verla. Intercambiaron un par de miradas para avisarse mutuamente de que ya estaban preparados y Johnny lanzó la pelota, rezando a todos los dioses habidos y por haber para que Mark le diera de una puñetera vez a la pelota. Y pareció que los dioses lo habían escuchado porque por primera vez en toda la maldita mañana, su vecino golpeó con el bate la pelota y Johnny habría saltado de felicidad por ello, pero antes de que pudiera reaccionar, sintió cómo la pelota que Mark había golpeado con el bate, lo golpeaba a él en la entrepierna con fuerza.

            Un torrente de dolor se extendió desde su entrepierna por todo su cuerpo, haciendo que se doblara y se sujetara sus partes con la mano, tirándose al suelo y haciéndose una bolita. Johnny se arrepintió de todas sus decisiones en la vida, de la decisión de no haber mandado a la mierda a Mark aquella mañana, sobre todo, de la decisión de hacerse amigo de su vecino años atrás, porque se habría ahorrado muchos problemas a lo largo de su vida y en concreto se habría ahorrado aquel dolor infernal.

            —¡Lo siento! —le gritó Mark.
            —¡Te vas a tu puta casa a comer hoy! —le dijo él en respuesta—. ¡Por tu culpa ya no voy a poder tener hijos!
            —¡Pero si eres gay!
            —¡Vete a la mierda, Mark Lee!

            Sí. Definitivamente se arrepentía de todas las decisiones de su vida que lo habían llevado a aquel momento.





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