Título: You did nothing
wrong
Autora: Riz Aino
Pareja: JohnWin (Johnny
+ Win Win) (NCT)
Clasificación:
PG–13
Géneros:
AU, romance, drama
Número de palabras:
1.725 palabras
Resumen:
trabajando en un 24h, SiCheng trata de olvidar el motivo por el que dejó el
instituto… estar muy ocupado lo ayuda a no pensar… pero lo que más lo ayuda es
su compañero Johnny.
Advertencias:
mención a homofobia y a bulling, pero como el fic no es muy largo, no me ensaño
demasiado.
Notas: escogí la
pareja para esta historia a través de una encuesta por twitter y en lugar de
coger la más votada, le di amor a la que absolutamente nadie había votado.
Comentario de autora:
siempre he querido escribir algo sobre este tema, pero nunca me he atrevido a
hacerlo… hasta que un día en clase pensé, ¿y por qué no? Y aquí estamos. Espero
que os guste.
You
did nothing wrong
Hacía solo un par de semanas que
SiCheng había comenzado a trabajar en la tienda 24h de su tío después de pasar
demasiados meses encerrado en su casa tras acabar el instituto. Había decidido
que era el momento de salir, el momento de enfrentarse de nuevo al mundo que le
había dado la espalda, que estaba preparado para hacerlo y que necesitaba dar
ese paso. Y durante aquellas dos semanas, SiCheng había estado poco a poco
acostumbrándose al mundo exterior mientras trabajaba en aquel lugar.
Al principio le había costado un
poco, porque no había hablado con nadie más que con su familia en todo aquel
tiempo, pero sus compañeros de trabajo —en los diferentes turnos que había
tenido— lo habían ayudado mucho con sus bromas, con sus idioteces y tratando de
hacerlo sonreír y que no se asustase de cada cliente que entraba. Sí. Johnny,
JaeHyun y Yuta lo habían ayudado mucho a abrirse y a dejar de estar asustado de
aquel mundo que hacía no mucho tiempo lo había juzgado por algo que no podía
evitar, que era parte de sí mismo y de lo que no podía huir. Quizás porque
ellos no sabían qué era lo que lo hacía ser tan reservado, callado y
asustadizo, quizás porque no lo sabían y solo querían ser sus amigos lo habían
ayudado… porque si lo sabían seguro que ni siquiera se acercarían a él.
Pero SiCheng no quería pensar en
eso, por eso había comenzado a trabajar allí, para dejar de pensar en todo lo
que le hacía sentirse mal. Mantenerse ocupado la mayor parte del tiempo lo
ayudaba y el chico se sentía mucho mejor consigo mismo desde que trabajaba en
aquel lugar, así que, era lo mejor que podía hacer. Trabajar, trabajar,
trabajar y hablar con sus compañeros de cualquier cosa sin importancia para
olvidarse de todo.
Y en esas dos semanas casi se había
olvidado de todo… o eso era lo que SiCheng había pensado… porque en cuanto en
la tienda aparecieron los que habían sido sus “amigos” durante el instituto,
todo lo que había estado tratando de olvidar le vino a la mente sin que pudiera
evitarlo y su cuerpo reaccionó solo, comenzando a sudar frío y a notar cómo las
lágrimas se le acumulaban en los ojos.
—Vaya… ¿pero mirad a quién tenemos
aquí? —dijo Kun con una sonrisa soberbia—. Pero si está aquí SiCheng, ¿qué te
cuentas hombre? Ni siquiera viniste a la graduación, ¿ya no querías volver a vernos?
SiCheng sintió cómo su cuerpo
temblaba después de escuchar aquellas palabras. ¿Cómo podía decir aquello?
¿Cómo siquiera pensaba que tenía el derecho a hablarle después de lo que había
hecho? ¿Por qué aparecía ante él? ¿Qué más quería de él? ¿No le había arruinado lo suficiente ya la
vida con todo lo que había pasado?
—Se montó una buena en el instituto
después de que dejaras de venir, ¿verdad, chicos? —comentó Kun, mirando a los
demás, a YukHei y a JungWoo. Los dos asintieron, pero el segundo no se atrevió
a mirar a SiCheng—. Todo el mundo que se había perdido la escena quería ver
quién era el chico que le había declarado su amor a su amigo.
Kun rio y YukHei lo siguió y sus
risas resonaron en la vacía tienda, haciendo que el cuerpo de SiCheng temblara
mucho más al recordar lo que había sucedido. Cómo había recibido un mensaje que
creía que había sido de JungWoo en el que éste le decía que sentía algo por él
y que quería hablar de aquello y cómo había accedido sin cuestionárselo
demasiado, yendo al encuentro de la persona de la que había estado enamorado
durante el último año. Había soñado con que JungWoo lo correspondiera durante
demasiado tiempo… pero aquel sueño se había convertido en una pesadilla
horrible cuando al llegar se había encontrado con un montón de personas
esperándolo para ensañarse con él. SiCheng todavía podía recordar perfectamente
cómo éstas se habían encarado con él y cómo lo habían tratado y se habían
mofado de él porque estaba enamorado de JungWoo. SiCheng casi podía sentir las
miradas que le habían dedicado, casi podía volver a verlos a todos delante de
él.
Todo lo que había avanzado en aquellas dos
semanas se fue al traste y el chico lo único que quiso fue desaparecer en la
oscuridad de su habitación, en la comodidad de su cama, con las sábanas
tapándole la cabeza y haciéndose una bolita que se empequeñecería más y más
hasta desaparecer del mundo, para que todo aquello no lo alcanzara de nuevo.
Sin embargo, SiCheng volvió al mundo real a través del contacto de una mano
tranquilizadora sobre su hombro y el calor de un cuerpo conocido contra su
espalda.
—Si no estáis aquí para comprar,
largaos —dijo la voz de Johnny, resonando en la tienda—. No voy a permitir que
vengáis aquí a martirizar a mi compañero de trabajo.
—¿Lo estás protegiendo sin saber lo
que es? —cuestionó Kun—. Si lo supieras, ahora mismo estarías con nosotros,
tratando de que deje de existir en este mundo.
—No necesito saber absolutamente
nada para saber que sois vosotros los que deberíais dejar de existir en este
mundo por tratar a SiCheng de esta forma —replicó Johnny y su voz sonó fría
como un témpano de hielo—. Largaos antes de que coja la escoba y os muela a
palos.
—¡SiCheng es gay! —dijo YukHei,
gritando—. Es una aberración.
—Tú sí que eres una aberración por
pensar eso —contestó su compañero.
Y en ese momento, el tacto
tranquilizador que había mantenido a SiCheng en calma por unos minutos se
desvaneció y vio a Johnny pasar delante de él y dirigirse hacia los otros
chicos, con paso fuerte y los puños apretados. Desde allí, desde su espalda y
desde una posición algo apartada, SiCheng no pudo ver la expresión del rostro
de Johnny o escuchar lo que éste les siseó, pero tuvo que ser lo
suficientemente malo como para que éstos finalmente se fueran del lugar,
rápidamente y sin mirar atrás —solo JungWoo miró hacia atrás un segundo, antes
de desaparecer por la puerta del establecimiento y por la expresión que le
dedicó, SiCheng pudo ver una mezcla de arrepentimiento, de vergüenza, de
malestar—.
Un segundo después de que éstos se fueran,
Johnny ya se encontraba a su lado, abrazándolo fuertemente, recomponiendo los
pedazos en los que SiCheng se había roto durante aquella visita, haciendo que
el chico no pudiera evitar que sus lágrimas se escaparan de sus ojos. Johnny se
acababa de enterar de que era homosexual, de que sus compañeros de instituto le
habían hecho bullying y probablemente
había adivinado por ello el motivo por el cual el chico se comportaba como se
comportaba… pero allí se encontraba, abrazándolo fuertemente y siendo el único
anclaje de SiCheng y el chico se sentía feliz porque por una vez alguien que
sabía la verdad sobre él lo estaba sujetando con fuerza en vez de dejando que
cayera en el abismo en soledad.
—No has hecho nada malo —murmuró
Johnny—. Que seas gay no significa que esté mal, que debas esconderte y
alejarte del mundo por miedo. No es nada malo que te gusten los chicos, no es
nada malo, no eres raro ni eres una persona que merezca desaparecer del mundo;
al contrario, eres una persona fuerte, un chico que tiene que vivir y ser
feliz. Lo que ellos piensen o digan no es verdad, SiCheng, tú eres maravilloso
por ser como eres.
Mientras el chico escuchaba las
palabras de Johnny, no podía evitar llorar más y más fuerte porque jamás le
habían dicho nada como aquello antes. De sus compañeros había recibido
insultos, miradas de desprecio, incluso golpes los últimos días de clase; de sus
padres había recibido miradas desaprobatorias por no ser capaz de salir de casa
y por encerrarse en su cuarto. Nadie que supiera de su condición lo había
apoyado, Johnny era el primero, Johnny era el único.
—Gracias… —murmuró SiCheng,
sintiéndose algo mejor, separándose un poco del mayor para mirarlo—. Muchas
gracias…
—Si vuelven a venir esos chicos,
aunque lo dudo, no te dejes vencer y sobre todo no te vuelvas a encerrar en ti
mismo… me tienes a mí para ayudarte, ¿vale? —le dijo Johnny, posando una de sus
manos en su rostro, haciendo que un repentino calor invadiera el lugar que éste
estaba tocando—. Yo he pasado por la misma lucha que tú —le comentó, con una
pequeña sonrisa—, así que voy a apoyarte en todo lo que pueda.
SiCheng se sorprendió ante aquella
declaración. ¿Johnny también era gay? ¿Johnny también había pasado por algo
parecido a lo que estaba pasando él? Sin embargo, el chico no tuvo mucho tiempo
para poder pensar en aquello, porque en ese momento, sintió los labios de
Johnny contra su frente, suaves, cálidos, tranquilizadores y SiCheng no pudo
evitar dejar de pensar, porque el latido de su corazón era ensordecedor en su
cabeza.
—Vamos, ahora a trabajar —le dijo
Johnny, separándose de él y dejándole un extraño vacío en su cuerpo y a la vez
que una extraña felicidad en su corazón.
Notas finales:
—Siento
haber puesto a los mis niños bonitos (sobre todo a mi hada del bosque Kun) como
malos en esta historia. Necesitaba malos y necesitaba nombres y no tenía ganas
de inventarme oc, necesitaba además algo más tangente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario