Título:
Live it
Autora:
Riz Aino
Parejas:
DongPang (Kim DongHyun + Lee GwangHyun) (YDPP)
Calificación:
PG–13
Géneros:
AU, romance, drama, angst
Número de palabras:
883 palabras
Resumen:
vivir se había vuelto cada día más complicado para DongHyun, cada paso que daba
lo daba en dirección a la oscuridad… hasta que encontró el camino a la luz, el
camino a la vida.
Advertencias:
mención a tendencias suicidas y muerte de un personaje principal, debo avisarlo
por si sois sensibles para que paréis de leer aquí.
Notas: drabble
escrito para Diana. Creo que con este por fin he sido todo lo dramas que
pretendía que fuera.
Comentario de autora:
no quería acabar la colección de historias con algo tan triste como esto, pero entre
unas cosas y otras, me puse a escribir y cuando acabé y me di cuenta de lo que
había hecho, ya no había vuelta atrás. Espero que te guste.
Live it
Sus días eran solitarios, monótonos,
aburridos. Hacía meses que todo era igual para él, meses en los que no sucedía
absolutamente nada que lo hiciera sentirse vivo. DongHyun odiaba aquello,
odiaba en lo que se había convertido su vida… pero, por mucho que lo odiara, no
podía hacer nada para que esto cambiara. Ojalá lo pudiera hacer, pero no
encontraba ninguna motivación que lo mantuviera viviendo y lo único que deseaba
era que todo acabara, que todo aquel tormento finalizara, que su vida
finalizara y así dejara de ser de aquella forma. Si DongHyun no fuera un
cobarde, habría acabado con su vida hacía ya demasiado tiempo… pero era un
maldito cobarde y no podía hacerlo. Sin embargo, gracias a que era un cobarde,
el chico pudo volver a sentir algunas ganas de vivir de nuevo.
Todo había comenzó cuando a la
solitaria habitación del hospital en la que siempre se había encontrado,
llevaron a un chico de su edad, un chico que también tenía que estar
hospitalizado durante bastante tiempo, como él. Pero aquel chico era totalmente
contrario a él, estaba lleno de vida, rebosante de ella, y lo único que deseaba
era seguir viviendo, seguir luchando y volver a retomar lo que acababa de dejar
atrás lo más pronto posible. DongHyun pensó que aquel chico era un iluso, que
en poco tiempo se contagiaría el ánimo general de aquel lugar, un ánimo lúgubre
y oscuro, a pesar de que a través de las ventanas entrara una claridad y
luminosidad vibrantes, a pesar de que, al otro lado del cristal, la vida era
maravillosa. No obstante, aquel chico le demostró lo contrario, de demostró que
no se iba a contagiar de aquel deprimente ánimo, sino que él contagiaría al
resto del mundo con su energía.
DongHyun no creyó que algo como
aquello fuera posible… pero GwangHyun se lo demostró y lo contagió con su
alegría y ganas de vivir.
Ambos pasaban todo el tiempo posible
juntos, ambos pasaban incluso por los mismos tratamientos casi a la vez, ambos
exploraban el hospital buscando recónditos lugares donde tramar aventuras.
Juntos avanzaron a través de los días, las semanas y los meses que hasta el
momento habían sido completamente monótonos para DongHyun, viajando desde la
amistad hasta el descubrimiento de algo más, un sentimiento mucho más profundo
que hacía que al chico se le pusieran los pelos de punta y escalofríos recorrieran
su cuerpo cada vez que GwangHyun se metía en su cama para dormir porque odiaba
dormir solo, cada vez que se besaban, escondidos en cualquier lugar, cada vez
que el otro le dedicaba una de aquellas sonrisas encantadoras que hacían que
sus ojos desaparecieran en su rostro.
La solitaria y monótona vida de
DongHyun finalmente había acabado estando junto a GwangHyun, porque estando
junto a él, el chico se sentía completamente vivo y no había vuelto a pensar en
que quería terminar con su vida ni una sola vez desde que el otro había entrado
en su habitación. Y, sin embargo, antes de que el chico pudiera disfrutar
completamente de sentirse vivo, cuando simplemente había comenzado a vislumbrar
todo lo bueno que le regalaba la vida, todo lo que hacía que el mundo fuera un
lugar en el que merecía la pena estar… todo cambió.
Todo pasó una noche en la que
GwangHyun no se había colado en su cama para dormir juntos, esa noche hubo
mucho jaleo, mucha gente entrando y saliendo, enfermeros, médicos hablando
fuerte, casi gritando en su habitación. DongHyun se había despertado y se había
encontrado con que todos allí trataban de reanimar sin éxito a GwangHyun,
usando todo lo que estaba en sus manos para ello, llevándose al chico de la
habitación sin que DongHyun pudiera saber qué pasaba, qué sucedía, porque nadie
le prestaba atención a él, nadie le decía nada. El chico pasó aquella noche en
vela, una horrible noche en la que su corazón dolía porque no tenía ninguna
noticia de lo que sucedía con GwangHyun.
Al amanecer, la noticia que recibió
fue la de la muerte de la única persona que había hecho que sus solitarios,
monótonos y tristes días se convirtieran en unos días maravillosos que merecían
la pena ser vividos. Y entonces DongHyun volvió a sentirse de la misma forma que
se había sentido desde el principio, porque realmente la vida no era algo que
mereciera la pena.
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