Chapter
3
Eric pensaba que la
broma que le habían hecho a SunWoo había sido lo mejor y lo más gracioso que se
les podía haber ocurrido, al menos así lo había creído hasta que después de
apagar el altavoz con los sonidos de espectros y acercarse al chico se lo
encontraran sentado en el suelo, abrazado a sus rodillas y llorando. En ese momento, pensó que se habían pasado
demasiado jugando con su amigo y rápidamente se echó sobre él para abrazarlo fuertemente
y decirle mil y una vez que lo sentía muchísimo, que todo estaba bien y que no
tenía nada de lo que preocuparse. Le repitió aquellas palabras como un mantra
para tratar de tranquilizar a su amigo, aunque no supo si realmente surtían
efecto porque el chico entre sus brazos seguía llorando.
—Os
dije que no era una buena idea —escuchó como decía JiSung—. Os dije que no le gastarais
la broma.
—No
sabíamos que se iba a asustar tanto —le replicó Felix.
—Yo
me lo podía imaginar —murmuró el capitán a aquello.
—No
discutamos sobre esto —dijo SeungMin en ese momento—. Lo mejor que podemos hacer
es tranquilizar a SunWoo, pedirle todos perdón y volver a las cabañas antes de
que se den cuenta de que faltamos y nos caiga una buena bronca.
Eric
estaba totalmente de acuerdo con aquello que había dicho SeungMin, era lo mejor
que podían hacer en ese momento, así que, él siguió abrazando fuertemente a su
amigo y pidiéndole perdón por lo que había pasado, acariciándole la espalda y
la cabeza para tranquilizarlo y asegurándole que no había ningún fantasma en
aquel bosque, que podía estar tranquilo, que no había nada malo en aquel lugar.
Mientras sus amigos seguían discutiendo por detrás, Eric sintió poco a poco que
SunWoo comenzaba a responder y se separó un poco de él para mirarlo. Tenía el
flequillo pegado a la frente y mojado del sudor y también varios cortes pequeños
en la cara, además de los ojos completamente rojos e hinchados por haber
llorado todo aquel tiempo.
—¿Estás
bien? —le preguntó.
Eric
nunca había visto a su amigo de aquella forma y llevaba conociéndolo muchísimo
tiempo, así que, se había asustado porque no sabía cómo debía de tratar con
aquello. Era una situación completamente nueva con SunWoo. Su amigo tardó un
rato en responder, pero no lo hizo hablando, sino que simplemente asintió
lentamente con su cabeza, todavía pareciendo que en cualquier momento se iba a
echar a llorar desconsoladamente de nuevo.
—Es
un alivio —murmuró Eric.
Al
escucharlo decir aquello, sus demás amigos se arremolinaron a su alrededor para
decirle a SunWoo lo mucho que sentían haberle preparado aquello y le rogaban
por su perdón. El chico asintió a todo lo que éstos le decían y todos
respiraron tranquilos, pero Eric y todos ellos sabían que la habían cagado pero
bien y realmente no se merecían su perdón, merecían que los castigara y los torturara
de la peor manera —si le hubieran hecho aquello a JaeMin o a DongHyuck, seguro
que éstos los habrían torturado a lo largo de los siguientes años de las peores
maneras posibles que se le pudieran ocurrir—. Aunque SunWoo pareciera que no se
integraba del todo en el grupo y que los odiaba a todos, realmente tenía un
corazoncito de oro debajo de todas esas capas de persona done con la vida que aparentaba.
—Deberíamos
volver a las cabañas —murmuró Jeno—. Antes de que nos pillen aquí.
—Deberíamos
—coincidió RenJun.
—¿Puedes
caminar? —le preguntó Eric a SunWoo y el chico también asintió a aquella
pregunta, para tratar luego de levantarse del suelo, trastabillando al hacerlo—.
HyunJin, ayúdame.
Inmediatamente,
su amigo se acercó a él para ayudarlo a cargar con SunWoo, que no podía
mantenerse de pie por sí mismo, así que, echando los brazos del chico por sus
hombros y agarrándolo por la cintura lo levantaron del suelo y después comenzaron
a caminar de aquella guisa por el bosque, siguiendo a la comitiva de sus amigos
que había comenzado a andar hacia las cabañas. Ellos tres iban un poco más
lentos que los demás, pero iban con paso firme y agarrando bien a SunWoo para
que no trastabillara en mitad del bosque y se cayeran todos de bruces sin poder
hacer nada para evitarlo, por lo que, Eric se pudo fijar en que realmente no
estaban allí todos los que deberían de estar, sino que había alguien que
faltaba —alguien a quien no había echado de menos antes porque generalmente
solía ser callado y su presencia apenas se notaba—.
—¿Dónde
está HyunJoon? —cuestionó en ese momento.
Toda
la comitiva se detuvo y SunWoo se tensó contra su cuerpo, haciendo que Eric se
extrañara. Ahora que lo recordaba, habían planeado todo aquello de asustar a su
amigo después de que HyunJoon se quedara más atrás con SunWoo porque éste tenía
miedo y no quería avanzar más, así que, debían de haberlo encontrado junto al
chico cuando lo vieron llorando contra el tronco de aquel árbol. Sin embargo,
HyunJoon no estaba allí.
—Ha
vuelto a la cabaña —murmuró SunWoo a su lado de forma seria—. Salió corriendo.
Eric
se extrañó por aquella respuesta porque conociendo a HyunJoon de la forma en la
que lo conocía, sabía que el chico no sería capaz de dejar tirado a nadie en el
bosque, llorando y temblando… menos a SunWoo. Sin embargo, por el tono que su
amigo había utilizado, Eric sabía que algo había ido realmente mal entre ambos
y era mejor no preguntar ni presionar en aquellos momentos. Los tres llevaban
muchos más años conociéndose entre ellos de lo que llevaban conociendo a los
demás, así que, Eric podía notarlo, podía notar que algo había ocurrido que
había hecho que se separaran en aquel bosque oscuro… aunque no podía imaginarse
qué era lo que podía ser. Simplemente esperaría algunos días hasta que alguno
de los dos se decidiera a hablar con él de lo sucedido.
La
comitiva se puso en marcha de nuevo y los siguientes minutos los pasaron
caminando en silencio, simplemente acompañados por los sonidos de los animalillos
nocturnos del bosque y sus pisadas sobre el suelo, iluminando su camino con las
linternas de sus móviles hasta que finalmente salieron de la arboleda y se
dirigieron camino a las cabañas. Una vez llegaron a la zona en la que estaban
las suyas, HyunJin se separó de ellos y JiSung ocupó su lugar al lado de SunWoo
para hacer los últimos metros. Los chicos se despidieron en silencio y se
metieron en sus respectivas cabañas tratando de hacer el mínimo ruido posible
para que nadie se despertara y notara que habían hecho una pequeña escapada
nocturna.
Al
entrar en la cabaña, Eric se dio cuenta de que ésta estaba ocupada por JeongIn,
que no había hecho aquella pequeña escapada nocturna como el buen niño
responsable que era, y por HyunJoon, que se encontraba sobre su cama tumbado de
lado, de cara a la pared y volviendo la espalda. Eric soltó un pequeño suspiro
de frustración por no entender el motivo que podía haber llevado al chico a
dejar tirado a SunWoo y volver a su cabaña, pero lo dejaría correr por el
momento, era lo que sabía que debía de hacer. Por eso, simplemente ayudó a
SunWoo a llegar hasta su cama y a meterlo dentro tal cual estaba, con la ropa,
aunque le quitaron los zapatos. JiSung se fue hacia su propia litera después de
haber cumplido con su tarea, pero Eric se sentó unos momentos en la cama de su
amigo para volver a preguntarle por última vez si se encontraba bien.
—¿Quieres
que me quede a dormir contigo o algo? —le cuestionó, tratando de sacarle una
sonrisa, consiguiéndolo a medias.
—No
hace falta —respondió el chico—. Estoy bien.
—Si
tienes alguna pesadilla no te preocupes, puedes venirte a dormir conmigo, no
tienes ni que subir litera, Felix duerme arriba —murmuró.
—Gracias
—dijo SunWoo.
Eric
se levantó de la cama después de aquello y se quitó la ropa que se había puesto
para salir aquella noche al bosque para después colgarla de mala manera en el
cabecero de la litera que compartía con Felix, poniéndose su pijama para dormir.
Antes de tumbarse sobre su cama, el chico no pudo evitar echarle una mirada a
la litera que compartían HyunJoon y SunWoo, el primero arriba y el segundo
abajo. No se sentía muy tranquilo con los acontecimientos de aquella noche,
pero sabía que la habían cagado de una forma muy grande con su amigo y probablemente
se disculparía con él muchísimas veces más a lo largo de todo aquel campamento.
Trataría además averiguar qué era lo que había pasado entre sus dos mejores
amigos y, si podía mediar entre ellos, lo haría porque no le gustaba cuando la
gente a su alrededor se peleaba de verdad.
Con
miles de cosas en su mente, Eric se echó a dormir… sin embargo tardó bastante
tiempo en coger el sueño y dio muchas vueltas en la cama. En el silencio de la
noche y de la madrugada, el chico pudo escuchar sollozar a SunWoo y estuvo
tentado a levantarse a abrazar a su amigo de nuevo, pero si éste estaba
llorando de nuevo protegido por la oscuridad del lugar y pensando que todos
estaban dormidos, Eric no tenía derecho ninguno a tratar de acercarse a él para
consolarlo. Con los sollozos de fondo de su amigo, poco a poco se fue adentrando
en el mundo de los sueños hasta que finalmente se quedó dormido.
~~
El
entrenamiento de la mañana había sido bastante duro y todos los chicos que
habían hecho la escapada nocturna la noche anterior al bosque habían acusado la
falta de sueño, incluido entre ellos el capitán del equipo que, a media mañana
había decidido que el calor era demasiado insoportable y el sueño demasiado
grande y les había dejado libres las horas de calor máximo para que descansaran
y se guarecieran del sol —aunque les había advertido que por la tarde con la
fresquita tendrían otra sesión de entrenamiento como la que habían tenido el
día anterior nada más llegar—. SeungMin había agradecido muchísimo que JiSung
estuviera tan hecho polvo porque él mismo también estaba para al arrastre y echar
una cabezada antes el almuerzo le iba a venir muy bien para poder encarar el
resto del día y no morirse a mitad. El resto de sus compañeros de equipo
también parecieron encantados con aquella idea y, justo después del anuncio del
capitán, todos corrieron a los vestuarios para darse una buena ducha fría para
quitarse todo el calor y el sudor de sus cuerpos.
Cuando
SeungMin salió de la ducha, algunos de sus amigos todavía se encontraban en los
vestuarios haciendo el idiota sin haberse metido bajo el agua. En concreto, Jeno
estaba persiguiendo a DongHyuck por los vestuarios con una toalla en la mano, dispuesto
a pegarle al chico la paliza de su vida, a juzgar por la cara de cabreo que
tenía. Algún día, pensaba SeungMin, DongHyuck iba a hacer que a Jeno le diera
un infarto y luego lloraría muchísimo por haber perdido al único de sus amigos
al que podía molestar hasta la saciedad. Sin querer ser metido en aquella
trifulca porque no tenía energías para nada, el chico pasó de puntillas por el
lugar, pegándose a la pared como si fuera un camaleón y de aquella forma
pudiera mimetizarse con su entorno de azulejos y no ser visto. Poco a poco fue avanzando
hasta llegar a la salida de los vestuarios y, una vez allí, respiró tranquilo
porque no había sido cogido en aquello.
En
la puerta de aquel edificio se encontraba JaeMin, echado contra la pared, con
sus brazos cruzados sobre su pecho y sus ojos cerrados, probablemente esperando
a RenJun que todavía no debía de haber salido de las duchas. SeungMin no quería
perturbar la paz —o el sueño— de su amigo, pero había algo que quería preguntarle.
—¿Sabes
dónde está HyunJin? —le cuestionó.
JaeMin abrió sus ojos
ante su pregunta y después asintió con su cabeza. SeungMin le dedicó una
sonrisa y suspiró aliviado porque no iba a tener que buscarlo por todo el
lugar. Los teléfonos se quedaban siempre que entrenaban en las cabañas, aquella
era una de las principales normas que JiSung les había hecho prometer que
cumplirían, por lo que, no podía ponerse en contacto con HyunJin de ninguna
forma y agradecía infinitamente que JaeMin supiera dónde estaba éste, ya que el
otro no había tenido la decencia de esperarlo, como sí estaba haciendo el chico
ante él con RenJun.
—Se
ha ido hacia la zona del lago con DaeHwi y JeongIn —respondió su amigo—. Decían
que querían disfrutar un poco del tiempo libre tirados al sol.
—Tienen
los tres gustos de abuelos —murmuró SeungMin con una sonrisa—. Muchas gracias,
Jaem.
—No
se merecen.
SeungMin
echó a andar después de aquello en dirección al lago, tratando de recordar en
su mente el plano de aquel lugar para localizarlo a la primera y no perderse. Si
no lo recordaba mal, el lago estaba al otro lado de las cabañas, cerca del
pabellón en el que las chicas del equipo de vóley debían de estar entrenando. Las
chicas del equipo de vóley. SeungMin apretó sus labios en una fina línea
mientras seguía caminando en dirección al lago, pensando en cómo éstas —y en
general todas las chicas de su instituto— se comportaban con HyunJin y, sobre todo,
en cómo éste reaccionaba a aquellos comportamientos. A SeungMin le hervía un
poco la sangre al ver que éste se sonrojaba o les dedicaba sonrisas encantadoras
a todas ellas cuando éstas le decían algún cumplido o cuchicheaban sobre él al
pasar a su lado.
Por
eso, realmente no le había hecho mucha gracia tener que compartir aquella
semana de campamento con ellas, porque lejos del ambiente del instituto, en un
sitio más libre en el que no habría tantos adultos vigilando, podían pensar que
tenían vía libre para acercarse más a HyunJin. Aquella misma mañana en el desayuno
algunas de ellas le habían dedicado muchas miradas de soslayo al chico que a
SeungMin no le habían gustado ni un pelo, pero el chico había decidido que
confiar en HyunJin era lo mejor que podía hacer antes de ofuscarse demasiado
con aquel tema. Al menos aquello era lo que se decía siempre, porque no podía
sacar las uñas y porque no podía hacer que todas las chicas dejaran de admirar
lo precioso que era el otro chico y beber los vientos por él.
SeungMin
en el fondo las podía comprender porque él mismo había estado de la misma forma
al principio con HyunJin, observándolo desde la distancia, quedándose embobado
por lo perfecto que era y queriendo acercarse a él lo máximo posible. Ser su
amigo, conocerlo, pasar tiempo con él. Aquello era lo que lo había hecho salir
de la biblioteca en la que se había pasado un montón de horas en los últimos
años y apuntarse al equipo de béisbol. Se había hecho amigo de HyunJin de
aquella forma, lo había podido conocer mucho más que admirándolo desde la
distancia y, finalmente, había surgido entre ambos una chispa que hacía que el
corazón de SeungMin se acelerara cada vez que estaba cerca de él.
El
chico salió de sus pensamientos cuando comenzó a escuchar griterío y se enfocó
en el mundo que lo rodeaba, dándose cuenta de que ya había llegado hasta el
lago y que aquel lugar era un sitio muy concurrido. En aquel camping, además de
ellos, se alojaba todo tipo de gente: familias con sus hijos, excursiones de
colegios, grupos de amigos… y parecía que todos se habían reunido a las orillas
del lago para paliar el calor con el agua fresquita. Por ese motivo, porque
había un montón de gente en aquel lugar, a SeungMin le costó un poco ubicar el
lugar en el que se encontraba HyunJin con sus otros compañeros de equipo… pero,
sobre todo, le costó porque en realidad el chico no estaba acompañado por
DaeHwi y JeongIn como esperaba, sino que tenía a un grupito de chicas a su
alrededor y era todo sonrisas para ellas.
A
SeungMin le volvió a hervir la sangre como siempre le pasaba cuando algo como
aquello sucedía y decidió mandar a freír espárragos a su novio. No tenía ganas de
ver como lo de siempre sucedía una y otra vez sin que él pudiera hacer
absolutamente nada, porque era HyunJin el que le tenía que poner la solución a
ello. Y como estaba cansado y no tenía el chichi para farolillos, como siempre había
dicho Chaeng, la novia de su anterior capitán, el chico simplemente decidió que
volver a la cabaña para echar el sueño que tanto necesitaba antes del almuerzo
era lo mejor que podía hacer. Quizás, incluso ni siquiera fuera a almorzar con
los demás y simplemente se quedara en la cabaña comiéndose alguna de las miles
de bolsas de patatas que había metido en la maleta. No tenía ganas de tratar
con sus amigos y, menos, tenía ganas de bregar con HyunJin míster sonrisas.
Por
eso, con paso firme, SeungMin se dio la vuelta y caminó de nuevo bajo el sol
abrasador hacia las cabañas, tratando de no pensar más en lo que había visto en
el lago, tratando de no darle vueltas a aquello porque se comería la cabeza
para nada. Obviamente no consiguió mucho porque siempre había sido de rayarse
con todo y para cuando llegó a su cabaña, el chico lo único que tenía eran
ganas de llorar. Se contuvo, no obstante, porque al entrar al lugar se encontró
a RenJun y a JaeMin en la cama de abajo de la litera que compartían, abrazados
muy juntitos y susurrándose cosas probablemente demasiado empalagosas que
SeungMin no quería escuchar.
—Perdón
por molestar —les dijo al entrar—, pero no me hagáis caso, yo solo vengo a
echarme a dormir, podéis seguir con lo vuestro.
—¿No
ibas a estar con HyunJin? —le cuestionó JaeMin, no obstante, sí haciéndole caso—.
¿No estaba en el lago?
—Sí
estaba —respondió SeungMin, metiéndose en su cama—. Y tú lo has dicho, iba, en
pasado —murmuró, siendo un poco más brusco de lo que pretendía—, ahora solo
quiero dormir.
Sin
decir ni una palabra más, el chico se tapó con las sábanas hasta la cabeza y
les dio la espalda a sus amigos para que estos captaran el mensaje de que no
quería hablar y que no trataran de preguntarle qué era lo que había pasado
porque no les iba a responder. No tenía el cuerpo para aquello. Solo esperaba
que echando un rato de sueño la irascibilidad que sentía en esos momentos se
fuera diluyendo hasta pasar a ser prácticamente nula, solo así sería la única
manera de que todo volviera a como antes. Con un poco de suerte igual con el
sueño incluso se le olvidaba lo que había visto en el lago, lo que había visto
aquella mañana en el desayuno, lo que veía cada día de su vida en el instituto…
todo lo que pasaba porque HyunJin era incapaz de ser tan abierto como lo eran
RenJun y JaeMin, para dejar claro que ellos dos estaban saliendo juntos y así
ninguna de las chicas que lo rondaban se acercaran más de la cuenta a él.
Pero no, HyunJin era la
case de chico que no le podía hacer daño ni siquiera a una mosca y por eso no
era capaz de hacer que su relación fuese de dominio público, porque de aquella
forma le rompía el corazón a todas las chicas que estaban colgadas por él… sin
darse cuenta de que así, a quien le estaba haciendo más daño era a SeungMin.
Con
todo aquello rondando su mente y escuchando los cuchicheos de los otros dos
ocupantes de la cabaña, no supo cómo pudo quedarse dormido, porque realmente en
situaciones normales no podría haberlo hecho, pero estando tan cansado como lo
estaba por la excursión al bosque de la noche anterior, las pocas horas de
sueño que le había rascado al reloj por aquel motivo, y el agotador
entrenamiento de aquella mañana habían hecho demasiada mella en su cuerpo y
SeungMin se quedó profundamente dormido.
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