martes, 2 de julio de 2019

[One Shot] 물들어요 (Fall In Love) {YeJu}


Título: 물들어요 (Fall In Love)
Autora: Riz Aino
Pareja: YeJu (YeRin + YuJu) (GFRIEND)
Calificación: NC–17
Géneros: romance, drama, pwp, smut
Número de palabras: 3.334 palabras
Resumen: siendo compañeras de grupo, enamorarse era algo que no debían hacer… pero YeRin y Yuna no pueden evitarlo.
Advertencias: básicamente esta historia no trata más que del mantenimiento de relaciones sexuales que estarán descritas de forma bastante explícita.
Notas: historia escrita para Kari, a la que le hablé sobre las infinitas ganas de escribir esto y a quien le dije mil veces más que todavía no estaba listo.
Comentario de autora: hace milenios pensé que quería escribir otro YeJu pervertido porque adoro esta otp y adoro escribir cosas pervertidas, pero del dicho al hecho… tardé unos cuantos de meses. Espero que os guste.



            Después de debutar en el mismo grupo, estando prácticamente a todas horas juntas mientras practicaban o hacían sus actividades, poco a poco se habían dado cuenta de muchas cosas de las que antes no habían sido conscientes; como el número de veces que los ojos de una se encontraban con los de la otra, sin poder parar de seguirse con la mirada en todo momento o como todas aquellas veces que, simplemente estando al lado la una de la otra, sus corazones no dejaban de latir a un ritmo rápido y constante. Yuna se había dado cuenta de forma irremediable de que habían acabado desarrollando sentimientos la una por la otra y que aquello era algo que debían de haber evitado, por el entorno en el que se encontraban, porque eran figuras públicas que debían de mantener una fachada de perfección y ser un modelo para todas las personas que seguían sus trabajos y, en aquello, obviamente no entraba enamorarse de una compañera de grupo, con todo lo que aquello implicaba.

            YeRin y Yuna habían cruzado la línea.

            A pesar de que durante los eventos con las fans o en los vídeos que grababan, el fanservice estaba a la orden del día y todas las integrantes de GFRIEND tendían a ser cariñosas como forma de enloquecer a sus fans, para el público en general aquello no eran más que juegos, juegos que hacían los idols y que nunca debían ser verdad, porque en la realidad debían de seguir las normas —y la homosexualidad no estaba dentro de la norma en aquel país—. Por ese motivo, Yuna se trataba de engañar pensando que aquellos sentimientos no debían ser más que una fase, algo potenciado por los constantes roces que había entre ambas, estando juntas durante demasiadas horas como para que fuera bueno contarlas y también por el mundo en el que se movían, entre la delgada línea de la realidad y la mentira que contaban a sus fans.

Yuna se mentía de aquella forma porque aceptar que habían cruzado la línea era mucho más difícil y no quería admitirlo. Sin embargo, aunque Yuna se mintiera de aquella manera y no quisiera admitir sus verdaderos sentimientos y lo que había pasado entre ambas, YeRin lo sabía y YeRin había tomado la iniciativa en aquello, acogiendo sus sentimientos de buen agrado y compartiendo los suyos propios con Yuna, mostrándose sin ningún problema, demostrándole cuáles eran sus sentimientos y creando entre ellas un vínculo especial y bastante resistente a pesar de que las circunstancias en las que habían florecido aquellos sentimientos no habían sido las más propicias.

            Pero YeRin y Yuna ya habían cruzado la línea y se habían enamorado.

            Las tan ansiadas vacaciones finalmente habían llegado después de demasiados meses de trabajo sin más que unos pequeños descansos que no llegaban a más de un par de días y el piso en el que todas vivían se había quedado completamente vacío a excepción de YeRin y Yuna, quienes todavía no habían vuelto a sus casas para descansar lo máximo posible durante aquel mes sin ningún tipo de agenda que les había sido dado desde la agencia. No lo habían planeado, pero allí se encontraban, solas, mientras esperaban a que llegara la hora en la que tuvieran que irse.

            —Estamos solas —apuntó YeRin, sentándose sobre la cama de Yuna y hundiendo levemente el colchón, donde ésta se encontraba tumbada, fingiendo que leía uno de los libros que tenía por la habitación, tratando de alejar de su mente el hecho que la mayor acababa de apuntarle.
            —Lo sé —respondió—. Hace como una media hora que YeWon salió por la puerta.
            —Estamos solas —volvió a decir YeRin, inclinándose sobre el colchón, acercando su rostro al de Yuna y guiñándole un ojo de forma pícara.

            Yuna tragó saliva de forma bastante evidente ante aquello, porque sabía perfectamente que YeRin no iba a dejar eso estar y que iba a aprovechar aquel raro momento en el que estaban solas para cruzar del todo aquella línea que ya habían cruzado, para que ya no hubiera ningún tipo de vuelta a atrás en sus acciones. Yuna no estaba segura de si quería terminar de cruzar aquella línea, de si quería que no hubiera vuelta atrás, aunque por otro lado estaba deseando hacerlo, deseaba cruzarla por completo y poder sentir a YeRin entre sus brazos como nunca antes la había sentido.

La chica se mordió el labio inferior y pasó una página del libro que fingía leer porque hacía ya algunos minutos que no pasaba ninguna, tratando de ignorar la situación durante el máximo tiempo posible. Con suerte, el tiempo correría y antes de que se dieran cuenta, la hora de que ambas abandonaran aquel lugar llegaría y no podrían entretenerse.

Pero YeRin no parecía estar de acuerdo con su pensamiento de dejar el tiempo correr y desaprovechar aquella insólita situación en la que ambas estaban solas en aquel apartamento en el que vivían con sus demás compañeras de grupo. No parecía estar de acuerdo porque poco después de guiñarle el ojo comenzó a rozar con la yema de sus dedos las piernas de Yuna, de arriba abajo, aprovechándose del pantalón corto que la chica vestía y que dejaba por completo sus largas piernas al descubierto —aunque nunca tan largas como las de SoJung—. Yuna reprimió un escalofrío de placer que quiso recorrer su columna por aquel roce leve pero que podía sentir perfectamente contra su sensible piel, piel que se volvía más y más de gallina cuanto más era acariciada por YeRin y sus intentos por llamar su atención.

            Yuna suspiró y dejó de lado el libro sobre la cama para poder ver a la chica que estaba sobre su cama, observándola con aquella sonrisa que presagiaba muchas cosas y todas ellas buenas. Sin embargo, Yuna no estaba segura de aquello, no estaba segura de si realmente iba a merecer la pena encontrarse con todas esas cosas buenas, si cruzar la línea del todo era una buena idea o si era mejor que hablaran de todo aquello y trataran de detenerlo antes de que fuera demasiado tarde y se acabaran haciendo mucho más daño del que seguramente ya se habrían hecho.

            —¿Has pensado alguna vez en cuáles podrían ser las reacciones de todos si nos llegaran a descubrir? —preguntó finalmente—. Somos parte de GFRIEND…

            Inmediatamente, YeRin dejó de tocar con la yema de sus dedos las piernas de Yuna y la miró fijamente a los ojos, esta vez sin rastro alguno de picaresca en ellos. Su sonrisa también había abandonado su rostro y mostraba una expresión completamente seria, triste, como Yuna nunca antes la había visto, algo que hizo que su corazón se encogiera un poco porque había sido ella con sus palabras la que había hecho que aquella expresión apareciera en el rostro de YeRin. Ambas se sentaron en la cama, la una frente a la otra con sus piernas cruzadas y en silencio durante unos minutos, hasta que YeRin habló de nuevo.

            —Es verdad —murmuró la mayor en respuesta—. Si alguien se enterara de los sentimientos que tenemos la una por la otra sería horrible… —comentó—. A veces lo pienso, que todo esto es un error y que quizás lo mejor es que no siguiéramos adelante ahora que todavía podemos dar marcha atrás y dejar esto solo como una pequeña anécdota en nuestras vidas.

            Yuna pudo sentir en las palabras de YeRin que decía la verdad, que ella también pensaba mucho sobre aquel tema, que le había dado muchas vueltas a la cabeza antes de tomar la decisión de acercarse a Yuna y confesarle sobre sus sentimientos y sobre que estaba al tanto de los de la propia Yuna varios meses atrás; pero de la misma forma que sintió aquello, también notó en sus palabras cómo, a pesar de todo, no se arrepentía de nada de lo que habían hecho o de lo que pudieran hacer, de hecho, estaba dispuesta a aceptar cualesquiera que fueran las consecuencias que pudieran traer sus actos.

            —Si llegaran a enterarse… probablemente pensarían que es repugnante —murmuró YeRin—. Pero… no son quiénes para juzgarnos, para juzgar lo que sentimos… solo nosotras podemos juzgarlo. Si me dices que no quieres seguir adelante, que no quieres estar conmigo, entonces simplemente haremos como si lo ocurrido en los últimos meses no hubiera existido; si por el contrario quieres seguir adelante, me gustaría aprovechar que estamos solas hoy…

            YeRin volvió a dedicarle un guiño y una pequeña sonrisa pícara y Yuna sintió cómo su corazón comenzaba a latir a un ritmo más acelerado de lo que lo hacía ya, expectante. La chica podía tratar de engañar a su cabeza, podía tratar de ponerse mil y una excusas para no pensar que habían cruzado una línea que no deberían de haber cruzado, pero engañar a su corazón era otra cosa muy distinta. Yuna no podía engañarse, por muchas vueltas que le diera, por mucho que pensara en las posibles consecuencias si alguna vez eran descubiertas, por mucho que sintiera que lo que debía hacer era dar marcha atrás… Yuna quería en el fondo seguir adelante.

            —Tienes una expresión adorable mientras piensas —murmuró YeRin, sonriendo encantadoramente, una sonrisa que Yuna correspondió al instante.
            —Tengo miedo —susurró—, pero… aunque tengo miedo quiero seguir con esto, quiero seguir contigo… no creo que fuera capaz de alejarme de ti y de hacer como si todo esto no hubiera existido.
            —Si no tuvieras miedo, no serías humana —respondió YeRin.

            La mayor se puso de rodillas sobre el colchón y después apoyó una de sus manos en éste mientras que la otra la usó para tomar el rostro de Yuna, mirándola fijamente a los ojos, tratando de transmitirle seguridad, se acercó lentamente hasta que finalmente sus labios se rozaron en un suave y corto beso que hizo a Yuna suspirar, porque los labios de YeRin eran sauves y cálidos contra los suyos y se amoldaban perfectamente con éstos, encajando como las piezas de un puzle. Después el beso se volvió mucho más candente, YeRin haciendo mucha más presión contra los labios de Yuna y sus bocas abriéndose y usando sus lenguas para convertirlo en un beso húmedo y caliente, pausado a pesar del acelerado ritmo de sus corazones, que les pedían que fueran mucho más rápido. Sin embargo, sus besos siempre comenzaban así, lentos, saboreándose la una a la otra al máximo y durante el máximo tiempo posible, porque siempre habían aprovechado escasos momentos en los que no tenían a nadie alrededor y habían necesitado poder seguir sintiendo aquellos besos durante el mayor tiempo posible para aguantar las ganas de saltar sobre la otra cuando no podían hacerlo.

            Yuna tuvo que agarrarse a la camiseta que YeRin llevaba ante la intensidad de aquel beso y gimió levemente dentro de éste, haciendo que la mayor se alejara de él para observarla con un creciente fuego en su mirada. Hasta aquel día solo se habían dado besos, besos furtivos, besos robados, besos excitantes que las habían dejado con ganas de ir mucho más allá cada vez; pero por primera vez, aquel fuego que ardía en los ojos de YeRin —y Yuna apostaba a que también lo hacía en los suyos— iba a poder ser apagado tocando sus cuerpos.

            —Nunca habías gemido —murmuró, sorprendida.
            —Nunca había estado en posición de poder gemir sin que nadie me escuchara —replicó Yuna, haciendo que YeRin sonriera antes de aprovechar su posición de rodillas para echarse sobre ella y que ambas acabaran tumbadas sobre la cama.

            Yuna sonrió durante unos momentos, pero la sonrisa se borró de su rostro cuando YeRin comenzó a besar su cuello, de forma leve, para no dejar ninguna marca incriminatoria y acabó mordiéndose el labio inferior para que los gemidos que pugnaban por salir de su garganta no lo hicieran con la intensidad que pretendían, sino con un volumen mucho más bajo. Su cuello era demasiado sensible, un lugar débil ante los besos y las caricias y YeRin lo sabía perfectamente, por eso Yuna se agarraba con fuerza a la camiseta de la mayor y los dedos de sus pies estaban encogidos sobre las sábanas de su cama mientras la mayor exploraba su cuello con sus labios y su lengua, provocando que su cuerpo estuviera en tensión y relax a la vez.

            Las manos de YeRin no se mantuvieron quietas mucho tiempo, comenzando a tocar su piel por debajo de la veraniega y escasa ropa que Yuna llevaba, levantándola para exponer al cálido aire de la habitación que cada vez se iba haciendo más y más cálido su cuerpo, retirando poco a poco las prendas que le estorbaban, primero la camiseta de rayas blanca y roja y el sujetador blanco después. YeRin dejó de besar su cuello y comenzó a dejar un camino descendente de besos por su clavícula y por sus pechos, entreteniéndose en estos, lamiendo y mordiendo sus pezones, provocando que Yuna comenzara a sentir un calor insoportable en su entrepierna, un calor que tenía que ser aplacado rápido, pero que la chica tenía la sensación de que no iba a ser próximamente apagado —porque YeRin solía ser una chica acelerada, pero cuando estaban juntas siempre se tomaba su tiempo, Yuna lo había aprendido con los besos e intuía que para el resto sería igual—; pero no le importaba en lo más mínimo, porque todo su cuerpo reaccionaba a los besos y las caricias de la mayor en cualquier parte de éste.

            De forma repentina, Yuna dejó de sentir el cuerpo de YeRin sobre el suyo y, cuando abrió sus ojos, que había cerrado anteriormente para poder sumirse mejor en el placer, pudo ver cómo ésta se sacaba la camiseta por la cabeza y se desabrochaba su propio sujetador con rapidez, como si aquellas prendas le estuvieran molestando demasiado y no pudiera soportarlas ni un solo segundo más. A su camiseta le siguieron sus pantalones cortos y sus braguitas, quedándose de aquella forma completamente desnuda ante Yuna, quien se quedó sin respiración al verla de aquella forma y en su cama. Muchas veces se habían visto desnudas la una a la otra, demasiadas, pero nunca había sido tan excitante como en ese momento.

            —Hace mucho calor, ¿no? —murmuró, inclinándose sobre Yuna, llevando sus dedos a la cinturilla de su pantalón para desabrochárselo.
            —Mucho calor —coincidió ésta, dejando que la mayor la desnudara por completo.
            —Estás completamente húmeda —comentó YeRin.

Yuna notó cómo sus mejillas comenzaron a arder, por culpa de un sonrojo que ascendió hasta ellas por esas palabras que no esperaba escuchar y para las que no se había preparado; como tampoco se había preparado para que la mayor siguiera con la exploración de su cuerpo en su entrepierna, utilizando su lengua en su clítoris y provocando que un gemido saliera desde lo más profundo de la garganta de Yuna. La chica pensaba que YeRin se tomaría su tiempo, que irían lentamente descubriendo sus cuerpos mutuamente y que se recrearían en el placer, pero a Yuna le encantaba que ésta hubiera decidido ir al grano porque aquella zona de su cuerpo estaba muy húmeda y caliente y necesitaba atención, necesitaba que la lengua, los labios y los dientes de YeRin jugaran con ella.

—Ahhh… mmmm…

Los jadeos y gemidos se escapaban de sus labios sin que Yuna pudiera controlarlos y cada vez que alguno se dejaba escuchar en la candente habitación, notaba la sonrisa de YeRin contra su entrepierna y se encendía muchísimo más de lo que ya lo estaba, porque el fuego se estaba acumulando en su interior y la chica se sentía a punto de estallar en un orgasmo maravilloso, provocado por YeRin. Sin embargo, en cuanto su cuerpo comenzó a tensarse un poco, preparándose para el clímax, YeRin se alejó de su entrepierna y comenzó a subir por su cuerpo, dejando besos en cada parte que encontraba a su paso hasta llegar de nuevo a los labios de Yuna y besarlos, esta vez de una forma bastante más acelerada a la que acostumbraba. Yuna sintió su propio sabor dentro de aquel beso y sintió la imperiosa necesidad de tocar y tocar a YeRin, para que ésta también se sintiera a punto de estallar y alejarse antes de que terminara de hacerlo, por eso, comenzó a tocar el cuerpo de la mayor, introduciendo una mano entre sus estómagos hasta llegar a la zona en la que sus entrepiernas se rozaban levemente. Yuna introdujo su mano en aquel lugar y comenzó a tocar a YeRin, sintiéndola completamente húmeda, así que, no pudo evitar que una sonrisa se instalara en sus labios dentro del beso.

            —Ahhh… —jadeó en ese momento YeRin, separando sus bocas para mirar con sorpresa a Yuna—. No me esperaba esto.
            —No solo puedo ser yo la que se sienta bien —respondió ella, aprovechando para llevar sus dedos un poco más allá e introducir el corazón en el interior de YeRin, sacando de ésta otro gemido—. Tú también estás completamente húmeda —murmuró, replicando las palabras que la otra le había dirigido solo un poco antes, viendo en ella el mismo sonrojo que había aparecido en su rostro.

            Yuna movió su dedo dentro de YeRin una y otra vez, dentro y fuera y hacia los lados, para poco después introducir otro más y así sentir cómo las húmedas paredes de la mayor ejercían una mayor presión sobre ellos. YeRin se derretía y jadeaba más y más con cada momento que pasaba, sin poder mantener sus ojos abiertos y mordiéndose el labio inferior sumida en el placer, por lo que, cuando su interior comenzó a contraerse sobre sus dedos, cerca del orgasmo, Yuna los sacó rápidamente, obteniendo de YeRin una mirada de reproche.

            —Eres un mal bicho… —le dijo.
            —Aprendí de la mejor —replicó ella.

            Las dos se miraron unos instantes a los ojos antes de acercar sus rostros para besarse otra vez, acomodándose sobre la cama para tener un mejor acceso la una al interior de la otra y comenzar a tocarse mientras sus lenguas danzaban en sus bocas a un ritmo desigual y lleno de gemidos y jadeos que culminaron con ambas llegando al tan ansiado clímax, que las dejó llenas de debilidad y felicidad sobre aquella cama, tratando de recuperar su respiración y viendo estrellas en sus párpados cerrados. Yuna se sentía en el paraíso, aunque tenía constancia de que después de aquello había dado un paso hacia delante que no podría deshacer, había cruzado por completo la línea que ninguna de las dos debía de haber cruzado, porque no solo se había enamorado de YeRin, sino que también se había involucrado muchísimo más al haberse acostado con ella. Sin embargo, la chica no se arrepentía de ninguna de las dos cosas.








Notas finales:
—Llevaba milenios sin escribir un smut yuri tan preciso, por lo que estoy un poco asustada por si ha quedado algo extraño… aun así, he hecho mu mejor esfuerzo y me siento super orgullosa de haber podido salir de mi bloqueo con una historia tan difícil como ésta.
—Y, por último, ¿habéis visto el precioso y maravilloso comeback que han hecho las niñas? Porque I'm in love y pensando más fanfics para escribir.

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