Título:
명랑金동회
Autora: Riz Aino
Pareja:
BomJae (JaeHyun + BoMin) (Golden Child)
Clasificación: PG
Géneros:
AU, high school, sports, romance, drama, humor
Número de palabras: 1.802 palabras
Resumen: JaeHyun y BoMin no se soportan el uno al otro… pero
deberán trabajar juntos si quieren ganar el primer puesto.
Notas: continuando con la tradición de escribir algo cada vez
que Gol–Cha hace algo con sus vidas, acabé escribiendo esto, que es cortito,
pero es cuqui.
Comentario de autora: aprovechando el primer mini concierto que tuvieron los
niños, decidí hacer una historia especial con ello antes de ponerme manos a la
obra con los drabbles del siguiente comeback.
Espero que os gusten.
El
festival deportivo que celebraba aquel verano el instituto, antes de que las
clases terminaran por fin para las tan ansiadas vacaciones de verano, era algo
a lo que Choi BoMin no solía prestarle demasiada atención porque no le gustaba
el jaleo que se montaba en torno a aquel día y todos los preparativos que había
que hacer para que todo saliera bien. Lo que menos le gustaba era tener que
pasarse un día entero bajo el sol abrasador del verano en la pista del instituto
teniendo que hacer diversas pruebas y teniendo que ganarlas además porque de
aquella forma su clase ganaría beneficios para el siguiente semestre. Por todo
aquello, el chico trataba siempre de evitar todo lo que tuviera que ver con el
festival deportivo, porque no le gustaba nada todo aquello… pero allí se
encontraba, en la pista en la que iban a celebrar una carrera de a tres
piernas, con su pierna izquierda atada a la del chico que más odiaba de todo el
instituto, Bong JaeHyun.
¿Cómo había pasado? Su
clase lo había chantajeado emocionalmente y al final BoMin había tenido que
ceder a sus chantajes. Así que, había acabado apuntado a la carrera de tres
piernas con el otro chico, a pesar de que había muchos otros que podían
competir con él. “Y tenéis que ganar”
les había dicho DongHyun “No vale solo
que participéis”, por lo que BoMin además había estado una semana ensayando
para correr junto al otro chico, tratando de cooperar por el bien común y
dejando de lado su odio mutuo de forma momentánea, simplemente adecuándose el
uno al otro para correr y estando sin dirigirse la palabra el resto del tiempo.
Para BoMin todo era una tortura y el chico se pasó toda la semana deseando que ésta
pasara rápido y que llegara el sábado para hacer la prueba, intentar ganar por
todos los medios y después simplemente no volver a tener nada que ver con
JaeHyun por el resto de su vida.
¿Por qué
le caía mal JaeHyun? Bueno… esa no era la pregunta exacta que debía de
hacérsele, más bien era al revés. Por qué desde el primer día en el que ambos
entraron a aquella clase y acabaron sentado juntos por casualidades del
universo, JaeHyun lo había tratado de malas maneras, siendo frío con él, no
mirándolo o respondiéndole cuando le decía algo. Bong JaeHyun lo había odiado
desde el minuto cero y entonces BoMin había decidido seguir su ejemplo y
odiarlo también, poniendo una barrera muy alta entre ellos. Por ese motivo, ni
pasándose la semana juntos practicando para el día del festival no hacer el más
absoluto ridículo, se habían dirigido la palabra más de lo necesario y, por
eso, BoMin lo único que había deseado durante toda la semana era que aquello
terminara de una vez por todas y con eso tenía suficiente.
Cuando el
día del festival deportivo finalmente llegó, BoMin tuvo que estar a pie de
pista con el resto de sus compañeros de clase, bajo el sol abrasador del verano
y con temperaturas bastante altas y solo una botella con agua calentorra a
mano, en lugar de encontrarse en su lugar habitual cuando se celebraban
aquellos festivales, en la biblioteca, fresquito, rodeado de silencio y de
libros y frente a la máquina de aire acondicionado. Nunca había disfrutado de
aquella clase de eventos, aunque siempre se le había dado bien correr y era
bastante rápido aún sin entrenar —probablemente, por ese mismo motivo era por
lo que lo habían elegido a él para que participara en aquello— así que no había
sido nunca su prioridad ir a ver aquellas pruebas entre las diferentes clases
de aquel instituto. No obstante, ya que estaba allí y no tenía nada que hacer
más, simplemente se dedicó a observar todas las pruebas —aunque no las viviera
tanto como sus demás compañeros de instituto, que jaleaban y animaban a los
participantes de sus clases para que ganaran—.
El tiempo
fue pasando rápido y, antes de que se diera cuenta de ello, el profesor de Gimnasia
se acercó hasta donde él estaba para indicarle que debía de ir preparándose,
que la prueba en la que participaría junto a JaeHyun empezaría en solo unos
minutos. BoMin sonrió, porque después de que aquella prueba terminara ya no
tendría que estar más tiempo con el otro chico al que odiaba, ni se tendría que
quedar hasta que aquel dichoso festival terminara. Una vez cruzara la línea de
meta, simplemente se iría del lugar porque ya habría cumplido con lo que le
habían hecho prometer sus compañeros de clase.
—¡Bong
JaeHyun! ¡Choi BoMin!
Sus compañeros
comenzaron a animarlos en cuanto ambos se levantaron de las gradas, a pesar de
que la prueba ni siquiera había empezado y BoMin no pudo evitar poner los ojos
en blanco antes de seguir al profesor, sabiendo que, justo detrás de él se
encontraba JaeHyun, siguiéndolos a ambos hasta que llegaron al lugar en el que debían
ponerse las cintas que atarían sus piernas juntas para practicar unos momentos antes
de que la prueba de verdad comenzara. Mientras el profesor los ataba bien
juntos para que las cintas no se soltaran durante la carrera, BoMin simplemente
se dedicó a mirar sin ver al frente, a pesar de que era plenamente consciente
del cuerpo que se encontraba a su lado, pegado a él… pero no lo miraría y no le
dedicaría ni una palabra, simplemente correría con el chico tal y como habían
estado ensayando esa semana y arreando.
Todo
volvería a ser como antes y BoMin tendría mucho más cuidado a partir de aquel
momento para que sus compañeros de clase no lo volvieran a chantajear de
aquella manera para ayudarlos en algo en lo que no quisiera.
Aprovechando
los minutos restantes para la carrera, mientras acababa la prueba de los
relevos, ambos aprovecharon para caminar un poco por el lateral, tratando de hacerse
de nuevo al paso del otro y acostumbrándose a hacer las cosas a la vez para en
la carrera no hacer el ridículo y, cuando consiguieron estar en sincronía,
simplemente se dirigieron hacia la zona de salida, donde esperarían hasta que
les dieran la señal de que comenzaba la prueba. Mientras esperaban, BoMin no pudo
evitar pensar en lo que lo había llevado hasta aquel momento y tampoco pudo
evitar pensar en la resolución de acabar lo más rápido posible todo aquello y salir
de allí raudo y veloz antes de que sus compañeros lo liaran en alguna cosa más.
—¿Estáis
preparados? —cuestionó el profesor, cuando todos los participantes se
encontraban en la línea de salida.
—¡Sí! —respondieron
todos al unísono.
BoMin
suspiró profundamente y después le pasó el brazo por el hombro a JaeHyun,
atrayéndolo a su cuerpo, notando cómo el otro chico hacía lo mismo en su
cintura, quedándose pegados el uno al otro.
—Ganemos…
—le dijo JaeHyun en ese momento y BoMin simplemente asintió.
El profesor
dio el pistoletazo de salida justo después y ambos comenzaron a correr,
moviendo sus piernas de la forma que habían practicado toda aquella semana, a
la vez, adaptándose al ritmo del otro y avanzando rápido por la pista, viendo
la meta cada vez más y más cerca. BoMin ni siquiera escuchó los gritos de ánimo
que procedían de sus compañeros de clase o los de las otras clases que animaban
a sus competidores, simplemente avanzó y avanzó hasta que finalmente ambos
atravesaron la meta, llevándose la cinta consigo, indicando que habían llegado
los primeros.
BoMin se
sintió aliviado y feliz porque todo había terminado por fin y habían ganado
incluso, así que, lo dejarían todos en paz y ya no tendría que hacer
absolutamente nada más, todo volvería a ser como antes de que aquel festival
deportivo se cruzara en su camino. Sin embargo, BoMin no podía estar más
equivocado… aquello iba a cambiarlo absolutamente todo, inclusive su relación
con Bong JaeHyun… más bien, sobre todo, su relación con Bong JaeHyun. Porque
BoMin apenas había terminado de quitarles las cintas que los unían y se había
alzado de nuevo, libre de tener que estar pegado al cuerpo del otro chico,
cuando éste había saltado literalmente a sus brazos, rodeando sus piernas en su
cintura y abrazándose fuertemente a él, eufórico, con una sonrisa en sus labios
que BoMin jamás había presenciado antes.
—¡Hemos
ganado! —le dijo JaeHyun.
Y antes
siquiera de que BoMin pudiera responder a aquella euforia, el chico se inclino
hacia él y le dio un beso en los labios que lo dejó sin respiración y
completamente confundido porque JaeHyun, el chico que lo odiaba y que él odiaba
lo estaba besando.
—¿Qué…?
Fue lo único que pudo
decir BoMin cuando el otro chico dejó de besarlo, porque antes de que pudiera
decir nada más, JaeHyun había comenzado a hablar atropelladamente, con sus ojos
brillantes de felicidad y una enorme sonrisa, contándole que siempre había sido
demasiado tímido y que no le gustaba relacionarse especialmente con la gente,
que le costaba, pero sobre todo le costaba relacionarse con aquellos por los
que sentía cosas y que, desde el principio, se había sentido atraído hacia
BoMin y por eso había orquestado todo aquello con DongHyun, para poder estar
junto a él más tiempo, para armarse de valor y para cumplirse la promesa de que
si ganaban le diría sobre sus sentimientos.
Y BoMin no supo qué
responder a todo aquello porque había pasado todo de golpe y su cerebro no
funcionaba de la forma en la que debía de hacerlo… pero el chico sí que supo
que a partir de aquel momento todo iba a cambiar entre ellos y, por alguna
razón, sentía que el cambio iba a ser a mucho mejor.
Notas finales:
—Realmente antes de empezar a escribir no tenía
especialmente claro qué era lo que iba a hacer, quería que la historia fuera de
un festival deportivo en el colegio, pero no tenía mucha más idea de qué hacer
y cuando me puse a escribir a ver qué sacaba, lo saqué del tirón en un rato,
sin casi pensar en lo que estaba escribiendo.
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