Título: Accidentally on purpose (make me behave)
Autora:
Riz Aino
Pareja:
YongWook (Mill + Nine) (OnlyOneOf)
Clasificación:
NC–17
Géneros:
AU, college, “romance”, humor, smut, pwp
Número de palabras:
4.460 palabras
Resumen:
YongSoo tiene déficit de atención en las clases online y su mejor amigo WookJin
decide ayudarlo con aquello en lo que tiene problemas… pero el mayor problema
de YongSoo se llama Jung WookJin y es demasiado guapo como para que el chico
pueda prestar atención a lo que le explica.
Advertencias:
relaciones sexuales explícitas con un leve toque de bdsm porque hay un poquitín
de spanking.
Notas: la historia
nació debido a que Nine, cuando hace directos, suele enseñar cómo suenan las
canciones, partes de la instrumental, grabaciones o a tocar el teclado.
Comentario de autora:
tenía esta historia programada para hacerla fuera de la colección porque al
principio iba a tener un desarrollo un poco diferente, pero al empezar a
plotearla, tomó este destino y acabó encajando bien en la colección. Espero que
os guste.
Accidentally on purpose (make
me behave)
—Me debes una comida por hacer esto —le dijo WookJin, su
mejor amigo, en el mismo instante en el que su imagen apareció en la pantalla
de su ordenador—. Y si apruebas el examen lo que me debes es la vida, capullo.
—Tú siempre tan agradable —murmuró YongSoo en respuesta—,
pero gracias por tomarte la molestia, si apruebo te deberé siete comidas.
—Me gusta la idea —contestó WookJin, arremangándose—. ¿Quieres
que empecemos?
YongSoo asintió y WookJin esbozó una sonrisa encantadora
antes de comenzar a hablar, explicándole aquello que no había entendido en las
últimas clases para que el chico tuviera algo de idea de la materia antes de ir
al examen. Debido a la situación de pandemia global por el covid, las clases en
la universidad habían dejado de ser presenciales y habían comenzado a ser dadas
online, algo que a YongSoo le había hecho perder completamente el ritmo porque
no se acostumbraba a ello. Si ya de por si le costaba concentrarse en las
soporíferas clases presenciales en las que no se dormía porque el profesor
estaba delante y no podía hacerlo, en las clases online sencillamente le era
casi imposible. Perdía mucho el norte y se distraía pensando en otras cosas o simple
y llanamente metiéndose en internet para hacer otras cosas mejores porque las
clases eran insufribles. YongSoo tenía un déficit de atención bastante grande y
casi había perdido toda esperanza con aquella insoportable asignatura, pero al ofrecerse
WookJin a ayudarlo, un poquitín de esperanza había vuelto a él. No obstante, la
esperanza por aprobar el examen le duró poco, más o menos diez minutos.
YongSoo seguía teniendo la capacidad de atención de un
mosquito… de un mosquito en celo. A pesar de que WookJin estaba afanándose en
explicarle todo lo que le había comentado que no entendía, punto por punto, de
una forma muy fácil y accesible, YongSoo no podía concentrarse en sus palabras
ni en tratar de entenderlas porque lo único que podía hacer era mirarlo
completamente embobado a través de la pantalla de su ordenador porque su amigo
era el tío más guapo del universo y, aunque YongSoo siempre había pensado
aquello, su pensamiento nunca había pasado de allí. No obstante, en aquellos
momentos, lo único que podía pensar era en las ganas que tenía de tener a
WookJin con él metido en la cama, metido dentro de su cuerpo, porque estaba
increíblemente atractivo con la ropa que se había puesto aquel día, aunque solo
era un jersey de rayas azul oscuro y unos vaqueros ajustados… pero allí estaba,
sin poder concentrarse en absolutamente nada más que en lo bien que le quedaba
y lo guapo que era y lo mucho que lo quería en su cama.
—¿Me estás atendiendo, Lee YongSoo? —le preguntó en ese
momento WookJin, sacándolo de sus pensamientos, con una de sus cejas alzada, de
forma inquisitiva.
—Oh… mmm… ¿sí? —respondió, aunque obviamente su respuesta
lo único que hizo fue confirmarle a WookJin que no le estaba haciendo caso—. Lo
siento —murmuró inmediatamente después—. Me cuesta concentrarme con el
ordenador y contigo siendo tan condenadamente guapo.
WookJin lo miró fijamente a través de la pantalla, sus
ojos oscuros casi metiéndose dentro de él y YongSoo tuvo que tragar saliva
porque la boca se le había quedado repentinamente seca. Cada vez que el chico
lo miraba de esa forma, no podía evitarlo porque lo único en lo que podía
pensar era en que la mayoría de las veces en las que lo miraba así era cuando
estaba jugando con su boca en su miembro, lamiéndolo, besándolo, metiéndoselo
entero en la boca mientras no dejaba de mirarlo. No era la primera vez que
pasaba y YongSoo sabía que no sería tampoco la última, habían llegado al
acuerdo de ser amigos con derechos, amigos que cuando tenían algún calentón se
acostaban juntos… aunque en los últimos tiempos, pasando tanto tiempo sin salir
mucho debido a la pandemia, habían pasado bastantes mañanas, tardes y noches en
la cama. A YongSoo le gustaba cuando pasaba y no podía evitar quererlo una y
otra vez.
—¿Quieres aprobar? —le preguntó entonces WookJin. YongSoo
salió de sus pensamientos con aquella pregunta y asintió—. Céntrate entonces
—dijo.
YongSoo suspiró profundamente y después trató de mandar
todos los pensamientos impuros que estaba teniendo en aquellos momentos sobre
el otro que no lo dejaban concentrarse. Le fue difícil, muy difícil, pero lo
consiguió durante unos cuantos minutos, entendiendo incluso lo que WookJin le
estaba explicando. No obstante, su concentración se volvió a romper en el
momento en el que WookJin se pasó la lengua por los labios para humedecérselos
antes de seguir hablando. Se volvió a perder en sus propios pensamientos, sin
escuchar a su amigo de nuevo, desconectando de la realidad y simplemente
imaginando que el chico estaba con él en su habitación en lugar de en la otra
punta de la residencia, imaginando que se metía en la cama con él y que tocaba entero
su cuerpo desnudo con aquellas manos grandes de dedos increíblemente largos que
sabía manejar como nadie.
—YongSoo… —murmuró WookJin—. Compórtate y atiende.
—Haz que me comporte —respondió, sin poder contenerse.
Un brillo salvaje apareció en la mirada de WookJin en ese
momento, un brillo que provocó que el corazón de YongSoo se parase durante un
segundo para después comenzar a latir con locura dentro de su pecho. Sabía que
con sus palabras acababa de desatar a una bestia y que, aunque WookJin había
tratado de hacer que la sesión de estudio fuera de estudio, en esos momentos ya
no lo iba a tratar más e iba a obtener lo que había buscado. No obstante,
YongSoo decidió hacer algo más, algo para acabar de tentar a WookJin y que éste
fuera a su habitación lo más rápido que le permitieran sus piernas. Movió
entonces un poco hacia atrás la silla en la que estaba sentado en el
escritorio, no mucho, solo lo suficiente para que la cámara del portátil
captara un poco de la mitad inferior de su cuerpo y bajó la cremallera de sus
vaqueros, metiendo la mano dentro de sus calzoncillos, sin querer apartar la
mirada de los ardientes ojos de WookJin. El chico volvió a relamerse, pero en esta
ocasión no porque se le hubiera quedado la boca seca al hablar, sino porque la
visión que tenía ante él lo excitaba de sobremanera y quería comérselo
enterito.
—No sabes lo que estás haciendo —murmuró WookJin en ese
momento.
—Creo que sí lo sé —le contestó.
YongSoo se siguió tocando, su mano dentro de sus
calzoncillos sin parar ni un solo momento, tocándose bajo la atenta mirada de
WookJin y sintiéndose cada vez más excitado porque aquella mirada era demasiado
intensa y decía demasiadas cosas. La sangre comenzó a acumularse en su
entrepierna con rapidez, quizás mucho más rápido que de costumbre cuando se
masturbaba, solo porque lo estaba haciendo ante WookJin, a través de la
pantalla de su portátil. El pre semen también estaba comenzando a aparecer en
la punta de su miembro, aquel líquido viscoso que humedecía sus calzoncillos y
sus dedos y que provocaba que su mano se moviera mucho mejor, con más
facilidad, sobre su creciente erección, una erección que se volvía cada vez más
y más sensible a su roce, sobre todo su punta, volviéndose de color rosa
intenso, cada vez más húmeda, con YongSoo sintiéndose a punto de estallar en un
orgasmo exquisito. No obstante, a pesar de que sentía que no podía más, quiso
aguantar y decidió sacar su miembro de sus pantalones mostrándolo erecto, con
las venas que lo recorrían señalándose sobre su piel, y húmedo. Los ojos de
WookJin se fijaron totalmente en su miembro, con el fuego del deseo hirviendo
completamente en ellos y volvió a relamerse.
—Si te corres mientras estoy tratando de explicarte esta
asignatura te juro que voy a ir a tu habitación y te voy a dejar completamente
seco —le advirtió el chico.
—Hazlo —fue lo único que YongSoo le contestó, pero
aquella palabra sonó como un gemido leve, lleno de aire porque había comenzado
a respirar de forma irregular.
La mirada de WookJin a través de la pantalla de su
ordenador pareció enloquecer y YongSoo supo que con aquello lo había retado,
pero él no iba a claudicar, no cuando se sentía tan al borde del abismo. Siguió
tocándose porque era la única cosa que podía y que quería hacer, tocando su
miembro, también sus testículos, buscando alargarlo un poco más, queriendo
durar, aunque fuera un minuto más, cambiando la intensidad del ritmo,
volviéndose loco a sí mismo con ello, pero, sobre todo, volviendo loco a
WookJin. YongSoo comenzó a gemir levemente cuanto más cerca del orgasmo se
encontraba, pequeños jadeos y gemidos que apenas los debía de escuchar su amigo
a través del micrófono pero que hicieron que WookJin se tensara al otro lado de
la pantalla. Si no hubiera estado tal al borde del abismo, tan cerca de llegar
al clímax, YongSoo le habría dedicado una sonrisa pícara a su amigo, pero lo
único que pudo hacer fue morderse el labio inferior para no dejar escapar un
gemido mucho más alto que pudiera escucharse en las habitaciones continuas
mientras notaba cómo el placer recorría todo su sistema nervioso a la vez que
notaba su semen caer sobre su mano y un poco sobre su ropa también. Tuvo que
abrir su boca tan solo unos momentos después porque no podía respirar con
normalidad solo por la nariz y algunos jadeos escaparon sin que los pudiera
detener, también tuvo que cerrar los ojos, abandonándose del todo al placer
porque no podía mantener su mirada fija en WookJin, quien parecía haber perdido
del todo la cordura.
YongSoo tardó unos momentos en recuperar el control de su
cuerpo, pero para cuando lo hizo y buscó a WookJin en la pantalla de su
ordenador, la llamada había finalizado y este ya no se encontraba allí. Una
sonrisa de satisfacción absoluta apareció en ese momento en su rostro porque se
había masturbado ante WookJin y aquello había provocado un orgasmo exquisito,
además de haber encendido al otro lo suficiente para que mandara a la mierda
todo lo que había planteado para aquella tarde. YongSoo sabía que quizás
durante el examen se arrepentiría muchísimo de aquello, pero en esos momentos
no le importaba lo suficiente porque lo único que quería era a WookJin dentro
de él, a la mayor brevedad posible. Todavía tenía una leve sensación de placer
sordo recorriendo su cuerpo cuando escuchó cómo la clave para abrir su puerta
era introducida en la cerradura y no pudo evitar que su sonrisa se ampliara
cuando giró su cabeza hacia la puerta y WookJin apareció por ella.
—Te juro que te vas a
arrepentir de esto —dijo WookJin nada más entrar a la habitación, cuando no
había cerrado prácticamente la puerta.
—Haz que me arrepienta —lo tentó.
No tuvo que decir nada más. WookJin salvó la distancia
que los separaba en un par de zancadas y se inclinó sobre él, agarrando su
rostro con sus manos, besándolo. Sus labios chocaron en un beso intenso desde
el primer momento y YongSoo se quedó sin respiración al inicio porque no se lo
había esperado. No eran muchas las ocasiones en las que se besaban, simplemente
se metían en la cama del otro, se tocaban todo el cuerpo, se daban el placer
que necesitaban y seguían adelante, pero cuando se besaban, cuando se besaban
todo era mucho mejor, todo se volvía más intenso y más caliente. YongSoo
respondió a aquel beso demandante por inercia, moviendo su boca al compás de la
de WookJin, moviendo su cabeza, inclinándola para poder tener mejor acceso cuando
la abrió y sacó su lengua, buscando enredarla con la del otro. WookJin lamió su
lengua en respuesta y siguió besándolo, una y otra vez, sin parar, respirando
dentro del beso a pesar de que era difícil hacerlo, llevando también su mano
derecha hasta su nuca, enredando sus dedos en su pelo, separándose de él
inmediatamente después de hacerlo.
—Me gusta que tengas el pelo más largo ahora —murmuró,
casi contra sus labios, mirándolo con un deseo infinito por él—. Ahora puedo
agarrar.
YongSoo abrió la boca para contestarle, pero no pudo
decir nada porque inmediatamente la lengua de WookJin se coló dentro, buscando
la suya, volviendo a besarlo, desenfrenado, casi con locura, inclinándose más
sobre él, pegándose más a él. YongSoo acabó gimiendo dentro de aquel intenso
beso y aquello pareció provocar a WookJin, que acabó separándose de él durante
un solo segundo para después subirse sobre sus piernas en la silla, pegando sus
torsos y volviendo a agarrar su rostro con las dos manos para seguir besándolo,
una y otra vez. Los besos a veces no eran más que un choque de labios, de
lenguas o de dientes, descoordinados en su mayoría, la saliva resbalándoles por
sus barbillas, pero YongSoo no pudo evitar perderse en ellos y buscar más,
sintiéndose cada vez más extasiado por ellos y más excitado por el roce de los
vaqueros de WookJin contra su miembro, todavía sensible por el orgasmo, pero
comenzando a responder a todo aquello.
—Voy a comerte enterito —le dijo WookJin—. De los pies a
la cabeza —y añadió—: y te voy a castigar por haberme hecho venir hasta aquí a
comerte entero cuando lo que deberíamos estar haciendo es estudiar.
—Castígame —replicó él. Inmediatamente, una sonrisa
pícara apareció en los labios de su amigo.
—Vamos a la cama. Ya.
YongSoo asintió y WookJin no tardó ni un solo segundo en
levantarse de sus piernas y caminar hasta su cama, sentándose en ella. YongSoo
tardó un poco más en hacerlo, guardándose su miembro de nuevo dentro de sus
calzoncillos, aunque no se molestó en abrocharse de nuevo los vaqueros porque
en breves iban a estar tirados en el suelo. Caminó hacia la cama tras WookJin y
se sentó a su lado, sintiendo una pequeña expectación en su interior, porque no
sabía a qué podía atenerse con aquello del castigo que le iba a imponer el otro
por no haberse comportado mientras trataba de explicarle el temario, pero
sentía que le iba a gustar, fuera lo que fuera. Ya había tratado alguna que
otra cosa un poco mas extraña con WookJin, cosas que no podía tratar con sus
ligues de una noche, pero con él sí que podía hacerlo y, además, solía ser él
quien le proponía cosas y YongSoo simplemente aceptaba porque introducir alguna
nueva dinámica hacía aquellos encuentros que muchas veces no pasaban de
acostarse simple y llanamente porque necesitaban desahogarse para no perder el
interés en seguir haciendo aquello juntos.
WookJin se quito el jersey de rayas que llevaba, sin
ceremonias, sin miramientos, simplemente quedándose desnudo de cintura para
arriba, llevando sus manos inmediatamente después hasta el filo de la camiseta
de YongSoo para quitársela también. YongSoo lo dejó hacer, alzando sus brazos
hasta que ésta salió por su cabeza y extremidades. En el momento en el que la
camiseta estuvo en el suelo, WookJin se acercó a él y lo empujó suavemente
sobre la cama, provocando que quedara con la espalda contra el colchón,
subiéndose de nuevo sobre él, con sus rodillas a cada lado de sus caderas,
rozando sus entrepiernas, moviendo sus caderas, frotándose contra él a la vez
que se mordía el labio inferior, una expresión completamente erótica, casi pornográfica
en su rostro. YongSoo tuvo que coger aire desesperadamente porque aquella
visión había hecho que dejara de respirar durante unos momentos, pero al notar
el miembro de WookJin, volviéndose más duro cuanto más se frotaba contra él, lo
hizo volver a quedarse sin aire.
El chico se inclinó sobre él y comenzó a besar su cuello
y a morder, sabiendo perfectamente que estaba dejando marca y, obviamente,
haciéndolo a propósito. Si hubieran estado teniendo clases presenciales,
aquellos chupetones serían muy difíciles de esconder, pero con las clases
online podía permitirle que lo hiciera, podía permitirle que lo marcara tanto
como quisiera porque, después de todo, WookJin era su único amigo en aquella
residencia, le daba igual lo que los demás pudieran decir sobre sus practicas
sexuales y, además, le gustaba, le gustaba cuando WookJin mordía. Le gustaba
quizás demasiado. Tuvo que llevar sus manos a su boca para que los gemidos que
pugnaban por salir de su garganta quedaran ahogados, porque lo que no podía
permitirse era que lo escuchasen acostarse con WookJin y gemir fuerte, como
quería, como si estuviera en celo, por eso, solo jadeos ahogados salieron de su
boca, jadeos intensos, cada vez más intensos, conforme WookJin decidía moverse
por su cuello, hacia los lugares más sensibles de éste.
—Me gusta cuando gimes —le comentó, deteniéndose un
momento para mirarlo, el fuego del deseo ardiendo completamente en sus ojos
oscuros—. Me gusta mucho cuando gimes.
YongSoo retiró su mano unos segundos de su boca, justo en
el instante en el que WookJin se inclinaba de nuevo sobre él, esta vez para
atrapar su pezón con sus labios y el gemido que salió de su garganta fue largo,
profundo, teñido de demasiado placer. Al escucharse, YongSoo volvió a taparse
la boca porque había sonado demasiado fuerte y lo había delatado demasiado,
había delatado lo muchísimo que le había gustado a su cuerpo que WookJin
hiciera aquello con él y éste simplemente sonrió contra su pezón, envolviéndolo
con su lengua, lamiendo, a veces mordiendo suavemente, provocando que la
respiración de YongSoo se volviera irregular y que, poco a poco, la sangre se
le volviera a acumular en la entrepierna. No había pasado prácticamente nada de
tiempo desde que se había corrido mientras se tocaba él mismo bajo la atenta
mirada de WookJin al otro lado de la pantalla, pero ya se sentía completamente
preparado para volver a estar completamente erecto, esperando para descargar de
nuevo, estallando de placer.
WookJin dejó de jugar con su pezón y trazó un camino de
besos por su torso, bajando cada vez más, siguiendo el contorno de los músculos
que estaba orgullosamente creando en el gimnasio, cada vez más y más abajo
hasta que llegó a su entrepierna y entonces la cinturilla de su pantalón lo
detuvo. WookJin entonces le puso una mano debajo del trasero para que lo alzara
y YongSoo lo hizo inmediatamente, dejando que el chico le bajara los pantalones
y se los quitara por los pies, tirándolos por cualquier lado de la habitación. Tras
aquello, no volvió a inclinarse sobre su entrepierna, como era lo habitual,
sino que se quedó a sus pies y le alzó una de las piernas, comenzando a besar y
morder sus tobillos. Era algo que el chico no había hecho nunca antes, pero
algo que hizo que YongSoo se sintiera en el paraíso, porque mientras más
ascendía por su pierna, dejando besos y más besos, más y más sentía, sobre todo
cuando comenzó a dejarlos en la cara interna de sus muslos, aprovechando para
volver a llenarlo de chupetones, marcándolo de nuevo en aquel lugar tan privado
y, sobre todo, tan sensible. Era extraño, pero era excitante.
—Hoy no voy a comerte la polla —murmuró el chico,
exhalando su aliento cálido contra sus calzoncillos, provocando que un
escalofrío recorriera el cuerpo de YongSoo de arriba abajo—. Ya has tenido
bastante diversión solo, sin mí, no pareces necesitarme.
YongSoo quiso replicarle a aquello y decirle que aún
podían tener mucha más diversión juntos si se la comía, pero antes de que
pudiera hacerlo, el chico ya le estaba quitando los calzoncillos y aprovechando
su estupor para hacer que se girara en la cama, quedando esta vez con la cabeza
enterrada en la almohada y con su trasero hacia él. WookJin se levantó de la
cama y YongSoo supo inmediatamente que había ido a coger el lubricante y los
condones de la mesita donde los guardaba, en el segundo cajón de ésta, entre
los calzoncillos, sabiendo perfectamente que se encontraban allí porque los
había cogido demasiadas veces ya. Lo escuchó trastear, pero no lo vio, y cuando
volvió a la cama, hundiendo el colchón por su peso, ni siquiera giró la cabeza
hacia él… aunque sí que la giró cuando WookJin le dio una palmada en el
trasero.
—Ehhh… —se quejó, girándose hacia él y viendo una sonrisa
pícara en su rostro.
—Nada de “ehhh” —replicó WookJin, dándole otro azote,
ahora en el otro glúteo—. Este es tu castigo por haberte masturbado delante de
mí cuando no podía hacer absolutamente nada y por no enfocarte en las clases
que te estaba dando gratis —le dijo—. Aunque ahora me voy a cobrar todo eso
metiéndotela hasta lo más hondo del culo.
—Ordinario —comentó, provocando una sonrisa burlona en
WookJin.
—Te encanta que lo sea, no mientas —le dijo.
YongSoo no pudo responder a ello, bueno, no es que no
pudiera, es que no quiso hacerlo porque de haberlo hecho se habría delatado por
completo. Sí que le gustaba cuando WookJin era ordinario o cuando le decía
guarrerías en la cama o cuando le susurraba cosas que quería hacerle al oído o
cuando le insinuaba cosas. Le gustaba todo aquello, quizás demasiado… de la
misma forma que, aunque el primer azote en el culo lo había sobresaltado, el
segundo le había gustado y el tercero que le dio, justo después, le provocó un
escalofrío de placer recorriendo todo su cuerpo de arriba abajo. No obstante,
aquel placer no se comparó para nada con el que recibió en el momento en el que
WookJin se echó lubricante sobre su dedo y lo introdujo de golpe en su
interior. YongSoo dejo escapar un breve gemido y hundió de nuevo su cara en la
almohada para que ningún otro sonido pudiera salir de sus labios mientras
WookJin lo seguía preparando.
WookJin no tuvo muchos miramientos con él. Nunca había
sido muy delicado, simplemente se dedicaba a buscar una y otra voz su próstata
con su dedo, atacándola una y otra vez, provocando diferentes oleadas de placer
en su cuerpo, y aquella tarde hizo exactamente lo mismo, provocando que los
músculos de su recto se relajaran prácticamente de inmediato, introduciendo
otro de sus dedos un poco después, moviéndolos dentro de él, abriéndolos,
separándolos, haciendo que su cuerpo se acostumbrara aquella intrusión que ya
no le era tan extraña. No tardó mucho y para cuando finalmente terminó de
penetrarlo con aquellos largos dedos suyos, YongSoo se sentía prácticamente
desecho de placer, con su miembro, erecto de nuevo, rozando contra las sábanas
de su desecha cama. WookJin se retiró de su cuerpo, se levantó de la cama de
nuevo para quitarse en ese momento los pantalones y los calzoncillos. YongSoo
no se sintió con las fuerzas suficientes para girarse para verlo, pero escuchó
cómo la ropa caía al suelo y le daba patadas para quitársela antes de volver
con él a la cama. Escuchó cómo el bote del lubricante se abría y escucho cómo
rasgaba el envoltorio del condón también. Cuando acabó con todos los
preparativos, el chico no le alzó las caderas, ni siquiera le separó las
piernas, simplemente se inclinó sobre él, con las rodillas a cada lado de sus
caderas y se internó en él lentamente, gimiendo en el proceso, mientras YongSoo
sentía cómo cada centímetro de su miembro se adentraba en él.
—Joder… —jadeó—. No voy a volver a hacerlo de otra forma
contigo —le dijo—. Joder —repitió—. Me estás apretando como nunca… ahhhh… mmm…
Y YongSoo le quiso replicar algo, pero las palabras no le
salían de la boca porque la penetración lo estaba dejando completamente sin
aire y sin nada, en realidad. Nunca lo había sentido tanto y nunca le había
dolido menos. Aquello era increíble y estaba completamente de acuerdo con
WookJin, era lo mejor y no tenían por qué probar de otra forma, aquella era la
única que iba a permitirle. Si no lo penetraba de esa manera, no lo volvería a
hacer nunca más, no se lo permitiría. YongSoo hundió más su rostro en la
almohada y, cuando sintió que finalmente el miembro de WookJin estaba
completamente dentro de él, exhaló fuerte, escuchando un gemido grave a su
espalda. Era increíble. Era increíble y lo único que había hecho era
penetrarlo… en el momento en el que WookJin comenzó a moverse, dentro y fuera
de él, la fricción fue algo que su cuerpo no pudo soportar, grandes y largas
oleadas de placer recorriendo todo su sistema nervioso desde el primer
instante. De aquella forma, ni siquiera aguantaron mucho. WookJin solo tuvo que
penetrarlo durante unos pocos minutos, rápido, enloquecedor, para que ambos
acabaran alcanzando el máximo placer, a la vez, YongSoo corriéndose contra sus
sábanas, WookJin dentro de él, en el condón, jadeando, sudando, como si
acabaran de correr una maratón.
WookJin se quedó quieto durante unos momentos, como si se
estuviera recuperándose de su orgasmo antes de comenzar a salir de él. YongSoo
sintió cómo su miembro había comenzado a deshincharse en el camino hacia
afuera, no sintiéndose tan lleno y apretado como lo había estado antes, pero
incluso aquello lo hizo temblar de placer y, cuando WookJin acabó tumbándose
junto a él, en la cama, YongSoo acabó acercándose a su cuerpo, pegándose a él
para no sentir el frío que le había dejado que su cuerpo se alejara del suyo.
WookJin lo recibió con los brazos abiertos.
—¿Después de esto estás lo suficientemente calmado como
para atender a lo que te explique? —le preguntó, acariciando su pelo,
entremezclando sus dedos en él—. ¿O sigues demasiado caliente?
—Por ahora estoy bien —respondió—. Pero siempre puedes
volver a castigarme para que me comporte.
—Oh… que no te quepa duda. Lo haré.
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