martes, 25 de enero de 2022

[One Shot] Dirty little secrets: Accidentally on purpose (make me behave) {YongWook}

Título: Accidentally on purpose (make me behave)

Autora: Riz Aino

Pareja: YongWook (Mill + Nine) (OnlyOneOf)

Clasificación: NC–17

Géneros: AU, college, “romance”, humor, smut, pwp

Número de palabras: 4.460 palabras

Resumen: YongSoo tiene déficit de atención en las clases online y su mejor amigo WookJin decide ayudarlo con aquello en lo que tiene problemas… pero el mayor problema de YongSoo se llama Jung WookJin y es demasiado guapo como para que el chico pueda prestar atención a lo que le explica.

Advertencias: relaciones sexuales explícitas con un leve toque de bdsm porque hay un poquitín de spanking.

Notas: la historia nació debido a que Nine, cuando hace directos, suele enseñar cómo suenan las canciones, partes de la instrumental, grabaciones o a tocar el teclado.

Comentario de autora: tenía esta historia programada para hacerla fuera de la colección porque al principio iba a tener un desarrollo un poco diferente, pero al empezar a plotearla, tomó este destino y acabó encajando bien en la colección. Espero que os guste.

 

Accidentally on purpose (make me behave)

 

 

            —Me debes una comida por hacer esto —le dijo WookJin, su mejor amigo, en el mismo instante en el que su imagen apareció en la pantalla de su ordenador—. Y si apruebas el examen lo que me debes es la vida, capullo.

            —Tú siempre tan agradable —murmuró YongSoo en respuesta—, pero gracias por tomarte la molestia, si apruebo te deberé siete comidas.

            —Me gusta la idea —contestó WookJin, arremangándose—. ¿Quieres que empecemos?

 

            YongSoo asintió y WookJin esbozó una sonrisa encantadora antes de comenzar a hablar, explicándole aquello que no había entendido en las últimas clases para que el chico tuviera algo de idea de la materia antes de ir al examen. Debido a la situación de pandemia global por el covid, las clases en la universidad habían dejado de ser presenciales y habían comenzado a ser dadas online, algo que a YongSoo le había hecho perder completamente el ritmo porque no se acostumbraba a ello. Si ya de por si le costaba concentrarse en las soporíferas clases presenciales en las que no se dormía porque el profesor estaba delante y no podía hacerlo, en las clases online sencillamente le era casi imposible. Perdía mucho el norte y se distraía pensando en otras cosas o simple y llanamente metiéndose en internet para hacer otras cosas mejores porque las clases eran insufribles. YongSoo tenía un déficit de atención bastante grande y casi había perdido toda esperanza con aquella insoportable asignatura, pero al ofrecerse WookJin a ayudarlo, un poquitín de esperanza había vuelto a él. No obstante, la esperanza por aprobar el examen le duró poco, más o menos diez minutos.

 

            YongSoo seguía teniendo la capacidad de atención de un mosquito… de un mosquito en celo. A pesar de que WookJin estaba afanándose en explicarle todo lo que le había comentado que no entendía, punto por punto, de una forma muy fácil y accesible, YongSoo no podía concentrarse en sus palabras ni en tratar de entenderlas porque lo único que podía hacer era mirarlo completamente embobado a través de la pantalla de su ordenador porque su amigo era el tío más guapo del universo y, aunque YongSoo siempre había pensado aquello, su pensamiento nunca había pasado de allí. No obstante, en aquellos momentos, lo único que podía pensar era en las ganas que tenía de tener a WookJin con él metido en la cama, metido dentro de su cuerpo, porque estaba increíblemente atractivo con la ropa que se había puesto aquel día, aunque solo era un jersey de rayas azul oscuro y unos vaqueros ajustados… pero allí estaba, sin poder concentrarse en absolutamente nada más que en lo bien que le quedaba y lo guapo que era y lo mucho que lo quería en su cama.

 

            —¿Me estás atendiendo, Lee YongSoo? —le preguntó en ese momento WookJin, sacándolo de sus pensamientos, con una de sus cejas alzada, de forma inquisitiva.

            —Oh… mmm… ¿sí? —respondió, aunque obviamente su respuesta lo único que hizo fue confirmarle a WookJin que no le estaba haciendo caso—. Lo siento —murmuró inmediatamente después—. Me cuesta concentrarme con el ordenador y contigo siendo tan condenadamente guapo.

 

            WookJin lo miró fijamente a través de la pantalla, sus ojos oscuros casi metiéndose dentro de él y YongSoo tuvo que tragar saliva porque la boca se le había quedado repentinamente seca. Cada vez que el chico lo miraba de esa forma, no podía evitarlo porque lo único en lo que podía pensar era en que la mayoría de las veces en las que lo miraba así era cuando estaba jugando con su boca en su miembro, lamiéndolo, besándolo, metiéndoselo entero en la boca mientras no dejaba de mirarlo. No era la primera vez que pasaba y YongSoo sabía que no sería tampoco la última, habían llegado al acuerdo de ser amigos con derechos, amigos que cuando tenían algún calentón se acostaban juntos… aunque en los últimos tiempos, pasando tanto tiempo sin salir mucho debido a la pandemia, habían pasado bastantes mañanas, tardes y noches en la cama. A YongSoo le gustaba cuando pasaba y no podía evitar quererlo una y otra vez.

 

            —¿Quieres aprobar? —le preguntó entonces WookJin. YongSoo salió de sus pensamientos con aquella pregunta y asintió—. Céntrate entonces —dijo.

 

            YongSoo suspiró profundamente y después trató de mandar todos los pensamientos impuros que estaba teniendo en aquellos momentos sobre el otro que no lo dejaban concentrarse. Le fue difícil, muy difícil, pero lo consiguió durante unos cuantos minutos, entendiendo incluso lo que WookJin le estaba explicando. No obstante, su concentración se volvió a romper en el momento en el que WookJin se pasó la lengua por los labios para humedecérselos antes de seguir hablando. Se volvió a perder en sus propios pensamientos, sin escuchar a su amigo de nuevo, desconectando de la realidad y simplemente imaginando que el chico estaba con él en su habitación en lugar de en la otra punta de la residencia, imaginando que se metía en la cama con él y que tocaba entero su cuerpo desnudo con aquellas manos grandes de dedos increíblemente largos que sabía manejar como nadie.

 

            —YongSoo… —murmuró WookJin—. Compórtate y atiende.

            —Haz que me comporte —respondió, sin poder contenerse.

           

            Un brillo salvaje apareció en la mirada de WookJin en ese momento, un brillo que provocó que el corazón de YongSoo se parase durante un segundo para después comenzar a latir con locura dentro de su pecho. Sabía que con sus palabras acababa de desatar a una bestia y que, aunque WookJin había tratado de hacer que la sesión de estudio fuera de estudio, en esos momentos ya no lo iba a tratar más e iba a obtener lo que había buscado. No obstante, YongSoo decidió hacer algo más, algo para acabar de tentar a WookJin y que éste fuera a su habitación lo más rápido que le permitieran sus piernas. Movió entonces un poco hacia atrás la silla en la que estaba sentado en el escritorio, no mucho, solo lo suficiente para que la cámara del portátil captara un poco de la mitad inferior de su cuerpo y bajó la cremallera de sus vaqueros, metiendo la mano dentro de sus calzoncillos, sin querer apartar la mirada de los ardientes ojos de WookJin. El chico volvió a relamerse, pero en esta ocasión no porque se le hubiera quedado la boca seca al hablar, sino porque la visión que tenía ante él lo excitaba de sobremanera y quería comérselo enterito.

 

            —No sabes lo que estás haciendo —murmuró WookJin en ese momento.

            —Creo que sí lo sé —le contestó.

 

            YongSoo se siguió tocando, su mano dentro de sus calzoncillos sin parar ni un solo momento, tocándose bajo la atenta mirada de WookJin y sintiéndose cada vez más excitado porque aquella mirada era demasiado intensa y decía demasiadas cosas. La sangre comenzó a acumularse en su entrepierna con rapidez, quizás mucho más rápido que de costumbre cuando se masturbaba, solo porque lo estaba haciendo ante WookJin, a través de la pantalla de su portátil. El pre semen también estaba comenzando a aparecer en la punta de su miembro, aquel líquido viscoso que humedecía sus calzoncillos y sus dedos y que provocaba que su mano se moviera mucho mejor, con más facilidad, sobre su creciente erección, una erección que se volvía cada vez más y más sensible a su roce, sobre todo su punta, volviéndose de color rosa intenso, cada vez más húmeda, con YongSoo sintiéndose a punto de estallar en un orgasmo exquisito. No obstante, a pesar de que sentía que no podía más, quiso aguantar y decidió sacar su miembro de sus pantalones mostrándolo erecto, con las venas que lo recorrían señalándose sobre su piel, y húmedo. Los ojos de WookJin se fijaron totalmente en su miembro, con el fuego del deseo hirviendo completamente en ellos y volvió a relamerse.

 

            —Si te corres mientras estoy tratando de explicarte esta asignatura te juro que voy a ir a tu habitación y te voy a dejar completamente seco —le advirtió el chico.

            —Hazlo —fue lo único que YongSoo le contestó, pero aquella palabra sonó como un gemido leve, lleno de aire porque había comenzado a respirar de forma irregular.

 

            La mirada de WookJin a través de la pantalla de su ordenador pareció enloquecer y YongSoo supo que con aquello lo había retado, pero él no iba a claudicar, no cuando se sentía tan al borde del abismo. Siguió tocándose porque era la única cosa que podía y que quería hacer, tocando su miembro, también sus testículos, buscando alargarlo un poco más, queriendo durar, aunque fuera un minuto más, cambiando la intensidad del ritmo, volviéndose loco a sí mismo con ello, pero, sobre todo, volviendo loco a WookJin. YongSoo comenzó a gemir levemente cuanto más cerca del orgasmo se encontraba, pequeños jadeos y gemidos que apenas los debía de escuchar su amigo a través del micrófono pero que hicieron que WookJin se tensara al otro lado de la pantalla. Si no hubiera estado tal al borde del abismo, tan cerca de llegar al clímax, YongSoo le habría dedicado una sonrisa pícara a su amigo, pero lo único que pudo hacer fue morderse el labio inferior para no dejar escapar un gemido mucho más alto que pudiera escucharse en las habitaciones continuas mientras notaba cómo el placer recorría todo su sistema nervioso a la vez que notaba su semen caer sobre su mano y un poco sobre su ropa también. Tuvo que abrir su boca tan solo unos momentos después porque no podía respirar con normalidad solo por la nariz y algunos jadeos escaparon sin que los pudiera detener, también tuvo que cerrar los ojos, abandonándose del todo al placer porque no podía mantener su mirada fija en WookJin, quien parecía haber perdido del todo la cordura.

 

            YongSoo tardó unos momentos en recuperar el control de su cuerpo, pero para cuando lo hizo y buscó a WookJin en la pantalla de su ordenador, la llamada había finalizado y este ya no se encontraba allí. Una sonrisa de satisfacción absoluta apareció en ese momento en su rostro porque se había masturbado ante WookJin y aquello había provocado un orgasmo exquisito, además de haber encendido al otro lo suficiente para que mandara a la mierda todo lo que había planteado para aquella tarde. YongSoo sabía que quizás durante el examen se arrepentiría muchísimo de aquello, pero en esos momentos no le importaba lo suficiente porque lo único que quería era a WookJin dentro de él, a la mayor brevedad posible. Todavía tenía una leve sensación de placer sordo recorriendo su cuerpo cuando escuchó cómo la clave para abrir su puerta era introducida en la cerradura y no pudo evitar que su sonrisa se ampliara cuando giró su cabeza hacia la puerta y WookJin apareció por ella.

 

            Te juro que te vas a arrepentir de esto —dijo WookJin nada más entrar a la habitación, cuando no había cerrado prácticamente la puerta.

            —Haz que me arrepienta —lo tentó.

 

            No tuvo que decir nada más. WookJin salvó la distancia que los separaba en un par de zancadas y se inclinó sobre él, agarrando su rostro con sus manos, besándolo. Sus labios chocaron en un beso intenso desde el primer momento y YongSoo se quedó sin respiración al inicio porque no se lo había esperado. No eran muchas las ocasiones en las que se besaban, simplemente se metían en la cama del otro, se tocaban todo el cuerpo, se daban el placer que necesitaban y seguían adelante, pero cuando se besaban, cuando se besaban todo era mucho mejor, todo se volvía más intenso y más caliente. YongSoo respondió a aquel beso demandante por inercia, moviendo su boca al compás de la de WookJin, moviendo su cabeza, inclinándola para poder tener mejor acceso cuando la abrió y sacó su lengua, buscando enredarla con la del otro. WookJin lamió su lengua en respuesta y siguió besándolo, una y otra vez, sin parar, respirando dentro del beso a pesar de que era difícil hacerlo, llevando también su mano derecha hasta su nuca, enredando sus dedos en su pelo, separándose de él inmediatamente después de hacerlo.

 

            —Me gusta que tengas el pelo más largo ahora —murmuró, casi contra sus labios, mirándolo con un deseo infinito por él—. Ahora puedo agarrar.

 

            YongSoo abrió la boca para contestarle, pero no pudo decir nada porque inmediatamente la lengua de WookJin se coló dentro, buscando la suya, volviendo a besarlo, desenfrenado, casi con locura, inclinándose más sobre él, pegándose más a él. YongSoo acabó gimiendo dentro de aquel intenso beso y aquello pareció provocar a WookJin, que acabó separándose de él durante un solo segundo para después subirse sobre sus piernas en la silla, pegando sus torsos y volviendo a agarrar su rostro con las dos manos para seguir besándolo, una y otra vez. Los besos a veces no eran más que un choque de labios, de lenguas o de dientes, descoordinados en su mayoría, la saliva resbalándoles por sus barbillas, pero YongSoo no pudo evitar perderse en ellos y buscar más, sintiéndose cada vez más extasiado por ellos y más excitado por el roce de los vaqueros de WookJin contra su miembro, todavía sensible por el orgasmo, pero comenzando a responder a todo aquello.

 

            —Voy a comerte enterito —le dijo WookJin—. De los pies a la cabeza —y añadió—: y te voy a castigar por haberme hecho venir hasta aquí a comerte entero cuando lo que deberíamos estar haciendo es estudiar.

            —Castígame —replicó él. Inmediatamente, una sonrisa pícara apareció en los labios de su amigo.

            —Vamos a la cama. Ya.

 

            YongSoo asintió y WookJin no tardó ni un solo segundo en levantarse de sus piernas y caminar hasta su cama, sentándose en ella. YongSoo tardó un poco más en hacerlo, guardándose su miembro de nuevo dentro de sus calzoncillos, aunque no se molestó en abrocharse de nuevo los vaqueros porque en breves iban a estar tirados en el suelo. Caminó hacia la cama tras WookJin y se sentó a su lado, sintiendo una pequeña expectación en su interior, porque no sabía a qué podía atenerse con aquello del castigo que le iba a imponer el otro por no haberse comportado mientras trataba de explicarle el temario, pero sentía que le iba a gustar, fuera lo que fuera. Ya había tratado alguna que otra cosa un poco mas extraña con WookJin, cosas que no podía tratar con sus ligues de una noche, pero con él sí que podía hacerlo y, además, solía ser él quien le proponía cosas y YongSoo simplemente aceptaba porque introducir alguna nueva dinámica hacía aquellos encuentros que muchas veces no pasaban de acostarse simple y llanamente porque necesitaban desahogarse para no perder el interés en seguir haciendo aquello juntos.

 

            WookJin se quito el jersey de rayas que llevaba, sin ceremonias, sin miramientos, simplemente quedándose desnudo de cintura para arriba, llevando sus manos inmediatamente después hasta el filo de la camiseta de YongSoo para quitársela también. YongSoo lo dejó hacer, alzando sus brazos hasta que ésta salió por su cabeza y extremidades. En el momento en el que la camiseta estuvo en el suelo, WookJin se acercó a él y lo empujó suavemente sobre la cama, provocando que quedara con la espalda contra el colchón, subiéndose de nuevo sobre él, con sus rodillas a cada lado de sus caderas, rozando sus entrepiernas, moviendo sus caderas, frotándose contra él a la vez que se mordía el labio inferior, una expresión completamente erótica, casi pornográfica en su rostro. YongSoo tuvo que coger aire desesperadamente porque aquella visión había hecho que dejara de respirar durante unos momentos, pero al notar el miembro de WookJin, volviéndose más duro cuanto más se frotaba contra él, lo hizo volver a quedarse sin aire.

 

            El chico se inclinó sobre él y comenzó a besar su cuello y a morder, sabiendo perfectamente que estaba dejando marca y, obviamente, haciéndolo a propósito. Si hubieran estado teniendo clases presenciales, aquellos chupetones serían muy difíciles de esconder, pero con las clases online podía permitirle que lo hiciera, podía permitirle que lo marcara tanto como quisiera porque, después de todo, WookJin era su único amigo en aquella residencia, le daba igual lo que los demás pudieran decir sobre sus practicas sexuales y, además, le gustaba, le gustaba cuando WookJin mordía. Le gustaba quizás demasiado. Tuvo que llevar sus manos a su boca para que los gemidos que pugnaban por salir de su garganta quedaran ahogados, porque lo que no podía permitirse era que lo escuchasen acostarse con WookJin y gemir fuerte, como quería, como si estuviera en celo, por eso, solo jadeos ahogados salieron de su boca, jadeos intensos, cada vez más intensos, conforme WookJin decidía moverse por su cuello, hacia los lugares más sensibles de éste.

 

            —Me gusta cuando gimes —le comentó, deteniéndose un momento para mirarlo, el fuego del deseo ardiendo completamente en sus ojos oscuros—. Me gusta mucho cuando gimes.

 

            YongSoo retiró su mano unos segundos de su boca, justo en el instante en el que WookJin se inclinaba de nuevo sobre él, esta vez para atrapar su pezón con sus labios y el gemido que salió de su garganta fue largo, profundo, teñido de demasiado placer. Al escucharse, YongSoo volvió a taparse la boca porque había sonado demasiado fuerte y lo había delatado demasiado, había delatado lo muchísimo que le había gustado a su cuerpo que WookJin hiciera aquello con él y éste simplemente sonrió contra su pezón, envolviéndolo con su lengua, lamiendo, a veces mordiendo suavemente, provocando que la respiración de YongSoo se volviera irregular y que, poco a poco, la sangre se le volviera a acumular en la entrepierna. No había pasado prácticamente nada de tiempo desde que se había corrido mientras se tocaba él mismo bajo la atenta mirada de WookJin al otro lado de la pantalla, pero ya se sentía completamente preparado para volver a estar completamente erecto, esperando para descargar de nuevo, estallando de placer.

 

            WookJin dejó de jugar con su pezón y trazó un camino de besos por su torso, bajando cada vez más, siguiendo el contorno de los músculos que estaba orgullosamente creando en el gimnasio, cada vez más y más abajo hasta que llegó a su entrepierna y entonces la cinturilla de su pantalón lo detuvo. WookJin entonces le puso una mano debajo del trasero para que lo alzara y YongSoo lo hizo inmediatamente, dejando que el chico le bajara los pantalones y se los quitara por los pies, tirándolos por cualquier lado de la habitación. Tras aquello, no volvió a inclinarse sobre su entrepierna, como era lo habitual, sino que se quedó a sus pies y le alzó una de las piernas, comenzando a besar y morder sus tobillos. Era algo que el chico no había hecho nunca antes, pero algo que hizo que YongSoo se sintiera en el paraíso, porque mientras más ascendía por su pierna, dejando besos y más besos, más y más sentía, sobre todo cuando comenzó a dejarlos en la cara interna de sus muslos, aprovechando para volver a llenarlo de chupetones, marcándolo de nuevo en aquel lugar tan privado y, sobre todo, tan sensible. Era extraño, pero era excitante.

 

            —Hoy no voy a comerte la polla —murmuró el chico, exhalando su aliento cálido contra sus calzoncillos, provocando que un escalofrío recorriera el cuerpo de YongSoo de arriba abajo—. Ya has tenido bastante diversión solo, sin mí, no pareces necesitarme.

 

            YongSoo quiso replicarle a aquello y decirle que aún podían tener mucha más diversión juntos si se la comía, pero antes de que pudiera hacerlo, el chico ya le estaba quitando los calzoncillos y aprovechando su estupor para hacer que se girara en la cama, quedando esta vez con la cabeza enterrada en la almohada y con su trasero hacia él. WookJin se levantó de la cama y YongSoo supo inmediatamente que había ido a coger el lubricante y los condones de la mesita donde los guardaba, en el segundo cajón de ésta, entre los calzoncillos, sabiendo perfectamente que se encontraban allí porque los había cogido demasiadas veces ya. Lo escuchó trastear, pero no lo vio, y cuando volvió a la cama, hundiendo el colchón por su peso, ni siquiera giró la cabeza hacia él… aunque sí que la giró cuando WookJin le dio una palmada en el trasero.

 

            —Ehhh… —se quejó, girándose hacia él y viendo una sonrisa pícara en su rostro.

            —Nada de “ehhh” —replicó WookJin, dándole otro azote, ahora en el otro glúteo—. Este es tu castigo por haberte masturbado delante de mí cuando no podía hacer absolutamente nada y por no enfocarte en las clases que te estaba dando gratis —le dijo—. Aunque ahora me voy a cobrar todo eso metiéndotela hasta lo más hondo del culo.

            —Ordinario —comentó, provocando una sonrisa burlona en WookJin.

            —Te encanta que lo sea, no mientas —le dijo.

 

            YongSoo no pudo responder a ello, bueno, no es que no pudiera, es que no quiso hacerlo porque de haberlo hecho se habría delatado por completo. Sí que le gustaba cuando WookJin era ordinario o cuando le decía guarrerías en la cama o cuando le susurraba cosas que quería hacerle al oído o cuando le insinuaba cosas. Le gustaba todo aquello, quizás demasiado… de la misma forma que, aunque el primer azote en el culo lo había sobresaltado, el segundo le había gustado y el tercero que le dio, justo después, le provocó un escalofrío de placer recorriendo todo su cuerpo de arriba abajo. No obstante, aquel placer no se comparó para nada con el que recibió en el momento en el que WookJin se echó lubricante sobre su dedo y lo introdujo de golpe en su interior. YongSoo dejo escapar un breve gemido y hundió de nuevo su cara en la almohada para que ningún otro sonido pudiera salir de sus labios mientras WookJin lo seguía preparando.

 

            WookJin no tuvo muchos miramientos con él. Nunca había sido muy delicado, simplemente se dedicaba a buscar una y otra voz su próstata con su dedo, atacándola una y otra vez, provocando diferentes oleadas de placer en su cuerpo, y aquella tarde hizo exactamente lo mismo, provocando que los músculos de su recto se relajaran prácticamente de inmediato, introduciendo otro de sus dedos un poco después, moviéndolos dentro de él, abriéndolos, separándolos, haciendo que su cuerpo se acostumbrara aquella intrusión que ya no le era tan extraña. No tardó mucho y para cuando finalmente terminó de penetrarlo con aquellos largos dedos suyos, YongSoo se sentía prácticamente desecho de placer, con su miembro, erecto de nuevo, rozando contra las sábanas de su desecha cama. WookJin se retiró de su cuerpo, se levantó de la cama de nuevo para quitarse en ese momento los pantalones y los calzoncillos. YongSoo no se sintió con las fuerzas suficientes para girarse para verlo, pero escuchó cómo la ropa caía al suelo y le daba patadas para quitársela antes de volver con él a la cama. Escuchó cómo el bote del lubricante se abría y escucho cómo rasgaba el envoltorio del condón también. Cuando acabó con todos los preparativos, el chico no le alzó las caderas, ni siquiera le separó las piernas, simplemente se inclinó sobre él, con las rodillas a cada lado de sus caderas y se internó en él lentamente, gimiendo en el proceso, mientras YongSoo sentía cómo cada centímetro de su miembro se adentraba en él.

 

            —Joder… —jadeó—. No voy a volver a hacerlo de otra forma contigo —le dijo—. Joder —repitió—. Me estás apretando como nunca… ahhhh… mmm…

 

            Y YongSoo le quiso replicar algo, pero las palabras no le salían de la boca porque la penetración lo estaba dejando completamente sin aire y sin nada, en realidad. Nunca lo había sentido tanto y nunca le había dolido menos. Aquello era increíble y estaba completamente de acuerdo con WookJin, era lo mejor y no tenían por qué probar de otra forma, aquella era la única que iba a permitirle. Si no lo penetraba de esa manera, no lo volvería a hacer nunca más, no se lo permitiría. YongSoo hundió más su rostro en la almohada y, cuando sintió que finalmente el miembro de WookJin estaba completamente dentro de él, exhaló fuerte, escuchando un gemido grave a su espalda. Era increíble. Era increíble y lo único que había hecho era penetrarlo… en el momento en el que WookJin comenzó a moverse, dentro y fuera de él, la fricción fue algo que su cuerpo no pudo soportar, grandes y largas oleadas de placer recorriendo todo su sistema nervioso desde el primer instante. De aquella forma, ni siquiera aguantaron mucho. WookJin solo tuvo que penetrarlo durante unos pocos minutos, rápido, enloquecedor, para que ambos acabaran alcanzando el máximo placer, a la vez, YongSoo corriéndose contra sus sábanas, WookJin dentro de él, en el condón, jadeando, sudando, como si acabaran de correr una maratón.

 

            WookJin se quedó quieto durante unos momentos, como si se estuviera recuperándose de su orgasmo antes de comenzar a salir de él. YongSoo sintió cómo su miembro había comenzado a deshincharse en el camino hacia afuera, no sintiéndose tan lleno y apretado como lo había estado antes, pero incluso aquello lo hizo temblar de placer y, cuando WookJin acabó tumbándose junto a él, en la cama, YongSoo acabó acercándose a su cuerpo, pegándose a él para no sentir el frío que le había dejado que su cuerpo se alejara del suyo. WookJin lo recibió con los brazos abiertos.

 

            —¿Después de esto estás lo suficientemente calmado como para atender a lo que te explique? —le preguntó, acariciando su pelo, entremezclando sus dedos en él—. ¿O sigues demasiado caliente?

            —Por ahora estoy bien —respondió—. Pero siempre puedes volver a castigarme para que me comporte.

            —Oh… que no te quepa duda. Lo haré.

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