Título: Feeling good tonight
Autora:
Riz Aino
Pareja:
KyuJung (KB + YooJung) (OnlyOneOf)
Clasificación:
NC–17
Géneros:
AU, romance, smut, pwp
Número de palabras:
4.432 palabras
Resumen:
KyuBin sabía que hacía tiempo que TaeYeob tenía en mente hacer un pequeño
cambio en sus relaciones sexuales y se había tratado de mentalizar para cumplir
su deseo… su deseo de internarse en él de la misma forma que KyuBin siempre lo
había hecho con TaeYeob.
Advertencias:
relaciones sexuales explícitas y, esto hay que avisarlo porque no es la norma, top!yoojung
y bottom!kyubin.
Notas: esta historia
nació debido a que en fragile
tanteé la posibilidad de que YooJung fuera el activo con KyuBin y no se me
quitó la idea de la cabeza.
Comentario de autora:
hay veces en las que lo “más convencional” no es lo que a mí más me gusta
hacer, adoro ir a contracorriente y adoro la idea de que KyuBin se deje hacer
porque adora a TaeYeob con toda su existencia. Espero que os guste.
Feeling good tonight
—Quiero hacerlo esta noche —murmuró TaeYeob, sus manos
enredadas en su cintura, su cabeza echada en su hombro, mientras la película
que habían puesto seguía reproduciéndose en la tele ante ellos—. Quiero… que
sientas lo mismo que siento yo cuando lo hacemos…
La voz de TaeYeob al decir aquello había sonado decidida,
a pesar de que también parecía nervioso por haberle propuesto aquello en voz
alta. KyuBin no pudo evitar que una sonrisa apareciera en sus labios cuando
giró su rostro para mirar a su chico, encontrándose con sus ojos fijos en él,
brillando con una emoción intensa. Se inclinó un poco sobre él para dejar un
beso corto en su frente que provocó que TaeYeob cerrase sus ojos y se dejase
llevar por el leve contacto, abrazándose mucho más fuerte a su cintura. KyuBin
no contestó a la propuesta inmediatamente, el menor tampoco lo apremió para que
lo hiciera, y comenzó a pensar en ella. Sabía que hacía
tiempo que TaeYeob tenía en mente hacer un pequeño cambio en sus relaciones
sexuales y se había tratado de mentalizar para cumplir su deseo, su deseo de
internarse en él de la misma forma que KyuBin siempre lo había hecho con
TaeYeob, pero una cosa era tratar de mentalizarse para ello no teniendo una
fecha clara en mente y otra era hacerlo finalmente porque el chico se lo había
propuesto. Desde el primer momento había pensado que quizás sería raro porque
nunca antes se había visto en esa situación, pero raro no tenía por qué ser
malo y había estado dispuesto a hacerlo porque quería muchísimo a TaeYeob y
porque no creía que fuera algo a lo que se pudiera negar realmente. No
obstante, en aquellos momentos, quizás tenía algunas dudas.
KyuBin no le prestó atención al
resto de la película a pesar de que era la nueva de Marvel y había tenido
demasiadas ganas de verla, pero no había tenido la oportunidad de ir al cine
cuando ésta había salido. Se dedicó el resto del filme a pensar en la propuesta
y estuvo tentado a decirle a TaeYeob en un par de ocasiones que no porque
aquellas dudas lo carcomían… pero las dos veces se contuvo de hacerlo, inspiró
hondo y volvió a darle vueltas a ello. TaeYeob sabía perfectamente lo que hacía
porque antes de que comenzaran a salir juntos había tenido sexo con otros y
había jugado los dos roles, así que, estaba seguro de que lo iba a disfrutar
porque él iba a hacer todo lo posible para que lo disfrutara; no obstante, en
lo más hondo de su ser había una pequeña vocecita que sentía pánico y KyuBin
estaba muy tentado a hacerle caso a esa vocecita porque tal y como siempre lo
hacían era cómodo para él y ambos disfrutaban de aquella manera también. Sin
embargo, para cuando la película terminó y TaeYeob se giró hacia él para
escuchar su respuesta, con los ojos brillando de emoción, no pudo seguir
negándose a su destino.
—¿Te has decidido? —le preguntó el chico. KyuBin movió su
cabeza de forma afirmativa, aunque todavía dudaba un poco—. ¿Y bien?
TaeYeob tenía que echar de menos ser
activo y estaba seguro de que se lo había propuesto por ello, así que, KyuBin
finalmente tomó su decisión, la decisión de probar algo nuevo que nunca se
había imaginado que probaría. Inspiró hondo y se tomó unos momentos para
responderle, sin poder dejar de mirar aquellos preciosos ojos que brillaban
ilusionados.
—Sí —le dijo—. Podemos probarlo esta noche… —la
expresión de absoluta felicidad que apareció en el rostro de TaeYeob en esos
momentos hizo que a KyuBin le valiera la pena haberse perdido la mitad de la
película por estar demasiado metido en sus pensamientos—. Pero tengo una
condición —tuvo que agregar.
—¿Qué condición? —preguntó TaeYeob.
—Es… mmmmm… —KyuBin inspiró hondo tratando de ordenar
bien sus pensamientos y cómo iba a decir la frase para que su chico no se riera
de él—. quiero que… esto sea un secreto entre nosotros… no quiero que WookJin
se entere y decida hacerme la vida imposible —acabó diciendo. El menor lo miró,
confuso, pareciendo no entender a qué se refería y añadió—: hace años me dijo
que si dejaba que alguien me la metiera se reiría de mí hasta el infinito y no
tengo ganas de que eso pase.
Una sonrisa encantadora apareció en el rostro de TaeYeob,
muy amplia, enseñando sus dientes, sus ojos cerrándose en dos medias lunas.
KyuBin sabía que lo acababa de hacer muy feliz con su respuesta a pesar de la
pequeña condición que le había agregado a última hora porque no quería que su
mejor amigo fuera insoportable con él. no parecía molesto por ella, solo feliz
porque iba a poder cumplir aquel deseo que hacía tiempo que quería cumplir.
—Te prometo que éste será nuestro pequeño secreto —le
dijo—. Y te prometo también que vas a sentirte realmente bien esta noche.
KyuBin sintió cómo un pequeño escalofrío de placer
recorrió su columna vertebral de arriba abajo al escuchar aquello, dicho con
una voz terriblemente sensual. Estaba seguro de que TaeYeob haría hasta lo
imposible porque esa noche fuese increíble para él y sintió ganas de que todo
comenzara ya. Por ese motivo, se inclinó hacia el menor, buscando su boca,
tomando sus labios para darle un beso largo, un beso intenso, húmedo, en el que
sus lenguas entraron en contacto desde el primer momento… pero a pesar de ser
intenso, a pesar de que los dos se metieron de lleno en aquel beso éste fue
lento, saboreándose mutuamente como si no lo hubieran hecho nunca antes. KyuBin
se sintió perdido completamente en aquel beso porque los labios de TaeYeob
siempre le hacían perder la cordura, aquellos labios que se amoldaban
perfectamente a los suyos, que sabían qué le gustaba y cómo le gustaba y cuyos
movimientos solían guiarlo hasta el más profundo de los infiernos porque KyuBin
sentía casi como si pecara besando sus labios.
—Vamos… mejor a la… cama… —jadeó TaeYeob contra su boca,
sus respiraciones todavía chocando la una con la otra, separándose solo lo
justo y necesario para poder hablar—. Es mejor… la cama…
KyuBin sonrió contra sus labios y lo besó de nuevo, esta
vez solo besos cortos, uno tras otro, hasta que TaeYeob terminó de separarse de
él, esta vez alejándose un poco en el sofá también, mirándolo intensamente a
los ojos. A KyuBin le gustaban aquellos ojos, esos ojos oscuros en los que
brillaban más estrellas que en el universo y en los que se reflejaban sus
deseos y en aquellos momentos se reflejaba que lo único que quería era ir a la
cama para poder tenerlo a su merced lo más rápido posible. Eso hizo a KyuBin
sentir una especie de excitación que no había sentido antes porque lo usual era
que él tuviera aquella mirada y no al revés y aquellos ojos que lo miraban con
ese deseo infinito por poseer su cuerpo lo hicieron tener un escalofrío de
placer, un escalofrío que recorrió toda su columna vertebral de arriba abajo.
En ese momento, se cruzó por su mente un pensamiento que no había tenido nunca
antes, un pensamiento que no creía que fuera a tener, pero que tuvo que poner
en palabras porque sabía perfectamente que a TaeYeob le iba a encantar y, sobre
todo, lo iba a calentar. Por ese motivo, siguió el movimiento de su cuerpo por
el sofá hasta volver a estar pegado a él para susurrarle, con el tono de voz
más sensual que pudo conjurar.
—Quiero que me hagas todo lo que quieras…
TaeYeob se separó inmediatamente de él, mirándolo
fijamente a los ojos, entre sorprendido y encantado, con una pregunta en éstos
que no tuvo ni que esbozar verbalmente porque KyuBin asintió con su cabeza
antes siquiera de que la planteara. Una sonrisa pícara apareció entonces en el
rostro de TaeYeob y el brillo de sus ojos se volvió salvaje. Había adorado
aquella proposición susurrada y KyuBin se sentía mucho más cómodo con la
situación que estaba a punto de vivir porque el menor se encargaría de hacer
que absolutamente todo lo que se le ocurriera, le encantara.
TaeYeob se levantó del sofá rápido como el rayo y después
le tendió la mano para levantarlo y KyuBin se dejó arrastrar hasta la
habitación que ambos compartían en aquel apartamento que habían alquilado
juntos. No era un lugar enorme, pero era suficiente para ambos y, sobre todo,
tenía una cama enorme, un colchón demasiado cómodo al que le daban mil y un
usos aparte de dormir. El mayor acabó sentado en el colchón, TaeYeob sentándose
sobre sus piernas inmediatamente, con sus rodillas a cada lado de sus caderas,
pegándose a su cuerpo lo máximo que pudo, mirándolo fijamente a los ojos antes
de inclinarse de nuevo sobre él para besarlo. KyuBin le devolvió el beso
instantáneamente y llevó sus manos hasta su trasero, como siempre hacía, para
agarrarlo con fuerza mientras TaeYeob enredaba sus dedos en su pelo. Sus bocas
se movían rápido, sus lenguas se encontraban y se chupaban la una a la otra,
empezando a estar acelerados.
KyuBin se sentía un poco caliente por la saliva
compartida, por tener el cuerpo de TaeYeob subido sobre sus muslos, aferrándose
a él con fuerza, como si no quisiera separarse por nada del mundo de él, como
si no existiese el mañana y lo único que tuvieran fuera aquella noche. No había
empezado de aquella forma, había comenzado mucho más pausado, mucho más lento,
pero a medida que avanzaban, la velocidad aumentaba y probablemente lo único
que ambos tenían en mente era pasarlo increíble aquella noche. KyuBin estaba
algo ansioso por la novedad, por lo que TaeYeob iba a hacer con él, ansioso por
saberlo, ansioso por notarlo, ansioso por alcanzar el placer de una nueva
forma, casi excitado por ello, aunque no sabía si admitirlo o no, porque ser el
activo en su relación era algo que no se había planteado dejar, pero por
TaeYeob lo haría más a menudo si esa noche disfrutaba como el menor le había
prometido.
La velocidad aumentó un poco más entre ambos cuando
TaeYeob empujó suavemente su pecho para separarlo de él, provocando que su
espalda chocara contra el colchón, quedando tumbado sobre la cama, con él
encima, moviendo sus caderas, rozando sus entrepiernas, provocando que su
miembro comenzara a despertar. KyuBin todavía tenía las manos apretando su trasero
y cuando todo su sistema nervioso fue recorrido por una ola de placer debido a
sus entrepiernas rozándose, no pudo evitar hundir los dedos en su carne,
apretando muchísimo más fuerte, haciendo a TaeYeob jadear y después fijar sus
ojos en los suyos. KyuBin le aguantó la mirada, sintiéndose arder, teniendo
demasiado calor y queriendo estar completamente desnudo, con su piel pegándose
a la del menor, sudando ambos por el esfuerzo, la habitación oliendo a sexo.
—KyuBin hyung… —murmuró, aunque su voz sonó más
como un jadeo ahogado—. KyuBin hyung… quiero…
—Hazlo —respondió, sin saber siquiera qué era lo que
TaeYeob quería hacer, pero dándole completamente igual—. Lo que sea que
quieras… hazlo…
Una sonrisa pícara apareció en el rostro de TaeYeob y entonces
se inclinó sobre él para darle un beso corto en los labios antes de levantarse
de su cuerpo y pedirle que se recolocara mejor en la cama. El menor caminó por
la habitación hasta el armario, donde tenían guardados el bote de lubricante y
condones para cogerlos. KyuBin se recolocó tal y como le había pedido, sin
poder quitarle el ojo de encima a TaeYeob mientras este cogía las cosas antes
de volver a la cama con él porque su chico era demasiado precioso. TaeYeob le
guiñó un ojo al sentarse de nuevo sobre el colchón y KyuBin no pudo evitar
sonreír porque había sido más juguetón que sensual, pero lo adoraba de igual
forma. El menor volvió a sentarse sobre sus piernas para tomar sus labios una y
otra vez mientras sus manos se posaban en su cintura y comenzaban a tocar por
debajo de la ropa. Los dedos de TaeYeob eran largos y finos, suaves y casi
delicados, pero cuando tocaban no lo hacían delicadamente, agarraban con fuerza
y, por allí por donde pasaban, KyuBin sentía su piel arder. KyuBin también lo
había comenzado a tocar por debajo de la ropa, aquella suave piel que temblaba
bajo su toque, mientras no dejaban de besarse una y otra vez… y por KyuBin
podrían seguir besándose hasta el infinito porque le gustaban los labios de
TaeYeob, era casi adicto a ellos, a sus besos, a la forma en la que se movían
contra los suyos. Y, entre besos, comenzaron a desnudarse.
Sus camisetas fueron retiradas intentando separarse lo
mínimo posible del cuerpo del otro, KyuBin alzando sus brazos para ayudar a
TaeYeob a quitársela por encima de la cabeza y el menor haciendo lo mismo para
poder quitarse la suya. Las manos de TaeYeob viajaron después a la cinturilla
de sus pantalones y metió la mano entre sus cuerpos para tocar su miembro por
debajo de sus calzoncillos, tocando directamente su erección, que empezaba a
ponerse cada vez más dura. KyuBin no pudo evitar jadear contra sus labios
cuando los dedos de TaeYeob envolvieron su miembro y se aferraron a él,
comenzando a mover su mano, arriba y abajo. El mayor se comenzó a sentir cada
vez más duro, cada vez más sensible, cada vez más al borde del abismo, cada vez
más cerca de derretirse por completo entre sus dedos.
—Esto te gusta… —murmuró TaeYeob contra su boca mientras
agarraba su miembro con algo más de fuerza y lo hacía gemir—, pero te va a
gustar más lo que te voy a hacer ahora… —su chico le lamió los labios—. Te voy
a quitar los pantalones y te voy a poner a cuatro patas…
KyuBin sintió una oleada intensa de placer recorriendo
todo su cuerpo cuando el pulgar de TaeYeob presionó la punta de su miembro y
asintió a lo que éste le había dicho sin siquiera pensar en ello mucho. El
menor se separó de él después de aquello y KyuBin sintió un poco de frío al no
tener su cuerpo encima, al no tener su mano dentro de sus calzoncillos, pero
sabía que no iba a tardar en volver a sentirse tan caliente que le sobraría su
propia piel, así que, ayudó a TaeYeob a quitarse los pantalones del chándal,
levantando las caderas para que pudiera sacarlos por sus piernas, llevándose
con ellos también sus calzoncillos, dejándolo completamente desnudo. TaeYeob le
pidió con un movimiento de su mano que se girase en la cama y KyuBin lo acabó
haciendo, colocándose a cuatro patas, tal y como le había dicho antes que
quería. La posición era un poco vergonzosa, pero sabía perfectamente que
aquella era la mejor posición para que cuando TaeYeob comenzara a prepararlo,
le molestara y doliera lo mínimo posible porque iba a ser su primera vez
sintiendo aquello. En el momento en el que alzó sus caderas, se sintió un poco
nervioso también, porque en aquella postura no veía lo que hacía TaeYeob y solo
podría saberlo cuando lo sintiera tocarlo. Estaba un poco excitado, no
obstante, el nerviosismo también estaba allí y no podía quitárselo de encima.
Escuchó cómo TaeYeob abría el tapón del bote de
lubricante e inspiró profundamente, tratando de relajar todo su cuerpo, como
sabía que tenía que hacer, relajando sobre todo los músculos de la mitad
inferior de su cuerpo. Sintió la mano izquierda sobre su trasero, agarrando su
glúteo izquierdo con fuerza durante unos momentos, antes de llevar uno de sus
dedos hasta su ano y comenzar a tantearlo, frío por el lubricante. KyuBin se
tensó un poco, pero trató de volver a relajarse mientras notaba el dedo de
TaeYeob en aquella zona que nunca antes había sido tocada de una forma similar.
La mano fue retirada de su glúteo y KyuBin sintió cómo el líquido frío y
viscoso caía sobre su entrada unos momentos después, justo antes de que el
menor finalmente adentrara uno de sus dedos en su interior. KyuBin se mordió el
labio inferior. La sensación de tener algo dentro de su recto era muy extraña,
demasiado extraña, y el dedo de su chico entrando y saliendo era todavía más
extraña y curiosa. Sentía una especie de incomodidad, como si su cuerpo no
tolerara aquella intrusión ajena, pero también, bajo aquella incomodidad sentía
algo más, algo que no sabía cómo expresar en palabras.
—¿Estás bien? —le preguntó en ese momento TaeYeob—. ¿Te
duele?
—Estoy bien —respondió sinceramente—. Solo molesta un
poco.
—Vale —murmuró su chico.
KyuBin sintió cómo sacaba su dedo por completo de su
trasero y otra vez el lubricante caer sobre él, el dedo de TaeYeob entrando con
menor dificultad de nuevo en él. Seguía siendo extraño y siguió sintiéndolo casi
como algo ajeno y, sobre todo, cuando el menor comenzó a moverlo en su
interior, buscando su próstata, KyuBin sintió que aquello era una sensación
demasiado extraña. No obstante, en el momento en el que la yema de su dedo tocó
su próstata, no pudo evitar que un pequeño gemido escapara de sus labios porque
aquella simple acción provocó que una corriente eléctrica de placer recorriera
todo su sistema nervioso y lo dejara sin aire. Así que aquello era lo que
sentía TaeYeob cada vez que lo tocaba allí.
—¿Te gusta esto? —cuestionó TaeYeob, alcanzando su
próstata otra vez con su dedo, provocando que gimiera de nuevo sin poder
contenerse—. Creo que sí —se respondió él mismo y KyuBin no tuvo forma de
cuestionárselo porque era la verdad… le gustaba esa sensación.
TaeYeob siguió alcanzando una y otra vez su próstata
durante algunos minutos, haciendo que su cuerpo se fuera acostumbrando cada vez
más y más a la sensación de su dedo dentro de su recto porque le estaba
proporcionando placer. En algún momento comenzó a mover sus caderas
inconscientemente, en busca de más, y fue ese el momento en el que TaeYeob
volvió a echar más lubricante e introducir lentamente en su cuerpo dos de sus
largos dedos. KyuBin tuvo que morderse el labio inferior porque la sensación era
un poco más molesta que la primera vez, sus dedos empujando para entrar en él
mientras su cuerpo oponía un poco de resistencia. Se tuvo que recordar que
debía relajarse para no le doliera más de lo necesario, pero la presión era
casi insoportable; sin embargo, KyuBin acabó relajándose por completo cuando la
otra mano de TaeYeob agarró su miembro y comenzó a moverla sobre él, tocándolo,
haciéndolo gemir de nuevo, colmándolo de muchas y nuevas sensaciones porque
nunca lo habían tocado mientras tenía unos dedos en su interior, llegando hasta
su próstata a la vez. Era demasiado el placer que estaba experimentando en esos
momentos.
—Mejor, ¿verdad? —murmuró TaeYeob.
KyuBin simplemente movió su cabeza de forma afirmativa a
pesar de que no sabía si TaeYeob había podido ver o no su respuesta porque no
sentía que pudiera usar su voz para responderle, porque cada vez que abría su
boca, jadeos y gemidos salían por ella. Aquello era todo tan diferente de lo
que había sentido hasta el momento cada vez que había tenido sexo que realmente
KyuBin no sabía cómo sentirse ni cómo reaccionar ante nada, porque su cuerpo
era el que reaccionaba por él, honestamente, quizás demasiado honestamente
porque en algunas ocasiones podía escuchar la risa de TaeYeob. Pero KyuBin no
lo podía controlar… le estaba gustando más de lo que jamás habría admitido ante
nadie y ante sí mismo.
—Creo que… no puedo aguantarme más… —dijo el menor,
sacando sus dedos de su interior, provocando que se sintiera terriblemente
vacío en aquellos momentos, queriendo volver a tenerlo dentro de él—. Si echo
mucho lubricante no creo que haya problema… pero si te duele, dímelo hyung…
—Sí —murmuró él en respuesta.
KyuBin no pudo evitar girar su cabeza para mirar por
encima de su hombro en ese momento, viendo cómo TaeYeob se bajaba del colchón y
se quitaba los pantalones de un tirón. KyuBin se dio cuenta de que el bulto de
su erección en sus calzoncillos era grande, mucho más grande de lo que había
estado cuando se habían estado rozando antes. Debía de sentirse muy excitado y
KyuBin podía ponerse en su piel perfectamente porque había veces, cuando estaba
demasiado caliente y necesitado, solo escuchando los gemidos del menor cuando
lo preparaba se sentía a punto de estallar. Probablemente, TaeYeob estaba así
por la excitación de poder introducirse en su cuerpo y KyuBin no lo culpaba, él
también se sentiría de esa forma si no hubiera tenido la oportunidad de
metérsela a alguien en los últimos tiempos. TaeYeob terminó de desnudarse a la
velocidad del rayo y volvió a la cama tendiéndole el condón a KyuBin para que
lo abriera porque sus dedos estaban resbalosos por el lubricante y él lo hizo,
sacándolo del envase de plástico y devolviéndoselo para que se lo pusiera. En
cualquier otra ocasión, le habría gustado detenerse un momento, inclinarse
sobre TaeYeob y ponerle él el condón con la boca, buscando darle placer con sus
labios, tentándolo, pero el chico lo hizo rápidamente, como si realmente no
pudiera aguantarse las ganas de entrar dentro de su cuerpo.
Volvió a su posición original cuando TaeYeob se acercó a
él y trato de relajar su cuerpo de nuevo, notando cómo la punta del miembro del
chico hacía algo de presión contra su entrada. Volvió a sentir el lubricante
frío justo antes de que el chico comenzara a empujar dentro de él, lentamente,
entrando muy poco a poco. KyuBin jadeó, notando cómo la presión era mucho mayor
de lo que lo había sido anteriormente porque su miembro era más grande que el
espacio que habían creado sus dedos y la resistencia de su cuerpo fue un poco
mayor, pero, aun así, no dolía, gracias al lubricante y a la preparación
anterior solo era molesto para él, bastante molesto, pero no le dolía. TaeYeob
siguió empujando, adentrándose lentamente hasta que estuvo completamente dentro
de él, dejando escapar un jadeo grave de puro placer, quedándose quieto, sin
moverse, como si estuviera disfrutando de aquella sensación. KyuBin cerró sus
ojos y trató de enfocarse en el placer, en la forma en la que se sentía
completamente lleno y en cómo sería la siguiente oleada de éste cuando el
miembro de TaeYeob fuera el que empujara su próstata y no solo sus dedos.
—KyuBin hyung… —murmuró el menor, aferrándose a
sus caderas con fuerza—. ¿Siempre has tenido las caderas tan estrechas? —KyuBin
no pudo evitar reír ante aquella pregunta y TaeYeob respondió a aquello dándole
un pellizco—. Hablo en serio… hyung… esto es una fantasía… tenía que
habértelo propuesto antes…
KyuBin siguió con la sonrisa en su rostro, imborrable
después escucharlo decir cómo se sentía dentro de él, incluso cuando se comenzó
a mover y la incomodidad volvió a aparecer con cada movimiento hasta que su
cuerpo se empezó a acostumbrar a ello. TaeYeob se movió muy lentamente dentro y
fuera de él, como KyuBin solía hacer cada vez que se pasaban un poco de tiempo
sin hacerlo, para no hacerle ningún daño, hasta que él mismo comenzó a mover
sus caderas en busca de más. En ese mismo momento, TaeYeob se inclinó sobre él,
pegando su pecho a su espalda, agarrando su miembro con su mano derecha y
comenzando a embestir con rapidez, a la vez que movía su mano sobre su
erección. La nueva posición provocó que, con cada embestida, el miembro de
TaeYeob diera con su próstata una y otra vez y KyuBin no pudo parar de gemir,
sintiendo un placer intenso recorrer todo su cuerpo con cada movimiento,
ahogado en demasiadas sensaciones, demasiado intensas e increíbles que lo
llevaban cada vez más cerca del orgasmo, un orgasmo que no le tardó en llegar.
KyuBin alcanzó el clímax con un gemido que salió desde el
fondo de su garganta, corriéndose en la mano de TaeYeob y sobre las sábanas de
la cama, notando cómo el orgasmo se prolongaba porque el menor seguía dentro de
él, moviéndose rápido a pesar de las contracciones de su cuerpo… aunque éste no
tardó mucho en llegar al orgasmo, aferrándose a sus caderas con fuerza,
hincándole los dedos en éstas, mordiendo su hombro, comenzando a temblar contra
su espalda, dejándose caer sobre ésta, respirando entrecortadamente. KyuBin no
pudo aguantar el peso de ambos y acabó tumbado sobre el colchón con TaeYeob
tratando de recuperarse todavía sobre él. Estaban pegajosos del sudor, se
habían quedado sin aire y KyuBin estuvo sintiendo cómo todas sus terminaciones
nerviosas eran recorridas por el placer del orgasmo durante bastante tiempo,
dejando su cuerpo completamente laxo, sin fuerzas para hacer nada.
—¿Te ha gustado? —le preguntó TaeYeob, su respiración
chocando contra su espalda, caliente, provocándole un escalofrío.
—Sí —respondió él inmediatamente, sin pensárselo ni un
solo segundo.
Y, aunque no lo
dijo, KyuBin pensó que había sido increíble y que, si TaeYeob quería hacerlo de
nuevo, no tendría ningún problema en abrirse de nuevo de piernas para él porque
se había sentido realmente bien esa noche.
Notas finales:
—El título de la
historia está tomado de la canción Good Tonight de GOT7 y me la puse en bucle
mientras escribía esto para entrar en un buen mood (también me puse bOss
en bucle porque es la canción submissive and breedable por excelencia y
me venía muy de perlas).
No hay comentarios:
Publicar un comentario