martes, 18 de enero de 2022

[One Shot] Dirty little secrets: Feeling good tonight {KyuJung}

Título: Feeling good tonight

Autora: Riz Aino

Pareja: KyuJung (KB + YooJung) (OnlyOneOf)

Clasificación: NC–17

Géneros: AU, romance, smut, pwp

Número de palabras: 4.432 palabras

Resumen: KyuBin sabía que hacía tiempo que TaeYeob tenía en mente hacer un pequeño cambio en sus relaciones sexuales y se había tratado de mentalizar para cumplir su deseo… su deseo de internarse en él de la misma forma que KyuBin siempre lo había hecho con TaeYeob.

Advertencias: relaciones sexuales explícitas y, esto hay que avisarlo porque no es la norma, top!yoojung y bottom!kyubin.

Notas: esta historia nació debido a que en fragile tanteé la posibilidad de que YooJung fuera el activo con KyuBin y no se me quitó la idea de la cabeza.

Comentario de autora: hay veces en las que lo “más convencional” no es lo que a mí más me gusta hacer, adoro ir a contracorriente y adoro la idea de que KyuBin se deje hacer porque adora a TaeYeob con toda su existencia. Espero que os guste.

 

Feeling good tonight

 

            —Quiero hacerlo esta noche —murmuró TaeYeob, sus manos enredadas en su cintura, su cabeza echada en su hombro, mientras la película que habían puesto seguía reproduciéndose en la tele ante ellos—. Quiero… que sientas lo mismo que siento yo cuando lo hacemos…

 

            La voz de TaeYeob al decir aquello había sonado decidida, a pesar de que también parecía nervioso por haberle propuesto aquello en voz alta. KyuBin no pudo evitar que una sonrisa apareciera en sus labios cuando giró su rostro para mirar a su chico, encontrándose con sus ojos fijos en él, brillando con una emoción intensa. Se inclinó un poco sobre él para dejar un beso corto en su frente que provocó que TaeYeob cerrase sus ojos y se dejase llevar por el leve contacto, abrazándose mucho más fuerte a su cintura. KyuBin no contestó a la propuesta inmediatamente, el menor tampoco lo apremió para que lo hiciera, y comenzó a pensar en ella. Sabía que hacía tiempo que TaeYeob tenía en mente hacer un pequeño cambio en sus relaciones sexuales y se había tratado de mentalizar para cumplir su deseo, su deseo de internarse en él de la misma forma que KyuBin siempre lo había hecho con TaeYeob, pero una cosa era tratar de mentalizarse para ello no teniendo una fecha clara en mente y otra era hacerlo finalmente porque el chico se lo había propuesto. Desde el primer momento había pensado que quizás sería raro porque nunca antes se había visto en esa situación, pero raro no tenía por qué ser malo y había estado dispuesto a hacerlo porque quería muchísimo a TaeYeob y porque no creía que fuera algo a lo que se pudiera negar realmente. No obstante, en aquellos momentos, quizás tenía algunas dudas.

 

            KyuBin no le prestó atención al resto de la película a pesar de que era la nueva de Marvel y había tenido demasiadas ganas de verla, pero no había tenido la oportunidad de ir al cine cuando ésta había salido. Se dedicó el resto del filme a pensar en la propuesta y estuvo tentado a decirle a TaeYeob en un par de ocasiones que no porque aquellas dudas lo carcomían… pero las dos veces se contuvo de hacerlo, inspiró hondo y volvió a darle vueltas a ello. TaeYeob sabía perfectamente lo que hacía porque antes de que comenzaran a salir juntos había tenido sexo con otros y había jugado los dos roles, así que, estaba seguro de que lo iba a disfrutar porque él iba a hacer todo lo posible para que lo disfrutara; no obstante, en lo más hondo de su ser había una pequeña vocecita que sentía pánico y KyuBin estaba muy tentado a hacerle caso a esa vocecita porque tal y como siempre lo hacían era cómodo para él y ambos disfrutaban de aquella manera también. Sin embargo, para cuando la película terminó y TaeYeob se giró hacia él para escuchar su respuesta, con los ojos brillando de emoción, no pudo seguir negándose a su destino.

 

            —¿Te has decidido? —le preguntó el chico. KyuBin movió su cabeza de forma afirmativa, aunque todavía dudaba un poco—. ¿Y bien?

 

            TaeYeob tenía que echar de menos ser activo y estaba seguro de que se lo había propuesto por ello, así que, KyuBin finalmente tomó su decisión, la decisión de probar algo nuevo que nunca se había imaginado que probaría. Inspiró hondo y se tomó unos momentos para responderle, sin poder dejar de mirar aquellos preciosos ojos que brillaban ilusionados.

 

            —Sí —le dijo—. Podemos probarlo esta noche… —la expresión de absoluta felicidad que apareció en el rostro de TaeYeob en esos momentos hizo que a KyuBin le valiera la pena haberse perdido la mitad de la película por estar demasiado metido en sus pensamientos—. Pero tengo una condición —tuvo que agregar.

            —¿Qué condición? —preguntó TaeYeob.

            —Es… mmmmm… —KyuBin inspiró hondo tratando de ordenar bien sus pensamientos y cómo iba a decir la frase para que su chico no se riera de él—. quiero que… esto sea un secreto entre nosotros… no quiero que WookJin se entere y decida hacerme la vida imposible —acabó diciendo. El menor lo miró, confuso, pareciendo no entender a qué se refería y añadió—: hace años me dijo que si dejaba que alguien me la metiera se reiría de mí hasta el infinito y no tengo ganas de que eso pase.

 

            Una sonrisa encantadora apareció en el rostro de TaeYeob, muy amplia, enseñando sus dientes, sus ojos cerrándose en dos medias lunas. KyuBin sabía que lo acababa de hacer muy feliz con su respuesta a pesar de la pequeña condición que le había agregado a última hora porque no quería que su mejor amigo fuera insoportable con él. no parecía molesto por ella, solo feliz porque iba a poder cumplir aquel deseo que hacía tiempo que quería cumplir.

 

            —Te prometo que éste será nuestro pequeño secreto —le dijo—. Y te prometo también que vas a sentirte realmente bien esta noche.

 

            KyuBin sintió cómo un pequeño escalofrío de placer recorrió su columna vertebral de arriba abajo al escuchar aquello, dicho con una voz terriblemente sensual. Estaba seguro de que TaeYeob haría hasta lo imposible porque esa noche fuese increíble para él y sintió ganas de que todo comenzara ya. Por ese motivo, se inclinó hacia el menor, buscando su boca, tomando sus labios para darle un beso largo, un beso intenso, húmedo, en el que sus lenguas entraron en contacto desde el primer momento… pero a pesar de ser intenso, a pesar de que los dos se metieron de lleno en aquel beso éste fue lento, saboreándose mutuamente como si no lo hubieran hecho nunca antes. KyuBin se sintió perdido completamente en aquel beso porque los labios de TaeYeob siempre le hacían perder la cordura, aquellos labios que se amoldaban perfectamente a los suyos, que sabían qué le gustaba y cómo le gustaba y cuyos movimientos solían guiarlo hasta el más profundo de los infiernos porque KyuBin sentía casi como si pecara besando sus labios.

 

            —Vamos… mejor a la… cama… —jadeó TaeYeob contra su boca, sus respiraciones todavía chocando la una con la otra, separándose solo lo justo y necesario para poder hablar—. Es mejor… la cama…

 

            KyuBin sonrió contra sus labios y lo besó de nuevo, esta vez solo besos cortos, uno tras otro, hasta que TaeYeob terminó de separarse de él, esta vez alejándose un poco en el sofá también, mirándolo intensamente a los ojos. A KyuBin le gustaban aquellos ojos, esos ojos oscuros en los que brillaban más estrellas que en el universo y en los que se reflejaban sus deseos y en aquellos momentos se reflejaba que lo único que quería era ir a la cama para poder tenerlo a su merced lo más rápido posible. Eso hizo a KyuBin sentir una especie de excitación que no había sentido antes porque lo usual era que él tuviera aquella mirada y no al revés y aquellos ojos que lo miraban con ese deseo infinito por poseer su cuerpo lo hicieron tener un escalofrío de placer, un escalofrío que recorrió toda su columna vertebral de arriba abajo. En ese momento, se cruzó por su mente un pensamiento que no había tenido nunca antes, un pensamiento que no creía que fuera a tener, pero que tuvo que poner en palabras porque sabía perfectamente que a TaeYeob le iba a encantar y, sobre todo, lo iba a calentar. Por ese motivo, siguió el movimiento de su cuerpo por el sofá hasta volver a estar pegado a él para susurrarle, con el tono de voz más sensual que pudo conjurar.

 

            —Quiero que me hagas todo lo que quieras…

 

            TaeYeob se separó inmediatamente de él, mirándolo fijamente a los ojos, entre sorprendido y encantado, con una pregunta en éstos que no tuvo ni que esbozar verbalmente porque KyuBin asintió con su cabeza antes siquiera de que la planteara. Una sonrisa pícara apareció entonces en el rostro de TaeYeob y el brillo de sus ojos se volvió salvaje. Había adorado aquella proposición susurrada y KyuBin se sentía mucho más cómodo con la situación que estaba a punto de vivir porque el menor se encargaría de hacer que absolutamente todo lo que se le ocurriera, le encantara.

 

            TaeYeob se levantó del sofá rápido como el rayo y después le tendió la mano para levantarlo y KyuBin se dejó arrastrar hasta la habitación que ambos compartían en aquel apartamento que habían alquilado juntos. No era un lugar enorme, pero era suficiente para ambos y, sobre todo, tenía una cama enorme, un colchón demasiado cómodo al que le daban mil y un usos aparte de dormir. El mayor acabó sentado en el colchón, TaeYeob sentándose sobre sus piernas inmediatamente, con sus rodillas a cada lado de sus caderas, pegándose a su cuerpo lo máximo que pudo, mirándolo fijamente a los ojos antes de inclinarse de nuevo sobre él para besarlo. KyuBin le devolvió el beso instantáneamente y llevó sus manos hasta su trasero, como siempre hacía, para agarrarlo con fuerza mientras TaeYeob enredaba sus dedos en su pelo. Sus bocas se movían rápido, sus lenguas se encontraban y se chupaban la una a la otra, empezando a estar acelerados.

 

            KyuBin se sentía un poco caliente por la saliva compartida, por tener el cuerpo de TaeYeob subido sobre sus muslos, aferrándose a él con fuerza, como si no quisiera separarse por nada del mundo de él, como si no existiese el mañana y lo único que tuvieran fuera aquella noche. No había empezado de aquella forma, había comenzado mucho más pausado, mucho más lento, pero a medida que avanzaban, la velocidad aumentaba y probablemente lo único que ambos tenían en mente era pasarlo increíble aquella noche. KyuBin estaba algo ansioso por la novedad, por lo que TaeYeob iba a hacer con él, ansioso por saberlo, ansioso por notarlo, ansioso por alcanzar el placer de una nueva forma, casi excitado por ello, aunque no sabía si admitirlo o no, porque ser el activo en su relación era algo que no se había planteado dejar, pero por TaeYeob lo haría más a menudo si esa noche disfrutaba como el menor le había prometido.

 

            La velocidad aumentó un poco más entre ambos cuando TaeYeob empujó suavemente su pecho para separarlo de él, provocando que su espalda chocara contra el colchón, quedando tumbado sobre la cama, con él encima, moviendo sus caderas, rozando sus entrepiernas, provocando que su miembro comenzara a despertar. KyuBin todavía tenía las manos apretando su trasero y cuando todo su sistema nervioso fue recorrido por una ola de placer debido a sus entrepiernas rozándose, no pudo evitar hundir los dedos en su carne, apretando muchísimo más fuerte, haciendo a TaeYeob jadear y después fijar sus ojos en los suyos. KyuBin le aguantó la mirada, sintiéndose arder, teniendo demasiado calor y queriendo estar completamente desnudo, con su piel pegándose a la del menor, sudando ambos por el esfuerzo, la habitación oliendo a sexo.

 

            —KyuBin hyung… —murmuró, aunque su voz sonó más como un jadeo ahogado—. KyuBin hyung… quiero…

            —Hazlo —respondió, sin saber siquiera qué era lo que TaeYeob quería hacer, pero dándole completamente igual—. Lo que sea que quieras… hazlo…

 

            Una sonrisa pícara apareció en el rostro de TaeYeob y entonces se inclinó sobre él para darle un beso corto en los labios antes de levantarse de su cuerpo y pedirle que se recolocara mejor en la cama. El menor caminó por la habitación hasta el armario, donde tenían guardados el bote de lubricante y condones para cogerlos. KyuBin se recolocó tal y como le había pedido, sin poder quitarle el ojo de encima a TaeYeob mientras este cogía las cosas antes de volver a la cama con él porque su chico era demasiado precioso. TaeYeob le guiñó un ojo al sentarse de nuevo sobre el colchón y KyuBin no pudo evitar sonreír porque había sido más juguetón que sensual, pero lo adoraba de igual forma. El menor volvió a sentarse sobre sus piernas para tomar sus labios una y otra vez mientras sus manos se posaban en su cintura y comenzaban a tocar por debajo de la ropa. Los dedos de TaeYeob eran largos y finos, suaves y casi delicados, pero cuando tocaban no lo hacían delicadamente, agarraban con fuerza y, por allí por donde pasaban, KyuBin sentía su piel arder. KyuBin también lo había comenzado a tocar por debajo de la ropa, aquella suave piel que temblaba bajo su toque, mientras no dejaban de besarse una y otra vez… y por KyuBin podrían seguir besándose hasta el infinito porque le gustaban los labios de TaeYeob, era casi adicto a ellos, a sus besos, a la forma en la que se movían contra los suyos. Y, entre besos, comenzaron a desnudarse.

 

            Sus camisetas fueron retiradas intentando separarse lo mínimo posible del cuerpo del otro, KyuBin alzando sus brazos para ayudar a TaeYeob a quitársela por encima de la cabeza y el menor haciendo lo mismo para poder quitarse la suya. Las manos de TaeYeob viajaron después a la cinturilla de sus pantalones y metió la mano entre sus cuerpos para tocar su miembro por debajo de sus calzoncillos, tocando directamente su erección, que empezaba a ponerse cada vez más dura. KyuBin no pudo evitar jadear contra sus labios cuando los dedos de TaeYeob envolvieron su miembro y se aferraron a él, comenzando a mover su mano, arriba y abajo. El mayor se comenzó a sentir cada vez más duro, cada vez más sensible, cada vez más al borde del abismo, cada vez más cerca de derretirse por completo entre sus dedos.

 

            —Esto te gusta… —murmuró TaeYeob contra su boca mientras agarraba su miembro con algo más de fuerza y lo hacía gemir—, pero te va a gustar más lo que te voy a hacer ahora… —su chico le lamió los labios—. Te voy a quitar los pantalones y te voy a poner a cuatro patas…

 

            KyuBin sintió una oleada intensa de placer recorriendo todo su cuerpo cuando el pulgar de TaeYeob presionó la punta de su miembro y asintió a lo que éste le había dicho sin siquiera pensar en ello mucho. El menor se separó de él después de aquello y KyuBin sintió un poco de frío al no tener su cuerpo encima, al no tener su mano dentro de sus calzoncillos, pero sabía que no iba a tardar en volver a sentirse tan caliente que le sobraría su propia piel, así que, ayudó a TaeYeob a quitarse los pantalones del chándal, levantando las caderas para que pudiera sacarlos por sus piernas, llevándose con ellos también sus calzoncillos, dejándolo completamente desnudo. TaeYeob le pidió con un movimiento de su mano que se girase en la cama y KyuBin lo acabó haciendo, colocándose a cuatro patas, tal y como le había dicho antes que quería. La posición era un poco vergonzosa, pero sabía perfectamente que aquella era la mejor posición para que cuando TaeYeob comenzara a prepararlo, le molestara y doliera lo mínimo posible porque iba a ser su primera vez sintiendo aquello. En el momento en el que alzó sus caderas, se sintió un poco nervioso también, porque en aquella postura no veía lo que hacía TaeYeob y solo podría saberlo cuando lo sintiera tocarlo. Estaba un poco excitado, no obstante, el nerviosismo también estaba allí y no podía quitárselo de encima.

 

            Escuchó cómo TaeYeob abría el tapón del bote de lubricante e inspiró profundamente, tratando de relajar todo su cuerpo, como sabía que tenía que hacer, relajando sobre todo los músculos de la mitad inferior de su cuerpo. Sintió la mano izquierda sobre su trasero, agarrando su glúteo izquierdo con fuerza durante unos momentos, antes de llevar uno de sus dedos hasta su ano y comenzar a tantearlo, frío por el lubricante. KyuBin se tensó un poco, pero trató de volver a relajarse mientras notaba el dedo de TaeYeob en aquella zona que nunca antes había sido tocada de una forma similar. La mano fue retirada de su glúteo y KyuBin sintió cómo el líquido frío y viscoso caía sobre su entrada unos momentos después, justo antes de que el menor finalmente adentrara uno de sus dedos en su interior. KyuBin se mordió el labio inferior. La sensación de tener algo dentro de su recto era muy extraña, demasiado extraña, y el dedo de su chico entrando y saliendo era todavía más extraña y curiosa. Sentía una especie de incomodidad, como si su cuerpo no tolerara aquella intrusión ajena, pero también, bajo aquella incomodidad sentía algo más, algo que no sabía cómo expresar en palabras.

 

            —¿Estás bien? —le preguntó en ese momento TaeYeob—. ¿Te duele?

            —Estoy bien —respondió sinceramente—. Solo molesta un poco.

            —Vale —murmuró su chico.

 

            KyuBin sintió cómo sacaba su dedo por completo de su trasero y otra vez el lubricante caer sobre él, el dedo de TaeYeob entrando con menor dificultad de nuevo en él. Seguía siendo extraño y siguió sintiéndolo casi como algo ajeno y, sobre todo, cuando el menor comenzó a moverlo en su interior, buscando su próstata, KyuBin sintió que aquello era una sensación demasiado extraña. No obstante, en el momento en el que la yema de su dedo tocó su próstata, no pudo evitar que un pequeño gemido escapara de sus labios porque aquella simple acción provocó que una corriente eléctrica de placer recorriera todo su sistema nervioso y lo dejara sin aire. Así que aquello era lo que sentía TaeYeob cada vez que lo tocaba allí.

 

            —¿Te gusta esto? —cuestionó TaeYeob, alcanzando su próstata otra vez con su dedo, provocando que gimiera de nuevo sin poder contenerse—. Creo que sí —se respondió él mismo y KyuBin no tuvo forma de cuestionárselo porque era la verdad… le gustaba esa sensación.

 

            TaeYeob siguió alcanzando una y otra vez su próstata durante algunos minutos, haciendo que su cuerpo se fuera acostumbrando cada vez más y más a la sensación de su dedo dentro de su recto porque le estaba proporcionando placer. En algún momento comenzó a mover sus caderas inconscientemente, en busca de más, y fue ese el momento en el que TaeYeob volvió a echar más lubricante e introducir lentamente en su cuerpo dos de sus largos dedos. KyuBin tuvo que morderse el labio inferior porque la sensación era un poco más molesta que la primera vez, sus dedos empujando para entrar en él mientras su cuerpo oponía un poco de resistencia. Se tuvo que recordar que debía relajarse para no le doliera más de lo necesario, pero la presión era casi insoportable; sin embargo, KyuBin acabó relajándose por completo cuando la otra mano de TaeYeob agarró su miembro y comenzó a moverla sobre él, tocándolo, haciéndolo gemir de nuevo, colmándolo de muchas y nuevas sensaciones porque nunca lo habían tocado mientras tenía unos dedos en su interior, llegando hasta su próstata a la vez. Era demasiado el placer que estaba experimentando en esos momentos.

 

            —Mejor, ¿verdad? —murmuró TaeYeob.

 

            KyuBin simplemente movió su cabeza de forma afirmativa a pesar de que no sabía si TaeYeob había podido ver o no su respuesta porque no sentía que pudiera usar su voz para responderle, porque cada vez que abría su boca, jadeos y gemidos salían por ella. Aquello era todo tan diferente de lo que había sentido hasta el momento cada vez que había tenido sexo que realmente KyuBin no sabía cómo sentirse ni cómo reaccionar ante nada, porque su cuerpo era el que reaccionaba por él, honestamente, quizás demasiado honestamente porque en algunas ocasiones podía escuchar la risa de TaeYeob. Pero KyuBin no lo podía controlar… le estaba gustando más de lo que jamás habría admitido ante nadie y ante sí mismo.

 

            —Creo que… no puedo aguantarme más… —dijo el menor, sacando sus dedos de su interior, provocando que se sintiera terriblemente vacío en aquellos momentos, queriendo volver a tenerlo dentro de él—. Si echo mucho lubricante no creo que haya problema… pero si te duele, dímelo hyung

            —Sí —murmuró él en respuesta.

 

            KyuBin no pudo evitar girar su cabeza para mirar por encima de su hombro en ese momento, viendo cómo TaeYeob se bajaba del colchón y se quitaba los pantalones de un tirón. KyuBin se dio cuenta de que el bulto de su erección en sus calzoncillos era grande, mucho más grande de lo que había estado cuando se habían estado rozando antes. Debía de sentirse muy excitado y KyuBin podía ponerse en su piel perfectamente porque había veces, cuando estaba demasiado caliente y necesitado, solo escuchando los gemidos del menor cuando lo preparaba se sentía a punto de estallar. Probablemente, TaeYeob estaba así por la excitación de poder introducirse en su cuerpo y KyuBin no lo culpaba, él también se sentiría de esa forma si no hubiera tenido la oportunidad de metérsela a alguien en los últimos tiempos. TaeYeob terminó de desnudarse a la velocidad del rayo y volvió a la cama tendiéndole el condón a KyuBin para que lo abriera porque sus dedos estaban resbalosos por el lubricante y él lo hizo, sacándolo del envase de plástico y devolviéndoselo para que se lo pusiera. En cualquier otra ocasión, le habría gustado detenerse un momento, inclinarse sobre TaeYeob y ponerle él el condón con la boca, buscando darle placer con sus labios, tentándolo, pero el chico lo hizo rápidamente, como si realmente no pudiera aguantarse las ganas de entrar dentro de su cuerpo.

 

            Volvió a su posición original cuando TaeYeob se acercó a él y trato de relajar su cuerpo de nuevo, notando cómo la punta del miembro del chico hacía algo de presión contra su entrada. Volvió a sentir el lubricante frío justo antes de que el chico comenzara a empujar dentro de él, lentamente, entrando muy poco a poco. KyuBin jadeó, notando cómo la presión era mucho mayor de lo que lo había sido anteriormente porque su miembro era más grande que el espacio que habían creado sus dedos y la resistencia de su cuerpo fue un poco mayor, pero, aun así, no dolía, gracias al lubricante y a la preparación anterior solo era molesto para él, bastante molesto, pero no le dolía. TaeYeob siguió empujando, adentrándose lentamente hasta que estuvo completamente dentro de él, dejando escapar un jadeo grave de puro placer, quedándose quieto, sin moverse, como si estuviera disfrutando de aquella sensación. KyuBin cerró sus ojos y trató de enfocarse en el placer, en la forma en la que se sentía completamente lleno y en cómo sería la siguiente oleada de éste cuando el miembro de TaeYeob fuera el que empujara su próstata y no solo sus dedos.

 

            —KyuBin hyung… —murmuró el menor, aferrándose a sus caderas con fuerza—. ¿Siempre has tenido las caderas tan estrechas? —KyuBin no pudo evitar reír ante aquella pregunta y TaeYeob respondió a aquello dándole un pellizco—. Hablo en serio… hyung… esto es una fantasía… tenía que habértelo propuesto antes…

 

            KyuBin siguió con la sonrisa en su rostro, imborrable después escucharlo decir cómo se sentía dentro de él, incluso cuando se comenzó a mover y la incomodidad volvió a aparecer con cada movimiento hasta que su cuerpo se empezó a acostumbrar a ello. TaeYeob se movió muy lentamente dentro y fuera de él, como KyuBin solía hacer cada vez que se pasaban un poco de tiempo sin hacerlo, para no hacerle ningún daño, hasta que él mismo comenzó a mover sus caderas en busca de más. En ese mismo momento, TaeYeob se inclinó sobre él, pegando su pecho a su espalda, agarrando su miembro con su mano derecha y comenzando a embestir con rapidez, a la vez que movía su mano sobre su erección. La nueva posición provocó que, con cada embestida, el miembro de TaeYeob diera con su próstata una y otra vez y KyuBin no pudo parar de gemir, sintiendo un placer intenso recorrer todo su cuerpo con cada movimiento, ahogado en demasiadas sensaciones, demasiado intensas e increíbles que lo llevaban cada vez más cerca del orgasmo, un orgasmo que no le tardó en llegar.

 

            KyuBin alcanzó el clímax con un gemido que salió desde el fondo de su garganta, corriéndose en la mano de TaeYeob y sobre las sábanas de la cama, notando cómo el orgasmo se prolongaba porque el menor seguía dentro de él, moviéndose rápido a pesar de las contracciones de su cuerpo… aunque éste no tardó mucho en llegar al orgasmo, aferrándose a sus caderas con fuerza, hincándole los dedos en éstas, mordiendo su hombro, comenzando a temblar contra su espalda, dejándose caer sobre ésta, respirando entrecortadamente. KyuBin no pudo aguantar el peso de ambos y acabó tumbado sobre el colchón con TaeYeob tratando de recuperarse todavía sobre él. Estaban pegajosos del sudor, se habían quedado sin aire y KyuBin estuvo sintiendo cómo todas sus terminaciones nerviosas eran recorridas por el placer del orgasmo durante bastante tiempo, dejando su cuerpo completamente laxo, sin fuerzas para hacer nada.

 

            —¿Te ha gustado? —le preguntó TaeYeob, su respiración chocando contra su espalda, caliente, provocándole un escalofrío.

            —Sí —respondió él inmediatamente, sin pensárselo ni un solo segundo.

 

             Y, aunque no lo dijo, KyuBin pensó que había sido increíble y que, si TaeYeob quería hacerlo de nuevo, no tendría ningún problema en abrirse de nuevo de piernas para él porque se había sentido realmente bien esa noche.

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

—El título de la historia está tomado de la canción Good Tonight de GOT7 y me la puse en bucle mientras escribía esto para entrar en un buen mood (también me puse bOss en bucle porque es la canción submissive and breedable por excelencia y me venía muy de perlas).

No hay comentarios:

Publicar un comentario