Título: Before the dawn
Autora:
Riz Aino
Pareja:
Dannmuji (Dann + MuJin) (KINGDOM)
Clasificación:
PG–13
Géneros:
AU, magic, time travel, fantasy, romance, drama
Número de palabras:
1.033 palabras
Resumen:
SeungBo y SungHo son dos amantes que, por una maldición, han sido separados en
el tiempo… una maldición que ambos desean romper lo más rápido posible para
poder estar juntos de nuevo.
Notas: estaba
sacando e ideas del baúl de los recuerdos cuando me encontré con esta y en el
mismo instante en el que la vi supe que tenía que hacerla con KINGDOM y sacarla
por fin.
Comentario de autora:
la dinámica de estos dos es maravillosa porque son dos idiotas y los adoro más
que a nada en el mundo. Espero que os guste.
Before
the dawn
—¡Joder! ¡Mierda! ¡Maldita sea!
SeungBo no pudo evitar soltar todo
aquello de golpe. Estaba demasiado frustrado y no podía más. Ya no podía más.
Sabía que estaba a un paso de conseguirlo, a un solo paso de encontrar la forma
de romper la maldición que les habían echado a SungHo y a él, aquella maldición
que los había separado en el tiempo y el espacio. Él seguía allí, en su
presente, mientras que SungHo había sido enviado al pasado, a alguna época a la
que ni siquiera él, con sus poderes, tenía acceso. SeungBo siempre había podido
viajar en el tiempo, siempre había encontrado una forma u otra para poder retroceder
un poco más e ir un poco más allá y, con la ayuda de SungHo, combinando sus
magias, habían hecho viajes completamente increíbles al pasado, cada vez más
lejos. Siempre habían tenido mucho cuidado y siempre habían usado sus poderes con
mesura, sin que nadie más se enterase de sus pequeñas aventuras… no obstante, otro
mago, un mago oscuro y vanidoso, con demasiado poder como para que fuera bueno
para él mismo, había descubierto lo que hacían y, por pura envidia, simplemente
por dar rienda suelta a todo su poder, les había echado aquella maldición, los
había separado en el tiempo y, además, había puesto un tiempo límite para que
la maldición no se pudiera romper jamás… hasta antes de aquella madrugada.
SeungBo llevaba días sin dormir, apenas
comía y solo buscaba, creaba y practicaba hechizos. Trataba de encontrar la
magia resonante de SungHo, la que lo llevaría a encontrarlo en la línea del
tiempo en la que se encontrara, porque sabía perfectamente que, allí donde
estuviera, SungHo estaría tratando, de la misma forma que él, de volver
desesperadamente. No obstante, a pesar de que lo buscaba y buscaba y se alejaba
cada vez más en el tiempo, dando el máximo de si mismo, SeungBo no encontraba
nada, ni una sola pista que lo pudiera llevar hasta el paradero de SungHo… y se
le acababa el tiempo, solo le quedaban unas horas, solo le quedaba un intento.
SeungBo se concentró. Cerró sus ojos
y trató de aislarse completamente del mundo que lo rodeaba. Lo había hecho
cientos, miles de veces, aquello era fácil; sin embargo, su corazón latía rápidamente
dentro de su pecho, nervioso. Se aisló también de sí mismo, dejando de escuchar
su respiración, dejando de notar el rápido golpeteo de su corazón. Lo más fácil
estaba hecho, pero todavía le quedaba proyectar su magia, buscar con ella la
magia de SungHo, que ésta resonara con su magia. Desde que había comenzado
aquel calvario nunca lo había conseguido y siempre había acabado viajando al
pasado a tientas, por si, en el lugar y momento en el que aparecía, era el
mismo lugar y momento en el que el otro estaba. SeungBo terminó de calmarse y
de concentrarse y cuando se sintió completamente preparado, dejó que su magia
se proyectara fuera de él, lejos de él, de su cuerpo, de su presente, buscando
la resonancia con la magia de SungHo, restos de ésta, o ésta intentando
conectar con él.
Los segundos pasaron, los minutos
también lo hicieron… y SeungBo sintió con cada momento que pasaba cómo su
concentración y su última esperanza se iban diluyendo, cómo su corazón se hacía
poco a poco trizas. No obstante, cuando estaba a punto de flaquear, a punto de
retirarse y lanzarse al vacío de nuevo, notó algo. Una corriente eléctrica muy
conocida recorrer su cuerpo, una corriente eléctrica que lo llamaba y lo guiaba
a través de la oscuridad de los tiempos. Y SeungBo se dejó llevar por ella, con
una sonrisa en sus labios.
Cuando abrió los ojos de nuevo, se
encontraba en un lugar ajeno, no en la misma habitación en la que había pasado
los últimos días, tratando de encontrar a SungHo. Aquel era un lugar extraño,
lúgubre, húmedo, oscuro. Parecía una especie de caverna, pero sus ojos tardaron
demasiado en acostumbrarse a aquel lugar antes de poder ver un poco más allá de
él. No sabía dónde había acabado, ni en qué sitio ni en qué tiempo. Se sentía
cansado, por lo que tenía que haber viajado bastante lejos, pero si estaba allí
era porque la magia de SungHo había conectado con él y lo había llevado hasta
aquel lugar. SeungBo anduvo a tientas por aquel lugar, demasiado cansado como
para crear luz con su magia, hasta que tropezó contra algo… o, más bien, contra
alguien. Un cuerpo en su camino, un cuerpo que podría reconocer en cualquier
lugar y en cualquier época.
—SungHo… —murmuró—. Por fin te he encontrado…
—Por fin —dijo SungHo en respuesta, alzando sus brazos y
apretándolo con fuerza contra su cuerpo—. Sabía que acabarías encontrándome.
SeungBo se abrazó también a su
cuerpo con fuerza y estuvieron así unos momentos, sintiéndose el uno al otro,
murmurando lo mucho que se habían echado de menos, hasta que se separaron otra
vez, solo lo justo y necesario para tomarse las manos y proyectar sus poderes,
juntos, para volver a casa. SeungBo estaba cansado por su viaje anterior, en
solitario, pero la magia de SungHo los llevó a ambos sanos y salvos hasta el
presente, hasta casa, cuando las primeras luces del alba comenzaban a bañarlo
todo. Lo habían conseguido. Habían roto aquella injusta maldición que los había
tenido separados en los últimos tiempos y estaban juntos de nuevo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario