Título: King for one day
Autora: Riz Aino
Pareja:
LouJin (MuJin + Louis) (KINGDOM)
Clasificación:
R
Géneros:
AU, college, romance, smut, pwp
Número de palabras:
1.421 palabras
Resumen:
SungHo le prometió a DongSik que el día de su cumpleaños haría lo que él
quisiera… absolutamente todo lo que él quisiera y DongSik se lo tomó al pie de
la letra.
Advertencias: relaciones sexuales no especialmente explícitas.
Notas: tenía esta
idea desde hacía milenios planeada y la había comenzado a escribir, pero nunca
terminé de hacerlo y la dejé aparcada, hasta que estuve un día buscando por mis
antiguas ideas y la rescaté.
Comentario de autora:
MuJin y Louis tienen una química increíble y además no se despegan el uno del
otro, así que, quería empezar esta colección con ellos. Espero que os guste.
King
for one day
El día ocho de abril había llegado
por fin, aquel día tan esperado por DongSik, quien se había pasado los
anteriores meses queriendo que los días pasasen mucho más rápido de lo que lo
hacían. Apenas había podido pegar ojo aquella noche y, además, se había
despertado demasiado pronto, pero siendo universitario, estaba más que
acostumbrado a dormir poco y a funcionar más o menos como una persona decente…
porque la emoción y excitación que sentía por el día de su cumpleaños ese año,
era mucho mayor a la que había sentido nunca jamás por éste. De normal, su
cumpleaños era solo un día más en el que no pasaba absolutamente nada fuera de
lo común, lo único que cambiaba era que recibía mensajes de felicitación de sus
familiares, amigos, conocidos y el banco; pero aquel año no iba a ser así y,
por eso, DongSik estaba así.
SungHo le había prometido en Navidades
que aquel año, como regalo de cumpleaños, haría absolutamente todo lo que él le
pidiera porque no tenía ni un duro para gastar hasta que no le ingresaran la
beca y, por lo general, hasta mayo no solía recibir un céntimo. SungHo le había
prometido que lo trataría como un rey, nada más y nada menos, durante todo el
día y eso lo traía completamente loco porque el mayor siempre se quejaba de
todo lo que quería hacer con él —aunque al final acabase pasando por el aro— y
había jurado que ese día no iba a decir ni una sola palabra, simplemente haría todo
lo que le pidiera.
No obstante, el mayor no había
vuelto todavía a su habitación compartida en la residencia. Justamente ese día
había tenido turno de noche en la tienda 24h en la que a veces solía trabajar
para ganar un poco de dinero y así poder pagar los gastos de la facultad antes
de que le ingresaran la beca y no colgarse del todo al dinero que le mandaban
sus padres. Por ese motivo, a pesar de que DongSik se había despertado
temprano, no había podido poner en marcha nada.
Había pensado un montón de cosas
para hacer. Había pensado en pedirle que le cocinara algo rico, aprovechando
que SungHo tenía un poco de idea en la cocina, obviamente había pensado en
pedirle que le diera un masaje porque sí que tenía unas manos increíbles y de las
horribles sillas de la facultad, DongSik tenía la espalda completamente cargada…
y también había pensado en pedirle que hicieran cosas en la cama que nunca
antes habían hecho o que no solían hacer pero que DongSik adoraba. No sabía qué
era lo que le daría tiempo —al menos, era domingo y no tenían clases—,
ni tampoco lo cansado que SungHo llegaría a la habitación, pero trataría de
poder cumplir algunos de sus deseos, porque después de todo, era lo que le
había prometido el mayor.
SungHo llegó mientras DongSik todavía
estaba en la cama, maquinando algunas cosas más que podían hacer aquel día y el
chico casi saltó al escuchar la puerta abrirse y a su novio arrastrar los pies
por la habitación, sentándose inmediatamente sobre el colchón y esperando a que
doblara la esquina del pequeño pasillo en el que se encontraba el baño antes de entrar
propiamente en la zona del dormitorio. SungHo se detuvo al verlo esperándolo
despierto, como si fuera una especie de perro esperando a que su dueño llegara a
casa. DongSik sabía que tenía que estar pensando que era ridículo y estúpido,
pero le daba igual, porque realmente lo había estado esperando como un perro
que espera por su amo. Su corazón latía rápidamente dentro de su pecho, con
demasiada emoción ahora que SungHo por fin había vuelto y, si fuera un perro de
verdad, no pararía de menear la cola —aunque quizás la cola que sí tenía estaba
un poco sensible y necesitada por las imágenes mentales que había tenido
durante toda la noche prácticamente en vela—.
—Feliz cumpleaños, DongSik —le dijo, dedicándole una
sonrisa cansada.
—Muchas gracias —respondió, abriendo sus brazos—. Ven aquí,
hyung, quiero un abracito.
—¿Ordenando de buena mañana? —preguntó su
chico, algo divertido, soltando sus cosas sobre la mesa del escritorio.
—Hoy es mi día —dijo simplemente, con sus
brazos todavía abiertos.
La sonrisa que SungHo le dedicó en
aquellos momentos fue mucho más divertida que cansada y después cruzó la habitación
para sentarse en la cama con él y abrazarlo con mucha fuerza. DongSik lo apretó
contra su cuerpo y le dio un beso en el cuello que estremeció al mayor entre
sus brazos porque era uno de sus lugares sensibles. SungHo se separó de él y lo
miró, frunciendo su ceño y haciendo un puchero con sus preciosos labios, esos
labios que DongSik quería besar siempre.
—No te aproveches de mi generosidad —murmuró—. Todavía
me voy a mi cama a dormir y te dejo tirado todo el día.
—No me harías eso… —replicó DongSik,
acercándose de nuevo a su cuello, besando el lugar en el que se notaba su nuez—.
Sé que no me dejarías tirado y que vas a cumplir tu promesa de hacer
absolutamente todo lo que te pida —SungHo tuvo otro escalofrío que el menor
pudo notar al tenerlo todavía entre sus brazos—. Juguemos un ratito y prometo
que te dejaré dormir abrazado a mí el resto de la mañana, yo tampoco he dormido
mucho hoy.
SungHo no dijo nada, pero asintió a su propuesta, moviendo
su cabeza levemente y DongSik no pudo evitar esbozar una amplia sonrisa. Se lo
pasaría de lujo durante un buen rato con él y después dormirían un poco para
poder seguir con aquel día, era un buen plan y era algo que le encantaba hacer,
así que, mataba dos pájaros de un tiro.
—Ven aquí, hyung —volvió a decirle,
señalándole el interior de la cama—, pero quítate toda la ropa antes.
SungHo puso los ojos en blanco, pero
no dijo nada —demasiado
callado para lo que era normal en él, que nunca paraba de hablar— y simplemente
se levantó de la cama y se comenzó a desnudar para DongSik, sin dejar de
mirarlo fijamente a los ojos, quitándose la ropa de forma sensual, sabiendo lo
que eso le haría, las reacciones que eso provocaría en él. Cuando solo le
quedaban los calzoncillos se metió en la cama, sentándose sobre sus piernas y
buscando sus labios para besarlos y DongSik respondió a la intensidad del beso
con mucha fuerza porque adoraba los labios de SungHo, adoraba besarlos como
nada en el mundo, adoraba morderlos, adoraba lamerlos, adoraba que después de
sus besos éstos parecieran mucho más rojos y gruesos de lo que ya lo eran… pero,
sobre todo, adoraba cuando SungHo usaba su boca en su miembro porque le
provocaba una especie de locura cuando lo envolvía con aquellos labios para el
pecado. Cuando dejaran de besarse, cuando las manos no
se pudieran estar quietas, cuando sus cuerpos, calientes, clamaran por mucho
más que solo unos pocos besos, le pediría que lo hiciera, de la misma forma que
le pediría que esa vez abriera sus piernas para él y se masturbara bajo su atenta
mirada y también le pediría que gimiera su nombre, alto y fuerte, porque le
encantaba escuchar su voz cuando lo hacía, sin aire, teñida completamente de
placer… sí… le pediría eso y muchísimas cosas más… y SungHo lo haría todo sin
rechistar porque, ese día, DongSik era el rey.
Notas
finales:
—Estoy preparando
muchas más cosas de KINGDOM (para esta colección y fuera de ella), no
preocuparos por si os habéis quedado con las ganas de más porque tengo muchos
fics LouJin para hacer.
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