sábado, 1 de enero de 2022

[One Shot] 2020 Super Rookies Drabbles: 미스터리 (Mystery) {Sellen}

Título: 미스터리 (Mystery)

Autora: Riz Aino

Pareja: Sellen (SeRim + Allen) (CRAVITY)

Clasificación: PG–13

Géneros: AU, romance, humor, fluff

Número de palabras: 1.144 palabras

Resumen: cuando Allen llegó a la Tierra para estudiar a los humanos, lo último que esperaba era enamorarse de uno de ellos.

Advertencias: ingesta de alcohol en grandes cantidades.

Notas: tenía esta idea desde el albor de los tiempos apuntada para otro grupo y ship y la saqué del baúl para escribirla de una vez por todas.

Comentario de autora: creo que nunca había escrito sobre aliens en toda mi existencia y pensé que tenía que cambiarlo. Espero que os guste.

 

미스터리 (Mystery)

 

            Allen no pudo evitar alzar una ceja, como había visto hacer a los humanos que estudiaba, sin saber qué era lo que estaba viendo siquiera ante sus ojos ni cómo debía de reaccionar de verdad, aunque imaginaba que su reacción era la correcta porque a su alrededor, el resto de los humanos, tenían expresiones similares en sus rostros. SeRim, el humano con el que estaba compartiendo su habitación en aquella residencia de estudiantes, lo había invitado a una fiesta con algunos de sus amigos y no había parado de beber alcohol en toda la noche. Allen nunca antes había ido a ninguna fiesta y no había bebido alcohol antes, lo había probado un poco, pero no le había gustado demasiado que aquel líquido le quemara la garganta y lo hiciera toser, así que no había vuelto a tocar ni una de las copas que le habían ofrecido, poniendo una excusa que había visto usar en un dorama unas semanas antes… pero SeRim no había dejado de hacerlo y, en aquellos momentos, se encontraba cantando una canción que sonaba en la radio del bar y bailando subido encima de la mesa.

 

            —Está para el arrastre —comentó a su lado uno de los amigos de SeRim, si no recordaba mal, WonJin—. Iría siendo hora de que se fuera a dormir la mona. ¿Crees que te lo puedes llevar a la residencia? —le preguntó.

 

            Allen dejó de mirar a SeRim para mirar al muchacho y asintió. Éste le dedico una sonrisa que no supo identificar, pero tampoco quiso dedicarle mucho tiempo a pensar en ella porque al momento se comenzó el dispositivo “bajar a SeRim de la mesa para que dejara de hacer el ridículo y llevarlo a su cama a dormir la mona” y realmente no tuvo tiempo para pensar en lo que significaba. Los humanos realmente eran un misterio para él y seguro que tardaría mucho más en tratar de comprenderlos de lo que todos habían pensado. Cuando estuvo montado en un taxi con SeRim, mientras éste le seguía cantando a la oreja las canciones que salían en la radio del vehículo, desafinando, no pudo evitar pensar en que le quedaba muchísimo que aprender porque cada día descubría cosas nuevas y facetas nunca vistas del humano con el que estaba conviviendo… y eso que él era solo una persona de las miles de millones que poblaban el planeta.

 

            Allen no pudo evitar sonreír porque no hacía más que unos pocos meses que había sido enviado a la Tierra desde su planeta natal, pero aquel chico se le había metido completamente dentro de la piel. A veces se daba cuenta de que se le quedaba mirando con una sonrisa tonta en su rostro o la más mínima cosa que hacía le encantaba o hacía que se sintiera totalmente nervioso. Al principio había creído que le pasaba algo extraño, pero cuando lo había estado hablando con otros alienígenas que se encontraban en el planeta, de incógnito, tratando de encontrarle algo de sentido a la forma de vida humana, éstos le habían dicho que probablemente se había enamorado de aquel chico y, aunque Allen no sabía qué era el amor, había investigado y había descubierto que sí que se había enamorado de SeRim. El motivo no lo sabía, un día se había despertado porque el otro había estado gritando y saltando de alegría sobre su cama después de enterarse que había aprobado un examen dificilísimo y su corazón, demasiado parecido al de los humanos había comenzado a latir muy fuerte dentro de su pecho.

 

            El viaje no fue demasiado largo y en apenas unos pocos minutos habían llegado a la residencia. Sin la ayuda de los demás, a Allen le costó un poco sacar a SeRim del taxi y hacer que caminara correctamente, pero no dejó de sujetar su cuerpo mientras lo trataba, para que éste no se cayera redondo al suelo y no tuviera que cargarlo a cuestas, porque vale que era un alien, pero no era como Superman, de hecho, dudaba que hubiera algún alienígena con poderes como los de Superman. Tardaron casi más en llegar a la habitación, un trayecto que debían de haber recorrido en un par de minutos a lo sumo, que lo que habían tardado en el taxi desde el bar a la residencia, y cuando finalmente lo hicieron, SeRim lo arrastró a él hasta su cama, cuando Allen quiso dejarlo sobre ésta, abrazándose a él fuertemente.

 

            —Allen, Allen, Allen, Allen —dijo SeRim, repitiendo su nombre una y otra vez—. ¿Quieres saber una cosa? —le preguntó.

 

            Por la experiencia que había obtenido esa noche, rodeado de humanos que habían bebido demasiado como para que fuera bueno para su salud, Allen sabía que las charlas de borrachos no tenían ningún sentido, pero ya que estaba allí, envuelto por los brazos y las piernas de SeRim, que no lo dejaban escapar —y de los cuales Allen tampoco querría escapar jamás— no tenía otra cosa que hacer aparte de escuchar lo que éste tuviera que decirle, oliendo de su boca todo el alcohol que se había tomado.

 

            —Cuéntame —contestó al final.

            —Muy bien —respondió SeRim—. Te lo iba a decir, aunque me dijeras que no —Allen no pudo evitar sonreír ante aquello—. Que sepas que cuando te conocí eras más raro que un perro verde y me dabas muy mala vibra, como de asesino en serie o algo, pero que sepas que ahora te quiero a pesar de que sigas siendo más raro que un perro verde porque sé que a mí nunca me harías daño.

 

            La sonrisa en sus labios se amplió al escuchar aquello porque era quizás la cosa más bonita que le había dicho nadie nunca jamás y se la había dicho el humano del cual se había enamorado a saber por cual designo divino, así que, no podía ser más feliz en aquellos momentos. Allen no sabía cuánto tiempo más estaría en la tierra, pero le encantaría poder pasarse el resto de su tiempo allí con SeRim, aprendiendo muchísimo más de él y del misterio que era el muchacho en concreto y el resto de los humanos en general, y sobre todo, queriéndolo como nunca había querido a nadie.

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