domingo, 9 de enero de 2022

[One Shot] 2020 Super Rookies Drabbles: It only hurts because I'm weak {SeriWoo}

Título: It only hurts because I’m weak

Autora: Riz Aino

Pareja: SeriWoo (SeRim + WooBin) (CRAVITY)

Clasificación: PG–13

Géneros: AU, college, romance, drama, fluff

Número de palabras: 1.379 palabras

Resumen: a SeRim le duele demasiado ver cómo WooBin siempre tiene tiempo para todo el mundo menos para él.

Notas: en los últimos tiempos he visto muchos videos de CRAVITY y me gusta mucho la dinámica que se traen estos dos.

Comentario de autora: leí algunos fics SeriWoo y en todos ellos era WooBin el que sufría más por no tener el amor de SeRim, así que, decidí que el mío fuera al revés, porque WooBin merece tener el amor incondicional de todo el mundo. Espero que os guste.

 

It only hurts

because I’m weak

 

            SeRim suspiró profundamente y miró su reloj. Había pasado más de media hora desde el último mensaje de WooBin, aquel en el que le decía que iba corriendo hacia el lugar en el que habían quedado, que no tardaría en llegar y todavía no había llegado. Cada minuto que pasaba era como una espina muy honda que se clavaba en su corazón porque con cada minuto, las posibilidades de que el menor finalmente apareciera se iban reduciendo y aumentaban las posibilidades de que le llegara otro mensaje pidiéndole perdón porque le había surgido algo importante y no podía llegar al final. No podía evitar sentir una punzada en su pecho cuando veía cómo WooBin siempre tenía tiempo para todo lo que debía y quería hacer y siempre estaba allí para todos los demás… menos para él. Le dolía demasiado porque se suponía que no debía de tener ninguna esperanza, porque WooBin estaba demasiado fuera de su liga, un estudiante universitario, ni más ni menos que un estudiante de Medicina, mientras que él simplemente era un tío normal, se suponía que ni siquiera debían de estar en el mismo círculo de amigos, pero WooBin había estado a su lado mucho tiempo, siendo su amigo, cuando todavía no era inalcanzable y simplemente era un chico demasiado aplicado en sus estudios… aunque aquello había pasado hacía mucho tiempo. Ahora era extraño para SeRim verlo, entre sus clases y sus prácticas, sus salidas con la gente de su facultad, de su residencia, a veces no volvía a casa en semanas o meses y cuando quedaban juntos en ocasiones cancelaba sus planes porque algo había surgido a última hora… y SeRim le decía que no pasaba nada, que lo demás era más importante y que ya podrían verse en cualquier otro momento, a pesar de que lo único que sentía era cómo su corazón se hacía pedazos cada vez.

 

            A SeRim le dolía demasiado porque era débil. Era débil a WooBin, era algo que siempre había sabido y que tenía claro que nunca iba a cambiar porque era casi natural para él; sin embargo, no sabía hasta cuando iba a dolerle tanto, si el dolor solo se acrecentaría con el tiempo o al final simplemente se diluiría y no volvería a dolerle… y a SeRim le daba miedo saber qué sucedería con sus sentimientos, aquellos que no había sido capaz de mostrarle antes a WooBin y que, después de tanto tiempo, no sabía si era correcto mostrar. Porque mientras WooBin se hacía un hueco entre la élite, SeRim iba de un trabajo de medio tiempo a otro en el que lo explotaban físicamente durante muchas más horas de las que le pagaban. Mientras WooBin estudiaba para convertirse en uno de los mejores médicos del país, él se arrastraba de un trabajo a otro hasta que lo despedían porque no le renovaban el contrato en ningún lugar. Mientras WooBin tenía un futuro brillante por delante, SeRim lo único que podía ofrecerle era su amor incondicional, pero de amor no se podía vivir y, su amor, por sincero que fuera, no sabía si tenía una fecha de caducidad o no, porque de la misma forma que había estado a su lado cerca de diez años, podía diluirse en cualquier momento en el futuro o durar por el resto de su vida.

 

            —Lo siento, hyung, lo siento —la dulce voz de WooBin lo sacó de sus pensamientos y, cuando alzó la cabeza, vio a su Ruby frente a él, falto de aire, con una clara expresión de preocupación en su rostro—. Lo siento, lo siento, de verdad, lo siento muchísimo, en el seminario no nos querían dejar salir y luego el bus no pasaba y cuando llegó los semáforos estaban todos en rojo —el chico se dejó caer sobre la silla frente a él, cansado—, parecía que el universo no quería que llegara.

            —Quizás el universo te estaba dando la mejor opción a seguir y no tenías que haber venido… —no pudo evitar murmurar SeRim.

            —Hyung… ¿estás enfadado? —le preguntó el chico y, la expresión en su rostro pareció demasiado triste, como si aquello le hubiera dolido demasiado, casi tanto como a SeRim le dolía su ausencia.

            —No, no, no estoy enfadado —le aseguró—. Sé perfectamente que ahora tienes una vida lejos de mí y que te supone demasiados problemas venir a verme y muchas veces tus obligaciones te lo impidan… estoy… acostumbrado, creo.

            —Hyung… —murmuró WooBin—. Lo siento… lo último que quiero es hacerte daño y… se que me he portado mal contigo en los últimos tiempos y no sabes lo mucho que me arrepiento de todas las veces que te he hecho esperar por mí y al final no he podido llegar —dijo, siendo completamente sincero con sus palabras, sus ojos brillando como un millón de estrellas—. Ojalá… ojalá pudiera estar junto a ti siempre porque es lo único que quiero… la carrera es demasiado dura y te echo mucho de menos y ojalá cada vez que siento que no puedo más te tuviera a mi lado… —WooBin suspiró profundamente y después lo miró fijamente a los ojos—. Hay veces que lo único que quiero es dejarlo todo y correr a tus brazos, olvidando todas mis obligaciones porque sé que contigo estaré completamente seguro, pero sigo con todo porque es el camino que he elegido, el camino que en el fondo me gusta… y siento que soy muy egoísta porque cada día me aleja más de ti y te hago daño a ti, hyung, y me hago daño a mí mismo, pero no puedo renunciar a ti… no puedo renunciar a ti… no puedo dejar de quererte, hyung… porque te quiero mucho, te quiero demasiado y no te merezco, porque tú te mereces a una persona mejor, alguien que pueda estar contigo y que no te deje plantado la mayoría de las veces y…

            —WooBin —dijo SeRim, cortándolo, sintiendo cómo su corazón estallaría en cualquier momento de felicidad contenida—. Mi Ruby… no hay mejor persona que tú en este mundo.

 

            WooBin lo miró durante unos momentos, como si estuviera evaluando sus palabras y después una lágrima cayó por su mejilla, una lágrima que SeRim se apresuró a retirar con su mano, acariciando el rostro del menor. WooBin cerró los ojos ante el contacto y volvió a suspirar profundamente.

 

            —Hyung… —murmuró entonces—. No quiero hacerte daño… pero te quiero demasiado como para dejarte ir…

            —Yo tampoco quiero dejarte ir, mi Ruby —respondió.

 

            WooBin sonrió entonces, una sonrisa que provocó que la calidez se extendiera por todo su cuerpo y SeRim lo único que pudo hacer en ese momento fue jurarse a sí mismo que dejaría de ser débil, trataría de ser lo más fuerte posible para poder aguantar todo el tiempo posible junto a WooBin, porque, a pesar de todo, a pesar de que le dolía, sabía que no poder estar junto a él nunca más, le iba a doler muchísimo más y, ahora que sabía cuáles eran los sentimientos del menor por él, no iba a permitir que éstos cayeran en vano, porque WooBin, a pesar de que estaba labrándose un futuro brillante, lo que más quería era estar junto a él.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

—Muchas gracias por haberme acompañado en este nuevo viaje de mil y una historias cortas, ha sido un camino arduo para mí, pero estoy encantada con el magnífico resultado de esto y espero que os haya gustado leerlas tanto como a mí escribirlas. ¡Nos vemos en la próxima historia!

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