martes, 11 de enero de 2022

[One Shot] Dirty little secrets: Burning (play with you) {WookSung}

Título: Burning (play with you)

Autora: Riz Aino

Pareja: WookSung (Love + Nine) (OnlyOneOf)

Clasificación: NC–17

Géneros: AU, college, high school, romance, fluff, smut, pwp

Número de palabras: 5.122 palabras

Resumen: cuando WookJin le abrió la puerta de su casa vestido con el uniforme del instituto de su hermana menor, JiSung supo perfectamente que esa tarde no iban a dedicarla a estudiar.

Advertencias: relaciones sexuales explícitas, crossdressing kink porque Nine lleva puesto un uniforme de instituto femenino y un poquito de bondage, ligerito.

Notas: estuve escribiendo esta historia mientras escuchaba la discografía de TaeMin, todo muy sensual.

Comentario de autora: me puse a releer un manga que adoro (Ao Haru Ride) y de una forma muy aleatoria me di cuenta de que muy pocas veces había utilizado el kink del uniforme de colegiala, así que, decidí que debía de hacer algo para remediarlo. Espero que os guste.

 

Burning

(play with you)

 

            JiSung había recibido un mensaje aquella misma mañana de parte de su vecino WookJin, el chico al que a veces le daba clases particulares, para que se pasara por su casa esa tarde porque quería que le explicara algunas cosas que no terminaba de entender. A JiSung le había parecido un poco extraño porque apenas había comenzado su último curso en el instituto y, aunque éste fuera un año bastante duro para él, por la exigencia y el nivel, en una semana no creía que hubieran dado nada por lo que necesitara su ayuda, él mismo acababa de comenzar las clases en la universidad y por el momento estaban empezando a coger de nuevo el ritmo. No obstante, a pesar de que era raro, JiSung había aceptado porque, después de todo, aunque fuera una excusa simplemente para pasar la tarde juntos, él también quería ver a WookJin y estar un rato en su compañía porque sus horarios no casaban y apenas podía verse una vez que comenzaba el curso escolar, ya que solo tenían libres los fines de semana y, por lo general, tampoco tenían tanto tiempo libre.

 

            Semanas antes a JiSung no le habría importado pasarse un mes sin ver a WookJin, porque había pasado en anteriores ocasiones y, aunque lo había echado de menos, nunca había sentido la imperiosa necesidad de verlo. Sin embargo, esas navidades todo había cambiado entre ellos… porque antes de las navidades, simplemente eran vecinos, amigos casi desde siempre a pesar de la diferencia de edad —porque sus familias eran las únicas con niños en el bloque y WookJin siempre había estado con él y con su hermano mayor, de la misma forma que sus hermanas menores eran las mejores amigas del mundo a pesar de los años que se llevaban—, y nada más, pero después de esas navidades, su amistad había terminado tomando otro rumbo porque WookJin le había confesado sus sentimientos por él y, a pesar de que JiSung al principio se había tratado de alejar y de negar a sí mismo que, en el fondo también había comenzado a sentir algo por el menor, al final solo había podido terminar de caer rendido a sus encantos… porque Jung WookJin era terriblemente encantador en cualquier aspecto.

 

            Cuando llegó la hora, bajó hasta el piso de la familia del chico, en la planta séptima, teniendo bastante claro que probablemente la intención de WookJin no era estudiar, sino pasar un rato con él porque no se podían ver tan a menudo como les gustaría; no obstante, cuando WookJin le abrió la puerta de su casa vestido con el uniforme del instituto de su hermana menor, JiSung supo perfectamente que esa tarde no iban a dedicarla a estudiar. No pudo evitar abrir los ojos como platos al verlo, de la misma forma que su boca se quedó abierta sin que fuera capaz de cerrarla por la impresión y la sorpresa de encontrarse al menor de aquella guisa. WookJin llevaba la camisa blanca del uniforme metida dentro de la cinturilla de la falda de cuadros plisada, la corbata, del mismo estampado de cuadros azul que la falda, estaba descuidadamente anudada en su cuello y llevaba también unos calcetines altos, hasta casi las rodillas. JiSung no podía procesar aquella estampa ante él, pero cuando se dio cuenta de que WookJin llevaba también una pinza con un lacito sujetándose el flequillo y pintalabios de un color entre rosado y rojizo, tuvo que tragar saliva, la boca se le había quedado completamente seca.

 

            —WookJin… —fue lo único que pudo salir de sus labios, porque antes de que pudiera decir algo más, aunque no sabía siquiera qué era lo que podría decir, WookJin lo cogió de la muñeca y tiró de él dentro del piso cerrando la puerta tras él y alejándolo de la entrada, apenas dándole tiempo a quitarse los zapatos.

            —No podemos quedarnos todo el día en la puerta —le dijo, mientras lo guiaba hacia su habitación—. No quiero que me vea la vecina de enfrente así vestido.

 

            JiSung no pudo evitar una sonrisa al escucharlo decir aquello porque era mas que evidente que la forma en la que se había vestido no era para que todo el mundo lo viera, sino para que solo él lo viera y lo disfrutara. Hasta aquel mismo instante JiSung nunca había pensado que pudiera tener un kink con uniformes de colegiala, pero estaba bastante seguro de que ver a WookJin de aquella forma había despertado algo muy curioso en él y ya que estaba, quería probar si era de su gusto al final o no.

 

            —¿Entonces lo has hecho solo para que te vea yo?

 

            Fue lo que le preguntó al chico en el momento en el que entraron a su habitación, provocando que la mirada de WookJin se desviara su mirada, nervioso. WookJin no solía ponerse nervioso, solo lo hacía en muy contadas ocasiones, así que, JiSung no pudo evitar sonreír de nuevo porque esa tarde auguraba que iba a ver muchas caras del chico que no había visto hasta el momento.

 

            —Es obvio que lo he hecho solo para que me veas tú, hyung —replicó WookJin unos momentos después, cuando pareció reponerse un poco de la vergüenza—. Sino no me habría vestido así en la vida… quería… jugar un poco contigo hoy… de otra forma…

 

            La sonrisa que se había formado en el rostro de JiSung se amplió al escucharlo decir aquello y no pudo contener las ganas de acercarse a él para darle un beso en los labios, aquellos labios que se había pintado también. Sus manos acabaron una en su nuca y la otra sujetando su mejilla mientras movía su boca contra la del menor, sintiendo la necesidad de estar lo más cerca posible de su cuerpo porque no se habían visto desde que habían comenzado las clases esa semana y, aunque hablaran prácticamente todos los días, al final no era lo mismo. Había echado de menos estar con él de aquella forma, besándolo, sintiendo su cuerpo contra el suyo, a pesar de que JiSung jamás había esperado sentirse de aquella forma junto a WookJin, casi desesperado, teniendo algo de lo que había sido privado en los últimos días.

 

            Al final se separó de él más por fuerza de voluntad que por ganas, porque quería seguir besando a WookJin hasta el fin del mundo, pero también quería saber el por qué de aquella situación, por qué lo había llamado a su casa esa tarde y por qué había pensado ponerse el uniforme de su hermana menor para calentarlo. Cuando abrió sus ojos y observó el rostro del chico tras el beso, se dio cuenta de que el pintalabios se le había corrido un poco y tenía los bordes de la boca manchados por este. JiSung no pudo evitar morderse el labio inferior porque aquello era algo que no se había esperado porque nunca antes había besado a nadie con pintalabios, algo que no había pensado jamás que lo pudiera encender, pero que en esos momentos lo encendió muchísimo porque con el contorno de los labios manchado de pintalabios WookJin tenía un tinte erótico. JiSung tuvo que tragar saliva porque la boca se le había quedado completamente seca para poder hablar y preguntarle lo que quería saber antes de que volviera a perderse porque quería seguir besando aquellos labios.

 

            —¿Vamos a estar solos? —preguntó, conteniéndose de acercarse otra vez a él.

            —Hum… —murmuró WookJin, moviendo su cabeza afirmativamente—. Mi familia se ha ido este finde a casa de mis abuelos y yo me he quedado aquí con la excusa de hacer trabajos y estudiar.

            —Pero estudiar es lo último que vas a hacer —comentó, provocando que una sonrisa pícara apareciera en el rostro de WookJin.

            —No podía desaprovechar una oportunidad como esta —respondió.

            —¿Y el uniforme? —cuestionó JiSung.

            —¿No te gusta? —preguntó el menor de vuelta.

            —Me encanta.

            —Sabía que te encantaría —le dijo, con una sonrisa socarrona—. Te encantan mis piernas.

 

            JiSung sonrió ante aquella respuesta. Le encantaban sus piernas, mucho, besarlas y morderlas, sobre todo, dejarle marcas cerca de la entrepierna, y con esos calcetines altos y la falda estaban más apetitosas que nunca.

 

            —Me conoces bien —murmuró.

 

            JiSung volvió a acercarse al cuerpo WookJin cuando ni siquiera había terminado de decir aquellas palabras, susurrando el final contra su boca antes de tomar de nuevo sus labios con los suyos, ejerciendo mucha más presión en el beso, más intensidad, sus movimientos mucho más rápidos, mucho más desesperados de lo que lo habían sido en el anterior beso. WookJin abrió su boca para coger aire y JiSung no desaprovechó la oportunidad de rozar con su lengua sus labios, buscando la lengua del menor, enredándose con ella de inmediato, volviendo el beso mucho más intenso, humedeciéndolo, provocando que las grandes manos del chico se aferraran a sus hombros en busca de apoyo. El beso los volvió locos a los dos durante unos momentos, locos por el deseo de estar el uno con el otro lo más rápido posible, aferrándose el uno al otro como si fuera la única forma de poder estar anclados al mundo y al final solo se separaron cuando JiSung llevó su mano derecha hasta el trasero de WookJin, rozando toda su espalda en su camino hacia abajo, aferrando uno de sus glúteos con fuerza, por debajo de la falda plisada. WookJin gimió dentro del beso y se alejó de él, dando un salto, sorprendido por el apretón en su trasero, con los ojos muy abiertos y mirándolo fijamente, apareciendo un brillo salvaje, demasiado intenso en su mirada en cuanto la sorpresa abandonó su expresión.

 

            Hyung… —jadeó.

            —¿Qué? —preguntó, acercándose de nuevo al cuerpo de WookJin.

            —Más… —jadeó en respuesta.

 

            JiSung no pudo evitar sonreír al escuchar lo que le había contestado. Le había pedido más… y mucho más le iba a dar. Acabó otra vez pegándose al cuerpo del menor, sus torsos juntos, sus entrepiernas rozándose y se inclinó hacia WookJin, tomando sus labios a la vez que buscaba con sus manos sus caderas, aferrándose a su trasero de nuevo, animándolo a subirse a él. El chico no tardó ni un solo segundo en pillar la indirecta y rápidamente envolvió con sus piernas su cintura, pasándole los brazos por el cuello, pegándose a él hasta que no quedó ni un solo centímetro entre sus cuerpos, JiSung notando cómo el miembro de WookJin parecía crecer dentro de su ropa interior. Se besaron con ganas, con muchas ganas, siendo el beso demasiado intenso, demasiada lengua y demasiados movimientos rápidos, ambos excitados, compartiendo su saliva. Casi sin darse cuenta de lo que hacía, simplemente movido por un impulso que estaba mucho más allá de lo que podía controlar, JiSung acabó empotrando a WookJin contra la mesa de su escritorio, dejándolo allí sentado y alejándose de él dándole besos cada vez más cortos que éste quería seguir, buscando su cuerpo de nuevo, hasta que finalmente se separó de WookJin y lo observó en toda su gloria, con las mejillas sonrojadas, jadeando, las piernas abiertas y un bulto creciendo en su entrepierna, demasiado visible a través de sus bragas de color amarillo. JiSung parpadeó rápidamente, fijándose de nuevo en el lugar por si lo que había visto era producto de su imaginación o la realidad, pero no pudo hacerlo durante mucho tiempo porque en el momento en el que WookJin se dio cuenta dónde estaba mirando, cerró sus piernas instantáneamente.

 

            —¿Llevas bragas? —le preguntó sin poder contenerse.

            —Sí —murmuró el chico—. También sujetador —añadió, llevando sus manos hasta sus pectorales—. He atacado el cajón de la ropa interior de mi hermana.

 

            JiSung soltó una carcajada al escuchar la respuesta porque no se la había esperado y WookJin formó un puchero en sus labios, pareciendo ofendido por su risa, pero JiSung no había podido contener la carcajada. Buscando su perdón se volvió a acercar a él, besando su puchero antes de atacar su cuello con besos cortos, sabiendo que el cuello del menor era uno de los lugares más sensibles de su cuerpo, notando cómo éste tenía un escalofrío tras otro por el roce de sus labios. El cuerpo de WookJin se relajó bajo sus besos y pareció obtener rápido su perdón porque el chico llevó sus grandes manos hasta su cintura, tirando de él hacia delante, abriendo sus piernas para que pudiera estar entre ellas, sus entrepiernas rozándose de nuevo. JiSung tampoco dejó sus manos quietas, el cuello de la camisa blanca que llevaba WookJin le molestaba en la exploración de su cuello, así que, aflojó el nudo de su corbata, deshaciéndolo por completo y dejando que los dos extremos colgaran sobre la camisa para inmediatamente después dedicarse a desabrochar los botones de ésta, agradeciéndole al chico infinitamente que no se hubiera puesto también el jersey reglamentario del uniforme de invierno que vestía porque en su excitación no habría tenido la paciencia necesaria para desabrochar demasiadas cosas. Si hubiera sido por él, si la camisa no fuera de SooJin, estaba seguro de que le habría arrancado los botones directamente.

 

            Comenzó a besar las clavículas del chico, queriendo bajar lentamente por su torso a pesar de que el sujetador estaba en su camino y se lo tendría que desabrochar también si quería mordisquear sus pezones y hacerlo gemir de placer, pero antes de que pudiera plantearse aquello siquiera, JiSung notó cómo las manos de WookJin se movieron por la cinturilla de su pantalón y acabaron desabrochándole el botón, metiendo inmediatamente su mano derecha dentro de él, tocando su miembro por encima de la fina tela de sus calzoncillos. JiSung sonrió contra la piel del chico, pero se alejó de él, sacándole la mano de los pantalones y mirándolo fijamente a los ojos antes de decirle:

 

            —Déjame que te toque hoy… déjame que vaya a mi propio ritmo y que te haga disfrutar el doble de todo…

 

            WookJin lo miró a los ojos, el fuego del más absoluto deseo ardiendo en ellos y, aunque tardón un momento en contestarle, finalmente asintió y JiSung volvió a sonreír antes de acercarse de nuevo a su cuerpo, llevado esta vez sus manos directamente al cierre del sujetador mientras besaba su cuello de nuevo. Luchó con el cierre durante un buen rato, nunca había tenido uno entre sus manos y nunca había tenido la necesidad de aprender cómo se quitaban porque era gay y las chicas jamás le habían interesado, pero al final acabó soltando el cierre de aquel sujetador sin relleno que se pegaba al pecho de WookJin y que hacía que sus pezones duros se notaran a través de la fina tela. JiSung estuvo a punto de comenzar a bajarle la camisa por los hombros para poder quitarle también el sujetador cuando sintió cómo las manos de WookJin volvían a su entrepierna y se tuvo que alejar de él de nuevo, mirándolo seriamente a los ojos.

 

            —Voy a tener que atarte si no dejas las manos quietas —amenazó.

 

            JiSung esperando que de aquella forma el menor finalmente le hiciera caso porque de verdad quería que esa tarde fuera completamente increíble para él, pero el chico esbozó una sonrisa pícara que provocó que un escalofrío de placer le recorriera todo el cuerpo.

 

            —Hazlo.

 

            WookJin no se lo tuvo que decir dos veces. Aprovechando que el chico todavía tenía la corbata colgando en su cuello, simplemente tiró de ella para usarla. Le quitó rápidamente la camisa y el sujetador y los dejó sobre la silla, tomando después las manos de WookJin y uniéndolas por sus muñecas, usando la corbata para atárselas en un nudo fuerte que no iba a poder deshacer y del que no iba a poder sacar sus manos, cogiéndolas después y pasándoselas por el cuello para que el chico no pudiera seguir atacando su entrepierna. WookJin aprovechó para enredar sus dedos en su pelo y tirar de éste cuando JiSung se acercó de nuevo a su cuerpo, esta vez atacando directamente sus pezones, lamiendo uno y el otro tomándolo entre su dedo índice y pulgar, pellizcándolo. Un gemido también se escapó de los labios del menor y JiSung no pudo contener su sonrisa porque había sido alto, había ascendido desde lo más profundo de su garganta y había sonado como verdadera música en sus oídos, encendiéndolo como nada más lo podía encender.

 

            Siguió jugando con sus pezones un buen rato más, besando, lamiendo, mordisqueando y pellizcando, arrancando un gemido tras otro de la boca del menor, hasta que decidió que era hora de pasar a algo más porque el miembro de WookJin estaba completamente duro y desatendido por debajo de aquella falda. JiSung se debatió sobre si quitarle la falda o no porque la forma en la que se encontraba en aquellos momentos era bastante erótica, pero finalmente se acabó decidiendo por quitársela para que la pobre hermana de WookJin no se encontrara con ninguna pequeña mancha de semen al coger su uniforme, porque las bragas eran mucho más fáciles y discretas de lavar que la falda. Por ese motivo volvió a coger a WookJin, levantándolo del escritorio, el chico aferrándose a él con fuerza, sus piernas envolviendo su cintura de nuevo, mientras lo llevaba hacia la cama y lo sentaba en ésta. Al alejarse de él, lo primero que hizo fue soltar el botón y bajar la cremallera de la falda para quitársela, WookJin ayudándolo en su tarea, levantando el trasero del colchón para que lo pudiera hacer con comodidad. E inmediatamente después hizo lo mismo con las bragas amarillas, no sin antes dedicarle una buena mirada a aquella palpitante erección que se podía ver perfectamente contra la tela. Al quitárselas, JiSung se percató de que había pequeñas margaritas en el estampado de las bragas y supo a la perfección por qué el chico había elegido aquellas de todas las que su hermana debía de tener en su cajón. A WookJin le encantaban las margaritas.

 

            Hyung… —murmuró el menor, casi gimió, cuando su miembro fue finalmente liberado de aquella prisión en la que había estado hasta ese mismo instante—. Necesito… te necesito… ya…

            —Impaciente…

 

            JiSung susurró aquello contra sus labios, besándolo de nuevo, esta vez un beso que no se podía comparar con aquellos que se habían dado al principio, siendo todo lo contrario, lento, lánguido, a pesar de que desde el primer momento sus lenguas se encontraron la una con la otra. JiSung quería y necesitaba liberar también todo lo que se estaba acumulando en su entrepierna, toda su sangre yendo hacia aquel lugar simplemente por los besos, la visión de WookJin con aquel uniforme de colegiala, sus gemidos resonando en sus oídos… pero quería ir lento en aquellos momentos porque no tenían prisa, tenían el resto de la tarde porque los padres del menor no iban a volver pronto y podía dedicarse a él, podía hacerlo gemir mucho más de lo que ya lo había hecho y quería dedicarse a hacerlo sentir el mayor placer del mundo. No habían sido muchas las ocasiones en las que se habían acostado porque apenas llevaban unos pocos meses juntos, pero en las escasas oportunidades en las que lo habían podido hacer, nunca había podido dedicarse a él por completo, ni siquiera en la primera vez del chico, donde solo había procurado prepararlo lo mejor que había podido antes de internarse en él porque ambos se habían tocado varias veces antes y sus cuerpos les habían pedido muchísimo más aquella vez, por eso, ya que tenía todo el tiempo del mundo quería hacerlo para que jamás se olvidara de ello, no solo por el uniforme, sino porque JiSung lo había hecho alcanzar el orgasmo más exquisito de toda su vida.

 

            Después de separarse de sus labios, JiSung le quitó los calcetines largos también, lentamente, tirando desde el final para sacarlos por sus pies sin dejar de mirar fijamente aquellas piernas que lo volvían loco. Eran delgadas, eran blanquísimas, su piel era totalmente suave porque el vello en sus piernas no se podía apreciar apenas, finísimo, eran todo lo que JiSung deseaba.

 

            —A veces siento que te gustan más mis piernas que yo —murmuró WookJin, sacándolo de su pequeña ensoñación.

            —Me gustan casi tanto como tú —replicó, terminando de quitarle el segundo calcetín y cambiando su postura sobre la cama, con la intención de comerse a besitos aquellas piernas.

            Hyung —le dijo el chico, mirándolo—. ¿No estás demasiado vestido?

 

            JiSung se percató en ese momento que lo que decía el chico era correcto porque no se había quitado absolutamente ninguna prenda desde que había llegado, solo se había dedicado a desnudar a WookJin mientras lo besaba una y otra vez e incluso le había atado las manos para que no lo siguiera tocando ni lo pudiera desnudar. El chico parecía sentir que aquello era bastante injusto porque él estaba completamente desnudo mientras JiSung estaba con toda la ropa puesta todavía, así que, decidió que quizás era lo mejor quitarse también su ropa antes de seguir, aunque no toda. Con rapidez se sacó la camiseta que llevaba, quedándose con el torso al aire y sintiendo cómo el aire de la habitación lo hacía tener un escalofrío porque era un poco más fresco en contraste a cómo sentía su piel arder.

 

            —Un poco más —le pidió el chico, pero JiSung negó con la cabeza.

            —Si me quito los pantalones voy a querer metértela hasta dejarte sin sentido, pero quiero hacer una cosa antes —le respondió. WookJin pareció querer replicarle, pero añadió antes de que lo hiciera—: te va a encantar.

 

            El menor lo observó, dubitativo. No tenía más experiencia que la que había adquirido con él, todo lo que sabía se lo había enseñado él o el porno, pero lo que le había enseñado el porno no era realmente válido. JiSung casi vio el tren de sus pensamientos a través de aquellos ojos oscuros en los que se reflejaba absolutamente todo y cuando en su mirada apareció un pequeño brillo de curiosidad, supo que su respuesta sería afirmativa antes de que el chico se la diera siquiera.

 

            —Vale… haz lo que quieras, hyung

 

            JiSung simplemente se inclino sobre su cuerpo para comenzar a besar la cara interna de sus muslos dejando marcas allí donde la última vez las había dejado también, pero que se habían acabado borrando porque hacía un poco de tiempo que no se habían acostado. La última vez que habían tenido algo de tiempo juntos, simplemente se habían tocado el uno al otro, aceleradamente, entre besos, hasta que se habían corrido dentro de sus pantalones. WookJin gimió al sentir cómo su piel era marcada por sus besos, cerca de su entrepierna, otro de los lugares de su cuerpo que eran más sensibles junto con su cuello y su miembro, y JiSung se tomó aquello como una invitación a seguir haciéndolo aún más, subiendo por la cara interna de sus muslos, atacando uno y otro indistintamente hasta que finalmente llegó hasta sus testículos, tomándolos con sus labios. Un jadeo se escapó de los labios y sonó casi como un “hyung” ahogado que encendió a JiSung muchísimo más de lo que ya lo estaba, empezando a sentir cómo su miembro crecía bastante dentro de sus pantalones y pedía a gritos meterse dentro del cuerpo de WookJin; no obstante, iba a tener que aguantarse un poco más, solo unos minutos más.

 

            Las felaciones eran su especialidad. Se lo habían dicho todos los tíos con los que se había acostado en los últimos años y JiSung sabía que era bueno usando su lengua larga y sus labios. Lo sabía a la perfección y los iba a usar para derretir a WookJin dentro de su boca antes de introducirse en él hasta lo más profundo. Aquella sería la segunda vez que le hacía una al menor y en la anterior no lo había dejado correrse, solo lo había dejado al borde del orgasmo para poder penetrarlo y que aguantara un poco más, pero aquella vez iba a ir hasta el final e iba a hacer que WookJin se sintiera en el paraíso. Lamió su extensión como si se tratase de un helado que se le estaba derritiendo en las manos, aprovechando su lengua para bordear su punta y saborear el pre semen que no paraba de salir de ella a borbotones. El menor comenzó a gemir una y otra vez, alto, sin contener su voz aprovechando que la pared de su dormitorio daba a la calle y pegaba al cuarto de su hermano, que se encontraba vacío, y que nadie los iba a escuchar. Y JiSung aprovechó simplemente para seguir jugando con su miembro, metiéndoselo en la boca, notándolo candente, a punto de estallar, sacándolo, besándolo, lamiéndolo una y otra vez, buscando sus testículos también con su boca y sencillamente tentándolo y provocando que el fuego se acumulara más y más en él hasta que acabó por metérselo entero en la boca y apretar sus labios alrededor de la erección mientras su lengua seguía el contorno de ésta y WookJin no pudo contenerse más y se terminó corriendo con un largo gemido escapando de sus labios, dejando caer su espalda contra el colchón y respirando entrecortadamente.

 

            JiSung tragó su semen y después se separó de él, sin poder parar de observar el cuerpo del chico que tenía delante, completamente desecho sobre la cama, completamente precioso, completamente suyo. Hasta aquella Navidad, JiSung nunca había pensado en él más que como en un amigo querido, un amigo por el que lo haría y lo daría todo y jamás había pensado que podía llegar a sentir algo como lo que sentía en aquellos momentos por él. Su corazón latía acelerado tan solo de ver el estado en el que se encontraba WookJin, post orgasmo, un orgasmo al que había llegado gracias a él. Podría quedarse toda la tarde observándolo, pero al hacerlo, su miembro comenzó a pulsar como loco dentro de sus calzoncillos y JiSung supo que tenía que liberarse él mismo ya porque no aguantaba más.

 

            Por ese motivo, se levantó rápidamente de la cama y fue hasta el pequeño escondite en el que WookJin guardaba el lubricante y los condones y los sacó de allí, desnudándose, quitándose los pantalones y los calzoncillos antes de volver sobre la cama junto a él. El chico seguía perdido en el placer del orgasmo y apenas se dio cuenta de lo que estaba haciendo, así que, la sorpresa que apareció en su rostro cuando JiSung metió uno de sus dedos en su ano, fue totalmente genuina; no obstante, el chico se relajó completamente al instante y el mayor siguió con su tarea de prepararlo para poder introducirse en él a la mayor brevedad posible. Sus músculos todavía se resistían a abrirse para él a la primera y JiSung tuvo que esforzarse en que éstos dejaran de oponer resistencia a base de paciencia y de mucho lubricante, solo introduciendo el segundo dedo cuando estuvo completamente seguro de que no le dolería y que solo le provocaría una pequeña incomodidad al chico. A pesar de todo el lubricante, WookJin siseó y JiSung tuvo que alcanzar su miembro para tocarlo, tratando de distraerlo y de endurecerlo de nuevo para que todas las sensaciones placenteras se dirigieran a aquel lugar y su cerebro se olvidara de la incomodidad en su recto hasta que JiSung encontrara finalmente su próstata y lo hiciera ver las estrellas tras sus párpados. No fue fácil, nunca lo era, pero cuando dio con su próstata y comenzó a golpear en ella con sus dedos, WookJin comenzó a gemir y JiSung supo que ya estaba completamente preparado.

 

            Sacó sus dedos finalmente del interior del cuerpo del menor y se colocó el condón, echando mucho más lubricante sobre su miembro erecto y sobre el ano de WookJin para que la penetración fuera mucho más suave y después se inclinó sobre él, cogiendo sus piernas y pasándoselas por los hombros para una mejor penetración, dirigiendo con su mano su miembro, introduciendo solo la punta de éste dentro de WookJin. El chico frunció su ceño y apretó sus labios, pero inspiró hondo varias veces, tratando de relajar su cuerpo y JiSung notó que funcionó porque se deslizó un poco más dentro del menor, un poco más, un poco más, hasta que finalmente estuvo completamente dentro de él, sus caderas chocando la una con la otra. JiSung jadeó levemente porque la presión de las paredes del menor eran siempre una locura, pero en aquella ocasión, cuando él no se había tocado y estaba al borde del abismo, era una sensación increíble. Se empezó a mover lentamente, tratando de que aquel momento durase un poco más, pero a pesar de que lo trató, supo que no tardaría demasiado en correrse, por lo que comenzó a embestir mucho más rápido, dando una y otra vez con la próstata de WookJin y tocando su miembro para que ambos llegaran a la vez… y no tardaron mucho en alcanzar el clímax, el menor descargándose sobre sus estómagos y JiSung dentro del condón, tratando de recuperar su respiración, sintiendo que los músculos de sus piernas ni de sus brazos lo sostendrían mucho más tiempo en aquella posición.

 

            Como bien pudo acabó saliendo del cuerpo de WookJin, con la mente nublada por el orgasmo y le hizo un nudo al condón antes de soltarlo sobre el suelo de la habitación, tumbándose en la cama junto a WookJin inmediatamente después, envolviendo su cuerpo entre sus brazos y apretándose fuertemente contra él, sintiendo su respiración irregular y cómo su cuerpo seguía ardiendo. Él mismo seguía ardiendo y sentía que necesitaba mucho más para poder bajar la temperatura de su cuerpo… pero ambos merecían un pequeño descanso antes de volver a jugar.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

—Tengo la manía de irme por las ramas muchísimo cuando estoy ilusionada con una historia y de 3k se me fue a 5k.

 

 

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