Título: Burning (play with you)
Autora:
Riz Aino
Pareja:
WookSung (Love + Nine) (OnlyOneOf)
Clasificación:
NC–17
Géneros:
AU, college, high school, romance, fluff, smut, pwp
Número de palabras:
5.122 palabras
Resumen:
cuando WookJin le abrió la puerta de su casa vestido con el uniforme del
instituto de su hermana menor, JiSung supo perfectamente que esa tarde no iban
a dedicarla a estudiar.
Advertencias:
relaciones sexuales explícitas, crossdressing kink porque Nine lleva
puesto un uniforme de instituto femenino y un poquito de bondage,
ligerito.
Notas: estuve
escribiendo esta historia mientras escuchaba la discografía de TaeMin, todo muy
sensual.
Comentario de autora:
me puse a releer un manga que adoro (Ao Haru Ride) y de una forma muy aleatoria
me di cuenta de que muy pocas veces había utilizado el kink del uniforme de
colegiala, así que, decidí que debía de hacer algo para remediarlo. Espero que
os guste.
Burning
(play with you)
JiSung había recibido un mensaje aquella misma mañana de
parte de su vecino WookJin, el chico al que a veces le daba clases
particulares, para que se pasara por su casa esa tarde porque quería que le
explicara algunas cosas que no terminaba de entender. A JiSung le había
parecido un poco extraño porque apenas había comenzado su último curso en el
instituto y, aunque éste fuera un año bastante duro para él, por la exigencia y
el nivel, en una semana no creía que hubieran dado nada por lo que necesitara
su ayuda, él mismo acababa de comenzar las clases en la universidad y por el
momento estaban empezando a coger de nuevo el ritmo. No obstante, a pesar de
que era raro, JiSung había aceptado porque, después de todo, aunque fuera una
excusa simplemente para pasar la tarde juntos, él también quería ver a WookJin
y estar un rato en su compañía porque sus horarios no casaban y apenas podía
verse una vez que comenzaba el curso escolar, ya que solo tenían libres los
fines de semana y, por lo general, tampoco tenían tanto tiempo libre.
Semanas antes a JiSung no le habría importado pasarse un
mes sin ver a WookJin, porque había pasado en anteriores ocasiones y, aunque lo
había echado de menos, nunca había sentido la imperiosa necesidad de verlo. Sin
embargo, esas navidades todo había cambiado entre ellos… porque antes de las
navidades, simplemente eran vecinos, amigos casi desde siempre a pesar de la
diferencia de edad —porque sus familias eran las únicas con niños en el bloque
y WookJin siempre había estado con él y con su hermano mayor, de la misma forma
que sus hermanas menores eran las mejores amigas del mundo a pesar de los años
que se llevaban—, y nada más, pero después de esas navidades, su amistad había terminado
tomando otro rumbo porque WookJin le había confesado sus sentimientos por él y,
a pesar de que JiSung al principio se había tratado de alejar y de negar a sí
mismo que, en el fondo también había comenzado a sentir algo por el menor, al
final solo había podido terminar de caer rendido a sus encantos… porque Jung
WookJin era terriblemente encantador en cualquier aspecto.
Cuando llegó la hora, bajó hasta el piso de la familia
del chico, en la planta séptima, teniendo bastante claro que probablemente la
intención de WookJin no era estudiar, sino pasar un rato con él porque no se
podían ver tan a menudo como les gustaría; no obstante, cuando WookJin le abrió
la puerta de su casa vestido con el uniforme del instituto de su hermana menor,
JiSung supo perfectamente que esa tarde no iban a dedicarla a estudiar. No pudo
evitar abrir los ojos como platos al verlo, de la misma forma que su boca se
quedó abierta sin que fuera capaz de cerrarla por la impresión y la sorpresa de
encontrarse al menor de aquella guisa. WookJin llevaba la camisa blanca del
uniforme metida dentro de la cinturilla de la falda de cuadros plisada, la
corbata, del mismo estampado de cuadros azul que la falda, estaba
descuidadamente anudada en su cuello y llevaba también unos calcetines altos,
hasta casi las rodillas. JiSung no podía procesar aquella estampa ante él, pero
cuando se dio cuenta de que WookJin llevaba también una pinza con un lacito
sujetándose el flequillo y pintalabios de un color entre rosado y rojizo, tuvo
que tragar saliva, la boca se le había quedado completamente seca.
—WookJin… —fue lo único que pudo
salir de sus labios, porque antes de que pudiera decir algo más, aunque no
sabía siquiera qué era lo que podría decir, WookJin lo cogió de la muñeca y
tiró de él dentro del piso cerrando la puerta tras él y alejándolo de la
entrada, apenas dándole tiempo a quitarse los zapatos.
—No podemos quedarnos todo el día en la puerta —le dijo,
mientras lo guiaba hacia su habitación—. No quiero que me vea la vecina de enfrente
así vestido.
JiSung no pudo evitar una sonrisa al escucharlo decir
aquello porque era mas que evidente que la forma en la que se había vestido no
era para que todo el mundo lo viera, sino para que solo él lo viera y lo
disfrutara. Hasta aquel mismo instante JiSung nunca había pensado que pudiera
tener un kink con uniformes de colegiala, pero estaba bastante seguro de que
ver a WookJin de aquella forma había despertado algo muy curioso en él y ya que
estaba, quería probar si era de su gusto al final o no.
—¿Entonces lo has hecho solo para que te vea yo?
Fue lo que le preguntó al chico en el momento en el que
entraron a su habitación, provocando que la mirada de WookJin se desviara su
mirada, nervioso. WookJin no solía ponerse nervioso, solo lo hacía en muy
contadas ocasiones, así que, JiSung no pudo evitar sonreír de nuevo porque esa
tarde auguraba que iba a ver muchas caras del chico que no había visto hasta el
momento.
—Es obvio que lo he hecho solo para que me veas tú, hyung
—replicó WookJin unos momentos después, cuando pareció reponerse un poco de la
vergüenza—. Sino no me habría vestido así en la vida… quería… jugar un poco
contigo hoy… de otra forma…
La sonrisa que se había formado en el rostro de JiSung se
amplió al escucharlo decir aquello y no pudo contener las ganas de acercarse a
él para darle un beso en los labios, aquellos labios que se había pintado
también. Sus manos acabaron una en su nuca y la otra sujetando su mejilla
mientras movía su boca contra la del menor, sintiendo la necesidad de estar lo
más cerca posible de su cuerpo porque no se habían visto desde que habían
comenzado las clases esa semana y, aunque hablaran prácticamente todos los
días, al final no era lo mismo. Había echado de menos estar con él de aquella
forma, besándolo, sintiendo su cuerpo contra el suyo, a pesar de que JiSung
jamás había esperado sentirse de aquella forma junto a WookJin, casi
desesperado, teniendo algo de lo que había sido privado en los últimos días.
Al final se separó de él más por fuerza de voluntad que
por ganas, porque quería seguir besando a WookJin hasta el fin del mundo, pero
también quería saber el por qué de aquella situación, por qué lo había llamado
a su casa esa tarde y por qué había pensado ponerse el uniforme de su hermana menor
para calentarlo. Cuando abrió sus ojos y observó el rostro del chico tras el
beso, se dio cuenta de que el pintalabios se le había corrido un poco y tenía
los bordes de la boca manchados por este. JiSung no pudo evitar morderse el
labio inferior porque aquello era algo que no se había esperado porque nunca
antes había besado a nadie con pintalabios, algo que no había pensado jamás que
lo pudiera encender, pero que en esos momentos lo encendió muchísimo porque con
el contorno de los labios manchado de pintalabios WookJin tenía un tinte
erótico. JiSung tuvo que tragar saliva porque la boca se le había quedado
completamente seca para poder hablar y preguntarle lo que quería saber antes de
que volviera a perderse porque quería seguir besando aquellos labios.
—¿Vamos a estar solos? —preguntó, conteniéndose de
acercarse otra vez a él.
—Hum… —murmuró WookJin, moviendo su cabeza
afirmativamente—. Mi familia se ha ido este finde a casa de mis abuelos y yo me
he quedado aquí con la excusa de hacer trabajos y estudiar.
—Pero estudiar es lo último que vas a hacer —comentó,
provocando que una sonrisa pícara apareciera en el rostro de WookJin.
—No podía desaprovechar una oportunidad como esta —respondió.
—¿Y el uniforme? —cuestionó JiSung.
—¿No te gusta? —preguntó el menor de vuelta.
—Me encanta.
—Sabía que te encantaría —le dijo, con una sonrisa
socarrona—. Te encantan mis piernas.
JiSung sonrió ante aquella respuesta. Le encantaban sus
piernas, mucho, besarlas y morderlas, sobre todo, dejarle marcas cerca de la
entrepierna, y con esos calcetines altos y la falda estaban más apetitosas que
nunca.
—Me conoces bien —murmuró.
JiSung volvió a acercarse al cuerpo WookJin cuando ni
siquiera había terminado de decir aquellas palabras, susurrando el final contra
su boca antes de tomar de nuevo sus labios con los suyos, ejerciendo mucha más
presión en el beso, más intensidad, sus movimientos mucho más rápidos, mucho
más desesperados de lo que lo habían sido en el anterior beso. WookJin abrió su
boca para coger aire y JiSung no desaprovechó la oportunidad de rozar con su
lengua sus labios, buscando la lengua del menor, enredándose con ella de
inmediato, volviendo el beso mucho más intenso, humedeciéndolo, provocando que
las grandes manos del chico se aferraran a sus hombros en busca de apoyo. El
beso los volvió locos a los dos durante unos momentos, locos por el deseo de
estar el uno con el otro lo más rápido posible, aferrándose el uno al otro como
si fuera la única forma de poder estar anclados al mundo y al final solo se
separaron cuando JiSung llevó su mano derecha hasta el trasero de WookJin,
rozando toda su espalda en su camino hacia abajo, aferrando uno de sus glúteos
con fuerza, por debajo de la falda plisada. WookJin gimió dentro del beso y se
alejó de él, dando un salto, sorprendido por el apretón en su trasero, con los
ojos muy abiertos y mirándolo fijamente, apareciendo un brillo salvaje,
demasiado intenso en su mirada en cuanto la sorpresa abandonó su expresión.
—Hyung… —jadeó.
—¿Qué? —preguntó, acercándose de nuevo al cuerpo de
WookJin.
—Más… —jadeó en respuesta.
JiSung no pudo evitar sonreír al escuchar lo que le había
contestado. Le había pedido más… y mucho más le iba a dar. Acabó otra vez
pegándose al cuerpo del menor, sus torsos juntos, sus entrepiernas rozándose y
se inclinó hacia WookJin, tomando sus labios a la vez que buscaba con sus manos
sus caderas, aferrándose a su trasero de nuevo, animándolo a subirse a él. El
chico no tardó ni un solo segundo en pillar la indirecta y rápidamente envolvió
con sus piernas su cintura, pasándole los brazos por el cuello, pegándose a él
hasta que no quedó ni un solo centímetro entre sus cuerpos, JiSung notando cómo
el miembro de WookJin parecía crecer dentro de su ropa interior. Se besaron con
ganas, con muchas ganas, siendo el beso demasiado intenso, demasiada lengua y
demasiados movimientos rápidos, ambos excitados, compartiendo su saliva. Casi
sin darse cuenta de lo que hacía, simplemente movido por un impulso que estaba
mucho más allá de lo que podía controlar, JiSung acabó empotrando a WookJin
contra la mesa de su escritorio, dejándolo allí sentado y alejándose de él
dándole besos cada vez más cortos que éste quería seguir, buscando su cuerpo de
nuevo, hasta que finalmente se separó de WookJin y lo observó en toda su
gloria, con las mejillas sonrojadas, jadeando, las piernas abiertas y un bulto
creciendo en su entrepierna, demasiado visible a través de sus bragas de color
amarillo. JiSung parpadeó rápidamente, fijándose de nuevo en el lugar por si lo
que había visto era producto de su imaginación o la realidad, pero no pudo
hacerlo durante mucho tiempo porque en el momento en el que WookJin se dio
cuenta dónde estaba mirando, cerró sus piernas instantáneamente.
—¿Llevas bragas? —le preguntó sin poder contenerse.
—Sí —murmuró el chico—. También sujetador —añadió,
llevando sus manos hasta sus pectorales—. He atacado el cajón de la ropa
interior de mi hermana.
JiSung soltó una carcajada al escuchar la respuesta
porque no se la había esperado y WookJin formó un puchero en sus labios,
pareciendo ofendido por su risa, pero JiSung no había podido contener la
carcajada. Buscando su perdón se volvió a acercar a él, besando su puchero antes
de atacar su cuello con besos cortos, sabiendo que el cuello del menor era uno
de los lugares más sensibles de su cuerpo, notando cómo éste tenía un
escalofrío tras otro por el roce de sus labios. El cuerpo de WookJin se relajó
bajo sus besos y pareció obtener rápido su perdón porque el chico llevó sus
grandes manos hasta su cintura, tirando de él hacia delante, abriendo sus
piernas para que pudiera estar entre ellas, sus entrepiernas rozándose de
nuevo. JiSung tampoco dejó sus manos quietas, el cuello de la camisa blanca que
llevaba WookJin le molestaba en la exploración de su cuello, así que, aflojó el
nudo de su corbata, deshaciéndolo por completo y dejando que los dos extremos
colgaran sobre la camisa para inmediatamente después dedicarse a desabrochar
los botones de ésta, agradeciéndole al chico infinitamente que no se hubiera
puesto también el jersey reglamentario del uniforme de invierno que vestía
porque en su excitación no habría tenido la paciencia necesaria para
desabrochar demasiadas cosas. Si hubiera sido por él, si la camisa no fuera de SooJin,
estaba seguro de que le habría arrancado los botones directamente.
Comenzó a besar las clavículas del chico, queriendo bajar
lentamente por su torso a pesar de que el sujetador estaba en su camino y se lo
tendría que desabrochar también si quería mordisquear sus pezones y hacerlo
gemir de placer, pero antes de que pudiera plantearse aquello siquiera, JiSung
notó cómo las manos de WookJin se movieron por la cinturilla de su pantalón y
acabaron desabrochándole el botón, metiendo inmediatamente su mano derecha
dentro de él, tocando su miembro por encima de la fina tela de sus
calzoncillos. JiSung sonrió contra la piel del chico, pero se alejó de él,
sacándole la mano de los pantalones y mirándolo fijamente a los ojos antes de
decirle:
—Déjame que te toque hoy… déjame que vaya a mi propio
ritmo y que te haga disfrutar el doble de todo…
WookJin lo miró a los ojos, el fuego del más absoluto
deseo ardiendo en ellos y, aunque tardón un momento en contestarle, finalmente
asintió y JiSung volvió a sonreír antes de acercarse de nuevo a su cuerpo,
llevado esta vez sus manos directamente al cierre del sujetador mientras besaba
su cuello de nuevo. Luchó con el cierre durante un buen rato, nunca había
tenido uno entre sus manos y nunca había tenido la necesidad de aprender cómo
se quitaban porque era gay y las chicas jamás le habían interesado, pero al
final acabó soltando el cierre de aquel sujetador sin relleno que se pegaba al
pecho de WookJin y que hacía que sus pezones duros se notaran a través de la
fina tela. JiSung estuvo a punto de comenzar a bajarle la camisa por los
hombros para poder quitarle también el sujetador cuando sintió cómo las manos
de WookJin volvían a su entrepierna y se tuvo que alejar de él de nuevo,
mirándolo seriamente a los ojos.
—Voy a tener que atarte si no dejas las manos quietas
—amenazó.
JiSung esperando que de aquella forma el menor finalmente
le hiciera caso porque de verdad quería que esa tarde fuera completamente
increíble para él, pero el chico esbozó una sonrisa pícara que provocó que un
escalofrío de placer le recorriera todo el cuerpo.
—Hazlo.
WookJin no se lo tuvo que decir dos veces. Aprovechando
que el chico todavía tenía la corbata colgando en su cuello, simplemente tiró
de ella para usarla. Le quitó rápidamente la camisa y el sujetador y los dejó
sobre la silla, tomando después las manos de WookJin y uniéndolas por sus
muñecas, usando la corbata para atárselas en un nudo fuerte que no iba a poder
deshacer y del que no iba a poder sacar sus manos, cogiéndolas después y
pasándoselas por el cuello para que el chico no pudiera seguir atacando su
entrepierna. WookJin aprovechó para enredar sus dedos en su pelo y tirar de
éste cuando JiSung se acercó de nuevo a su cuerpo, esta vez atacando
directamente sus pezones, lamiendo uno y el otro tomándolo entre su dedo índice
y pulgar, pellizcándolo. Un gemido también se escapó de los labios del menor y
JiSung no pudo contener su sonrisa porque había sido alto, había ascendido
desde lo más profundo de su garganta y había sonado como verdadera música en
sus oídos, encendiéndolo como nada más lo podía encender.
Siguió jugando con sus pezones un buen rato más, besando,
lamiendo, mordisqueando y pellizcando, arrancando un gemido tras otro de la
boca del menor, hasta que decidió que era hora de pasar a algo más porque el
miembro de WookJin estaba completamente duro y desatendido por debajo de
aquella falda. JiSung se debatió sobre si quitarle la falda o no porque la
forma en la que se encontraba en aquellos momentos era bastante erótica, pero
finalmente se acabó decidiendo por quitársela para que la pobre hermana de WookJin
no se encontrara con ninguna pequeña mancha de semen al coger su uniforme,
porque las bragas eran mucho más fáciles y discretas de lavar que la falda. Por
ese motivo volvió a coger a WookJin, levantándolo del escritorio, el chico
aferrándose a él con fuerza, sus piernas envolviendo su cintura de nuevo,
mientras lo llevaba hacia la cama y lo sentaba en ésta. Al alejarse de él, lo
primero que hizo fue soltar el botón y bajar la cremallera de la falda para
quitársela, WookJin ayudándolo en su tarea, levantando el trasero del colchón
para que lo pudiera hacer con comodidad. E inmediatamente después hizo lo mismo
con las bragas amarillas, no sin antes dedicarle una buena mirada a aquella
palpitante erección que se podía ver perfectamente contra la tela. Al quitárselas,
JiSung se percató de que había pequeñas margaritas en el estampado de las
bragas y supo a la perfección por qué el chico había elegido aquellas de todas
las que su hermana debía de tener en su cajón. A WookJin le encantaban las
margaritas.
—Hyung… —murmuró el menor, casi gimió, cuando su
miembro fue finalmente liberado de aquella prisión en la que había estado hasta
ese mismo instante—. Necesito… te necesito… ya…
—Impaciente…
JiSung susurró aquello contra sus labios, besándolo de
nuevo, esta vez un beso que no se podía comparar con aquellos que se habían
dado al principio, siendo todo lo contrario, lento, lánguido, a pesar de que
desde el primer momento sus lenguas se encontraron la una con la otra. JiSung
quería y necesitaba liberar también todo lo que se estaba acumulando en su
entrepierna, toda su sangre yendo hacia aquel lugar simplemente por los besos,
la visión de WookJin con aquel uniforme de colegiala, sus gemidos resonando en
sus oídos… pero quería ir lento en aquellos momentos porque no tenían prisa,
tenían el resto de la tarde porque los padres del menor no iban a volver pronto
y podía dedicarse a él, podía hacerlo gemir mucho más de lo que ya lo había
hecho y quería dedicarse a hacerlo sentir el mayor placer del mundo. No habían sido
muchas las ocasiones en las que se habían acostado porque apenas llevaban unos
pocos meses juntos, pero en las escasas oportunidades en las que lo habían
podido hacer, nunca había podido dedicarse a él por completo, ni siquiera en la
primera vez del chico, donde solo había procurado prepararlo lo mejor que había
podido antes de internarse en él porque ambos se habían tocado varias veces
antes y sus cuerpos les habían pedido muchísimo más aquella vez, por eso, ya
que tenía todo el tiempo del mundo quería hacerlo para que jamás se olvidara de
ello, no solo por el uniforme, sino porque JiSung lo había hecho alcanzar el
orgasmo más exquisito de toda su vida.
Después de separarse de sus labios, JiSung le quitó los
calcetines largos también, lentamente, tirando desde el final para sacarlos por
sus pies sin dejar de mirar fijamente aquellas piernas que lo volvían loco.
Eran delgadas, eran blanquísimas, su piel era totalmente suave porque el vello
en sus piernas no se podía apreciar apenas, finísimo, eran todo lo que JiSung
deseaba.
—A veces siento que te gustan más mis piernas que yo
—murmuró WookJin, sacándolo de su pequeña ensoñación.
—Me gustan casi tanto como tú —replicó, terminando de
quitarle el segundo calcetín y cambiando su postura sobre la cama, con la
intención de comerse a besitos aquellas piernas.
—Hyung —le dijo el chico, mirándolo—. ¿No estás
demasiado vestido?
JiSung se percató en ese momento que lo que decía el
chico era correcto porque no se había quitado absolutamente ninguna prenda desde
que había llegado, solo se había dedicado a desnudar a WookJin mientras lo
besaba una y otra vez e incluso le había atado las manos para que no lo
siguiera tocando ni lo pudiera desnudar. El chico parecía sentir que aquello
era bastante injusto porque él estaba completamente desnudo mientras JiSung
estaba con toda la ropa puesta todavía, así que, decidió que quizás era lo
mejor quitarse también su ropa antes de seguir, aunque no toda. Con rapidez se
sacó la camiseta que llevaba, quedándose con el torso al aire y sintiendo cómo
el aire de la habitación lo hacía tener un escalofrío porque era un poco más
fresco en contraste a cómo sentía su piel arder.
—Un poco más —le pidió el chico, pero JiSung negó con la
cabeza.
—Si me quito los pantalones voy a querer metértela hasta
dejarte sin sentido, pero quiero hacer una cosa antes —le respondió. WookJin
pareció querer replicarle, pero añadió antes de que lo hiciera—: te va a
encantar.
El menor lo observó, dubitativo. No tenía más experiencia
que la que había adquirido con él, todo lo que sabía se lo había enseñado él o
el porno, pero lo que le había enseñado el porno no era realmente válido.
JiSung casi vio el tren de sus pensamientos a través de aquellos ojos oscuros
en los que se reflejaba absolutamente todo y cuando en su mirada apareció un
pequeño brillo de curiosidad, supo que su respuesta sería afirmativa antes de
que el chico se la diera siquiera.
—Vale… haz lo que quieras, hyung…
JiSung simplemente se inclino sobre su cuerpo para
comenzar a besar la cara interna de sus muslos dejando marcas allí donde la
última vez las había dejado también, pero que se habían acabado borrando porque
hacía un poco de tiempo que no se habían acostado. La última vez que habían
tenido algo de tiempo juntos, simplemente se habían tocado el uno al otro,
aceleradamente, entre besos, hasta que se habían corrido dentro de sus
pantalones. WookJin gimió al sentir cómo su piel era marcada por sus besos,
cerca de su entrepierna, otro de los lugares de su cuerpo que eran más sensibles
junto con su cuello y su miembro, y JiSung se tomó aquello como una invitación
a seguir haciéndolo aún más, subiendo por la cara interna de sus muslos,
atacando uno y otro indistintamente hasta que finalmente llegó hasta sus
testículos, tomándolos con sus labios. Un jadeo se escapó de los labios y sonó
casi como un “hyung” ahogado que encendió a JiSung muchísimo más de lo
que ya lo estaba, empezando a sentir cómo su miembro crecía bastante dentro de
sus pantalones y pedía a gritos meterse dentro del cuerpo de WookJin; no
obstante, iba a tener que aguantarse un poco más, solo unos minutos más.
Las felaciones eran su especialidad. Se lo habían dicho
todos los tíos con los que se había acostado en los últimos años y JiSung sabía
que era bueno usando su lengua larga y sus labios. Lo sabía a la perfección y
los iba a usar para derretir a WookJin dentro de su boca antes de introducirse
en él hasta lo más profundo. Aquella sería la segunda vez que le hacía una al
menor y en la anterior no lo había dejado correrse, solo lo había dejado al
borde del orgasmo para poder penetrarlo y que aguantara un poco más, pero
aquella vez iba a ir hasta el final e iba a hacer que WookJin se sintiera en el
paraíso. Lamió su extensión como si se tratase de un helado que se le estaba
derritiendo en las manos, aprovechando su lengua para bordear su punta y
saborear el pre semen que no paraba de salir de ella a borbotones. El menor
comenzó a gemir una y otra vez, alto, sin contener su voz aprovechando que la
pared de su dormitorio daba a la calle y pegaba al cuarto de su hermano, que se
encontraba vacío, y que nadie los iba a escuchar. Y JiSung aprovechó
simplemente para seguir jugando con su miembro, metiéndoselo en la boca,
notándolo candente, a punto de estallar, sacándolo, besándolo, lamiéndolo una y
otra vez, buscando sus testículos también con su boca y sencillamente
tentándolo y provocando que el fuego se acumulara más y más en él hasta que
acabó por metérselo entero en la boca y apretar sus labios alrededor de la
erección mientras su lengua seguía el contorno de ésta y WookJin no pudo
contenerse más y se terminó corriendo con un largo gemido escapando de sus
labios, dejando caer su espalda contra el colchón y respirando
entrecortadamente.
JiSung tragó su semen y después se separó de él, sin
poder parar de observar el cuerpo del chico que tenía delante, completamente
desecho sobre la cama, completamente precioso, completamente suyo. Hasta
aquella Navidad, JiSung nunca había pensado en él más que como en un amigo
querido, un amigo por el que lo haría y lo daría todo y jamás había pensado que
podía llegar a sentir algo como lo que sentía en aquellos momentos por él. Su
corazón latía acelerado tan solo de ver el estado en el que se encontraba
WookJin, post orgasmo, un orgasmo al que había llegado gracias a él. Podría
quedarse toda la tarde observándolo, pero al hacerlo, su miembro comenzó a
pulsar como loco dentro de sus calzoncillos y JiSung supo que tenía que
liberarse él mismo ya porque no aguantaba más.
Por ese motivo, se levantó rápidamente de la cama y fue
hasta el pequeño escondite en el que WookJin guardaba el lubricante y los
condones y los sacó de allí, desnudándose, quitándose los pantalones y los
calzoncillos antes de volver sobre la cama junto a él. El chico seguía perdido
en el placer del orgasmo y apenas se dio cuenta de lo que estaba haciendo, así
que, la sorpresa que apareció en su rostro cuando JiSung metió uno de sus dedos
en su ano, fue totalmente genuina; no obstante, el chico se relajó
completamente al instante y el mayor siguió con su tarea de prepararlo para
poder introducirse en él a la mayor brevedad posible. Sus músculos todavía se
resistían a abrirse para él a la primera y JiSung tuvo que esforzarse en que
éstos dejaran de oponer resistencia a base de paciencia y de mucho lubricante,
solo introduciendo el segundo dedo cuando estuvo completamente seguro de que no
le dolería y que solo le provocaría una pequeña incomodidad al chico. A pesar
de todo el lubricante, WookJin siseó y JiSung tuvo que alcanzar su miembro para
tocarlo, tratando de distraerlo y de endurecerlo de nuevo para que todas las
sensaciones placenteras se dirigieran a aquel lugar y su cerebro se olvidara de
la incomodidad en su recto hasta que JiSung encontrara finalmente su próstata y
lo hiciera ver las estrellas tras sus párpados. No fue fácil, nunca lo era,
pero cuando dio con su próstata y comenzó a golpear en ella con sus dedos,
WookJin comenzó a gemir y JiSung supo que ya estaba completamente preparado.
Sacó sus dedos finalmente del interior del cuerpo del
menor y se colocó el condón, echando mucho más lubricante sobre su miembro
erecto y sobre el ano de WookJin para que la penetración fuera mucho más suave
y después se inclinó sobre él, cogiendo sus piernas y pasándoselas por los
hombros para una mejor penetración, dirigiendo con su mano su miembro, introduciendo
solo la punta de éste dentro de WookJin. El chico frunció su ceño y apretó sus
labios, pero inspiró hondo varias veces, tratando de relajar su cuerpo y JiSung
notó que funcionó porque se deslizó un poco más dentro del menor, un poco más,
un poco más, hasta que finalmente estuvo completamente dentro de él, sus
caderas chocando la una con la otra. JiSung jadeó levemente porque la presión
de las paredes del menor eran siempre una locura, pero en aquella ocasión,
cuando él no se había tocado y estaba al borde del abismo, era una sensación
increíble. Se empezó a mover lentamente, tratando de que aquel momento durase
un poco más, pero a pesar de que lo trató, supo que no tardaría demasiado en
correrse, por lo que comenzó a embestir mucho más rápido, dando una y otra vez
con la próstata de WookJin y tocando su miembro para que ambos llegaran a la
vez… y no tardaron mucho en alcanzar el clímax, el menor descargándose sobre
sus estómagos y JiSung dentro del condón, tratando de recuperar su respiración,
sintiendo que los músculos de sus piernas ni de sus brazos lo sostendrían mucho
más tiempo en aquella posición.
Como bien pudo acabó saliendo del cuerpo de WookJin, con
la mente nublada por el orgasmo y le hizo un nudo al condón antes de soltarlo
sobre el suelo de la habitación, tumbándose en la cama junto a WookJin
inmediatamente después, envolviendo su cuerpo entre sus brazos y apretándose
fuertemente contra él, sintiendo su respiración irregular y cómo su cuerpo
seguía ardiendo. Él mismo seguía ardiendo y sentía que necesitaba mucho más
para poder bajar la temperatura de su cuerpo… pero ambos merecían un pequeño
descanso antes de volver a jugar.
Notas finales:
—Tengo la manía de irme
por las ramas muchísimo cuando estoy ilusionada con una historia y de 3k se me
fue a 5k.
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