martes, 4 de enero de 2022

[One Shot] Dirty little secrets: Little bunny {KyuJung}

Título: Little bunny

Autora: Riz Aino

Pareja: KyuJung (KB + YooJung) (OnlyOneOf)

Clasificación: NC–17

Géneros: AU, romance, humor, smut, pwp

Número de palabras: 4.009 palabras

Resumen: KyuBin sabe perfectamente que está tentando a su suerte… pero por la estampa que tiene delante, TaeYeob vestido como una conejita de playboy (corsé, tacones, medias finas, orejas y cola incluidos) tentaría a su suerte una y otra vez por el resto de su vida, aunque eso le acabara generando una sentencia de muerte.

Advertencias: relaciones sexuales explícitas con bunny!yoojung (básicamente, YooJung como conejita de playboy) y juguetes sexuales.

Notas: historia escrita para mis moots bunny!yoojung lovers.

Comentario de autora: la idea de YooJung vestido como conejita de playboy vino a mi mente un día y no me la pude quitar de la cabeza hasta que no la acabé escribiendo. Espero que os guste.

 

Little bunny

 

            —¿Cuánto vas a tardar en el baño? —no pudo evitar preguntar KyuBin después de echarle un vistazo a la hora en su teléfono móvil y darse cuenta de que había pasado ya cerca de media hora desde que TaeYeob se había encerrado en el año, sosteniendo la caja que le había dado tan fuertemente que sus nudillos se le habían vuelto blancos y mirándolo con odio absoluto—. ¿Quieres que te ayude con algo?

            —¡Muérete! —replicó TaeYeob desde el baño—. ¡Eso me ayudaría bastante!

 

            KyuBin no pudo evitar reír ante aquello porque sabía perfectamente que el chico no lo había dicho en serio, sino que su respuesta había sido porque él le había tocado un poco la moral con lo que le había dado en la caja. No obstante, tampoco era para tanto, se le habían ocurrido muchas cosas mientras pensaba en qué podía organizar por la apuesta que TaeYeob había perdido y al final había elegido algo que podía hacer por él, una fantasía que quería cumplir, y con la que además no iba a ser el único que disfrutara. Tener una buena ración de sexo siempre era agradable y su chico siempre estaba más que dispuesto al sexo, por lo que, aquella pequeña y excitante variación la podía disfrutar plenamente a pesar de la reticencia inicial que estaba mostrando y las amenazas de muerte que KyuBin había recibido desde que TaeYeob había abierto la caja y había visto cuál era su contenido. La última apuesta la había perdido él y TaeYeob se había aprovechado bastante para hacer lo que había querido, atándolo a la cama para que no pudiera tocarlo y negándole el orgasmo cuando casi lo había alcanzado.

 

         —Te juro que eres el peor novio que existe en este mundo y que si no te quisiera y no fueras tan puto increíble en la cama, te habría mandado a paseo hace demasiado tiempo —dijo TaeYeob, saliendo por la puerta del baño.

 

            Aquello lo sacó de sus pensamientos y KyuBin alzó su cabeza, mirando a TaeYeob con la boca abierta, sin poder ni querer cerrarla. Estaba totalmente precioso, a pesar de que la expresión de su rostro denotaba fastidio y hastío por lo que llevaba puesto. KyuBin sabía perfectamente que estaba tentando a su suerte… pero por la estampa que tenía delante, TaeYeob vestido como una conejita de playboy corsé, tacones, medias finas, orejas y cola incluidos tentaría a su suerte una y otra vez por el resto de su vida, aunque eso le acabara generando una sentencia de muerte.

 

            —Estás precioso —no pudo evitar decir, provocando que el ceño de su chico se frunciera—. Es en serio, TaeYeob, estás precioso.

 

            TaeYeob bufó ante aquello, pero no dijo nada, a pesar de que en sus ojos se podía ver perfectamente cómo ardía la ira. KyuBin se acercó lentamente a él, con cuidado, como se acercaría a un gato que no quería que lo arañase ni que saliera huyendo, hasta que se quedó a algunos pocos pasos de su cuerpo, sin poder apartar la mirada de él y del traje que le había comprado. Se había dejado una buena pasta en todo aquel conjunto y lo había elegido con mucho cuidado para que le quedara bien y realmente había hecho un trabajo increíble porque todo era perfecto. TaeYeob tenía el pelo un poco más largo de lo que lo solía llevar y la diadema con las orejitas de conejo le recogían un poco el flequillo, apartándoselo de la cara y dejando que su precioso rostro de rasgos delicados y finos y de ojos grandes castaños se viera, las orejas siendo un complemento demasiado perfecto porque TaeYeob siempre le había recordado a un conejito adorable. Su complexión era delgada y sus hombros no eran muy anchos, así que, el corsé negro con lazos de color rosa suave se ajustaba perfectamente a su torso, haciendo que su cintura se viera todavía más delgada de lo que ya era. Las pequeñas braguitas de seda negra y transparencias escondían su miembro y testículos, pero el bulto en su entrepierna era demasiado notable. Las medias negras y finas sujetas en sus muslos con ligueros de lacitos rosas hacían que sus piernas parecieran todavía más largas y suaves de lo que ya eran de por sí y aquellos zapatos de tacón, también negros, hacían que éstas se vieran mucho más estilizadas y esbeltas, provocando que TaeYeob fuera un poco más alto que él a pesar de que la altura del tacón solo era de unos pocos centímetros. Desde el frente no podía ver la colita de conejo en su trasero, pero sabía perfectamente que el chico la llevaba, por la forma en la que estaba de pie, cambiando el peso de una pierna a otra y con éstas levemente abiertas. Lo que le había comprado era solo un butt plug, porque no quería que sintiera demasiada incomodidad llevándolo, pero era suficiente para que lo notara dentro de su cuerpo, rozando contra su próstata con cada movimiento, excitándolo.

 

            KyuBin llevó su mano hacia su rostro y acarició con sus dedos su mejilla, provocando que TaeYeob cerrara sus ojos y se inclinara hacia el contacto. Una sonrisa apareció en el rostro del mayor y se acercó un poco más a su cuerpo y a su rostro, atrapando sus labios suavemente con los suyos en un beso lento, delicado, como el roce de una mariposa, destinado a aplacar la furia del menor para poder pasar un buen rato después junto a él y que no lo odiara por la forma en la que lo había hecho vestirse.

 

            —Te quiero… —murmuró contra sus labios—. Te quiero muchísimo.

            —Zalamero —replicó TaeYeob, dándole un beso rápido y alejándose de él justo después para observarlo—. No vas a hacer que deje de estar cabreado con un “te quiero”, que lo sepas.

            —Lo sé perfectamente —respondió KyuBin—. Pero te quiero de verdad y te juro que vas a disfrutar muchísimo.

 

            TaeYeob alzó su ceja derecha, de forma inquisitiva, pero no le dijo nada. Aquellas habían sido las mismas palabras que había utilizado con él la última vez cuando lo había atado a la cama y le había vendado los ojos, así que, no podía decir nada contra ellas. KyuBin sonrió y se alejó del cuerpo de su precioso novio para recoger su teléfono móvil de donde lo había dejado, sobre la cama, cuando se había levantado antes, desbloqueándolo y preparándose para hacer fotos para inmortalizar aquel momento.

 

            —Posa para mí, bunny —le dijo.

 

            Y TaeYeob apretó los labios en una fina línea, pero acabó accediendo a su petición justo después, posando de diferentes formas y poniendo diferentes expresiones para que le hiciera todas las fotos que quisiera. Al chico le gustaban demasiado las fotos y, aunque la ropa que llevaba no le gustaba demasiado, sabía a la perfección que le quedaba bien y que estaba precioso con ello puesto porque si no, no habría salido siquiera del baño después de vestirse. KyuBin se dedicó a hacerle fotos desde todos los ángulos, algunas de cuerpo entero, otras solo de su rostro, dependiendo de cómo TaeYeob posase contra el fondo blanco de la pared, hasta que el chico se inclinó un poco hacia delante tratando de hacer otra pose y un jadeo escapó de sus labios sin que pudiera detenerlo. Seguro que el butt plug había tocado su próstata con el movimiento porque TaeYeob se quedó completamente estático, conteniendo la respiración y con los ojos muy abiertos, sintiendo probablemente cómo todo su sistema nervioso era recorrido por pequeñas descargas de placer. KyuBin no pudo evitar que una sonrisa se extendiera por su rostro al verlo de aquella forma y le hizo varias fotos más, hasta que su chico se dio cuenta de ello y frunció el ceño.

 

            —No te rías —advirtió TaeYeob—. No es nada divertido tener esto metido en el culo porque en cuanto me muevo un poco, se mueve y no me deja respirar.

            —Pero te da placer, ¿no? —le preguntó. Su pregunta hizo que TaeYeob lo fulminase con la mirada, pero KyuBin aprovechó aquella mirada para hacerle otra foto porque la expresión en su rostro era demasiado sexual y le provocaba demasiadas cosas—. ¿Por qué absolutamente todo en ti es precioso, sensual y me hace sentir como un adolescente con las hormonas revolucionadas?

            —¿Cambiando de tema para distraerme y que no te siga odiando? —le cuestionó, cruzando sus brazos sobre su pecho.

            —No —respondió él, negando también con su cabeza—. Constatando solo un hecho —y añadió—: ven aquí, sobre la cama, que quiero hacerte algunas fotos más.

            —¿Y vas a hacer algo más que echarme fotos? —cuestionó TaeYeob, comenzando a caminar por la habitación, lentamente, por los tacones y por el butt plug, deteniéndose incluso unos momentos para respirar—. Por mucho que me gusten las fotos, algo más me gustaría hacer.

            —Muchísimo más —respondió, dedicándole también una sonrisa pícara a su chico—. Ponte de rodillas y mírame, suplicante.

 

            TaeYeob volvió a alzar su ceja derecha, pero en esa ocasión mostrándole incredulidad. No obstante, se subió a la cama de rodillas e hizo lo que le pidió para sacarle unas cuantas de fotos más de aquella forma, haciendo muchas más poses sin que KyuBin tuviera que pedírselo, tumbándose sobre el colchón para ello, abriendo y cerrando sus piernas, su miembro endureciéndose debido al butt plug con la cola de conejo rozando su próstata con cada movimiento y asomando su punta por encima de la gomilla de las braguitas. TaeYeob estaba excitado… pero no era nada comparado con la excitación que KyuBin sentía en aquellos momentos, mientras le hacía las fotos, observando su cuerpo casi desnudo, sus poses sensuales, sus expresiones lascivas, sus ojos ardiendo de deseo cuando lo miraban a través de la lente de la cámara. Era demasiado para él y necesitaba cuanto antes tocar aquella piel suave y caliente, que siempre se volvía sensible bajo su toque, besarlo y morderlo en absolutamente cada rincón de su cuerpo, hundirse en su interior, profundo, hasta que ambos perdieran el sentido… pero aquella era una oportunidad única, una oportunidad irrepetible, y sentía que debía de aprovecharla de muchas formas diferentes antes de arder en el infinito placer del orgasmo junto a él.

 

            KyuBin finalmente dejó el móvil a un lado y se subió a la cama junto a TaeYeob, no pudiendo dejar de mirarlo porque todo él era increíble y vestido de aquella forma acentuaba absolutamente todas las mejores partes de su cuerpo, enseñando lo justo e insinuando lo necesario.

 

         —Creo que me ha quedado bastante claro con cómo me miras que estás más que encantado conmigo vestido de conejita de playboy —murmuró su chico, provocando que KyuBin no pudiera evitar sonreír—. Casi estoy cogiéndole el gusto al traje, solo por verte babear así.

 

            KyuBin le quiso replicar que no babeaba, pero no tuvo la fuerza necesaria para negarle lo que era evidente y simplemente se acercó a él, llevando su mano derecha hasta su rostro, sujetándolo para besarlo lentamente, moviendo sus labios sobre los del menor, lamiéndolos con su lengua para que TaeYeob abriera su boca y poder volver el beso mucho más profundo. En el momento en el que sus lenguas se encontraron la una con la otra se saborearon, se lamieron y se chuparon, nunca cambiando aquel ritmo lento y tortuoso que los calentaba poco a poco y los dejaba sin respiración lentamente, disfrutando del beso, de la forma en la que sus cuerpos se excitaban por la mezcla de sus salivas, queriendo más y más del otro. Tardaron bastante en separarse del todo, dándose cortos besos, siguiendo el movimiento del otro cuando se alejaba para continuar, pero cuando lo hicieron, KyuBin sintió que se volvía a enamorar de TaeYeob al verlo frente a él, tan cerca, tan tangible, tan precioso y tan irreal a la vez, con sus ojos cerrados levemente, sus labios hinchados y rojos, brillantes por la saliva, entreabiertos y jadeando. El ser humano más precioso de todo el planeta estaba allí con él, en su cama, casi desnudo, vestido de conejita de playboy, excitado y queriendo más y más de él.

 

            —Quiero follarte —le dijo, sin poder contenerse.

            —Directo al grano —murmuró TaeYeob—. Así me gusta.

            —Quiero follarte sin que te quites absolutamente nada de lo que llevas puesto. Quiero follarte hasta que se te resbale del pelo la diadema con las orejas. Quiero follarte hasta que las medias se te rompan porque te estoy sujetando con demasiada fuerza las piernas. Quiero follarte hasta que tengas la polla tan dura que se te salga de las bragas y te corras sobre el corsé. Quiero follarte hasta que acabes perdiendo el sentido.

 

            TaeYeob dejó escapar un jadeo profundo, el aire saliendo de forma muy lenta de sus pulmones, como si hubiera estado conteniendo la respiración en los segundos que había tardado en decirle aquello, mirándolo fijamente a los ojos, ardiendo de deseo por él, completamente excitado. KyuBin sabía perfectamente que lo que había dicho lo había hecho sentir desesperado por más, lo había hecho tener muchas más ganas de él, pero no se habría imaginado jamás una reacción como aquella porque nunca antes le había dicho nada similar mientras estaban juntos en la cama.

 

            —Joder, hyung… joder… —jadeó—. Ahora necesito que lo hagas ya.

 

            Y KyuBin se lo había querido tomar con mucha más calma, saboreando y disfrutando cada centímetro del cuerpo de TaeYeob, pero estaba tan excitado que los pantalones y los calzoncillos apretaban demasiado su miembro en una especie de cárcel de la que necesitaba ser liberado inmediatamente, estaba tan necesitado que le sobraba toda su ropa porque su cuerpo ardía demasiado y le sobraba hasta su propia piel. Solía sentirse así siempre que se acostaba con él, pero normalmente le pasaba cuando ya llevaban bastante rato tocándose y los besos subiendo de intensidad… en aquellos momentos se sentía así y ni siquiera se habían tocado. Estaba más que claro que TaeYeob vestido como conejita de playboy lo había calentado hasta niveles nunca antes conocidos, simplemente estando vestido de aquella forma y poniendo poses y expresiones sensuales al hacerle las fotos.

 

            —Sí —dijo después de unos momentos, más para sí mismo que para que TaeYeob lo oyera—. Voy a hacerlo ya.

 

            Una sonrisa pícara apareció en el rostro de TaeYeob al escucharlo decir aquello y KyuBin no pudo contenerse las ganas de besar aquella sonrisa, con ansias, metiéndole la lengua en la boca hasta lo más profundo, enredándola con la lengua larga de TaeYeob, intensamente, volcando en el beso las ganas que le tenía y lo mucho que lo necesitaba sentir la calidez y la presión de su recto envolviendo y apretando su miembro. El menor respondió el beso de la misma forma, siguiéndole el ritmo acelerado, llevando sus manos hasta su camiseta y agarrándola con fuerza, tirando de él para estar mucho más cerca de su cuerpo, hasta que finalmente se quedaron sin aire y acabaron separándose, jadeando, tratando de recuperar la respiración.

 

            —Voy… a por el lubricante y los condones… —dijo, tratando de alejarse de TaeYeob, pero éste todavía estaba agarrando con sus manos su camiseta no dejándolo marchar, atrayéndolo de nuevo en otro intenso beso—. Bunny… —jadeó y añadió entre besos—. Tengo que cogerlos… no quiero… hacerte daño…

            —Va, va… —murmuró TaeYeob, finalmente dejándolo ir—. El lubricante está en el baño, lo he tenido que usar para poder meterme esta cosa antes —le dijo, moviéndose un poco sobre la cama para enseñarle el butt plug de la cola de conejo—. Tengo muchas ganas de que seas tú el que esté dentro y no esto.

 

            KyuBin tuvo que tragar saliva porque la boca se le había quedado seca repentinamente y su cuerpo se negó a moverse durante unos momentos, solo observando a TaeYeob, conteniéndose de abalanzarse sobre él e introducirse en él del tirón, sin lubricante, sin condón, simplemente entrando en su cuerpo y embistiendo una y otra vez.

 

            —Dios… —jadeó—. Si dices algo así de nuevo acabaré corriéndome ya… y no quieres eso…

            —No… no quiero eso… —replicó TaeYeob.

 

            KyuBin aprovechó aquellas palabras de su chico para levantarse de la cama finalmente y salir hacia el baño primero para coger el bote de lubricante de donde éste lo había dejado un rato antes, sobre el lavabo, después volvió a la habitación rápidamente y buscó en el cajón de su mesilla para sacar un par de condones, dejándolo todo sobre la cama y sentándose en ella, sacándose la camiseta del tirón y dejándola caer al suelo sin ningún miramiento, todo bajo la atenta mirada de TaeYeob, que lo había seguido con sus ojos desde que había entrado de nuevo a la habitación.

 

            Bunny, date la vuelta —le pidió—. Enséñame esa colita peluda tan mona que tienes.

 

            TaeYeob estaba de rodillas sobre la cama en aquellos momentos, frente a él, observándolo fijamente, y le dedicó una sonrisa pícara antes de hacer lo que le había pedido, dándose la vuelta y levantando el trasero para enseñarle el butt plug con la cola de conejo. KyuBin no pudo evitar quedarse embobado durante unos momentos, observándolo, solo observando el cuerpo de su chico, cómo el corsé se le ajustaba perfectamente a su estrecha espalda y a su delgada cintura, quedando justo antes de la curva de su trasero, esas nalgas pequeñas y suaves que podía agarrar al completo con sus manos sin ningún problema y cómo aquella cola blanca, redonda y peluda, metida dentro de su cuerpo destacaba contra su piel rosácea y el corsé negro. KyuBin solo salió de su ensimismamiento cuando TaeYeob movió su trasero un poco, impacientemente y, entonces, acercó a él, moviéndose sobre la cama y llevó su mano derecha hasta aquella cola peluda, tocándola, sintiéndola suave contra su piel, haciendo que un leve jadeo se escapase de los labios de TaeYeob al moverla un poco. Él nunca había probado a introducirse nada en su trasero, siempre había sido el activo en todas sus relaciones, pero sabía que TaeYeob era bastante sensible allí y que cualquier cosa, cualquier movimiento, cualquier pequeño roce, lo hacía sentir demasiado, por eso le había comprado aquel butt plug y, por eso, en aquellos instantes, comenzó a mover lentamente el juguete sexual, fuera y dentro de su cuerpo, tan solo unos centímetros, sin sacarlo del todo, escuchando cómo TaeYeob gemía sin parar una y otra vez con cada movimiento, excitándose más y más porque los gemidos del menor siempre provocaban demasiadas cosas en él.

 

            Cuando sintió que ya no podía aguantar más y que había jugado suficiente con el trasero de TaeYeob, acabó sacando finalmente el butt plug, haciendo que su chico dejara escapar un gemido grave, profundo, que le debía de haber salido del fondo de su garganta. Un pequeño escalofrío recorrió su cuerpo al escuchar aquel gemido y KyuBin no tardó en terminar de desnudarse, sacándose tanto los pantalones como los calzoncillos a la vez, tirándolos por la habitación sin siquiera prestar atención a dónde caían, con demasiadas ganas de liberar todo el fuego que se le había acumulado en su interior durante aquel rato. Su miembro estaba erecto cuando lo sacó de sus calzoncillos, aunque no lo suficiente, por lo que se tocó durante unos momentos, apretando los dientes, sintiéndose demasiado bien al tocarse y queriendo seguir haciéndolo, una y otra vez hasta llegar al orgasmo. No obstante, se detuvo cuando su miembro estuvo completamente duro, con el pre semen escapándose de él en abundancia, abriendo el envase de plástico de uno de los condones y poniéndoselo rápidamente, echándose lubricante, solo un poco, sobre el condón, y otro poco más de aquel líquido viscoso en sus dedos índice y corazón, adentrándolos después en el recto de TaeYeob sin encontrar apenas resistencia gracias a que éste ya se había lubricado antes y gracias al butt plug que había llevado metido un buen rato. Los movió en su interior un poco para lubricarlo de nuevo y después los sacó, sujetando con su mano izquierda sus caderas y guiando con su mano derecha su miembro hacia su ano, rozando éste con su punta un segundo, antes de introducirse en él con lentitud, sintiendo cómo las paredes del recto de TaeYeob lo apretaban de una forma totalmente enloquecedora, hasta que estuvo dentro por completo.

 

            KyuBin se quedó completamente quieto, disfrutando de aquella sensación durante unos momentos, acostumbrando a TaeYeob también a la penetración, comenzando a moverse luego poco a poco, sujetando sus caderas con firmeza, hundiendo sus dedos en su carne, sin llegar a hacerle daño. Los gemidos de ambos comenzaron a llenar el candente aire de la habitación, haciéndose más frecuentes y fuertes cuanto más rápidas y profundas eran sus embestidas; no obstante, de aquella forma, no llegaba todo lo profundo que podía hacerlo, así que, sin siquiera sacar su miembro del cuerpo de TaeYeob y embistiendo más lentamente de nuevo, KyuBin lo sujetó con fuerza por la cintura, abrazándolo, para girar su cuerpo sobre la cama y que su espalda quedara sobre el colchón. El menor lo miró con aquellos grandes ojos castaños que lo hacían parecer un conejito adorable, sorprendido por el cambio de postura y por la forma en la que KyuBin había usado la fuerza de sus músculos para hacerlo. Éste solo le sonrió y después se inclinó sobre él agarrando sus piernas para poder llevarlas con comodidad sobre sus hombros, sintiendo cómo uno de los zapatos de tacón que todavía llevaba caía sobre su espalda y después al suelo, pero importándole muy poco. Las embestidas de aquella forma eran mucho más profundas, mucho más placenteras porque así podía rozar una y otra vez contra su próstata sin mayor problema, así que, KyuBin volvió a moverse rápidamente en su interior, cogiendo de nuevo el ritmo enloquecedor que había llevado antes, sin poder parar de observar a TaeYeob mientras lo penetraba una y otra vez hasta que finalmente ambos llegaron al orgasmo, KyuBin corriéndose dentro del condón, TaeYeob haciéndolo sobre su estómago, manchando el corsé, con su miembro todavía parcialmente cubierto por aquellas braguitas de seda.

 

            Pretty bunny.

 

            KyuBin no pudo evitar decir aquello a TaeYeob mientras terminaba de recuperarse de las sensaciones eléctricas que seguían recorriendo todo su sistema nervioso, que jadeaba con el pelo revuelto sobre la cama, su pecho moviéndose con rapidez arriba y abajo, sin parar, aquellos grandes ojos castaños brillando con millones de estrellas que miraban a algún punto de la habitación tras él, sin realmente mirar, sus pupilas dilatadas y su cuerpo temblando ligeramente por el reciente orgasmo. TaeYeob era el ser más precioso que caminaba sobre la tierra y ese día estaba ahí solo para él… así que iba a aprovechar el momento, aprovechar aquel vestuario de conejita de playboy, para seguir disfrutando de él una y otra vez hasta que ninguno pudiera más.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

—Solo voy a decir que esto se me fue bastante de las manos porque en un inicio había pensado simplemente hacer algo de 2-3k, un poco de introducción a la historia y después un smut detallado… pero mi imaginación no dejó de volar en ningún instante y esto ha acabado siendo mucho más largo de lo que pretendía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario