Capítulo
10
Nada
Importa
Después de aquel beso me separé de
él y me levanté del suelo rápidamente. Casi tropiezo con mis propios pies, pero
mantuve el equilibrio y salí corriendo de la habitación sin siquiera mirar
atrás.
La cabeza me daba vueltas y no podía
pensar con claridad. No sabía por qué había correspondido aquel beso y tampoco
por qué había comenzado otro. YiFan era mi primo y aquello no podía ser,
además, tenía un novio y no podía hacerle aquello a ShiXun.
Con esto rondándome la cabeza me
dispuse a entrar en mi cuarto, tumbarme en la cama y no salir de ella pensando
en mis desgracias y en alguna solución a todos los problemas que tenía en
aquellos momentos. Sin embargo, no hice más que entrar a mi habitación, cuando
sentí unos largos brazos rodear mi cintura.
Me quedé sin respiración cuando mi
espalda entró en contacto con su pecho y sus brazos apretaron el agarre.
―Lo siento… lo siento… ―susurró
contra mi oído―. Lo siento, no pretendía hacerlo, pero no he podido evitarlo
―posó su rostro en mi hombro y suspiró―. Te dije que no volvería a hacerlo,
pero es demasiado para mí verte todos los días y no poder tenerte. Te quiero
más que a mi vida, LuHan, te amo y te repito una y otra vez que no importa
nada, que no me importa que seamos primos, que lo nuestro esté mal… ―su voz se
quebró y comencé a notar una leve humedad en mi hombro―. Te amo y quiero estar
contigo aunque sea rompiendo todas las reglas porque he estado cinco años de mi
vida sin ti y nunca antes me había sentido tan vacío, tan muerto en vida. Te
necesito.
―Fan…
―Si me vas a rechazar nuevamente no
lo hagas ―murmuró con voz ahogada―. Me iré de aquí hoy mismo y no volverás a
verme nunca más.
―Fan…
―Pero si haces caso a tu corazón y
me aceptas, nunca me iré de tu lado, no te haré llorar y haré que lo difícil
sea un juego de niños para ti.
Mi corazón bombeaba sangre constantemente
a un ritmo casi frenético. Los oídos me pitaban y la cabeza me iba a estallar.
Tenía unas inmensas ganas de llorar, pero también quería sonreír hasta el final
de mis días. Sabía que aquellas cosas que YiFan me decía no eran pura
palabrería, él siempre lo había tenido muy claro y no le importaba
absolutamente nada.
Quería decirle que lo amaba, que mi
corazón solo latía desbocado cuando estaba con él, que mi cuerpo se electrizaba
cuando entraba en contacto con el suyo, que lo amaba más que a nada… pero en
esos momentos venía a mi cabeza la imagen de ShiXun.
No quería hacerle daño a ese chico
porque no se lo merecía, pero tampoco merecía vivir en una mentira. No merecía
creer que yo lo amaba como él a mí cuando no era cierto. No lo amaba, no lo
amaba como a YiFan.
―Déjame pensarlo… ―acabé
susurrando―. Déjame pensarlo hasta que ShiXun vuelva de la acampada.
―ShiXun ―murmuró―. Siempre él.
―Es mi novio ahora… tendré qué
pensar qué le voy a decir… ―esbocé una sonrisa que YiFan no vio.
Había tomado mi decisión, pero no me
parecía justo para ninguno de los tres comenzar algo cuando uno de los
implicados no estaba. Quería a YiFan más que a nada, pero primero debía dejar
las cosas claras con ShiXun.
―¿Qué quieres decir con eso?
―preguntó despacio.
―Quiero decir que no puedo cortar
con él si está a varios kilómetros de aquí.
―LuHan… ―me giró entre sus brazos
para quedar cara a cara―. ¿Eso quiere decir que…?
―Te amo… nada más importa.
Apenas terminé de decir aquellas
palabras cuando ya estaba siendo estrechado fuertemente entre sus brazos.
Durante unos momentos nos mantuvo así hasta que comenzó a faltarme el aire. Me
separó un poco de sí al notar lo que me pasaba y yo tomé una gran bocanada de
aire.
Lo miré a los ojos con una sonrisa tras
recuperarme y él me la devolvió de una manera completamente brillante. Aquella
sonrisa me eclipsó, llevaba demasiado tiempo sin verlo sonreír de aquella
manera y me hinchó el orgullo saber que solo sonreía así por mí.
―Esto… no es una broma… ¿verdad?
―preguntó con miedo y yo negué con la cabeza―. ¿Cómo has cambiado de opinión
tan rápido?
―Nunca pude olvidarte ―murmuré―.
Comencé a salir con ShiXun a tu llegada para intentar alejarte de mi
pensamiento, pero con todo lo que hacías me confundías más y más. Con él me
siento feliz y calmado, contigo mi interior se convierte en un torbellino.
―Yo tampoco he podido olvidarte
aunque lo haya intentado un par de veces ―confesó―. Al principio te odié por lo
que me dijiste aquel día ―aquellas palabras se clavaron en mi pecho como si
fueran agujas afiladas―. Pero me di cuenta de que te amaba y echaba de menos.
Tardé todos estos años en decidirme a volver porque no sabía cómo ibas a
reaccionar.
―Lo siento. Desde ese momento me
estoy mortificando porque te hice mucho daño con lo que dije ―susurré.
―Pero ya no importa ―tomó mi rostro
entre sus manos y me hizo mirarlo a los ojos―. Da igual, el pasado es pasado y
ahora solo debemos pensar en nuestro presente ―asentí lentamente y él sonrió―.
¿Puedo dormir contigo hasta que los chicos vuelvan y puedas cortar con ShiXun?
―No sé si es lo correcto.
―¿De qué tienes miedo? No te voy a
atacar en mitad de la noche… ¿o puede que sí? ―comentó con una sonrisa pícara
en su rostro.
―No es gracioso ―murmuré―. Le voy a
hacer mucho daño a alguien que no se lo merece. Ese chico es un encanto.
―Te puedo asegurar que no sufrirá
mucho.
―Lleva años enamorado de mí.
―Y ZiTao enamorado de él ―contestó―.
Lo dejas en buenas manos.
―ZiTao me dará una paliza. Me
advirtió que no le hiciera daño.
―¿Tienes miedo de ZiTao? ¿Del mismo
ZiTao que no mataría ni a una mosca? ―preguntó algo extrañando.
―No. La verdad es que recibiría los
golpes gustosamente. Me los merezco.
―Eres un idiota ―susurró antes de
volver a envolverme entre sus brazos.
―Lo sé. Soy un idiota por no
escuchar a mi corazón.
Nos quedamos en aquella posición
unos minutos. Podía haberme pasado horas así, pero unos golpes en la puerta de
mi habitación hizo que nos separáramos rápidamente.
―¿Sí? ―pregunté.
―Xiao Lu, ¿me habéis cogido eso del
armario? ―preguntó la voz de YiXing al otro lado de la puerta.
―Sí, claro. Está en tu habitación
―contesté recordando dónde habíamos dejado el objeto.
―Genial, dale las gracias a Fan si
lo ves. Estaré en casa de MinShuo si alguien pregunta por mí.
Se escucharon pasos alejarse de la
puerta de mi habitación y cuando dejaron de escucharse, nos miramos y
sonreímos, sabiendo lo que nuestro primo iba a hacer en aquella casa.
―Entonces… ―comenzó llamando mi
atención―. ¿Puedo dormir contigo? Solo dormir ―aclaró al ver que yo alzaba una
ceja.
―Pero solo dormir ―nada más dije
esto, sentí sus labios contra los míos y seguí el ritmo suave y lento del beso
que él me daba.
Aquella noche dormimos juntos tras
pasar un día jugando con el gato recogido de la calle y cuando desperté a la
mañana siguiente, viendo su rostro relajado, durmiendo en paz una sonrisa
enorme se instaló en mi cara y no pude borrarla en todo día.
―Estás de muy buen humor hoy
―comentó mi amigo MinShuo a media tarde―. Los días anteriores estabas como alma
en pena porque ShiXun se había ido.
―Ha pasado algo bueno ―contesté―. O
malo… según como se mire.
―Cuéntame.
―Hablé con YiFan ayer ―empecé algo
titubeante―. Aclaramos las cosas y tomamos una decisión.
―¿Te va a dejar en paz de una vez
por todas?
―No. Hemos decidido que lo que
importa son los sentimientos y no lo que piensen los demás.
La cara de mi amigo fue un poema en
cuanto terminé de hablar. No lo veía bien.
―Pero…
―Es lo que hemos decidido ―corté―. Llevo
mucho tiempo intentando olvidarlo y no he podido hacerlo porque lo amo
demasiado.
―¿Y ShiXun?
―Hablaré con él en cuanto regrese
―contesté.
―¿Y qué le vas a decir? ¿Te dejo
porque estoy enamorado de mi primo?
―preguntó.
―¿Quién está enamorado de quién? ―la
voz de YiXing a mis espaldas hizo que me quedara completamente estático.
―Xing… cariño… ―empezó MinShuo, pero
mi primo lo cortó.
―Ni se os ocurra evitar el tema,
¿qué era eso de lo que hablabais? ―preguntó seriamente.
―Yo… ―comencé―. Fan y yo… ―YiXing
parpadeó para que siguiera hablando―. Nosotros… estamos… Fan y yo…
―Se quieran de una forma que no
tiene nada que ver con el cariño que le tienes a la familia ―dijo MinShuo por
mí.
―Ah. ¿Por fin lo has aceptado?
―comentó con una sonrisa.
―¿Cómo dices? ―pregunté extrañado.
―He sido el confidente de Fan en las
últimas semanas porque os vi besaros una vez ―contestó.
―¿Cuando?
―Eso no importa ―dijo moviendo una
mano―. Lo que importa es que por fin lo habéis arreglado todo y ahora lo
aceptáis.
―¿Así? ¿Sin más? ¿No te parece mal?
―¿Por qué me tendría que parecer
mal?
―Somos primos.
―Eso no lo digas delante de Fan, le
sale una vena muy poco atractiva en la frente ―comentó divertido.
―Eso es por mi culpa. Se lo he
repetido hasta la saciedad ―dije―. Pero… ¿en serio no te parece mal?
―No. Me parece estupendo. Si os
queréis no voy a ir yo diciendo lo que podéis hacer o no ―contestó―. Lo que me
preocupa es ShiXun.
―A mí también ―murmuré.
―Eso discutíamos ―dijo MinShuo.
―Lo mejor que puedes hacer es ser
sincero y contárselo todo. No lo digas de forma brusca y reza porque TaoZi no
te pegue una paliza ―recomendó.
―Gracias, XingXing ―susurré
acercándome a él para abrazarlo.
Los días siguientes pasaron
rápidamente y antes de que pudiera darme cuenta, llegó el día en el que ZiTao y
ShiXun volvían de su acampada. Ese día me desperté al alba y me levanté de la
cama intentando no despertar a YiFan, para luego vestirme y dirigirme a la
cocina. No pasé mucho tiempo allí cuando la puerta principal se abrió y por
ella entraron dos personas.
Soltaron algunas cosas en la entrada
y luego se dirigieron a la cocina, donde yo los esperaba. Parecieron
sorprenderse al verme allí.
―LuZi… ―comenzó mi primo―. No te
esperábamos aquí ―lo dijo de una forma forzada y yo fruncí el entrecejo.
―¿Por qué? Vivo aquí.
―Sí. Ya… pero…
ZiTao comenzó a dar explicaciones,
pero yo no lo escuché, estaba pendiente de ShiXun. No se había acercado a mí,
no me había mirado a los ojos y no me había sonreído. Esas fueron las pistas
que obtuve para saber que algo no andaba bien.
―¿Qué ha pasado?
Mi pregunta los hizo tensarse y
confirmé que algo había tenido que pasar. Cuando fui a preguntar de nuevo,
ShiXun se adelantó.
―Lo siento. Lo siento mucho. No
sabes cuánto lo siento ―dijo rápidamente a la vez que las lágrimas caían por su
rostro.
Aquello me dejó completamente
impactado y descolocado. ¿Por qué lloraba? ¿Por qué me pedía perdón? Pero si su
respuesta me había dejado así de confuso, lo siguiente que hizo ZiTao me dejó
aún más. Se acercó al chico y lo rodeó con sus brazos, dándole besos en la
cabeza, intentando consolarlo.
―¿Qué…?
―Durante la acampada… ―comenzó mi
primo―. Yo me declaré a ShiXun y lo besé ―abrí mis ojos como platos, sin poder
creer lo que escuchaba―. Y también… lo hicimos… ShiXun está muy avergonzado
porque pensaba que estaba enamorado de ti, pero durante esta semana…
―Lo entiendo ―murmuré y ambos me
miraron―. Yo también tengo algo que confesar. Estoy enamorado de otra persona.
ShiXun salió de entre los brazos de
ZiTao y se acercó a mí para darme un abrazo que correspondí.
―¿Te gusta ZiZi? ―pregunté y él
asintió―. Entonces lo mejor que podemos hacer es dejarlo.
―Gracias ―susurró―. No quería que
esto pasara, pero ha sucedido. Yo pensaba que te amaba… pero…
―Yo tampoco quería que pasara, pero
no he podido evitarlo ―nos separamos y nos miramos a los ojos, dedicándonos una
pequeña sonrisa.
―Espero que seas feliz con esa
persona ―deseó.
―Yo también espero que seas feliz
con ZiTao ―dije―. Y si te hace daño, sabes que me tienes aquí para darle su
merecido.
Después de aclarar aquello y ver que
mi decisión de seguir a mi corazón no había perjudicado en nada a ShiXun y que
estaba bien junto a ZiTao, me despedí de ellos y salí de la cocina,
dirigiéndome a mi habitación, en la que dormitaba YiFan. Entré rápidamente a mi
cuarto y, tras cerrar la puerta, me lancé sobre la cama, despertando a mi primo
con un beso. Él abrió los ojos sorprendido, pero correspondió mi muestra de
cariño.
―Estamos muy cariñosos esta mañana
―comentó divertido cuando nos separamos para respirar―. ¿Ha pasado algo bueno?
―He hablado con ShiXun y todo ha
salido bien ―YiFan esbozó una gran sonrisa.
―¿En serio? ―preguntó.
―En serio.
―Entonces… ¿ya podemos estar juntos
sin ninguna restricción? ―asentí.
―Sin que nada importe ―murmuré antes
de besar sus labios de nuevo.