EXO 3ª Temporada

Capítulo 6

Hush 

            JunMyeon hyung terminaba su turno en el trabajo justo en el momento en el que yo llegaba al lugar. Íbamos a ver una película que empezaba cerca de una hora después, así que él no podía ir a casa antes a por mí. En cuanto me vio allí me dedicó una sonrisa encantadora y se apuró a terminar de despedirse de los otros trabajadores para poder ir hacia donde yo me encontraba.

            ―¿Qué tal, KyungSoo? ―me saludó―. ¿Con ganas de ver la película?

            ―Claro que sí, hyung ―sonreí.

            ―Pues vamos allá.

            Tomamos el metro para ir al centro comercial más cercano en el que echaban la película, sacamos nuestras entradas y luego compramos algunas chucherías, palomitas y bebidas para pasar un buen rato viendo la película.

            Nos sentamos en nuestros respectivos asientos y yo me quité mi chaqueta porque dentro de aquel lugar tenían puesta la calefacción y fuera todavía seguía haciendo algo de fresco, dejándolo en el asiento contigo al mío que no estaba ocupado. Minutos después, se apagaban las luces y comenzaban los anuncios previos a la película.

            Entre pequeños comentarios susurrados y la comida, pasó la mitad de la película. Estaba completamente enfrascado en ella, así que no me di cuenta de que JunMyeon se acercaba a mí para poder soltar su chaqueta sobre la mía hasta que lo tuve prácticamente encima, con su rostro a escasos centímetros del mío.

            Mi corazón comenzó a latir rápidamente a la vez que sentía cómo el color se apoderaba de mis mejillas y me tensé durante los pocos segundos que pasó mi hyung tan cerca de mí. Una vez se retiró pude respirar de nuevo por fin, preguntándome internamente por qué me había comportado de aquella manera.

-oooOOOooo-

            Salí de la habitación que compartía con mi mejor amigo bastante temprano aquella mañana. Tenía que ir a la universidad a entregar un trabajo y el profesor había establecido que fuera en cuanto las puertas del edificio se abrieran para así tener todo el día para corregirlos. En parte, lo odiaba por haberme hecho madrugar, pero por la otra parte me alegraba de haber salido tan temprano de allí porque LuHan había pasado la noche en la habitación y, aunque les agradecía que se hubieran comportado y no me hubieran despertado, no estaba dispuesto a pasar mucho más tiempo con ellos dos copulando.

            El corto camino hacia la facultad fue bastante silencioso y tranquilo porque a esas horas no había mucha gente, así que entregué mi trabajo en el despacho del profesor y luego me dispuse a pasar el rato que me quedaba antes de empezar las clases, deambulando por el campus. Lo que jamás me habría esperado era encontrarme con ZiTao de frente al girar en una esquina.

            Ambos nos quedamos clavados en el sitio, mirándonos fijamente hasta que desvié mi mirada al suelo. Mi corazón estaba acelerado y el ritmo aumentaba cada vez más. Había comprobado con SeHun que me gustaban los hombres, pero esa misma noche había ido también a verificar si las mujeres seguían teniendo el mismo efecto en mí, descubriendo que nada había cambiado en ese aspecto.

            Estaba confundido. Nunca me había sentido así y todo se debía al chico que tenía delante. Inconscientemente, me mordí el labio inferior, descargando mi frustración en el mordisco y haciéndome sangre.

            ―JongIn ―escuché mi nombre salir de los labios de ZiTao y alcé la cabeza, descubriéndolo muy cerca de mí y con su mano izquierda aproximándose a mí.

            Me quedé estático mirando fijamente cómo rozaba con su pulgar mi labio inferior y retiraba la sangre que se había acumulado en este para después inclinarse un poco y rozar mis labios con los suyos. Durante los pocos segundos que duró el beso contuve la respiración, no me dejé llevar ni lo aparté.

            ―Me alegra verte ―murmuró.

            ―Pero ese no es ningún motivo para besarme ―le contesté antes de obligar a mis piernas a moverse e irme del lugar. Estaba escapando de nuevo, aunque sentía que no debía hacerlo.

-oooOOOooo-

            YiXing llegó al apartamento después de sus clases y se dejó caer en su cama sin siquiera percatarse de mi presencia en la cama de al lado. Parecía que estaba bastante cansado. Llevaba así desde el viaje que habíamos hecho a Changsha, cuando le dio aquella fiebre y luego desapareció.

            Ni él ni Kevin nos habían querido contar qué era lo que había sucedido, por lo que ninguno tenía ni idea de lo que había pasado, aunque lo que sí sabía era que YiXing estaba bastante más agotado de lo normal.

            —Oye, YiXing —le dije y él se giró lentamente para mirarme.

            —Oh, LuHan, no me había dado cuenta de que estabas ahí —murmuró.

            —No importa. ¿Te encuentras bien?

            —Sí, ¿por qué lo dices? —respondió demasiado rápido.

            —Pareces cansado —le comenté.

            —La universidad es agotadora —suspiró.

            —Lo sé, pero también hay algo más.

            —No, no hay nada más —en esa respuesta y en las anteriores me estaba mintiendo.

            —¿Seguro?

            —Seguro.

            —Bien… —nos quedamos callados unos minutos hasta que volví a hablar—. ¿Sabías que al parecer ZiTao y JongIn se gustan?

            —¿Qué? —preguntó incorporándose en la cama—. No puede ser verdad.

            —Lo es, SeHun me lo dijo.

            —Si es así que no se entere YiFan —comentó.

            —¿YiFan? ¿Quién es YiFan? —pregunté extrañado. No sabía quién era aquella persona.

            —Oh, perdón, Kevin.

            —¿Kevin?

            —Sí, es su nombre chino —respondió—, aunque no lo llames así porque sabrá que te lo he dicho yo.

            —Está bien —sonreí—. ¿Y por qué dices lo otro?

            —Porque es muy sobreprotector con ZiTao, como si fuera su padre —sonrió—, y probablemente le dará una charla sobre cosas que debe hacer y no debe hacer, como si él supiera mucho sobre el tema.

            —Pensé que lo decías porque pertenecían a distintos grupos, como SeHun y yo.

            —No… creo que por fin ha entrado en razón con eso.

            —Me alegra oír eso.

-oooOOOooo-

            —¿Me quieres? —le pregunté acurrucándome en su pecho mientras él me apretaba contra su cuerpo.

            —No —contestó y yo me retiré inmediatamente de su lado, mirándolo mal. No podía ser.

            —Maldito… —murmuré.

            —No me has preguntado si te amo —aquello me dejó algo descolocado, pero la sonrisa que tenía en sus labios me invitó, aunque dudoso, a hacer la pregunta.

            —¿Me amas?

            —No —me indigné completamente, mientras sentía que  mi corazón se rompía en mil pedazos. Me levanté de la cama, no importándome que estuviera desnudo y me alejé de él, internándome en el baño. Cuando iba a cerrar la puerta, noté cómo sus brazos rodeaban mi cintura por la espalda.

            —Suéltame… eres un monstruo… —murmuré intentando ahogar en mi garganta las horribles palabras que quería decirle y en mis ojos las lágrimas que pugnaban por salir.

            —Lo siento —sentí sus labios contra mi nuca—. Sólo quería hacerte una broma… —otro beso—, ya sabes como soy… por favor… perdóname… —sonaba verdadero, pero dolía, me dolía mucho el pecho.

            —Te odio… —susurré y mis lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas. Él me dio la vuelta y comenzó a secarlas con sus besos, pero yo no podía parar de llorar.

            —Minnie, por favor… no llores, te quiero… te amo, por favor, no quería hacerte llorar —decía una y otra vez—. Te prometo que jamás volveré a hacer algo así… Minnie, por favor, perdóname… yo… no… —lo miré fijamente y él calló.

            —¿De verdad me amas? —él asintió rápidamente.

            —Te amo más que a nada en el mundo —sentí cómo mi corazón volvía a latir de nuevo, aunque seguía doliendo.

            —Jamás vuelvas a decirme lo contrario… ni en broma… —murmuré antes de lanzarme a sus brazos.

            —Nunca más.

-oooOOOooo-

            Seguía un poco mosqueado por lo que había ocurrido aquella mañana temprano y eso que ya era bastante de noche y habían pasado muchas horas. Después de no apartarme, después de dejarme besarlo, había huido, como un maldito cobarde. JongIn me gustaba, demasiado. En las semanas que había estado en Changsha lo había extrañado tanto que lo único que quería hacer era volver a verlo de nuevo y eso me confirmó que de verdad me gustaba.

            Entré al portal del edificio y me quedé paralizado al ver a mi amiga Victoria sentada en las escaleras, con la cabeza gacha. No quería encontrármela por nada del mundo, porque no podía contarle lo de ZhouMi, así que quería evitarla, pero estando allí no podía hacerlo, además, parecía que estaba llorando, así que no pude hacer otra cosa más que acercarme a ella.

            —¿Victoria? —llamé.

            —¿ZiZi? —ella alzó lentamente la cabeza, confirmándome así que realmente estaba llorando, y parecía que desde hacía bastante tiempo.

            —¿Qué te ha pasado? —le pregunté, sentándome junto a ella en el escalón.

            —Oh, ZiZi —Victoria se lanzó a mis brazos, llorando con mucha más fuerza—. Yo… no sé qué hacer… —murmuró—. MiMi ha desaparecido.

            Al escuchar el apodo cariñoso por el que llamaba a su novio, ZhouMi, me tensé, pero intenté que ella no lo notara demasiado y también intenté que en mi voz no se notara que yo sabía la verdad de lo ocurrido. Tenía que guardar silencio porque, ¿cómo le iba a decir a mi mejor amiga que su novio era un enemigo y lo habíamos tenido que matar para sobrevivir?

            —Eso… es… lo siento… —terminé murmurando finalmente.

            —La policía lo está buscando, pero no encuentran rastro alguno, así que no sé qué hacer…

            —Solo… se puede esperar hasta que dé señales de vida…

            —Supongo que sí… que es lo único que se puede hacer ahora… —abracé fuertemente a Victoria contra mi pecho.

            —Si necesitas algo sabes que siempre estaré aquí para ti —le dije. Ella se separó de mí y se secó las lágrimas con sus manos antes de asentir.

            —Muchas gracias, ZiZi, eres un verdadero encanto.