Nothing Matters (when you're in love)

Capítulo 2

Bienvenido

            El viaje de vuelta a casa fue demasiado incómodo para mí. En el aeropuerto me había parecido que el chico coreano estaba interesado un poco en mi persona, pero mis sospechas se confirmaron cuando no dejé de notar su mirada clavada en mi nuca durante todo el trayecto. Me daba un poco de repelús aquella mirada tan penetrante y lo único que quería era llegar ya a la casa de mis abuelos y encerrarme con Fan en nuestro cuarto, abrazarlo fuertemente sobre la cama y perder las horas mirando aquellos ojos oscuros que me cautivaban.

            Cuando llegamos, mis abuelos salieron a recibir al recién llegado y nuevo huésped de la casa, que por si no tenía a gente ya de por sí con los primos y ShiXun, se unía una persona más a la ecuación. Yo aproveché aquellos momentos en los que todos estaban demasiado atareados para acercarme a mi amigo MinShuo y hablar así con él, después de haber pasado la mayor parte del tiempo alejado de su lado porque YiXing lo monopolizaba demasiado, aunque claro, era su novio y tenía que monopolizarlo.

            —¿Cómo te ha ido este año? —le pregunté, intentando comenzar por un tema un poco más banal antes de soltarle mis sospechas de que el tal JunMyeon no dejaba de echarme el ojo.

            —Bueno… terminé el último curso del grado superior, como tú y os he echado mucho de menos a YiXing y a ti —me contestó—. Todo era más fácil cuando vivías a un par de calles de distancia.

            —Lo sé, echo de menos esos tiempos —murmuré, recordando cómo dos años atrás me había tenido que mudar a otra ciudad y ahora solo pisaba mi ciudad natal en vacaciones y porque allí vivían mis abuelos.

            —Bueno, ¿qué querías contarme? —cuestionó con una sonrisa. Suspiré. Sabía que daba igual que comenzara a hablar de otra cosa, MinShuo me conocía demasiado bien y sabía que había algo que me preocupaba—. ¿No será otra vez por Fan? Porque otro verano tan movidito como el anterior no, por favor, tengo que dedicarme a mi relación con YiXing.

            —Tranquilo, no es por Fan, ese tema está todo solucionado y zanjado —contesté, intentando tranquilizarlo al respecto. Mi amigo suspiró, pero luego sus ojos se abrieron como platos y su rostro se descompuso en una mueca de terror.

            —¿No será por ShiXun?

            —No, tampoco —murmuré—. Aunque quiero hablar con él ahora que todo está calmado para pedirle disculpas de forma apropiada por lo mal que se lo hice pasar el verano pasado.

            —Vale… ¿entonces qué es? —preguntó, seguramente sin tener más ideas de lo que podía estar pasándome.

            —Creo que el tipo este amigo de YiXing quiere tema conmigo —confesé, señalando disimuladamente al chico.

            —A ver, eres un tío muy guapo, pero no eres el centro del mundo, Lu Han —comentó mi amigo, girándose a ver al coreano y pillándolo en medio de una observación meticulosa de mi cuerpo—. Joder, pues parece que tienes razón.

            —¿Ves?

            —Bueno, tú no te preocupes —mi amigo me palmeó la espalda suavemente—. Va a estar aquí nada más que unas semanas y no creo que vaya a hacer ningún movimiento más allá de observarte fijamente. No parece que sea esa clase de tío que te acosa hasta que le dices que sí por pesado.

            —Esperemos que tengas razón… —murmuré.

            En ese momento, capté la mirada de Fan puesta sobre mi persona y le sonreí cálidamente. Después, me despedí de mi amigo y caminé hacia él. Cuando llegué a donde se encontraba, al otro lado del salón, me pegué a su cuerpo para darle un abrazo cariñoso que a ojos de todos los demás parecía inofensivo porque nosotros dos nos habíamos dado abrazos de aquel tipo desde que éramos pequeños, aunque ahora tuvieran otro significado completamente diferente para ambos.

            —¿Cómo estás? —me preguntó—. Pareces un poco preocupado.

            —Mmm… no es nada —le dije.

            No quería perturbarlo por algo como aquello, ya había tenido demasiadas preocupaciones a lo largo del verano anterior como para que yo volviera a ser el causante de su malestar. Era mejor que no supiera nada de aquello. Intentaría arreglar las cosas por mí mismo y con la ayuda de MinShuo para que él no se tuviera que preocupar por nada si es que finalmente el coreano hacía algún movimiento.

            —¿Seguro?

            —Segurísimo —levanté mi cabeza de su pecho y lo miré a los ojos con cariño infinito.

            Quise darle un beso en su puntiagudo mentón, pero me contuve a hacerlo porque estábamos en público y no podíamos ser tan cariñosos delante de mis abuelos porque estos no sabían que éramos homosexuales y menos que estábamos juntos a pesar de ser primos. Fan era mi primo mayor, sí, pero eso era algo que había dejado de importarme, lo quería mucho y no podía pensar en que tuviéramos que separarnos.

            —Quiero besarte… Lu Han… —murmuró y yo sonreí.

            —Esta noche en nuestra habitación —contesté, haciendo que una  gran sonrisa se extendiera por su rostro.

            —Te tomo la palabra.

            El día pasó demasiado rápido entre unas cosas y otras y, al final, cuando llegó la noche, todos los chicos acabamos en la habitación que Fan y yo compartíamos y que queríamos usar esa noche solo para nosotros, porque nos lo merecíamos. Sin embargo, YiXing se había empeñado en que debíamos hacer una pequeña fiesta de bienvenida para su amigo coreano y para celebrar también que estábamos otro verano de nuevo todos juntos.

            —A veces creo que los odio —me dijo Fan, echando su cabeza en mi hombro mientras los demás disfrutaban de jugar o de ver jugar a la wii.

            —Yo no lo creo… los odio directamente —contesté, haciendo que riera gravemente.

            —¿Y no podríamos echarlos y así disfrutar de lo que debemos disfrutar? —me preguntó. Una de sus grandes manos viajó por mi columna de arriba abajo haciendo que un escalofrío me recorriera todo el cuerpo.

            —Si estuvieran solo nuestros primos y sus respectivas parejas te habría propuesto hace un rato que comenzásemos a liarnos para que se fueran ellos mismos, pero teniendo a un intruso no podemos —contesté.

            —Cierto… —murmuró—. ¿Y qué podemos hacer?

            —Déjame pensar…

            La partida que estaban jugando ZiTao y MinShuo acabó siendo ganada por el mayor y mi primo comenzó a hacer pucheros porque odiaba perder. Cogieron el relevo YiXing y JunMyeon mientras ShiXun le daba palmaditas a mi primo menor para que no se pusiera triste solo por aquello. Comencé a pensar mientras tanto en qué era lo que podíamos hacer y en ese momento vino a mí una idea.

            —¿Por qué no nos subimos a la cama alegando que queremos ver mejor las partidas y luego tú te quedas dormido? —propuse. Fan alzó su cabeza de mi hombro y me sonrió.

            —Eres un genio y te besaría, pero me voy a aguantar las ganas para luego —dijo.

            Sonreí por sus palabras y luego vi cómo se levantaba y me tendía la mano para poder ayudarme a levantarme del suelo. Sin soltarme aun cuando estuve de pie, tiró de mí hacia la cama y nos tumbamos el uno al lado del otro, bocabajo y pusimos nuestras cabezas en el lugar en el que generalmente iban los pies para poder hacer el paripés bien. MinShuo se dio cuenta de nuestro cambio de posición y me miró interrogante, pero yo le quité importancia al asunto moviendo mi mano y haciendo cómo que veía la partida nada interesante que se jugaba mientras Fan se acurrucaba contra mí y comenzaba a hacer que se quedaba dormido.

            —LuZi, Fan, ¿queréis jugar alguno conmigo? —preguntó mi primo menor y yo le pedí, poniendo mi dedo índice en mis labios, silencio, para que no “despertara” a la persona que “dormía” a mi lado—. Lo siento.

            —¿Se ha quedado frito a pesar del jaleo? —preguntó YiXing.

            —Sigue cansado por el largo viaje que ha hecho y ya sabes que siempre ha sido de mucho dormir —comenté.

            —Es verdad, siempre ha sido como un lirón —dijo—. Creo que será mejor que nos vayamos yendo —mi primo se levantó—. MinShuo, ¿te quedas?

            —Sí, le dije a mi madre que probablemente no regresaría esta noche —contestó mi amigo.

            —Perfecto. ShiXun, ¿tú también? —el pequeño de todos los que estábamos allí asintió—. Pues nos vamos a dormir.

            —Buenas noches —les deseé a todos mientras iban saliendo por la puerta con una sonrisa, que se borró de mi cara en cuanto la puerta de la habitación fue cerrada por el último en salir—. Por fin… —murmuré.

            Sin embargo, no pude decir ni hacer nada más porque en ese mismo instante, Fan hizo que me girara sobre la cama, para quedar con la espalda pegada al colchón mientras él se subía sobre mí con una sonrisa pícara en sus labios que me hizo anticipar lo que iba a ocurrir próximamente. Lo miré fijamente a los ojos, aquellos ojos oscuros que no paraban de recorrer mi cuerpo con deseo contenido y sonreí.

            —Fan —susurré—. Recuerda que no debemos hacer ruido o todos sabrán lo que aquí estamos haciendo.

            —Lo sé, lo sé —respondió—. Nada de hacer ruido —hizo un puchero en sus labios—. Ojalá estuviéramos en cualquier otro lugar en el que diera lo mismo lo que hiciéramos.

            Quise responderle algo, pero finalmente no pude hacerlo porque él se inclinó sobre mí y selló mis labios con los suyos, haciéndome jadear dentro del beso, cosa que aprovechó para introducir su lengua dentro de mi boca. Hacía demasiado tiempo que no recibía un beso como aquel, así que no tardé en abandonarme a él, en seguirle el ritmo y en jugar con su lengua. No quería separarme de Fan porque aquello era demasiado excitante, pero finalmente tuve que hacerlo para poder respirar correctamente.

            —Wow —dije.

            —¿Solo eso? —cuestionó, alzando una ceja.

            —¿Qué más quieres que te diga? —fruncí mi ceño sin entenderlo—. Me has dejado sin palabras.

            —Eso es bueno —Fan me guiñó un ojo antes de volver a inclinarse sobre mí y besarme hasta que nos quedamos de nuevo sin respiración—. ¿Me quieres? —preguntó, mirándome fijamente con aquellos increíbles ojos castaños que me derretían y me embrujaban.

            —Sí… —susurré—. Te quiero —una sonrisa preciosa se instaló en su rostro al escuchar mis palabras.

            —Demuéstrame que me quieres tanto como yo a ti —murmuró.

            Mi primo comenzó a rozar mi rostro con su nariz de una forma suave, delicada y cariñosa que hizo que mi corazón se acelerara aún más por esta acción que por los besos que me había dado antes. Un escalofrío recorrió también mi columna vertebral y no pude evitar llevar mis manos a su espalda para sentirlo mucho más cerca de mí.

            —¿Cómo? —pregunté.

            No tenía ni idea de cómo demostrarle que de verdad lo quería, que siempre lo había amado a pesar de que lo hubiera intentado alejar de mi vida para no sufrir, pero al final lo había hecho de todos modos. Nunca había sido demasiado bueno demostrando abiertamente mis sentimientos y, aunque sabía que era algo que debía cambiar, no sabía cómo hacerlo.

            —Hazme pasar la mejor noche de mi vida —murmuró contra mi piel, haciendo que los finos vellos que la surcaban se erizaran por el tacto de su aliento contra ella.

            —Lo intentaré —contesté con una sonrisa atrevida mientras lo hacía tumbarse en la cama, tal y como había estado yo hasta hacía solo unos segundos, para tenerlo totalmente a mi merced y poder hacer lo que me había pedido.

            A la mañana siguiente me desperté del precioso mundo de los sueños porque escuché algunos golpes y ruidos que provenían del exterior, además de por la deslumbrante luz que entraba por la ventana. Suspiré porque otra vez se me había olvidado echar la persiana antes de dormir, aunque no podía culparme, habíamos tenido una fiesta y luego había estado hasta altas horas de la madrugada haciendo sentir bien a Fan.

            Me removí un poco en la cama, descubriendo que no podía hacerlo demasiado porque los brazos de mi primo me aprisionaban contra su cuerpo y no me dejaban escapatoria ninguna. La verdad era que me encantaban aquellos brazos largos terminados en unas manos grandes que sabían exactamente cómo y dónde tenían que tocar para hacerme enloquecer, pero en aquellos instantes solo me quería deshacer de ellos. Hacía demasiado calor y su cuerpo era una estufa y, además, me estaba meando seriamente.

            Con cuidado de no despertar a Fan, empecé a moverme lentamente para poder salir de allí, sin embargo, parecía una misión imposible de la que ni siquiera Tom Cruise podría salir airoso sin hacer saltar todas las alarmas. Por aquella simple razón, me rendí y finalmente hice un movimiento un poco más brusco que lo acabó despertando. Mi primo empezó a abrir sus ojos y su boca con lentitud y yo aproveché el momento para darle un pequeño beso en los labios.

            —¿Vas a alguna parte? —preguntó con voz rasposa y ronca por estar despertando todavía.

            —Voy al baño, ahora vuelvo —le aseguré, dejando otro beso en sus labios y saliendo definitivamente de la cama.

            —Mmmm… no tardes… —murmuró, dándose la vuelta y volviendo a dormirse otra vez.

            —No lo haré —le aseguré aunque lo más seguro era que no me hubiera escuchado ya.

            Me puse los primeros bóxeres que encontré por el suelo, sin pararme a pensar si eran los míos o los de Fan y luego salí de la habitación, encontrándome de golpe al hacerlo con el amigo coreano de YiXing. Medio dormido como estaba, casi me choco con él de una forma bastante aparatosa y vergonzosa, pero finalmente pude esquivarlo, a costa de un golpe en el codo con la pared.

            —Buenos días —dije, intentando esbozar una sonrisa cálida al invitado antes de moverme para echar a andar hacia el lugar al que debía ir con urgencia.

            —Buenos días —respondió JunMyeon, cortándome el paso.

            —¿Sucede algo? —le pregunté, sin entender el porqué de aquella acción.

            —Depende de lo que tú entiendas por algo —contestó, con una sonrisa que me dio muy mala espina—. No puedes simplemente aparecer ante mí prácticamente desnudo sin atenerte a las consecuencias.

            Y sin darme tiempo a procesar siquiera sus palabras, el coreano se acercó a mí hasta que mi cuerpo chocó contra la pared y tomó mis labios ferozmente con los suyos. Abrí mis ojos como platos e intenté que se alejara, pegándole golpes en el pecho una vez me di cuenta de todo, pero él simplemente agarró mis manos mostrando su fuerza y me retuvo hasta que le dio la gana de terminar aquel beso que no correspondí en ningún momento.

            Cuando se alejó lo hizo rápidamente, pero aun así me dio tiempo a propinarle un fuerte empujón en el pecho y meterme en mi habitación de un portazo, despertando a Fan por el ruido.

            —¿Pasa algo? —preguntó alarmado, incorporándose rápidamente en la cama hasta quedar sentado sobre esta.

            Negué con la cabeza, incapaz de hacer que la voz saliera de mi cuerpo y luego intenté calmarme antes de acercarme a Fan, porque estando a aquella distancia no me veían bien, pero si iba a su lado notaría inmediatamente lo que acababa de suceder y eso era algo que no debía pasar, no podía hacerle daño de nuevo, no podía hacer que se preocupase de nuevo. Yo arreglaría aquello y le dejaría bien claro a aquel tipo que no podía ir besando a gente así porque sí.

            “Debo hablar con MinShuo y YiXing de esto” pensé mientras me metía en la cama con Fan y dejaba que me acunara entre sus brazos y me diera varios besos “Y también debo ir a mear en cuanto pueda”.