EXO 3ªTemporada

Capítulo 23

Juntos

            Después de que finalizara la reunión cada uno fue hacia su casa. BaekHyun y ChanYeol nos acompañaron una parte del camino, pero después se desviaron y KyungSoo y yo nos quedamos solos. Él iba cabizbajo, pensativo y casi no me hacía caso. Si hubiera sido otro día, habría pensado que lo hacía en venganza por haberlo ignorado inconscientemente hacía unos cuantos días, pero sabía que estaba así por la reunión, más concretamente por lo que se había dicho en ella sobre RyeoWook.

            Por lo que a mí respectaba, RyeoWook solo había sido su amigo, pero en el fondo sabía que debía haber habido sentimientos muy fuertes de por medio, al menos de parte de KyungSoo. Debería de sentirme celoso por ello, pero no era justo que lo hiciera.

            Así que simplemente me acerqué lo más posible a él y le pasé el brazo por los hombros, apretándolo contra mi cuerpo para hacerle saber que estaba ahí y que tenía mi apoyo. KyungSoo me miró de reojo y me sonrió, intentando mostrar que estaba bien, a pesar de que ambos sabíamos que no lo estaba en absoluto.

            —KyungSoo… —comencé, pero él me cortó sin darme tiempo a decir nada más que su nombre.

            —Hyung… yo… he estado pensando —se mordió el labio inferior con fuerza y se detuvo en mitad de la acera—. Lo que le ha pasado a Tao podía haberse evitado en el mismo porcentaje en el que no… pero eso me ha servido para entender que hoy estamos aquí… pero mañana no sabemos dónde estaremos o si seguiremos viviendo…

            —KyungSoo… no pienses en…

            —No, es algo que podría suceder —dijo, mirándome a los ojos de una forma sincera—. Por eso quiero aprovechar el tiempo que nos quede contigo, haciendo todo lo que podamos antes de que pase algo y nos arrepintamos.

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            Me desperté sintiendo un peso hundir el colchón de la cama en la que me encontraba. Con pereza, abrí mis ojos, dispuesto a decirle a SeHun que me dejara dormir un rato más porque tenía demasiado sueño como pare levantarme. Sin embargo, cuando enfoqué a la persona que tenía frente a mí y vi que era LuHan, me sentí demasiado confuso. Mi cabeza no funcionaba demasiado bien por las mañanas y no entendía por qué me estaba despertando LuHan.

            Miré a mi alrededor, buscando a SeHun, pero lo que encontré fue una habitación llena de peluches de panda. En ese momento tuve un flash de lo que había pasado el día anterior y comencé a respirar agitadamente, buscando el aire que le faltaba a mis pulmones.

            Habían secuestrado a Tao. ÉL tenía a Tao.

            Sentí la mano de LuHan sobre mi pecho, intentando tumbarme de nuevo sobre el colchón, diciéndome que me tranquilizara y que respirara con normalidad, pero no podía hacerlo. Lo escuché llamar a YiXing y este entró en la habitación corriendo. Intentó tranquilizarme también, hablándome de forma pausada, buscando la manera de calmarme. Sin embargo, no pude hacerlo hasta mucho tiempo después y cuando lo hice no entendí del todo las palabras que me estaban dedicando.

            No podía dejar de pensar en Tao.

            —JongIn… escúchame JongIn —me pidió YiXing—. Respira hondo, ¿está bien? —hice lo que me pidió, pero no me sentí mucho mejor que antes—. JongIn, sabemos que estás muy preocupado por Tao, pero debes confiar en nosotros, ¿vale? —asentí lentamente—. No vamos a permitir que le pase nada malo, así que no te preocupes.

            —¿De verdad? —pregunté esperanzado, sintiendo correr por mis mejillas lágrimas.

            —Sí, lo encontraremos.

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            —Sigo sin fiarme de Kevin —murmuró JongDae.

            —No hace falta que lo jures —dijo BaekHyun—. Se te nota a kilómetros que no te gusta un pelo.

            —Es que es un tipo muy extraño —comenzó—. YiXing está bajo su influjo y eso no me gusta, se merece a alguien mejor que él —siguió—. Y nos oculta muchas cosas que son de nuestro interés.

            —¿Y qué propones? —pregunté yo.

            —No hacerle caso nunca —contestó.

            —¿Y si eso hace que Tao no pueda regresar? —preguntó MinSeok y aunque quisimos replicarle, no pudimos. Lo más importante en ese momento era Tao.

            —Hay que trazar una estrategia… —murmuré.

            —Entre todos —matizó JongDae y todos asentimos, estando de acuerdo.

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            Realmente no sabía con certeza si JunMyeon había captado o no lo que había querido decirle esa tarde cuando volvíamos a casa, pero esperaba que lo hubiera hecho porque realmente lo necesitaba. Necesitaba sentir a JunMyeon dentro de mí.

            Así que aquella noche lo invité a mi casa que, como siempre, estaba vacía y la podríamos utilizar a nuestro antojo, sin tener ningún cuidado por nada porque mis padres no iban a regresar aquel día. Mi hyung se pasó muy nervioso toda la cena, por lo que pensé que quizás si había captado mi indirecta, y cuando subimos a mi habitación, tomados de las manos y besándonos de vez en cuando, veía cómo su nerviosismo aumentaba.

            —KyungSoo —murmuró cuando estuvimos metidos en la cama—. Yo no sé si habías pensado en que nosotros… —no lo dejé acabar su oración y sellé sus labios con un beso que intenté que fuera fuerte y seguro, pero que realmente fue titubeante—. KyungSoo… ¿quieres que… hagamos el amor?

            —No preguntes esas cosas —me sentí avergonzado al escuchar sus palabras y mi cara se tornó completamente roja—. Simplemente hazlo.

            —¿Estás seguro? —preguntó.

            —Sí, muy seguro.

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            —YiXing… —murmuré y él dejó de acariciar mi pelo.

            —Dime.

            —No sé qué hacer —confesé—. Noto la presencia de Tao, pero es demasiado débil en comparación a las vuestras, estéis cerca o lejos y no sé si eso es bueno o malo —tragué saliva.

            —Pero eso ya es un avance —comentó—. Antes solo podías sentirnos si utilizábamos nuestros poderes y luego no podías sentirnos para nada.

            —Y no lo entiendo, ¿por qué tengo esta habilidad solo en ocasiones?

            —No lo sé —mi chico comenzó a acariciarme el pelo de nuevo—, pero habrá que aprovecharlo mientras lo tengas.

            —Sí… —susurré—. ¿Cómo está JongIn?

            —Mejor, parece más calmado —contestó—, pero no puedo asegurarte que no vaya a desaparecer cualquier día y vagar por ahí para encontrar a Tao.

            —Hay que vigilarlo.

            —Sí… y encontrar a Tao lo más rápido posible —respondió—. ¿Deberíamos hacer otra reunión para hablar sobre esto y trazar un plan todos juntos?

            —Sería lo mejor.

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            Cuando tuve el consentimiento de KyungSoo para poder hacer aquello sonreí. No tenía la seguridad de que él hubiera pensado lo mismo que yo cuando me dijo esas palabras por la tarde y, antes de lanzarme a las arenas movedizas y asustarlo, prefería saber qué era exactamente lo que esperaba de mí.

            Por eso, una vez lo tuve no esperé demasiado tiempo para cruzar la escasa distancia que separaba nuestros labios y besarlo dulce y suavemente a la vez que me movía un poco para poder quedar sobre su cuerpo y así tocarlo con mayor facilidad. KyungSoo gimió bajo mi peso y yo aproveché para introducir mi lengua en su boca y comenzar a explorarla como si nunca lo hubiera hecho, a pesar de que habían sido muchas las veces.

            Sus manos se posaron sobre mi espalda y me apretaron con fuerza contra su cuerpo, haciendo que nuestras entrepiernas se rozasen y que ambos gimiéramos dentro del beso.

            —KyungSoo… —jadeé.

            —JunMyeon… más… —escuché salir de sus labios y moví mi cadera sobre la suya una vez más—. Hyung… ah…

            Me separé por un instante de sus labios y vi sus mejillas sonrosadas y sus brillantes ojos. Estaba precioso y no pude evitar llevar mi mano a su entrepierna y comenzar a frotarla aún por encima de la tela del pantalón de su pijama, escuchando sus gemidos y sintiéndolos reverberar en mis oídos como si de música se tratasen.

            Quería hacer aquello bien, quería descubrir su cuerpo poco a poco, ahogarlo en miles de sensaciones. Teníamos tiempo, toda la noche era nuestra, no había ninguna prisa en acabar y me dedicaría en cuerpo y alma a hacerlo mío con todo el amor del mundo.

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            Estaba muy preocupado por JongIn porque aunque sabía que en aquel piso estaría mejor que en ningún sitio con YiXing que sabía qué hacer me sentía muy intranquilo. Era mi mejor amigo y había recibido un gran golpe emocional con la noticia de que Tao había sido secuestrado por el enemigo, así que era lo normal.

            Llevaba todo el día dando vueltas en la habitación, sin atreverme a llamar a LuHan para preguntarle cómo iba todo y sin saber tampoco si sería bueno o no presentarme en el piso para verlo. Por eso, cuando mi teléfono comenzó a sonar con Super Hero – VIXX, el tono que le tenía asignado a mi novio, me lancé rápidamente a por él y descolgué.

            —LuHan —dije—. ¿Cómo está JongIn? —pregunté sin más.

            —Tranquilo, está bien —murmuró y por primera vez en todo el día pude respirar con calma—. ¿Tú cómo estás?

            —Bien, estoy bien… aunque… os echo de menos —susurré y escuché una leve risa al otro lado del teléfono.

            —Yo también te echo de menos.

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            La ropa había estado siendo retirada de mi cuerpo y del suyo entre besos y caricias durante los anteriores minutos. Las manos de JunMyeon eran suaves y cálidas y me hacían sentirme en el paraíso. Estaba siendo tan delicado que me hacía sentir como si fuera realmente preciado para él y no quisiera romperme. Incluso cuando comenzó a introducir sus lubricados dedos en mi cuerpo lo hizo de esa forma.

            —¿Estás bien? —me preguntaba de vez en cuando y yo asentía.

            —No me voy a romper —le contestaba, pero él simplemente me sonreía y seguía siendo de aquella manera.

            Cuando sus dedos fueron sustituidos por su pene me mordí el labio inferior, pero no de dolor, sino de placer porque se sentía demasiado bien. Abracé fuertemente a JunMyeon, con mis brazos y mis piernas buscando que me penetrara con mayor profundidad y fuerza.

            Ambos gemíamos al ritmo de las embestidas, que comenzaron lentas y suaves porque JunMyeon quería que me acostumbrase, pero que poco a poco se tornaron más rápidas y más descontroladas. Sus labios buscaron los míos y, aunque era un beso descoordinado, no dejamos de besarnos porque era lo único que no nos hacía perder del todo la cordura. En algún momento del acto, JunMyeon comenzó a masturbarme para que llegara al orgasmo y finalmente, ambos nos corrimos a la vez y mi cuerpo explotó en millones de sentimientos y sensaciones.