Shy Boy

Shy Boy

            Entré a la habitación que todos compartíamos para ver si allí se encontraba mi novio. Llevaba buscándolo desde que se había bajado del coche sin que ninguno nos diéramos cuenta mientras este esperaba a que un semáforo se pusiera en verde, a mitad de camino de la empresa. Todo había sido porque se estaba comiendo la cabeza por culpa de aquel programa que habíamos grabado esa mañana temprano y en el que había acabado haciendo cosas vergonzosas.

            Lo encontré tumbado en mi cama, con las sábanas cubriéndolo hasta la cabeza y hecho un ovillo en esta.

            ―JongUp ―susurré. Él dio un respingo, pero no hizo ningún otro movimiento―. Jonggie… ―me acerqué un poco a la cama― ¿Uppie? ―probé, pero tampoco respondió.

            Me senté en la cama y coloqué mi mano en lo que intuí que era el trasero prieto de mi chico y al ver el salto que dio supe que había dado en el clavo.

            ―¿Qué quieres? ―preguntó. su voz sonó apagada, de ultratumba, por estar liado entre las sábanas y mantas.

            ―Saber que mi chico está bien ―contesté―. Jonggie… ―comencé a pasar mi mano por su espalda, arriba y abajo. Él ronroneó en respuesta como si fuera un gato―. ¿Por qué estás así? ―pregunté.

            ―Me han avergonzado ―susurró tras unos momentos en los que estuvo en silencio absoluto.

            ―Como a todos, Yeobo ―él se encogió un poco más.

            ―Pero yo… ―su voz sonó ahogada, como si estuviera conteniéndose para no llorar, así que, por eso, me incliné contra su cuerpo para abrazarlo.

            ―Lo sé, lo sé ―murmuré―. Sé que tú eres mucho más vergonzoso que todos los demás y lo que has tenido que hacer ha sido mucho ―comenté―, pero no te preocupes por nada, my shy boy, porque te sigo queriendo igual ―JongUp se movió un poco y me dejó yacer a su lado, abrazándolo, pero aun no dejaba de esconderse entre las sábanas―. Y si yo te sigo queriendo ―continué―, los fans lo seguirán haciendo igual, por mucho que hayas hecho aquello.

            ―¿Cómo puedes estar tan seguro de eso? ―preguntó.

            ―No lo sé ―contesté―. Pero por algo como eso nadie ha muerto, ni lo han dejado de querer, eso te lo puedo asegurar ―lo oí suspirar―. JongUppie…

            ―Hum…

            ―Te amo… ―se removió y luego retiró la sábana de su cabeza, asomando sus ojos solamente.

            ―Gracias ―murmuró, haciéndome sonreír―. Yo también te amo.

            Nos miramos a los ojos durante unos momentos. Luego llevé mis manos hasta la tela que aún cubría parte de su rostro y la retiré para poder observarlo completamente. Él no opuso resistencia y eso me alegró. Pasamos unos momentos así, hasta que él se inclinó hacia delante para darme un beso que me dejó sin respiración.

            ―¡Hey! ―exclamé divertido cuando dejó mis labios y sus manos comenzaron a colarse entre mi ropa.

            ―Me ha robado mi orgullo ―comenzó―, déjame recuperarlo ―se inclinó sobre mí para comenzar a repartir besos por mi cuello que me hacían suspirar.

            ―Estoy… A tu… Disposición… My shy boy… ―conseguí decir.