domingo, 16 de febrero de 2014

Dead Or Alive: The Misconceptions Of Time

Capítulo 4
Beautiful Memories

            Desmayado. SeHun se había desmayado. No tenía ningún sentido. ¿Cómo podía desmayarse un fantasma? Estaba muerto, no era posible de ninguna forma.

            Por ese motivo ZiTao iba de un lado a otro del salón, mirando de vez en cuando al chico al que había acostado en el sofá. Juraría que cada vez que lo miraba era más transparente, pero no podía estar seguro, además, un tono no lo iba a notar, estaba más preocupado por otras cosas. Preocupado por cómo un fantasma se había desmayado.

            ZiTao había llamado a su madre varias veces en cuanto pasó todo, pero esta no le contestaba las llamadas y no sabía qué hacer.

            El chico se mordió el labio inferior con rabia porque era un inútil que no podía hacer nada para ayudar a alguien que apreciaba y si le ocurría algo malo a SeHun habiendo podido evitarlo, jamás se lo perdonaría. Se acercó al sofá y se sentó en el suelo frente al rostro del otro. Parecía dormido, pero los fantasmas tampoco podían dormir.

            Quiso gritar de pura frustración, pero se contuvo y simplemente se quedó observando a SeHun. Le había dado muchos dolores de cabeza desde que había entrado en su vida, pero eso no le importaba lo más mínimo, lo único que quería era que el chico volviera a abrir los ojos y que no le hubiera pasado nada malo.

            Afuera, el cielo fue oscureciéndose cada vez más hasta que la oscuridad lo cubrió todo. Seguía lloviendo y de vez en cuando tronaba. Las horas pasaban, y el sueño comenzó a apoderarse del moreno, pero ZiTao no quería moverse de allí. Finalmente, acabó cayendo en los brazos de Morfeo con la cabeza apoyada contra el sofá y sentado en el suelo.

            No llevaba ni diez minutos dormido (o eso creyó ZiTao) cuando sintió una mano mesar su cabello. Al principio lo ignoró, pensando que sería parte del sueño en el que estaba inmerso, pero la caricia se fue haciendo cada vez más notoria y el chico abrió los ojos adormilado.

            SeHun estaba ante él, despierto, con una gran sonrisa adornando su rostro y ZiTao quiso pegarle porque no entendía a qué venía tanta felicidad cuando él se había pasado horas hecho una piltrafa sin saber qué hacer y estando inquieto, dando vueltas de un lado a otro, preocupado.

            —Siento haberte despertado —fueron las primeras palabras que dijo SeHun—. Pero ha pasado algo.
            —Han pasado muchas cosas —replicó ZiTao—. Te has desmayado y…
            —He comenzado a recordar —cortó el castaño, haciendo que el otro abriera sus ojos como platos.
            —¿Qué? —preguntó sin poder creerse lo que acababa de escuchar. SeHun amplió aún más su sonrisa.
            —Que he comenzado a recordar —respondió de nuevo.

            ZiTao sintió cómo las comisuras de sus labios se elevaban y una gran sonrisa aparecía en su rostro. Segundos después no podía retener el impulso de acercarse al otro y abrazarlo fuertemente. Habían pasado semanas estancados, semanas en las que no podían avanzar porque no tenían nada y ahora por fin la suerte les sonreía, aunque hubiera sido de una forma tan extraña.

            —Cuéntamelo todo —pidió el moreno, pero SeHun negó—. ¿Por qué?
            —Estás cansado, tienes que dormir y esto puede esperar hasta mañana —ZiTao fue a replicar, pero no pudo—. Además, cada momento que pasa recuerdo más cosas. Mañana tendré más recuerdos que ahora.

            El dueño de la casa se levantó del sofá, donde había acabado sentado tras el abrazo y formó en sus labios un puchero. SeHun rio y volvió a negar.

            —Está bien —ZiTao empezó a caminar en dirección a su habitación, sintiendo cómo tras él se desplazaba el otro. Al llegar se quitó la ropa, quedándose solo con el bóxer y se metió en la cama, momentos después, lo hacía SeHun—. Buenas noches —murmuró.
            —Qué descanses —respondió el otro con una sonrisa en su rostro, arropando al moreno.

☆☆☆

            Cuando abrió los ojos a la mañana siguiente se encontró con el rostro de SeHun a centímetros del suyo, que lo observaba con una pequeña sonrisa en su rostro. El corazón de ZiTao comenzó a latir rápidamente sin que pudiera controlarlo y sintió cómo sus mejillas ardían, así que se levantó de la cama y se colocó de espaldas al otro chico intentando tranquilizarse.

            “¿Qué me pasa?” pensó.

            —Tao… —llamó el otro—. ¿Te encuentras bien?
            —No lo sé —contestó—. Creo que lo mejor será que nos quedemos en casa hoy.
            —¿Te vas a perder las clases?
            —Le pediré los deberes a JunMyeon —murmuró.
            —Entonces podemos hablar hoy de todo lo que recuerdo —la voz de SeHun, normalmente monótona, tenía una nota alegre que hizo a ZiTao sonreír y girarse para verlo.
            —Tienes mucho que contarme.

            Una media hora después estaban sentados en la barra americana de la cocina. ZiTao se había duchado y ahora estaba comiéndose su desayuno. SeHun, a su lado, no veía el momento de comenzar a hablar.

            —Puedes comenzar a contarme —dijo ZiTao al ver que el otro se estaba mordiendo la lengua—. Puedo escucharte y desayunar a la vez —SeHun sonrió antes de comenzar a hablar como si le hubieran dado cuerda.

            Su nombre completo era Oh SeHun. Era un año menor que ZiTao y vivía cerca del centro donde habían estado yendo las últimas semanas. Frecuentaba la misma cafetería y siempre tomaba un Bubble Tea. Tenía a sus dos padres y a un hermano bastante más mayor que ya estaba independizado. En el instituto no le iba mal, pero tampoco estaba en lo alto del ranking de notas y tenía un mejor amigo con el que le gustaba pasar el tiempo, el tal LuHan que había nombrado la noche anterior antes de desmayarse, el chico de rasgos finos que recordaba desde el primer momento.

            También le contó anécdotas de su vida, cosas que había hecho con LuHan, pero no le habló de su muerte. Seguía sin recordarla.

            —No has recordado lo más importante —comentó ZiTao mientras se recargaba en el sofá. Después de algunas horas de historia de Oh SeHun había acabado allí—, pero esto es un gran avance —le dedicó una amplia sonrisa al chico que correspondió—. Además, ya sabemos que tú eras el chico del Bubble Tea que un día desapareció sin dejar rastro de la cafetería. Parecía que el camarero alto te tenía aprecio.
            —YiFan. Se llama YiFan —contestó—. Es un gran tipo. Le gustaba hablar de vez en cuando conmigo y si iba con LuHan, prácticamente no se despegaba de nuestra mesa.
            —Parece que se enamora de toda la clientela —murmuró ZiTao—. Pero bueno, ya tenemos algo por lo que empezar. Podemos ir a tu casa o a tu instituto y ver si puedo hablar con alguno de tus familiares o amigos para ver qué es lo que te ha ocurrido.
            —Creo que no hace falta —comentó SeHun—. Creo que si me das de margen algunos días puedo llegar a recordarlo. Además, tienes que seguir buscando en los libros.

            ZiTao lo miró extrañado durante unos momentos, pero luego asintió, respetando su decisión. Seguramente no estaba preparado para encontrarse con gente conocida, después de haber estado “viendo” a LuHan cada día en el centro.

            —Entonces, iremos cuando me termine los libros.

☆☆☆

            Esa semana pasó entre las clases del instituto, los deberes hechos a prisa en la cafetería y la lectura de los grandes tomos que le había envidado su madre. SeHun también recordaba cada día algún que otro dato de su vida antes de encontrarse con ZiTao, pero nado sobre los últimos momentos, todavía no sabía cómo había muerto.

            ZiTao cerró el volumen que tenía entre sus manos después de acabar de leer la última página. Suspiró y miró a SeHun, que estaba entretenido observando a las personas que había en el local.

            —No hay absolutamente nada —comentó. El otro fijó su atención en él—. Parece que eres único en tu especie —intentó reír levemente, pero estaba tan frustrado por no encontrar ninguna respuesta que no le salió.
            —Bueno, aún queda un libro más —dijo SeHun—. No te desanimes, debe de haber algo.
            —Ojalá que lo haya —murmuró desanimado.
            —He recordado otra cosa hoy —el moreno prestó atención—. Parece ser que me gusta Justin Bieber.

            ZiTao abrió los ojos sorprendido por la revelación, ya que jamás se lo hubiera imaginado, pero luego suspiró, no era nada importante.

            —Creía que me ibas a decir otra cosa y no que tenías un pésimo gusto musical —contestó. SeHun bufó indignado—. Creo que deberíamos volver a casa.
            —Claro.

☆☆☆

            —Entonces, ha recuperado parte de sus recuerdos —comentó su madre a través del teléfono cuando la llamó el sábado después de clases. Habían vuelto a casa en vez de ir a la cafetería, estaba lloviendo a mares y según el pronóstico iba a llover mucho más fuerte a medida que se acercara la noche. ZiTao caminaba de un lado a otro de la cocina mientras se preparaba un té con el móvil sujetado por su hombro y su oreja.
            —La mayoría de ellos —contestó el chico.
            —Eso es una gran noticia.
            —Sí, aunque sigue sin recordar su muerte —murmuró ZiTao—. ¿Has encontrado algo?
            —No, cariño —dijo su madre con voz cansada—. He buscado hasta la saciedad pero no doy con nada, ¿cómo te va a ti?
            —Aún me queda un libro, pero no hay nada en los demás —respondió desanimado.
            —Nunca hay que perder la esperanza —murmuró ella.
            —Lo sé.
            —Llámame si tienes algo nuevo.
            —Está bien.
            —Buenas noches, pequeño.
            —Buenas noches.

            ZiTao le dio al botón de colgar y luego fue hacia el microondas que había pitado, anunciándole que su té ya estaba listo. Con él en la mano llegó al salón, donde se encontró a una persona más de la que esperaba.

            —¿Esta vez por dónde has entrado, JongIn? —preguntó—. Mandé arreglar la puerta de la cocina.
            —Me he dado cuenta —contestó levantándose del sofá en el que estaba sentado—. Llamé a la puerta y se abrió sola, bueno, supongo que la habrá abierto el fantasma que tienes de forma permanente en tu casa, pero como no lo puedo ver no te puedo asegurar.
            —Se llama SeHun —replicó ZiTao mirando al nombrado que no parecía muy contento por la presencia de JongIn allí—. ¿Por qué has venido?
            —Quería pasar un poco de tiempo contigo, ver una peli o un partido de baloncesto.
            —Pero si a ti no te gusta el baloncesto.
            —Lo sé, pero quiero estar un rato contigo —JongIn hizo un puchero y el dueño de la casa no pudo resistirse, cuando hacía aquello parecía de verdad un chico de dieciséis años y no la máquina del sexo que normalmente aparentaba ser.
            —Está bien.

            Pasaron la tarde juntos, los tres, ya que ZiTao no dejó que SeHun se fuera de allí. Estuvieron viendo un partido de la NBA en diferido, los Raptors contra los Spours y aunque JongIn se quedó dormido en el tercer cuarto, se lo pasaron bien. Por la noche llovía de tal manera que aunque el chico vivía a dos casas de distancia, si salía se iba a empapar así que ZiTao lo dejó dormir en casa con la condición de que lo hiciera en el sofá y ni se le ocurriera subir a su habitación para meterse en su cama y tocarlo. Para asegurarse, el dueño de la casa cerró la puerta de su habitación, en cuanto SeHun entró tras él, con el pestillo.

            —¿Cómo te lo has pasado? —preguntó ZiTao.
            —El partido ha estado bien… Aunque el fútbol me llama más la atención… Solía ver los partidos del Manchester United con LuHan —contestó.

            Otra vez salía el nombre de aquel chico en una conversación sobre cosas que SeHun solía hacer antes de aparecer ante su puerta. No sabía por qué, pero cada vez que el otro lo nombraba le daba dolor de cabeza.

            —Cuéntame qué más cosas hacías con LuHan —pidió mientras se metía en la cama.

            SeHun se metió entre las sábanas también y comenzó a relatarle cómo iban juntos a casi todos lados, cómo se habían conocido, cómo al principio se habían odiado y cómo luego se habían hecho inseparables. También le contó que lo echaba de menos y que quería volver a verlo intentando parecer masculino, aunque con su cara y sus acciones era más una mujer.

            Poco a poco, los párpados de ZiTao comenzaron a pesar y acabó quedándose dormido, arrullado por la voz de SeHun.

☆☆☆

            El domingo seguía lloviendo tanto o más que la noche anterior, por lo que tampoco pudo mandar por la mañana a JongIn a su casa. No es que la presencia del chico lo molestara, pero con él a su alrededor no podía hacer lo que debía, y esto era leer el último libro que su madre le había enviado. Se había sentado en el salón, como solía hacer para leer y JongIn inmediatamente se sentó tras él, para envolverlo entre sus brazos, no dejándolo concentrarse en los caracteres escritos a mano que tenía delante.

            —JongIn… —murmuró.
            —¿Qué?
            —No me puedo concentrar si estás pegado a mí —dijo.
            —¿Te pongo nervioso? —preguntó el otro roncamente en su oído.
            —La persona que no se ponga nerviosa teniendo a alguien detrás es porque no tiene sangre en las venas —contestó.
            —Está bien, me voy al sofá.

            En cuanto el chico dejó de rodearlo con sus brazos y el calor de su cuerpo lo abandonó, ZiTao se sintió más tranquilo y relajado, así que se dispuso a seguir leyendo aquel libro en busca de algo que pudiera ayudarlo con SeHun. Sin embargo, las horas pasaban, al igual que las páginas y no había nada, absolutamente nada.

            ZiTao suspiró, cansado y se dejó caer contra el suelo de parqué, que estaba caliente debido a la calefacción radiante. SeHun se acercó a él y comenzó a zarandearlo para que reviviera, porque parecía más muerto que el otro chico. JongIn, que veía la escena desde fuera se había quedado de piedra, estaba viendo al fantasma en plena acción y no se lo podía creer, aunque ya había presenciado algunas cosas como esa, todavía le sorprendía.

            —Te necesito vivo para que me ayudes —dijo SeHun.
            —JongIn puede ayudarte, yo renuncio —murmuró ZiTao cansado de todo, haciendo que el aludido lo mirara con una ceja levantada—. Todo es demasiado extraño y ya no sé qué más hacer.
            —Pero JongIn no puede ayudarme… —el chico hizo un puchero—. Me tienes que ayudar tú.

            ZiTao suspiró y se levantó del suelo, volviendo al gran libro que descansaba sobre la mesa baja del salón. SeHun le sonrió encantadoramente justo antes de que su rostro se descompusiera. Sus ojos se habían abierto, al igual que su boca, y tenía la mirada perdida.

            —¡LuHan! —volvió a gritar. El moreno temió que se volviera a desmayar, así que avanzó hacia él y lo tomó entre sus brazos. Su cuerpo se agitaba violentamente.
            —SeHun, SeHun —comenzó a llamarlo, pero este no salía de su trance.
            —¿Qué ocurre? —preguntó JongIn.
            —No lo sé —respondió ZiTao—. No lo sé.

            Pasaron unos minutos en los que los chicos que estaban en aquella habitación estuvieron en tensión, esperando que todo estuviera bien, deseando que no ocurriera nada malo, hasta que por fin, SeHun reaccionó.

            —SeHun, ¿qué ha pasado? —preguntó preocupado.
            —Acabo de recordarlo —murmuró—. Acabo de recordar… cómo morí —aclaró en un leve susurro.
            —JongIn —llamó—. Ha dejado de llover, puedes volver a casa.
            —Pero… —intentó replicar.
            —Por favor…

            ZiTao no lo había mirado en ningún momento, seguía pendiente del fantasma, que por lo que podía intuir, debía estar entre sus brazos. JongIn sintió una punzada de celos porque estaba siendo desplazado, echado de su casa, pero luego recordó que cuanto antes se fuera aquel maldito fantasma, antes recuperaría a su ZiTao.

            —Nos vemos mañana —murmuró antes de desaparecer del salón.
            —Cuéntamelo —pidió el moreno cuando se quedaron solos. SeHun titubeó, se mordió el labio inferior con fuerza y evitó el contacto visual con ZiTao.
            —Caminaba con LuHan por la calle… —comenzó—. Era un sitio poco transitado, por lo que íbamos por el centro de la calzada. Reíamos, jugábamos y escuchábamos música de mi reproductor… —cogió aire como si le fuera necesario para poder seguir hablando—. Por eso no escuchamos que un coche se acercaba hasta que lo tuvimos encima… —miró a los ojos a ZiTao—. Empujé rápidamente a LuHan… Pero yo no pude salir de la calzada a tiempo y… —el moreno lo abrazó contra su cuerpo fuertemente.
            —No hace falta que sigas… —murmuró—. No hace falta…



4 comentarios:

  1. Jumm Yo iba leyendo tan tranquila y de repente bajo y veo que ya se terminó el capítulo u.u Pour quoi?!

    ¿Un fantasma desmayándose? Puede que Sehun no esté muerto del todo pero aún así creo que es la cosa más rara que he oído en mi vida xD Y ahora que ya sabemos cómo murió creo que ya tengo mi teoría de por qué ve a Luhan por todos lados ^^ Creo que es, o bien porque fue la última persona que vio/en la que pensó antes de morir, o bien porque murió intentando salvarlo (o las dos) y por tanto, aunque no recordase su muerte en sí, si lo que fue más impactante para él (osease, Luhan).

    ¿Y en qué quedamos con YiFan? ¿Es Taoris? ¿Es KrisHun? ¿O es KrisLu? ¿O es que es un ligón?

    Sehun empieza a ponerse celoso *insertar musiquita de burla aquí* Ya decía yo que se había tomado con mucha calma lo de Tao y JongIn, ¿a que ahora no te da tanta risa ewe? xD Pobre JongIn, ver a su amigo ser zarandeado por un ente invisible xDDD

    ¿Pero qué manía tiene todo el mundo con Justin Bieber? A mi hermana le encantaba hace unos años y yo no recuerdo que estuviera taaan mal xD (también es cierto que yo tengo memoria de pez xDDD). Aunque la reacción de Tao ha sido buenísima xD: "creía que me ibas a decir otra cosa y no que tenías un pésimo gusto musical" LOOOOOOL

    ¡Ya el penúltimo capítulo! O____O Jooo u.u

    Adiosito!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bueno... Este capítulo es un poquito más corto que los demás... El siguiente es un poquito más largo XD

      Sí, algo raro XD Es por las dos cosas XD Me habéis vuelto a pillar -.-" (Ya no sorprendo con nada)

      Jajajajjajaj XD Well... Es que a YiFan le gustan todos XD

      No sé qué manía tendrán las demás personas, a mí sinceramente no me cae muy bien, pero respeto que a las demás personas les guste. Sin embargo no puedo dejar de decir mi opinión sobre él XD

      Sï, ya solo queda otro y el Epílogo ;;__;;

      Eliminar
  2. ME MEO, QUE TENÍA RAZÓN JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA Al final cuando se ha desmayado después de "ver" a LuHan era porque iba a ocurrir algo importante con respecto a su vida y mira, ha recordado e_é Y LUHAN ESTABA CON ÉL CUANDO MURIÓ, LO SABÍA DESDE EL PRINCIPIO Y TÚ NO ME DECÍAS NADA, MALVADA (????) XDD

    Ugh, lo acabo de leer y ya se me ha olvidado la mitad XDD Es que el final me ha dejado demasiado muerta, srsly D:

    Aaaaww, Tao se empieza a enamorar de SeHun ;u; <3 Es tan cuqui cuando lo ve sonreír y él se pone nervioso u//u Igual que SeHun también se empieza a poner celosillo de JongIn e_é Aunque no tiene mucho sentido que le abra la puerta si no le cae bien LOL Pero bueno, mejor que le abran que que se cuele por alguna ventana o algo XDD

    Me he muerto de amor cuando JongIn ha dicho que sólo quería pasar tiempo con Tao, es que él es tan <333 Maldita sea! D: Mira lo que me haces, yo sí que estoy hecha una piltrafa (?) XD Me ha dado un cosica cuando Tao ha echado a JongIn al final, sin mirarlo ni nada ;;;;;;;; Srsly, me estás haciendo sufrir mucho sólo con el triángulo amoroso que has formado ;w;

    El final sí que me ha dejado muerta (creo que ya te lo he dicho XD) Pero es que ha sido demasiado TTwTT No sé por qué, pero por alguna razón me imaginaba que SeHun moriría así, atropellado. Supongo que en parte tiene que ver el hecho de que yo pensaba desde el primer momento que estaba en coma y es muy normal que después de un atropello la persona quede en coma. Además, así también encaja el hecho de que LuHan estuviera en el momento ;;;;;;;;;

    Soy un genio, lo sé e_é (?) Ok no XDDDD

    Aish, me da tanta penita que ya mismo se vaya a acabar ;333; Aunque por otra parte el triángulo este se tiene que solucionar ya sí o sí (aunque ya sepa cómo va a acabar, estoy deseando ver cómo lo vas a escribir *^*)

    Muchas gracias, de verdad, no me voy a cansar de repetírtelo ;u; ¿De verdad que no quieres pedirme algún fic? Encima de que ahora me vas a escribir también el hetero u//u Me da cosica, que te tengo sobreexplotada (????) Que por cierto, hoy mientras me medio dormía estudiando se me ha ocurrido que Luna y ChanYeol harían buena pareja JAJAJAJAJAJAJAJA Sorry, tenía que contárselo a alguien (?)

    Espero que te vaya muy bien~ ^^

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sigo diciendo que me lees la mente, ya no sé cómo voy a sorprenderte, no puedo hacerlo -.-"

      No te preocupes, tienes memoria de fishy, como yo XD

      Sí, ya empiezan a verse algunos sentimientos... Bueno... No tiene mucho sentido, no, pero es que SeHun se siente un poquito (no mucho) culpable por haberse metido entre los dos y quiere redimirse (?)

      Yo también he sufrido mucho mientras escribía las escenas en las que Tao mandaba a la mierda a JongIn... pero es que es inevitable si el fic es TaoHun... -.-"

      Era lo más lógico, los atropellos y las caídas de alturas son las cosas que dejan en coma, no había muchas más opciones...

      Ya queda muy poquito... Un cap y el Epílogo... Sí, ya está solucionado... aunque no sé si es lo que JongIn se merece o no (sigo pensando en cambiarlo, pero no sé si lo haré o no)

      No es nada, ya lo sabes, además, te tengo que agradecer por las portadas tan geniales que me haces ^^ Seguro que no, soy más de dar que de recibir (sí, ha sonado mal, pero no podía decirlo de otra manera)

      LOL ¿Luna y Yeol? Nunca se me había pasado por la cabeza, pero no me desagrada... ambos están muy locos XD

      Gracias ^^ Espero que a ti también ^^

      Eliminar