Noches de Tormenta
Llevaba lloviendo en Seúl desde
algunas horas, pero ahora había comenzado a apretar y el único sonido que se
escuchaba era el de la lluvia golpear de forma incesante contra el asfalto y
contra los cristales de las ventanas. Poca gente se aventuraba a salir a la
calle con la que estaba cayendo.
JunMyeon se levantó de la silla de
su escritorio y se estiró hasta que algunos de sus huesos crujieron. Llevaba
horas estudiando sentado en aquella silla que había sido fabricada por el
mismísimo demonio. Se acercó a la ventana y miró a través del cristal. No se
veía absolutamente nada, el agua difuminaba la visión. El tifón que los llevaba
azotando desde la mañana cada vez era más intenso.
En ese momento una gran luminosidad
surcó el cielo y JunMyeon se apartó de delante de la ventana rápidamente,
segundos después se escuchó el trueno tan cerca que el chico tuvo que taparse
los oídos por el estruendo. La luz de su flexo se apagó de pronto y la estufa
hizo lo mismo. Afuera, las luces del vecindario se iban apagando poco a poco.
Parecía que el rayo había ido a parar justo en el transformador que abastecía a
toda aquella zona.
JunMyeon suspiró y se resignó a que
no podría seguir estudiando. Fue a tientas hacia la cama y se tumbó en ella
dispuesto a dormir un poco. Su espalda no había hecho más que chocar contra el
colchón cuando la puerta de su habitación se abrió y la luz procedente de un
móvil lo dejó ciego unos instantes.
―Hyung… ―escuchó que lo llamaban e
inmediatamente supo quién era.
ZiTao era el hermano pequeño de
YiFan, el chico con el que compartía piso. Había ido a visitar a su hermano
durante unos días, pero el otro se había ido a la universidad temprano y
todavía no había vuelto porque el metro estaba cortado y los autobuses no
circulaban debido al tifón. Por eso se había pasado todo el día allí con aquel
chico y por eso este, asustado, había ido hacia él.
―¿Qué pasa, ZiTao? ―preguntó
esbozando una sonrisa tranquilizadora.
El chico cerró la puerta de la
habitación y guiado por la luz del móvil, se dirigió a la cama en la que JunMyeon
se había ahora incorporado y se sentó cerca de él.
―Estoy asustado. No me gusta la
tormenta ―contestó en un coreano macarrónico que al mayor le había parecido
encantador desde que lo conoció.
―¿Quieres quedarte aquí conmigo? ―preguntó.
El chico asintió―. Entonces vamos a aprovechar para conocernos mejor.
Pero que liiiiiiiiiiindo es el SuTao :3 Quiero más! (Jo, quiero SuTao, quiero TaoBaek, quiero KaiLu, quiero KrisKai, quiero de todo!!! Así no se puede Q_Q)
ResponderEliminarUn saludo!
Son cuquis ^^
EliminarTranquila, yo también quiero de todo, por eso lo estoy escribiendo XD