1004 (Angel)

1004 (Angel)

            Llevaba dos años en mi puesto de trabajo, dos años en los que había estado de un lado a otro, aguantando cómo los médicos me menospreciaban por ser enfermero y escuchando cómo se reían de mí por desempeñar ese cargo cuando era algo reservado a las mujeres. Pero nada de esto me hizo desistir de alcanzar mi sueño.

            Quería tener un puesto fijo en aquel hospital, el mejor de todo Seúl, por eso había emigrado de mi tierra, Changsha, y había ido allí.

            Ya llevaba dos años y pronto mi contrato temporal acabaría, por lo que me había esforzado al máximo en mi trabajo, quería que me lo renovaran para así poder ganar puntos y quedarme más tiempo en el lugar, porque era un profesional, mucho más profesional que algunos de mis compañeros.

            Pero también tenía otro motivo por el que quería quedarme allí.

            Desde que había entrado a trabajar en aquel hospital, me habían encargado el cuidado de un chico en coma. Había tenido un accidente de coche mientras conducía borracho y había entrado en aquel estado por eso. Ya llevaba unos meses allí cuando yo llegué y al verlo, no pude evitar enamorarme de él. Era el hombre más apuesto que jamás había visto, y el más alto también.

            Wu YiFan se llamaba y aunque él no me conocía, no sabía que existía, yo estaba enamorado de él.

            El día de la renovación del contrato llegó, pero cuando fui al despacho de mi superior y vi su cara, supe que no iba a tener ninguna feliz noticia.

            ―Has trabajado muy bien, Zhang YiXing ―comenzó―. Pero no podemos renovarte el contrato, apenas tenemos presupuesto para pagar a los empleados que tenemos, por lo que tenemos que prescindir de ti.

            Asentí lentamente y me fui del despacho. Caminé sin rumbo por los pasillos del hospital hasta que llegué a la habitación en la que se encontraba YiFan. Me despedían y ya no podría cuidar más de él. Habían sido dos años a su lado y sabía que los otros que estaban allí no podrían hacerlo bien, no quería separarme de él.

            ―Me voy ―murmuré al chico inmóvil―. No podré cuidar más de ti porque me han despedido ―inspiré hondo antes de avanzar hacia la cama y toma una de sus manos entre las mías―. Espero que algún día puedas despertar y ser feliz ―me incliné sobre él y deposité un beso en su frente―. Adiós.

            Me levanté y sonreí tristemente, después di un ligero apretón a su mano y cuando fui a retirarla, sentí una leve presión. Abrí los ojos como platos y miré la gran mano de YiFan, que comenzaba a moverse lentamente.

            No podía ser. Estaba despertando.

            Me quedé de piedra cuando lentamente abrió los ojos y me miró, al principio sin ver bien, con la mirada algo desenfocada, pero luego de forma fija. Sus ojos oscuros eran demasiado intensos para soportar su mirada, así que desvié los míos.

            ―¿Quién eres? ―preguntó con una voz demasiado ronca, provocada por no haber utilizado sus cuerdas vocales en tanto tiempo.

            ―Zhang YiXing, enfermero ―murmuré.

            ―¿Por qué siento que te conozco?

            ―Porque he estado velando por ti mucho tiempo.

            ―¿Eres un ángel? ―reí.

            ―Si es así como me ves, puedo serlo ―contesté.

            ―Mi ángel ―susurró apretando mi mano fuertemente.