miércoles, 26 de marzo de 2014

My Unknown Friend

My Unkown Friend



            Las clases de piano eran algo que Kim MinSeok odiaba con toda su alma y no era porque no le gustase el instrumento, de hecho, lo amaba. Era porque las clases las impartía un profesor demasiado exigente con él que intentaba exprimirlo para que acabara siendo todo lo que aquel hombre jamás fue: un pianista de gran renombre y éxito.

            El hombre miró el reloj de cuco que había en la sala y con un par de palmadas, dio por finalizada la clase, despidiéndose del chico y comentándole que no lo vería hasta dentro de dos semanas, ya que tenía que presentar un concurso de talentos en la otra punta del mundo. MinSeok se despidió de él cortésmente y cuando lo vio salir por la puerta, suspiró aliviado.

            Se iba a librar de las clases durante dos semanas. Sus padres, de viaje de negocios en Los Ángeles, tampoco estaban en casa y él tenía vacaciones de verano. Aquellas dos semanas iban a ser las mejores de su vida.

●●●

            —¡Fuera! ¡No queremos volver a verte por aquí! —dijo un tipo mientras empujaba a un chico menudo del local en el que había entrado y en el que había acabado peleándose con uno que lo había confundido con una chica y quería meterle mano.
            —¡Vigilad a vuestros clientes! ¡Son todos unos violadores en potencia! —gritó el chico, escupiendo sangre al suelo—. Auch… —se quejó, pasándose la mano por la boca, descubriendo así que le habían partido el labio—. Malditos brutos.

            Se levantó del suelo y comenzó a caminar. No volvería a ir a aquel lugar de fiesta, ya se buscaría cualquier otra discoteca, en aquella zona había muchas.

            —¡Eh! ¡Tú! —gritaron a sus espaldas, pero él no se volvió, había reconocido la voz como la del tipo que quería meterle mano—. ¿Estás sorda, muñeca?

            “No entres en sus provocaciones, LuHan” se dijo “Tú eres un tipo muy masculino, que te llamen muñeca no debe enervarte de esa manera, tranquilízate, ya se cansará”.

            Pero el hombre no parecía cansarse y cada vez lo llamaba de una forma distinta, pero todas ellas atentaban contra su masculinidad. Finalmente, LuHan no pudo soportarlo más y se dio la vuelta, apretando los puños para encararlo.

            —Al fin te giras, preciosa —dijo el tipo acercándose—. Me gusta ver tu cara bonita.
            —Pues a mí lo que me gusta es estampar mi puño en tu fea cara —replicó el chico avanzando hacia él hasta propinarle un puñetazo en esta.
            —¡Serás puta!

            El tipo se lanzó contra él a puñetazos, dándole en el estómago una y otra vez, haciendo que LuHan se doblara por la mitad del dolor. Cuando el otro se hartó, lo tomó por el cabello y le alzó la cabeza para que lo mirara a los ojos. El chico gritó, le estaba arrancando pelo.

            —Te daré tres segundos —siseó llevando una navaja al rostro de LuHan—. Corre por tu vida.

            Lo soltó y LuHan no lo pensó mucho antes de echar a correr.

●●●

            MinSeok tocaba una melodía suave en el piano. Todavía era bastante temprano, pero él no podía dormir más, por eso había bajado a tocar en el piano canciones que había practicado hasta la saciedad.

            Estaba tan metido en su mundo que casi no escucha el timbre de la verja exterior de la casa cuando sonó. El chico se levantó de la banqueta y se dirigió hasta el lugar en el que estaba el telefonillo. Descolgó el auricular y entonces apareció en la pantalla una imagen que lo dejó helado.

            Había un chico en el suelo sangrando abundantemente.

            MinSeok salió corriendo de la casa y luego abrió torpemente la verja con las manos temblorosas. Fue hacia el chico y se agachó junto a él.
            —¿Qué ha pasado? ¿Estás bien? —preguntó, pero no obtuvo respuesta—. Llamaré a una ambulancia —MinSeok hizo el gesto de buscar su teléfono móvil, pero una mano lo detuvo.
            —No lo hagas… —susurró el chico con la voz cascada—. Me llevarán de vuelta… No quiero volver…

            MinSeok quiso preguntarle de nuevo, pero en ese momento el chico se desmayó. Presa del pánico y sin saber qué hacer, acabó tomando entre sus brazos el delgado cuerpo de aquel chico desconocido de rostro fino y llevándolo a casa para curarle las heridas.

●●●

            LuHan sentía todo su cuerpo adolorido. Quería despertar, abrir los ojos porque escuchaba ajetreo a su alrededor, pero los párpados le pesaban como si fueran de plomo y luego volvía a sumirse en la oscuridad, dejando de oír todo.

●●●

            Habían pasado dos días desde que había recogido al chico de la puerta de su casa y todavía no se había despertado. MinSeok lo cuidaba, le limpiaba y curaba las heridas y estas ya no tenían tan mal aspecto como cuando lo encontró, pero no podía evitar preocuparse al ver que no se despertaba.

            Quizás tenía algún órgano interno dañado y él no podía verlo. Quizás lo mejor que podía hacer era llamar a una ambulancia. Pero las palabras del chico le rondaban la mente en esos momentos y finalmente se detenía y le daba una oportunidad más.

            No sabía por qué lo hacía, pero el chico, a pesar de ser un extraño, parecía buena persona y MinSeok no podía traicionarlo cuando lo único que le había pedido era que no lo llevara a un hospital.

●●●

            LuHan seguía sintiendo los párpados pesados, pero ya no tanto como las anteriores veces que intentó moverlos. Por eso, el chico comenzó a abrirlos lentamente. La luz exterior le hizo un poco de daño, así que los cerró de nuevo fuertemente, pero tras ir abriendo y cerrando poco a poco sus ojos durante un rato, finalmente pudo hacerlo.

            Lo primero que se encontró al hacerlo, fue el techo de una habitación que no era para nada parecida al de la suya. Se incorporó, asustado y le dio un mareo, por lo que no pudo enfocar bien sus ojos y todo se volvió borroso durante unos momentos; no obstante, pudo ver que había una persona cerca, un chico.

            Sintió que alguien lo agarraba y lo estabilizaba, así que cerró sus ojos hasta que se le pasó el mareo y luego los volvió a abrir, pudiendo enfocar perfectamente ahora a la persona que lo ayudaba y reconociéndolo como el chico al que le había dicho que no llamara a una ambulancia. Parecía que había respetado sus deseos y eso lo hizo sonreír, aliviado.

            —¿Te encuentras bien? —le preguntó y LuHan asintió—. Menos mal —suspiró el chico—. Me tenías bastante preocupado.
            —Lo siento —murmuró él. Su voz sonó rasposa y tosió. El otro, inmediatamente le tendió un vaso de agua que bebió con gusto—. Gracias.
            —No es nada —el silencio se instauró entre ellos unos minutos, tiempo que fue aprovechado por LuHan para mirar a su alrededor y darse cuenta de que estaba en una casa particular y que, además, esta parecía ser bastante cara—. Perdona… —murmuró el otro—. ¿Cómo te llamas y por qué estando en este estado no quisiste que llamara a una ambulancia?
            —Mi nombre es LuHan… —contestó—. Y me gustaría, por ahora, no decírtelo. Es una historia muy larga y estoy muy cansado —el chico asintió con una sonrisa.
            —Yo soy MinSeok, por cierto —se presentó—. Haré una sopa caliente para que comas algo, ahora vuelvo —dijo antes de levantarse de la silla en la que había estado sentado y salir de la habitación, dejando solo a LuHan.

●●●

            Durante los siguientes días, LuHan se dedicó a recuperarse, comiendo la deliciosa comida que MinSeok le preparaba y dejándose cuidar por este, que le curaba todas las heridas y le untaba pomada en los lugares en los que tenía moretones que le había dejado la paliza recibida y de la que había escapado de acabar peor por los pelos.

●●●

            —MinSeok… —murmuró el día en el que por fin pudo salir de la cama sin necesitar ayuda de nadie.
            —Dime —el chico lo miró, dándole a entender que le prestaba toda su atención.
            —Me gustaría agradecerte todo lo que has hecho por mí, siendo alguien desconocido.
            —No es nada. Todo el mundo necesita ayuda alguna vez, y ya sea conocido o desconocido, ayudar es una buena obra —LuHan asintió.
            —Me gustaría contarte… Lo que pasó antes de que me encontraras…
            —Si crees que es el momento adecuado, adelante —MinSeok se sentó y LuHan hizo lo mismo antes de comenzar a hablar.
            —Un tipo me persiguió y me pegó después de haberlo rechazado en una discoteca porque quería aprovecharse de mí —contó—. Pude escapar de algo peor porque pasaron un par de personas por la calle y el tipo huyó. Vagando sin rumbo me detuve frente a tu puerta y realmente pienso que fue una gran suerte caer aquí.
            —Podríamos poner una denuncia —dijo MinSeok—. Contra ese hombre.
            —No quiero tratar con la policía ni con la sanidad —murmuró.
            —¿Por qué?
            —Por si no te has dado cuenta por mi nombre y mi acento, soy chino —confesó.
            —Claro que me he dado cuenta, sería estúpido sino lo hubiera hecho —replicó MinSeok formando un puchero en sus labios como si estuviera ofendido y enfadado, aunque realmente no lo estaba—. Pero, ¿qué tiene eso que ver? ¿No serás un preso o algo por el estilo?
            —¡NO! ¿Cómo puedes pensar eso?
            —No sé, puede ser cualquier cosa. ¿Qué es?
            —Simplemente se me acabó el permiso de residencia, pero no quiero volver a China —contó—. Me escapé de casa de mis padres y no tengo dónde volver. Desde que se me acabó el permiso nadie me contrata y he estado viviendo en casa de un amigo, gorroneando. Por eso no puedo tratar con las autoridades, me llevarían Beijing de nuevo.
            —Parece complicado… —murmuró MinSeok—. Pero podría conseguirte el permiso de residencia de nuevo, mi padre tiene mano en la administración.
            —¿En serio? ¿Harías eso? —preguntó LuHan sin podérselo creer.
            —Claro que sí.

            Agradecido, LuHan abrazó a MinSeok fuertemente, apretándolo contra su cuerpo y susurrando miles de “gracias” uno detrás de otro, casi encadenándolos. El chico no podía creerse que por un extraño, pudiera hacerse todo aquello.

            Se separó de él y sonrió. El otro le devolvió la sonrisa.

●●●

            Solo quedaban un par de días de las dos semanas en las que MinSeok iba a estar solo para hacer lo que quisiese en casa, pero no había hecho nada de lo que tenía planeado porque había estado ayudando a LuHan a recuperarse de la paliza. No obstante, el chico no se sentía mal por eso, es más, se sentía muchísimo mejor al haberlo ayudado.

            LuHan ya había podido marcharse al lugar en el que vivía, pero habían quedado en mantenerse en contacto, y esa tarde, habían quedado para hablar y para conocerse mejor. Para forjar una amistad que sería más duradera y resistente con el paso de los años, porque nuestros mejores amigos, una vez fueron unos extraños.




6 comentarios:

  1. Primero de todo y antes de que se me olvide: me encanta la última frase. No sé cómo lo haces pero tienes un don para eso.

    Y vámonos ya al fic: ¡fue hermoso! *w* Pobre Luhan, vales que es monísimo y tiene una cara muy dulce, pero de ahí a que le confundan con una chica... xD El pobre es un imán para los pervertidos, y con el carácter que se gasta... xD Y minSeok todo tierno cuidando de él :3 (no sé por qué, pero me hizo gracia lo del profesor, me imaginé al típico amargado que descarga su frustración de no haber podido triunfar machacando a los alumnos xD)

    Creo que eso era todo :) Hasta la vista! ^^

    PD: La portada encaja de maravilla *w* ¿La hiciste tú?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Te gustó? Me puse un poco filosófica cuando estaba terminando de escribirlo, no sabía siquiera si estaba bien.
      Aw~ ¿En serio? *o* Bueno, es que el pobre es demasiado guapo y claro XD
      Besos <3
      PD; Annio, la cogí de Tumblr

      Eliminar
  2. Awww Luhan y Xiumin se ven hermosos juntos, y este fic definitivamente encaja mucho con ellos. Me encanta que siempre a pesar de que se trata del fic, siempre me sacas un sonrisa y/o mini risa, en éste, por ejemplo, ya sabes "...pero todas ellas atentaban contra su masculinidad" hahahaha pobre Luhan, yo si creo que eres muy masculino xd. Sigue así :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Son muy cucos XD
      Me alegra mucho que así sea y sí, LuLu es muy masculino XD

      Eliminar
  3. TAN BONITO ;_____________________; Luhan es todo un macho eso de ir diciendole esas cosas no eh no (????)
    JO en serio ha sido muy bonito y cuqui el fic
    y debo señalar esto "porque nuestros mejores amigos, una vez fueron unos extraños" me ha encantado en serio, esa frase me ha llegado a la patata ;_;

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegra que te pareciera bonito ^^ Sí, LuHan es un macho muy macho, nada de decirle esas cosas que se cabrea y le sale el ciervo que lleva dentro (?)
      Aw~ really? >_< *lloro*

      Eliminar