Jefe
Todas las mañanas lo veía pasar por
delante de la mesa en la que trabajaba. Su joven jefe ni siquiera le dirigía la
mirada, siempre pasaba de largo, con sus ojos fríos, como el hielo, enfocados
en la puerta de su despacho. Nunca saludaba a nadie, simplemente entraba en
aquel lugar, se encerraba y pasaba su jornada laboral allí dentro, solo salía
cuando tenía alguna reunión y se relacionaba lo mínimo con todos sus
trabajadores.
Lee SungYeol era su secretario
personal, pero tampoco podía obtener más de dos palabras de aquel Dios encerado
en el cuerpo de un hombre y nunca jamás lo había visto sonreír. El chico era
alguien alegre, pero cuando estaba alrededor de su jefe, no podía evitar
ponerse serio y mirarlo desde abajo y con miedo, a pesar de ser más alto que
él.
De repente el teléfono que tenía en
su mesa comenzó a sonar, sacándolo de sus pensamientos. Pulsó uno de los
botones para poder escuchar que quería su jefe que hiciera.
―¿Necesita algo, jefe? ―preguntó.
―Ven a mi despacho ―ordenó.
SungYeol ya se había acostumbrado a
la brusquedad del otro, pero aun así no podía evitar sorprenderse de vez en
cuando por esta. Se levantó de su mesa y caminó los escasos pasos que la
separaban del despacho del jefe de la empresa. Golpeó la puerta que tenía una
plaquita dorada con “Kim MyungSoo.
Director de Marketing” grabado y esperó hasta escuchar el gruñido del otro,
indicándole que pasara. Ingresó al despacho y cerró la puerta tras él, haciendo
una reverencia a su jefe.
―¿Quería algo de mí? ―la persona
tras el escritorio asintió.
―Siéntate ―le ordenó. SungYeol lo
hizo y esperó hasta que el otro volvió a hablar―. ¿Por qué me tienes miedo?
―Yo… Yo… ―comenzó balbuceando―. No…
le tengo miedo…
―¿Y ese balbuceo? ―preguntó alzando
una ceja.
―Solo… Estoy nervioso…
―¿Por qué?
―Porque es la primera vez que estoy
manteniendo una conversación con usted ―murmuró rápidamente, tan rápido que a
MyungSoo le costó entenderlo, pero en cuanto lo hizo, una sonrisa asomó a sus
labios―. Es preciosa… ―comentó sin poder contenerse.
―¿Qué?
―Su sonrisa… ―susurró avergonzado―.
Es muy bonita, pero nunca la muestra.
―¿Y crees que debería mostrarla más?
―cuestionó.
―No quise darle ninguna orden ―contestó
encogiéndose un poco en su asiento.
―Si la muestro más… ¿Dejarías de
tenerme miedo? ―preguntó.
―De esa forma parecería alguien más
accesible y alegre ―en cuanto dijo aquellas palabras se tapó la boca con las
manos.
―Entonces… Que así sea ―respondió
con una gran sonrisa―. No quiero que nadie me tenga miedo en esta empresa… Y
menos tú.
Empiezas diciendo que MyungSoo es frío y brusco, pero luego haces que suelte esa última frase y mi reacción es: "menudo cacho pan >o<". Y SungYeol, tan gracioso, todo nercioso xD
ResponderEliminarSaludos ^^
Es que en realidad es un cacho de pan ^^ Solo es tímido y se oculta detrás de esa fachada ^^
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