Título: Incubus (while you were sleeping)
Autora:
Riz Aino
Pareja:
KyuWook (KB + Nine) (OnlyOneOf)
Clasificación:
NC–17
Géneros:
AU, fantasy, smut, pwp
Número de palabras:
1.651 palabras
Resumen:
Íncubo:
m.
adj. lat.
Demonio
que aparece en los sueños eróticos de los humanos para conseguir placer y
alimentarse de éste.
Advertencias:
relaciones sexuales explícitas y podría decir que no consentidas porque KB no
está consciente.
Notas: la historia
se corresponde con el “day 10: sleep” del OOOctober.
Comentario de autora:
estaba investigando sobre criaturas para no repetirme mucho escribiendo esta
colección y aparecieron ante mí súcubos e íncubos y tenía que escribir algo sí
o sí. Espero que os guste.
Incubus
(while you were sleeping)
WookJin se lamió los labios ante la visión
que tenía ante él. Un humano, rondando treinta, durmiendo profundamente boca
arriba, semi desnudo sobre su cama. Probablemente los humanos también se
volvieran loco por él como WookJin lo estaba haciendo en aquellos momentos, ya
que, aquel humano era la máxima representación del erotismo; un cuerpo
trabajado, sus músculos abdominales completamente definidos incluso en la
relajada postura en la que se encontraba, asomando por la camiseta descolocada;
sus bíceps grandes, fuertes; su espalda ancha y cintura delgada; en sus
calzoncillos se apreciaba el prominente bulto de una incipiente erección. Aquel
humano lo había llamado en aquel sueño erótico del que estaba disfrutando, lo
había sacado del infierno con esa llamada tan inconfundible y WookJin sabía perfectamente
que esa noche iba a ser una en la que iba a disfrutar del mayor de los placeres
del mundo, el sexo con un humano, y que, además, lo iba a dejar bien
alimentado.
Porque WookJin era un íncubo, un
demonio sexual que se aparecía en los sueños eróticos de los humanos para
conseguir placer y alimentarse de esos sueños y fantasías.
WookJin se subió a la cama y gateó
hasta que su rostro quedó a la altura de la entrepierna de aquel humano,
respirando contra ésta, provocando una reacción inmediata a su acción, un leve
gemido que se escapó de los labios del humano. WookJin no pudo evitar sonreír
pícaramente y después se acercó lo suficiente a la entrepierna del humano para
poder rozar con sus labios su incipiente erección, aún por encima de la tela de
los calzoncillos, besándola. Otro leve gemido escapó de los labios del humano y
WookJin sacó su lengua, recorriendo aquella extensión de abajo a arriba y de
arriba abajo, también sus testículos, mordiéndolos con sus labios, sin apretar
fuerte, lo suficiente para hacer un poco de presión. El humano se retorció de
placer en la cama, jadeando pesadamente, gimiendo de vez en cuando, su pecho
subiendo y bajando con rapidez, cada vez más excitado. Con sus acciones,
WookJin estaba volviendo aquel sueño erótico mucho más vívido, mucho más
placentero, mucho más increíble para éste y, probablemente, sería un sueño que
recordaría toda su vida.
WookJin retiró sus calzoncillos lo
suficiente como para poder sacar el miembro del humano de éstos, que ya se
encontraban húmedos, por culpa del presemen y de su lengua. Su miembro estaba
mucho más duro de lo que estaba antes, cuando el íncubo había aparecido allí,
llamado por su deseo, su sangre acumulándose allí, las venas que lo surcaban
haciéndose visibles a través de la fina y sensible piel, éste creciendo, su
punta rosada y húmeda. WookJin no pudo evitar relamerse de nuevo porque la
comida aquella noche tenía demasiada buena pinta e iba a disfrutar de ella todo
lo que pudiera. Con su lengua todavía fuera de su boca se inclinó sobre aquel
miembro para lamer su punta, notando la humedad y el sabor de su presemen y
sintiéndose extasiado y excitado él mismo por aquello, aunque no tanto como el
humano tumbado sobre la cama que, dejó escapar un gemido grave que resonó en la
habitación y en los oídos de WookJin. Aquella noche iba a ser intensa y
divertida.
WookJin comenzó a lamer su miembro,
aquella vez directamente, sin la tela de por medio, sin dejarse ni un solo
trozo de piel atrás que chupar, recorriendo toda su extensión, endureciendo su
miembro más y más de aquella forma, hasta que casi estuvo a punto de estallar.
WookJin jugó con sus testículos, mordiéndolos, casi comiéndoselos, escuchando
cómo los jadeos del humano se volvían mucho más profundos, mucho más graves,
mucho más constantes… y después se introdujo su miembro en su boca, entero. El
cuerpo del humano se tensó por completo, hundiendo sus talones en el colchón,
levantando sus caderas, buscando más contacto, más profundidad en su boca.
WookJin jadeó porque no se había esperado aquello, la punta del miembro del
humano rozando casi contra su campanilla, demasiado profundo. El íncubo movió
su cabeza levemente hacia atrás para mayor comodidad y comenzó a mover su
lengua, sus labios apretando el miembro del humano, dentro, fuera de su boca,
haciendo un trabajo completamente increíble porque el humano no paraba de
gemir, una y otra vez, sus gemidos siendo como música para sus oídos,
excitándolo. Él mismo se sentía tan excitado que podría correrse en aquel mismo
instante… pero primero tenía que hacer las delicias con aquel que iba a ser su
comida esa noche. WookJin siguió dándole placer con su boca, con su lengua,
usando incluso sus dientes levemente, una y otra vez, hasta que, finalmente, el
humano alcanzó el clímax, corriéndose en su boca con un gemido grave que le
provocó un escalofrío al demonio. WookJin tragó su semen, limpió bien su
miembro y después se lo sacó de la boca y se alejó del humano, sentándose sobre
el colchón, observando detenidamente la estampa que tenía ante él. Aquel humano
que podría ser considerado como un pecado y la encarnación del deseo sexual más
absoluto se encontraba completamente desecho, despeinado, sudado, jadeando, su
boca abierta, su pecho subiendo y bajando y todo su cuerpo completamente laxo sobre
la cama.
WookJin no pudo evitar relamerse de
nuevo los labios, notando todavía el sabor de su semen en su boca y queriendo
mucho más de aquello… porque la noche tan solo acababa de comenzar.
Volvió a inclinarse sobre su
miembro, lamiéndolo de nuevo, tocando sus testículos con su mano, buscando la
forma más rápida de devolverle su vigor de nuevo porque necesitaba montarlo,
necesitaba sentirlo dentro de él y necesitaba hacerlo antes de que la noche se
volviera día y aquel humano se despertara de su profundo sueño, aquel sueño
erótico que había provocado que WookJin apareciera ante él. Su miembro comenzó
a responder, sensible todavía tras el orgasmo, bastante rápido, comenzando a
endurecerse de nuevo casi al instante, provocando que el íncubo casi no cupiera
en sí de gusto porque pronto iba a conseguir el máximo placer, el mayor
alimento… porque su semen era increíble y su miembro encajaría a la perfección
en su cuerpo. WookJin lamió, WookJin besó, recorriendo las venas que surcaban
aquel pene sin ningún decoro, jugando con su punta y volviéndolo completamente
erecto en tan solo unos momentos, dejándolo al borde del abismo, parando antes
de que volviera a correrse dentro de su boca porque se iba a correr en otro
sitio, un sitio mucho más excitante y placentero.
WookJin se sacó su miembro de la
boca y después se recolocó sobre la cama, abriéndose de piernas, colocando sus
rodillas a cada lado de las estrechas caderas del humano, agarrando su miembro
con su mano derecha y guiándolo hacia su ano, que pulsaba desde hacía bastante
tiempo por aquel miembro. Notó su punta contra su entrada y, poco a poco, se
dejó caer, provocando que éste se fuera introduciendo en su cuerpo, cada vez
más, cada vez más profundo, empujando su interior a medida que avanzaba.
WookJin se mordió el labio inferior porque la placentera sensación era
increíble y le daban ganas de gemir, pero se tenía que contener, los gemidos
graves, sensuales, del humano, ya eran más que suficientes y él no debía de
hacer ruido para no sacarlo de su profunda y erótica ensoñación. Una vez estuvo
completamente dentro de él, WookJin comenzó a mover sus caderas, al principio
lentamente, disfrutando del movimiento del miembro de aquel humano en su
interior, pero casi al instante dejándose llevar por el placer, sin poder contenerse.
El íncubo tuvo que apoyarse sobre la cama cuando comenzó a mover sus caderas
mucho más rápido, para sujetarse y darse más impulso, sintiéndose muy próximo a
alcanzar el clímax, casi tan próximo como el humano que estaba montando y que
gemía una y otra vez bajo su cuerpo.
No tardaron mucho en sucumbir ambos
al placer, WookJin sintiendo un escalofrío de placer recorrer todo su cuerpo
cuando el humano acabó corriéndose en su interior, rociándolo con aquel semen
que era un exquisito manjar. WookJin se quedó durante unos momentos quieto
sobre el humano, tratando de recuperarse un poco de aquella sensación tan
placentera que acababa de experimentar, disfrutando de la visión de aquel
humano volviendo a jadear de una forma infinitamente sensual, completamente
desecho tras aquel orgasmo, que seguramente habría sido el mejor de su vida.
Sin embargo, el íncubo tenía que irse rápidamente de allí, por lo que,
finalmente se levantó de su cuerpo, dejando que su miembro colgara flácido de
nuevo, guardándoselo en los calzoncillos, como había estado al principio,
porque allí, en la realidad, no debía de haber pasado nada, solo en sus sueños,
y, tras dedicarle una última mirada, desapareció, esperando que en algún
momento próximo aquel humano volviera a tener un intenso sueño erótico que lo
llamara hasta allí.
Notas
finales:
—Como
ya he comentado al inicio, los íncubos son unos demonios sexuales que se
aparecen ante los humanos a través de sus sueños eróticos y se alimentan del
placer y del sexo. Son llamados así en su forma masculina y súcubos en su forma
femenina y sus figuras nacieron como una especie de explicación a los sueños
eróticos y como una condena al pecado carnal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario