jueves, 21 de octubre de 2021

[One Shot] OOOctober: Half of my soul {JunMill}

Título: Half of my soul

Autora: Riz Aino

Pareja: JunMill (JunJi + Mill) (OnlyOneOf)

Clasificación: PG–13

Géneros: AU, soulmates, college, romance, drama, fluff

Número de palabras: 1.381 palabras

Resumen: YongSoo no entiende cómo en sus veintidós años de vida no ha tenido todavía ninguna señal de que la otra mitad de sí mismo existe en algún lugar del planeta… pero cuando la tiene por primera vez, no se lo puede creer.

Aclaraciones: en este soulmates!au, aquello que te dibujas en la piel, aparece reflejado en la piel de tu alma gemela.

Notas: la historia se corresponde con el “day 21: half” del OOOctober.

Comentario de autora: en una buena colección de fantasía no podía dejarme atrás escribir algo sobre almas gemelas, aunque no sea de mis temas favoritos. Espero que os guste.

 

Half of my soul

 

Al principio de los tiempos los hombres eran seres completos; con dos cabezas, cuatro piernas y cuatro brazos. En un momento dado, los hombres decidieron ir al Olimpo para luchar contra los dioses; sin embargo, fueron los Dioses quienes ganaron la batalla y Zeus decidió castigar a los seres humanos por su rebelión, así que tomó una espada y los dividió a todos por la mitad. Tras esto, los seres humanos cayeron de nuevo a la Tierra y, desesperados, fueron en busca de su otra mitad, sin la cual no podrían vivir. Habiendo asumido la forma que tenemos hoy, los hombres buscan su otra mitad, porque la nostalgia no es más que la sensación de que nos falta algo; algo que antes era parte de nosotros.

 

Platón, El Banquete.

 

YongSoo se encontraba leyendo aquel pasaje de Platón para un trabajo de la universidad cuando, de repente, por el rabillo del ojo, vio cómo en su brazo, comenzaba a aparecer algo de la nada.

 

            —WookJin, WookJin, WookJin —no pudo parar de llamar YongSoo a su mejor amigo, que se encontraba dormitando a su lado, sobre la mesa de la biblioteca.

            —¿Qué? ¿Qué? —cuestionó WookJin, desorientado, levantando su cabeza y mirando a los lados—. ¿Qué pasa?

—Mira.

 

YongSoo no dijo ni una sola palabra más, simplemente le enseñó al chico su brazo izquierdo para que viera cómo en éste se estaba grabando en su piel, poco a poco, con tinta azul, y con una caligrafía impecable en coreano, un mensaje. Su amigo, como él, abrió los ojos como platos y señaló el brazo de YongSoo, como si no se pudiera creer lo que estaba sucediendo. YongSoo tampoco se lo podía creer. Aquella era la primera vez que pasaba. En sus veintidós años de vida, ni una sola vez, YongSoo se había levantado con el brazo garabateado, tampoco se había encontrado ningún mensaje, no había tenido ni una sola señal de parte de su alma gemela a pesar de que estaban conectados y cualquier cosa que escribieran en su piel, se vería reflejada en la del otro. Durante toda su vida, no había tenido ni una sola señal de que la otra mitad de su alma vivía en algún lugar del planeta y el chico incluso había comenzado a pensar que nunca había tenido su alma gemela y, por ello, acabaría quedándose solo para siempre. Todos le habían dicho que era imposible, que su alma gemela debía de existir y solo no se había puesto en contacto con él por algún motivo, pero el chico había ido perdiendo la esperanza y, a aquellas alturas, ya no esperaba nada. No obstante, allí estaba su alma gemela, dando su primera señal de vida.

 

—WookJin… —murmuró—. Dime que no estoy soñando y que esto es real, por favor.

—Es real —respondió éste—. Joder, tan real como que quiere verte ahora mismo.

 

YongSoo miró su brazo y vio cómo el mensaje finalmente se había completado y en su brazo ponía “encontrémonos en el aparcamiento frente a la facultad de ciencias de la SNU”. Se levantó de su silla rápidamente, casi tirándola al suelo, llamando la atención de aquellos que se encontraban en la biblioteca en aquellos momentos, algunos incluso pidiéndole silencio o poniéndole mala cara, pero a YongSoo le dio igual. Su corazón latía rápidamente dentro de su pecho y lo único en lo que podía pensar era en que su alma gemela por fin se había puesto en contacto con él y por fin le había pedido que se reunieran.

 

—Imagino que vas a ir inmediatamente —dijo WookJin, trayéndole al mundo de nuevo. YongSoo asintió rápidamente—. ¿Quieres que te acompañe por si es un tío raro? —le preguntó.

 

Por un momento, YongSoo estuvo tentado a decirle que sí, pero después negó con su cabeza. Seguro que tenía un motivo por el cual nunca había respondido a los mensajes que YongSoo le había dejado ni había tratado de iniciar una conversación o buscarlo y seguro que su alma gemela lo era ningún tipo raro que le pudiera hacer daño. No sabía cómo podía saberlo, pero sentía en el fondo que su alma gemela debía de ser alguien de buen corazón.

 

—Te lo agradezco —le dijo a WookJin, comenzando a recoger sus cosas—. Pero quiero ir solo a encontrarme con él por primera vez.

 

WookJin asintió y no dijo nada más y YongSoo acabó guardándolo todo en su mochila y saliendo corriendo de la biblioteca, importándole muy poco el ruido que hacía y las miradas de odio. Atravesó los pasillos de la facultad como una exhalación y cuando finalmente salió del edificio, siguió corriendo por el campus hasta llegar al lugar en el que su alma gemela le había pedido que quedasen. No había tardado mucho a pesar de que no se encontraba tan cerca de aquella facultad y estaba sin aliento por la carrera que se acababa de dar, pero estaba demasiado emocionado por poder conocer a su alma gemela. Por ese motivo, en cuanto llegó al aparcamiento, miró a su alrededor, intentando respirar correctamente de nuevo y buscando a alguien con el brazo garabateado. YongSoo comenzó a moverse por el lugar, acercándose poco a poco a todas las personas, mirando sus brazos, hasta que finalmente encontró a quien estaba buscando. En la esquina del edificio de la facultad, alejado de todo el mundo, un chico con el pelo castaño, por los hombros, y el flequillo metido en los ojos, con el brazo izquierdo pintado con boli azul, movía sus pies nerviosamente mientras miraba al suelo. El corazón de YongSoo se saltó un latido al verlo, por lo que supo que tenía que ser él, su alma gemela. Con su corazón latiendo de nuevo salvajemente dentro de su pecho, se acercó hasta él, colocándose ante el chico, dedicándole una sonrisa amplia cuando éste alzó su cabeza para mirarlo.

 

            —Lee YongSoo —le dijo, presentándose y enseñando su brazo—. He recibido bien tu mensaje.

 

            El muchacho no le contestó, no inmediatamente al menos, solo le dedicó una tímida sonrisa y después alzó su brazo izquierdo, como si estuviera fascinado porque el mensaje que había escrito hubiera llegado perfectamente. YongSoo esperó pacientemente, había esperado muchísimos años para tener noticias de su alma gemela y, ahora que las tenía, podría esperar todo lo que el chico necesitase.

 

            —Siento… no haber contestado ninguno de tus mensajes… —murmuró el chico, tenía una voz dulce—. Los he guardado, les he echado fotos a todos para guardarlos, para no perderlos… pero nunca me había atrevido a contactar contigo… —continuó—. Soy JunHyung… tu alma gemela…

 

            YongSoo no pudo evitar que la sonrisa en su rostro se hiciera todavía más amplia al escuchar lo que JunHyung le había dicho. Por cómo hablaba, por lo que le había dicho, por cómo miraba a cualquier lado menos a su rostro, podía saber perfectamente que el muchacho era tímido y parecía que por ello no se había atrevido a hablar con él en todos aquellos años. YongSoo se alegraba de que al fin se hubiera atrevido, se alegraba mucho, aunque éste hubiera tardado tantos años en hacerlo. Y, a pesar de que JunHyung le acababa de tender la mano para que se presentaran, lo único que YongSoo hizo fue lanzarse a sus brazos para abrazarlo fuertemente, encajando su rostro en su pecho.

 

            —Me alegra conocerte por fin.

 

            Ahora que por fin conocía a JunHyung, su alma gemela, seguro que todo iba a ir perfectamente entre ambos.

 

 

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