Título: Half of my soul
Autora:
Riz Aino
Pareja:
JunMill (JunJi + Mill) (OnlyOneOf)
Clasificación:
PG–13
Géneros:
AU, soulmates, college, romance, drama, fluff
Número de palabras:
1.381 palabras
Resumen:
YongSoo no entiende cómo en sus veintidós años de vida no ha tenido todavía
ninguna señal de que la otra mitad de sí mismo existe en algún lugar del
planeta… pero cuando la tiene por primera vez, no se lo puede creer.
Aclaraciones:
en este soulmates!au, aquello que te dibujas en la piel, aparece reflejado en
la piel de tu alma gemela.
Notas: la historia
se corresponde con el “day 21: half” del OOOctober.
Comentario de autora:
en una buena colección de fantasía no podía dejarme atrás escribir algo sobre
almas gemelas, aunque no sea de mis temas favoritos. Espero que os guste.
Half
of my soul
Al principio de los tiempos los hombres eran
seres completos; con dos cabezas, cuatro piernas y cuatro brazos. En un momento
dado, los hombres decidieron ir al Olimpo para luchar contra los dioses; sin
embargo, fueron los Dioses quienes ganaron la batalla y Zeus decidió castigar a
los seres humanos por su rebelión, así que tomó una espada y los dividió a
todos por la mitad. Tras esto, los seres humanos cayeron de nuevo a la Tierra
y, desesperados, fueron en busca de su otra mitad, sin la cual no podrían
vivir. Habiendo asumido la forma que tenemos hoy, los hombres buscan su otra
mitad, porque la nostalgia no es más que la sensación de que nos falta algo;
algo que antes era parte de nosotros.
Platón,
El Banquete.
YongSoo se encontraba leyendo aquel pasaje de
Platón para un trabajo de la universidad cuando, de repente, por el rabillo del
ojo, vio cómo en su brazo, comenzaba a aparecer algo de la nada.
—WookJin, WookJin, WookJin —no pudo
parar de llamar YongSoo a su mejor amigo, que se encontraba dormitando a su
lado, sobre la mesa de la biblioteca.
—¿Qué? ¿Qué? —cuestionó WookJin,
desorientado, levantando su cabeza y mirando a los lados—. ¿Qué pasa?
—Mira.
YongSoo no dijo ni una sola palabra más,
simplemente le enseñó al chico su brazo izquierdo para que viera cómo en éste
se estaba grabando en su piel, poco a poco, con tinta azul, y con una
caligrafía impecable en coreano, un mensaje. Su amigo, como él, abrió los ojos
como platos y señaló el brazo de YongSoo, como si no se pudiera creer lo que
estaba sucediendo. YongSoo tampoco se lo podía creer. Aquella era la primera
vez que pasaba. En sus veintidós años de vida, ni una sola vez, YongSoo se
había levantado con el brazo garabateado, tampoco se había encontrado ningún
mensaje, no había tenido ni una sola señal de parte de su alma gemela a pesar
de que estaban conectados y cualquier cosa que escribieran en su piel, se vería
reflejada en la del otro. Durante toda su vida, no había tenido ni una sola
señal de que la otra mitad de su alma vivía en algún lugar del planeta y el
chico incluso había comenzado a pensar que nunca había tenido su alma gemela y,
por ello, acabaría quedándose solo para siempre. Todos le habían dicho que era
imposible, que su alma gemela debía de existir y solo no se había puesto en
contacto con él por algún motivo, pero el chico había ido perdiendo la
esperanza y, a aquellas alturas, ya no esperaba nada. No obstante, allí estaba
su alma gemela, dando su primera señal de vida.
—WookJin… —murmuró—. Dime que no estoy soñando
y que esto es real, por favor.
—Es real —respondió éste—. Joder, tan real como
que quiere verte ahora mismo.
YongSoo miró su brazo y vio cómo el mensaje
finalmente se había completado y en su brazo ponía “encontrémonos en el
aparcamiento frente a la facultad de ciencias de la SNU”. Se levantó de su
silla rápidamente, casi tirándola al suelo, llamando la atención de aquellos
que se encontraban en la biblioteca en aquellos momentos, algunos incluso
pidiéndole silencio o poniéndole mala cara, pero a YongSoo le dio igual. Su
corazón latía rápidamente dentro de su pecho y lo único en lo que podía pensar
era en que su alma gemela por fin se había puesto en contacto con él y por fin
le había pedido que se reunieran.
—Imagino que vas a ir inmediatamente —dijo
WookJin, trayéndole al mundo de nuevo. YongSoo asintió rápidamente—. ¿Quieres
que te acompañe por si es un tío raro? —le preguntó.
Por un momento, YongSoo estuvo tentado a
decirle que sí, pero después negó con su cabeza. Seguro que tenía un motivo por
el cual nunca había respondido a los mensajes que YongSoo le había dejado ni
había tratado de iniciar una conversación o buscarlo y seguro que su alma
gemela lo era ningún tipo raro que le pudiera hacer daño. No sabía cómo podía
saberlo, pero sentía en el fondo que su alma gemela debía de ser alguien de
buen corazón.
—Te lo agradezco —le dijo a WookJin, comenzando
a recoger sus cosas—. Pero quiero ir solo a encontrarme con él por primera vez.
WookJin asintió y no dijo nada más y YongSoo
acabó guardándolo todo en su mochila y saliendo corriendo de la biblioteca,
importándole muy poco el ruido que hacía y las miradas de odio. Atravesó los
pasillos de la facultad como una exhalación y cuando finalmente salió del
edificio, siguió corriendo por el campus hasta llegar al lugar en el que su
alma gemela le había pedido que quedasen. No había tardado mucho a pesar de que
no se encontraba tan cerca de aquella facultad y estaba sin aliento por la
carrera que se acababa de dar, pero estaba demasiado emocionado por poder
conocer a su alma gemela. Por ese motivo, en cuanto llegó al aparcamiento, miró
a su alrededor, intentando respirar correctamente de nuevo y buscando a alguien
con el brazo garabateado. YongSoo comenzó a moverse por el lugar, acercándose
poco a poco a todas las personas, mirando sus brazos, hasta que finalmente
encontró a quien estaba buscando. En la esquina del edificio de la facultad,
alejado de todo el mundo, un chico con el pelo castaño, por los hombros, y el
flequillo metido en los ojos, con el brazo izquierdo pintado con boli azul,
movía sus pies nerviosamente mientras miraba al suelo. El corazón de YongSoo se
saltó un latido al verlo, por lo que supo que tenía que ser él, su alma gemela.
Con su corazón latiendo de nuevo salvajemente dentro de su pecho, se acercó
hasta él, colocándose ante el chico, dedicándole una sonrisa amplia cuando éste
alzó su cabeza para mirarlo.
—Lee YongSoo —le dijo, presentándose
y enseñando su brazo—. He recibido bien tu mensaje.
El muchacho no le contestó, no
inmediatamente al menos, solo le dedicó una tímida sonrisa y después alzó su
brazo izquierdo, como si estuviera fascinado porque el mensaje que había
escrito hubiera llegado perfectamente. YongSoo esperó pacientemente, había
esperado muchísimos años para tener noticias de su alma gemela y, ahora que las
tenía, podría esperar todo lo que el chico necesitase.
—Siento… no haber contestado ninguno
de tus mensajes… —murmuró el chico, tenía una voz dulce—. Los he guardado, les
he echado fotos a todos para guardarlos, para no perderlos… pero nunca me había
atrevido a contactar contigo… —continuó—. Soy JunHyung… tu alma gemela…
YongSoo no pudo evitar que la
sonrisa en su rostro se hiciera todavía más amplia al escuchar lo que JunHyung
le había dicho. Por cómo hablaba, por lo que le había dicho, por cómo miraba a
cualquier lado menos a su rostro, podía saber perfectamente que el muchacho era
tímido y parecía que por ello no se había atrevido a hablar con él en todos
aquellos años. YongSoo se alegraba de que al fin se hubiera atrevido, se
alegraba mucho, aunque éste hubiera tardado tantos años en hacerlo. Y, a pesar
de que JunHyung le acababa de tender la mano para que se presentaran, lo único
que YongSoo hizo fue lanzarse a sus brazos para abrazarlo fuertemente,
encajando su rostro en su pecho.
—Me alegra conocerte por fin.
Ahora que por fin conocía a
JunHyung, su alma gemela, seguro que todo iba a ir perfectamente entre ambos.
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