sábado, 16 de octubre de 2021

[One Shot] OOOctober: Another wrong spell (cute kitty) {JunRie}

Título: Another wrong spell (cute kitty)

Autora: Riz Aino

Pareja: JunRie (Rie + JunJi) (OnlyOneOf)

Clasificación: PG

Géneros: AU, fantasy, magic, romance, fluff, humor

Número de palabras: 1.324 palabras

Resumen: SungHo no es el mejor mago que haya pisado la tierra, por eso, muchos de sus hechizos tienden a salir mal.

Advertencias: os puede dar una sobredosis de azúcar… que luego no se diga que yo no lo avisé.

Notas: la historia se corresponde con el “day 16: spell” del OOOctober.

Comentario de autora: tengo un problema con Rie siendo un mago torpe, pero que se esfuerza muchísimo para hacer las cosas bien porque es algo demasiado adorable, como él. Espero que os guste.

 

Another wrong spell (cute kitty)

 

            —Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento —decía una y otra vez SungHo, nervioso, asustado, sintiéndose terriblemente culpable por lo que acababa de suceder—. Lo siento, JunHyung, te juro que no tardaré en encontrar el hechizo que te devuelva a ser humano otra vez.

 

            Ante él, en el suelo, se encontraba un precioso gato rubio anaranjado lamiéndose las patas que hasta hacía tan solo unos momentos era su mejor amigo JunHyung. SungHo había lanzado un hechizo que había salido mal, había rebotado y había acabado alcanzando a JunHyung, convirtiéndolo en aquel adorable gatito… pero por mucho que SungHo adorase a los gatos, en aquellos momentos se encontraba completamente histérico y asustado porque lo que había hecho era algo muy peligroso, a pesar de que no lo había hecho adrede. No podía dejar que JunHyung pasara demasiado tiempo de aquella forma porque si lo hacía, sería muy complicado devolverlo a su forma original, lo más rápido sería tratar que algún mago mucho mejor que él lo ayudara, pero eso significaría que SungHo tendría que afrontar un castigo por haberle lanzado un hechizo a un compañero y SungHo no podía enfrentarse a algo como aquello, su expediente académico no era para tirar cohetes, si se le sumaba un castigo, no sabría si acabaría pudiendo salir de la Academia graduado. Por ese motivo, lo que acabó decidiendo fue meter la nariz en todos los libros de magia que tenía en su cuarto para encontrar el hechizo que devolvería a JunHyung a su forma original.

 

            Durante horas, muchas horas, SungHo no hizo más que leer y leer y leer, mientras JunHyung, en su forma de gato, no paraba de dar vueltas por el lugar, explorándolo todo, quedándose dormido por los rincones o apareciendo a sus pies para rozar su cabeza contra sus piernas. SungHo le echaba un ojo de vez en cuando para ver si estaba bien, con el corazón completamente encogido porque por su culpa, por otro hechizo mal realizado, el chico había acabado de aquella forma. JunHyung no parecía encontrarse mal, pero era un gato y no podía ser un gato, tenía que volver a ser JunHyung, su apuesto mejor amigo, al que absolutamente todo se le daba bien y que lo apoyaba en los momentos más difíciles. Si en aquellos instantes no estuviera convertido en gato, SungHo estaría completamente seguro de que el chico lo estaría ayudando a encontrar una solución o incluso le habría dado la solución él mismo… pero en aquellos momentos SungHo estaba completamente solo y no podía hacer otra cosa más que hincar los codos sobre la mesa hasta dar con el hechizo correcto.

 

            La tarde pronto se convirtió en noche y JunHyung, pronto dejó de rondar por la habitación para simplemente subirse a su regazo y quedarse dormido allí, desprendiendo calor y calidez a SungHo, como si estuviera, a su forma, dándole apoyo para que siguiera con aquello. SungHo lo estuvo acariciando con su mano derecha, mientras seguía pasando las páginas de los libros con la izquierda y probando un hechizo tras otro en diferentes objetos que tenía al alcance de su mano, sintiendo ronronear a JunHyung. Como gato, era completamente adorable, pero obviamente tenía que volver a ser JunHyung o SungHo no se lo perdonaría jamás. No obstante, no fue hasta altas horas de la madrugada cuando el joven mago no dio por fin con el hechizo que debería de funcionar correctamente, incluso con sus escasas habilidades lo debía de hacer bien. SungHo lo probó varias veces para asegurarse de que lo hacía correctamente, practicando para que todo fuera perfecto cuando lanzara el hechizo sobre JunHyung y en ninguna de las ocasiones tuvo ningún problema, así que, con el corazón latiendo dentro de su pecho rápidamente, se dispuso a probar el hechizo en el adorable gato rubio anaranjado que tenía sobre sus piernas.

 

            SungHo tragó saliva, recogió su varita y la dirigió hacia el gato, recitando en voz alta y pronunciando con claridad las palabras que conformaban el hechizo, con las pausas correctas y la entonación correcta. Unas pequeñas chispas de color verde, como su magia, salieron de la punta de su varita e inmediatamente una luz cegadora envolvió el cuerpo del gato en el que se había convertido JunHyung aquella tarde por culpa de su mala suerte y su escasa capacidad para hacer las cosas bien. SungHo tuvo que cerrar sus ojos con fuerza porque la luz era demasiado intensa, rezando internamente a todos los poderosos magos pasados, presentes y futuros para que todo saliera bien y solo los abrió cuando sintió un cambio de peso sobre sus piernas, encontrándose al abrirlos con el rostro de JunHyung a escasos centímetros del suyo, sentado a horcajadas sobre él, mirándolo con una sonrisa encantadora en sus labios. El corazón de SungHo se paró porque lo había conseguido, había devuelto a JunHyung a su forma humana y no le había pasado nada malo, parecía estar todo correctamente. Rebosante de felicidad, SungHo simplemente pasó sus brazos por la cintura de JunHyung para abrazarse fuertemente a su cuerpo, encajando su rostro en su pecho, con ganas de llorar porque estaba bien y no le había pasado nada malo aparte de estar varias horas convertido en gato.

 

            —Me alegra un montón que hayas vuelto —murmuró SungHo—. Siento tanto haberte hecho pasar por todo esto.

            —Estoy bien —le dijo el chico—, no ha sido una mala experiencia ser gato —SungHo alzó su cabeza para mirarlo, interrogante—. He podido estar en tu regazo todo el tiempo que he querido y encima me has acariciado, ha sido la mejor noche de mi vida.

 

            SungHo apretó sus labios en una fina línea y le dio un golpe en el pecho a JunHyung que lo hizo reír. No podía creerse que tuviera ganas para bromas después del mal rato que él había pasado pensando que no iba a ser capaz de encontrar un hechizo que lo devolviera a su estado original o que no iba a poder realizar el hechizo debido a su dificultad. Lo había pasado fatal y ahora se sentía completamente aliviado porque todo estuviera bien, pero indignado por aquello, así que, las lágrimas no tardaron en aparecer en sus ojos, asustando a JunHyung, que inmediatamente dejó de reír y comenzó a secarlas con sus dedos, antes de que corrieran por sus mejillas.

 

            —Lo siento, hyung —le dijo—. Lo siento, sé que has pasado un mal rato, pero estoy bien, no me ha pasado nada —aseguró, mirándolo fijamente a los ojos—, y de verdad que ha sido un rato genial porque he podido estar junto a ti de esta forma —acabó diciendo, antes de inclinarse levemente para rozar sus labios con los suyos en un corto beso que provocó que SungHo dejara de llorar inmediatamente, sorprendido.

            —JunHyung… —murmuró cuando se separaron.

            —Si vas a rechazarme hazlo más tarde —comentó el chico, abrazándose a él, encajando su rostro entre el hueco de su cuello y de su hombro—, por ahora quiero quedarme así un rato más.

 

            SungHo sonrió y dejó que JunHyung lo abrazara fuertemente, susurrando en su oído: “jamás te rechazaría” provocando que una sonrisa se extendiera por el rostro de JunHyung y que SungHo la notara contra su piel.

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario