viernes, 1 de octubre de 2021

[One Shot] OOOctober: Golden eyes {JungRie}

Título: Golden eyes

Autora: Riz Aino

Pareja: JungRie (Rie + YooJung) (OnlyOneOf)

Clasificación: NC–17

Géneros: AU, fantasy, vampire, smut, pwp

Número de palabras: 1.432 palabras

Resumen: SungHo nunca había sido muy partidario de discotecas, ni de irse a la cama con el primer tío que se le cruzase… pero algo en los ojos de aquel chico, había provocado que SungHo hiciera algo que nunca había hecho.

Advertencias: relaciones sexuales explícitas, “hipnosis” en la que se restringe la verdadera voluntad y sangre.

Notas: la historia se corresponde con el “day 1: eyes” del OOOctober.

Comentario de autora: nunca había probado a escribir sobre Rie y YooJung juntos, pero la experiencia me ha encantado y no descarto volver a escribir algo de ellos. Espero que os guste.

 

Golden eyes

 

            SungHo nunca había sido muy partidario de discotecas. Solía irse muy temprano a dormir y le gustaba mucho más el silencio o la música suave que el ruido que había en aquel tipo de lugares siempre tenía. Tampoco le gustaba que hubiera tantísima gente a su alrededor que apenas pudiera moverse o que cada vez que lo intentara, le dieran codazos. No era para nada lo suyo… pero aquel día era el cumpleaños de uno de sus amigos y habían salido a celebrarlo con una cena que había acabado en la discoteca. SungHo se había querido ir, pero a aquellas horas no había ya ni metro ni buses y no se podía permitir un taxi solo hasta casa porque vivía en la otra punta de la ciudad… así que se había tenido que quedar allí, rodeado de gente que no conocía, que se rozaba contra él, con la música tan alta que prácticamente le estaba rompiendo los tímpanos y sin querer estar allí. Por esos motivos, a pesar de que SungHo tampoco solía irse con ningún tío a la cama nada más se lo pidieran, acabó aceptando en la primera oportunidad que tuvo para poder salir de aquel lugar.

 

            Era un chico un poco más alto que él, delgadito, muy guapo, tan guapo que a SungHo casi le quitó el sentido y con unos ojos de color dorado que parecían brillar en la oscuridad y que lo atrapaban y envolvían, como si a través de sus ojos le estuviera viendo el alma. SungHo nunca había hecho aquello, nunca se había ido con un tío que acababa de conocer, pero aquellos ojos tenían algo que lo hizo cambiar de parecer, algo que provocó que quisiera irse con él. Ni siquiera avisó a sus amigos o se despidió de ellos, simplemente tomó la mano que el otro chico le había tendido después de susurrarle al oído con una voz sensual que había provocado que un escalofrío de placer recorriera su columna vertebral de arriba abajo que fuera con él si quería pasar una noche inolvidable.

 

            Casi embriagado, casi perdido en la inmensidad de la noche, a pesar de que apenas había bebido alcohol, SungHo simplemente caminó con aquel chico, aquel chico de belleza extraordinaria, de piel blanca y tersa y labios rojos, que lo llevó de la mano hasta llegar al que debía de ser su apartamento. Una vez dentro, no perdieron el tiempo. De repente SungHo se encontró con el cuerpo de aquel chico pegado a él, tan increíblemente cerca que parecía que quisiera fusionarse con su cuerpo, su espalda pegada contra una de las paredes de la entrada y su lengua lamiendo su cuello de abajo a arriba. SungHo no pudo evitar el jadeo que escapó de sus labios porque había sido inesperado, pero le gustaba y lo estaba calentando; sin embargo, aquellos lametones en su cuello no fueron nada comparados con sus labios contra los suyos. El otro trazó un camino de besos ascendentes por su cuello, su mandíbula recta, su mentón, para acabar sobre sus labios, moviéndolos contra estos, buscando una respuesta similar a la intensidad con la que los movía y SungHo respondió abriendo su boca, sacando su lengua e internándola en la boca ajena.

 

            Sus candentes besos en la entrada no fueron más que el preámbulo de todo lo que le siguió después. Besos desesperados, húmedos, ropa que iba siendo retirada a medida que avanzaban por el piso, separándose lo mínimo posible, jadeando y gimiendo contra la boca del otro, sus cuerpos calentándose, a pesar de que al principio el del otro había estado frío contra su piel. SungHo ni siquiera fue consciente de que habían llegado a la habitación hasta que no acabó sentado sobre un duro colchón y con el otro chico sentado sobre sus muslos, con sus rodillas a cada lado de sus caderas, pegándose al máximo a él, sus entrepiernas rozándose la una con la otra, sus miembros completamente duros. SungHo se sentía demasiado excitado y apenas podía pensar con claridad en otra cosa que no fuera internarse en el cuerpo del otro… y parecía que éste pensaba exactamente lo mismo porque no dejó de mover sus caderas para que el roce de sus miembros fuera constante.

 

            A pesar de que prácticamente estaban desnudos, todavía les faltaba por quitarse los calzoncillos, aunque no tardaron demasiado tiempo en hacerlo y quedarse completamente desnudos. El otro chico sacó lubricante de algún lugar de su habitación y después comenzó a penetrarse a sí mismo con sus dedos, gimiendo alto, frente a SungHo que no sabía qué hacer aparte de mirarlo embelesado, la forma en la que sus dedos desaparecían en su interior, cómo su miembro erecto se movía, cómo su boca estaba entreabierta y sus ojos dorados entrecerrados, una expresión de placer absoluto pintada en su rostro. Aquello no duró demasiado, pero duró lo suficiente como para que SungHo se sintiera a punto de estallar y necesitara ya estar entre sus piernas. Cuando finalmente el otro chico sacó sus dedos de su interior, lo miró con deseo absoluto, una mirada tan ardiente que sus ojos parecieron brillar en la penumbra de la habitación y que volvió a provocar que un escalofrío recorriera su columna vertebral de arriba abajo.

 

            El chico volvió a sentarse a horcajadas sobre él y SungHo se quedó embelesado mirando aquellos ojos dorados que lo hacían perder el sentido y la noción del espacio y el tiempo, por lo que cuando éste comenzó a bajar sobre su miembro, SungHo no se lo había esperado y no pudo evitar que de sus labios saliera un gemido de puro placer mientras las apretadas paredes del recto del otro lo apretaban deliciosamente en su interior. Casi perdió la cabeza cuando éste comenzó a moverse y no pudo evitar buscar aquellos labios rojos para besarlos precipitadamente, ahogándose en todo el placer que estaba sintiendo porque era demasiado.

 

            SungHo no tardó en llegar al orgasmo, corriéndose dentro del cuerpo del otro chico mientras éste se corría sobre sus estómagos, sintiendo cómo su cuerpo no le pertenecía, totalmente relajado, el placer todavía recorriendo todas sus terminaciones nerviosas, jadeando, respirando de forma entrecortada, sus ojos cerrados y su cabeza echada levemente hacia atrás, disfrutando del placer, sin ser consciente de nada más.

 

            Fue por aquello que SungHo no se dio cuenta de cómo los ojos dorados del chico con el que acababa de tener el mejor sexo de su vida se habían tornado rojos, fue por eso mismo que no se percató de que en su boca entreabierta por el placer crecían sus colmillos superiores, fue por eso mismo que ni siquiera se le ocurrió pensar que había sido llevado hasta allí como una presa… no al menos hasta que los dientes del otro no se clavaron en su cuello y la sangre brotó a borbotones de la herida. Pero SungHo no sintió miedo, solo placer mientras el otro chupaba la sangre de su herida, un placer mucho mayor al que había sentido con el reciente orgasmo, un placer que lo hizo gemir tan alto como nunca lo había hecho y deshacerse entre los brazos ajenos que lo sujetaban con fuerza hasta que todo se volvió negro.

 

            SungHo no recordaría nada de aquella noche después del orgasmo y cuando se despertó, en los brazos de su acompañante, casi al rozar el alba, lo único que sintió fue cómo su cuerpo todavía sentía ecos del placer nocturno y por eso, simplemente le diría al otro chico que quería repetirlo en alguna otra ocasión, causando que una sonrisa con colmillos prominentes apareciera en el hermoso rostro del otro.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

—Aunque no lo haya mencionado por su nombre, obviamente el vampiro es YooJung, espero que haya quedado lo suficientemente claro para que al leer esta aclaración no dijerais “ay, pues yo pensaba que era fulanito”.

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario