Título: Atlantis (underwater world)
Autora:
Riz Aino
Pareja:
JunJung (YooJung + JunJi) (OnlyOneOf)
Clasificación:
PG–13
Géneros:
AU, fantasy, romance, fluff, humor
Número de palabras:
1.148 palabras
Resumen:
JunHyung se ha pasado demasiado tiempo buscando la existencia de sirenas y,
cuando finalmente se encuentra con una, para él es una fantasía hecha realidad.
Notas: la historia
se corresponde con el “day 18: underwater” del OOOctober.
Comentario de autora:
un día se me metió entre ceja y ceja que YooJung como sirena debía ser un
espectáculo y hasta que no apunté la idea no me quedé tranquila. Espero que os
guste.
Atlantis
(underwater world)
—Entonces… ¿la Atlántida existe?
—cuestionó JunHyung.
—Por séptima vez en los últimos dos
minutos… sí —respondió TaeYeob, suspirando profundamente—. Ahora ayúdame a
salir de tu bañera.
—Claro.
JunHyung rápidamente se levantó del
váter para ayudar a TaeYeob a salir de la bañera, pasándole los brazos por
debajo de los hombros y más o menos por el lugar donde suponía que tenía las
rodillas, teniendo cuidado infinito con aquel delgado cuerpo para no pegarle
contra nada en aquel abarrotado baño antes de sentarlo sobre el váter en el que
había estado él hasta hacía tan solo unos segundos, cogiendo una toalla y
tendiéndosela para que éste comenzara a secarse. JunHyung se alejó un poco de
él, chocando contra el lavabo y todavía sin poder creerse ni que la Atlántida de
verdad existiera, ni que, ante él, se encontrara una sirena, con su cola de
escamas brillantes y de una belleza deslumbrante. No pudo evitar quedarse
embobado mirando cómo TaeYeob se secaba por completo, provocando que su cola
desapareciera cuando ya no quedaba ni una gota de agua en su cuerpo y, en su
lugar, aparecieran dos piernas. Todavía no se acostumbraba tampoco a aquella
transformación mágica. Le parecía completamente irreal, pero no podía evitar
quedarse embobado, no podía evitar mirar sin querer perderse detalle. Siempre
le habían encantado las sirenas y siempre había defendido su existencia,
siempre había buscado pistas que apoyaran su teoría, evidencias, hasta que
había encontrado a TaeYeob, en la playa, saliendo del agua de madrugada, con su
cola totalmente ensangrentada. JunHyung se había acercado a él y lo había
ayudado… de aquello habían pasado ya semanas, pero el chico seguía sin creerse
que ante él se encontrara realmente una sirena, que estuviera conviviendo con
una sirena mientras recuperaba del todo la movilidad y que, además, estuviera
resolviendo todas sus dudas y su curiosidad sobre el mundo bajo el agua.
—¿Tanto te gusta verme desnudo? —le
preguntó TaeYeob, levantándose y tambaleándose. JunHyung le alargó el brazo
para que se sujetara en él y éste lo hizo, olvidándose momentáneamente de lo
que acababa de escuchar, preocupado por si se caía y se daba contra algo en el
estrecho baño—. Te he dicho que no me importaría acostarme contigo si con eso
estás feliz, de alguna forma tengo que agradecerte que me estés dando cobijo,
curando mis heridas y manteniéndote callado, cualquier otro ya me habría
diseccionado.
—No… no quiero acostarme… contigo
—respondió JunHyung, sintiendo cómo los colores se le subían—. Solo me… sigue
sorprendiendo cómo pasas de ser una sirena a ser humano en apenas unos
segundos… es… increíble.
—Tritón —replicó TaeYeob—. ¿Cuántas
veces te tengo que decir que soy un tritón y no una sirena? —le cuestionó,
pareciendo hastiado por tener que explicarle de nuevo la diferencia.
—Sí, tritón, lo siento —dijo
JunHyung—, la costumbre.
TaeYeob puso los ojos en blanco y
después se soltó del brazo del chico, caminando lentamente fuera del baño,
completamente desnudo, su cuerpo contoneándose al hacerlo, sus curvas
marcándose y tentando a JunHyung, que tuvo que apartar la mirada de su trasero,
notando cómo su rostro se calentaba, lo que significaba que tenía que haberse
encendido como un farolillo. TaeYeob le había propuesto en demasiadas ocasiones
que se acostaran juntos como forma de agradecimiento por todo lo que estaba
haciendo por él, pero éste se había estado negando todo aquel tiempo porque no
creía que fuera lo correcto aprovecharse de él de aquella forma, a pesar de lo
mucho que lo tentaba ver su cuerpo desnudo cada vez que éste necesitaba salir
de la bañera. JunHyung sacudió su cabeza para dejar de pensar en ello y
simplemente salió del baño, siguiendo a TaeYeob por si éste perdía el pie, pero
había estado tan ensimismado, que el otro ya había llegado a su habitación y
estaba sentado sobre la cama tratando de ponerse uno de los pantalones que
JunHyung le había dejado. Todavía no se le daba del todo bien usar las piernas
y, además, le debían de doler bastante porque las heridas que se había hecho en
su cola habían sido graves. Por eso, JunHyung se acercó a él y le ayudó a meter
sus piernas bien por los perniles, ayudándolo a levantarse también de la cama
para subírselos y abrochándoselos.
—Nunca pensé que de verdad hubiera humanos
buenos sobre la tierra —comentó TaeYeob, sorprendiéndolo—. Tratáis al mar como
un basurero y lo saquéis de peces.
—No hay muchas personas buenas —murmuró
JunHyung en respuesta, alejándose de éste para coger una de sus camisetas del
cajón—, pero algunas hay y a mí nunca me ha gustado hacerle daño a nada ni a
nadie —le dijo, esbozando una sonrisa.
TaeYeob replicó su sonrisa, pero pronto fue
escondida tras la tela de la camiseta porque JunHyung se la metió por la
cabeza, aunque cuando volvió a aparecer, ésta era mucho más amplia. TaeYeob
metió los brazos por las mangas y JunHyung terminó de colocarle la camiseta,
alzando su cabeza para mirar al otro a la cara y decirle que ya estaba listo y
que si necesitaba algo más que se lo dijera, pero JunHyung no pudo hablar,
primero porque el rostro de TaeYeob estaba demasiado cerca del suyo y era
demasiado precioso y segundo porque el rostro de TaeYeob se terminó de acercar
al suyo, buscando sus labios y atrapándolos en un beso suave y delicado que
dejó a JunHyung con su cuerpo temblando y su corazón latiendo rápidamente
dentro de su pecho.
—Tú eres una persona increíble —le dijo TaeYeob
al separarse de él, aunque no lo suficiente, sus narices todavía rozándose—. Me
alegra mucho que fueras tú quien me encontrase porque, aunque hagas demasiadas
preguntas, eres bueno conmigo.
JunHyung se mordió el labio inferior, sintiendo
aquellas palabras de agradecimiento llegar a lo más hondo de su ser, queriendo
decirle algo en respuesta, pero sintiendo todavía el roce de los labios de
TaeYeob contra los suyos y no pudiendo evitar querer más, salvó la escasa
distancia que los separaba para responder dándole otro beso con el que TaeYeob
pareció encantado porque lo notó sonreír contra sus labios. Quizás… JunHyung
podía acostumbrarse a aquello, a convivir con una sirena —tritón, se autocorrigió—
y a no dejar de besarlo una y otra vez.
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