miércoles, 6 de octubre de 2021

[One Shot] OOOctober: mOnO {WookSung}

Título: mOnO

Autora: Riz Aino

Pareja: WookSung (Love + Nine) (OnlyOneOf)

Clasificación: PG–13

Géneros: AU, fantasy, romance, angst, eventual “happy” ending

Número de palabras: 1.393 palabras

Resumen: cada mono tiene su probe, una persona que hace que su mundo en escala de grises se vuelva brillante y colorido.

Advertencias: relación tóxica e intento de suicidio.

Notas: la historia se corresponde con el “day 6: monochrome” del OOOctober.

Comentario de autora: debido a que mOnO habla sobre una ruptura en la que la persona que se ha ido, se lleva con ella todos los colores y deja un mundo gris, y el webdrama “Color Rush” trata sobre este tema, decidí usar ese universo para escribir la historia. Espero que os guste.

 

mOnO

 

WookJin había aguantado dos meses. Dos meses que se le habían hecho eternamente largos. Dos meses en los que había vagado por el mundo como un muerto viviente en lugar de como una persona. Dos meses en los que no había vuelto a ver el mundo en color, su mundo volviendo a convertirse en una escala de grises, inerte, sin vida, casi como él. Echaba de menos volver a ver el mundo en color, colores vivos, vibrantes, que hacían que su corazón latiera con fuerza dentro de su pecho… lo echaba de menos casi tanto como a él. Él. Que se había ido de su lado, que lo había dejado solo cuando más lo necesitaba y se había llevado con él el mundo en color, volviendo a dejar a WookJin en un mundo sin colores vivos, un mundo sin vida. JiSung se había ido de su lado y WookJin cada día estaba más desesperado.

 

WookJin siempre había visto el mundo en escala de grises, sin esperar que aquello pudiera cambiar en algún momento. Él era un mono, había nacido como tal, alguien que no podía ver los colores… no al menos hasta que no encontrase a su probe. Su probe. La persona que podía hacerlos ver el mundo con sus diferentes colores, sus diferentes luces y sombras. Su probe solo tenía que aparecer ante un mono y sus miradas cruzarse para que éstos experimentarán un color rush en el que de repente su cerebro comenzaba a ver todos los colores de golpe, provocando una especie de colapso en ocasiones por la gran cantidad de nueva información. Cuando un mono encontraba a su probe, no quería volver a separarse de él porque el mundo que le ofrecía era increíble y completamente diferente al que siempre habían visto y las relaciones en ocasiones se volvían tóxicas, de una forma que rayaba lo obsesivo. No obstante, eran pocos mono los que acababan encontrando a su probe… porque era como buscar una aguja en un pajar… y WookJin nunca había pensado que él podría dejar de ver el mundo en escala de grises… hasta que lo conoció a él.

 

JiSung se presentó ante él y cuando sus ojos se encontraron, WookJin sufrió un color rush que lo dejó completamente mareado, sin aire, con su cerebro bombeando fuertemente contra su cráneo, empezando a ver cómo los colores llenaban aquel mundo en escala de grises, hasta que había acabado perdiendo la consciencia. Al despertar, los colores seguían allí, de la misma forma que lo seguía estando JiSung. Todo había sido bastante rápido entre ellos. WookJin se había comenzado a acostumbrar a ver el mundo en color y siempre quería estar con JiSung para verlo todo como era, sus ojos siempre brillando de emoción, y JiSung se quedaba con él, lo hacía feliz, le explicaba todos y cada uno de los colores que veía, le hablaba de ellos casi como si fuera un experto y respondía a sus muestras de afecto. Cuando JiSung se iba, no obstante, su mundo volvía a ser gris y WookJin se sentía desdichado y ansioso y solo quería volver a estar junto a JiSung, siempre, a todas horas, en todo momento, como una obsesión… y aquello había provocado que JiSung se alejara de él definitivamente, marchándose de su lado, dejando su mundo completamente vacío al irse, llevándose con él todos los colores.

 

WookJin había aguantado, había aguantado todo lo que había podido… pero sus días vibrantes, felices, llenos de color se habían ido y habían sido sustituidos por días tristes, grises, llenos de amargura y desesperación… y ya no podía aguantar más. Necesitaba a JiSung. Lo necesitaba para poder seguir adelante, para seguir viviendo… y si no podía tenerlo a su lado, ¿qué vida podría tener? WookJin había aguantado durante dos meses. Dos meses que habían sido un completo suplicio y en los que apenas había vivido. Ya no sentía ninguna emoción aparte de la desesperanza y la tristeza, ya no podía reír como lo había hecho antes de conocer a JiSung… porque ahora que había visto cómo era el mundo en color, su mundo en escala de grises era demasiado sombrío, frío y triste. WookJin había aguantado todo aquel tiempo sin JiSung como había podido, pero ya no lo soportaba más. Un mono sin su probe no era más que un juguete roto que no servía para nada y que no se podía arreglar.

 

Por eso, WookJin decidió acabar con su vida.

 

Lo que llevaba dos meses viviendo no era vida, no era más que un infierno horrible del cual no podía salir y lo único que deseaba era dejar de sufrir de aquella forma. Lo planeó cuidadosamente, compró una cuerda fuerte que soportase su peso y envió tres mensajes mientras lo arreglaba todo en su habitación en la residencia, uno a su familia, para decirles que no llorasen por él porque por fin estaría en un buen lugar y dejaría de sufrir; otro a YongSoo, su amigo y compañero de habitación, para que no fuera allí solo, porque era fácilmente impresionable. El último mensaje se lo envió a JiSung, diciéndole lo mucho que lo quería, lo feliz que había sido estando junto a él y despidiéndose. Apagó su teléfono tras eso y se puso un vídeo sobre cómo hacer nudos para hacer como debía el de la cuerda que se ataría al cuello. No fue complicado seguir los pasos, uno tras otro, hasta conseguir el resultado que debía, tampoco le fue difícil subirse a su silla con la cuerda en sus manos y pasarla por la viga que cruzaba la habitación de lado a lado, ajustándola bien y haciendo un nudo fuerte que resistiera su peso. Aún menos complicado le resultó ponerse la cuerda al cuello, inspirar profundamente y saltar de la silla, esperando su muerte.

 

WookJin sintió el tirón en su cuello, su cuerpo balanceándose, la cuerda apretándose contra su garganta, no dejándolo respirar. No obstante, aquello duró poco ya que tan solo unos segundos después, la puerta se abría y por ella entraba JiSung, como una exhalación, corriendo hacia él, sujetando su cuerpo para que este dejara de colgar de la cuerda, entrando tras él uno de los conserjes de la residencia. WookJin lo miró a los ojos, aquellos ojos vidriosos que lloraban y su mundo volvió a recuperar el color poco a poco, los grises comenzando a tomar leves tonos, suaves, hasta explotar en color. WookJin comenzó a llorar también, porque cuando había sucumbido a la desesperanza, JiSung había vuelto y le había devuelto el color a su mundo. Sintió un pequeño tirón de nuevo en el cuello cuando la cuerda se soltó de la viga, su peso cayendo totalmente sobre JiSung, que lo sujetó con fuerza hasta que lo acabó dejando sobre el suelo. WookJin se tambaleó y llevó sus manos hasta los hombros de JiSung para sujetarse y no caer al suelo, mientras las manos firmes del otro se aferraban con fuerza a su cintura.

 

—Lo siento, lo siento, lo siento —repitió una y otra vez JiSung—. Lo siento mucho, no tenía que haberme alejado de ti, no tenía que haberte dejado solo, lo siento, lo siento, lo siento —dijo, hablando atropelladamente—. He sido un egoísta, solo pensaba en mí, en que me sentía agobiado, pero no había pensado en ti, en tus sentimientos, lo siento muchísimo, no volveré a separarme de ti jamás, nunca… te quiero WookJin, te quiero de verdad.

 

WookJin se abrazó fuertemente a su cuerpo y cerró sus ojos, esbozando una pequeña sonrisa porque JiSung había vuelto y por fin su mundo dejaría de ser gris, esta vez para siempre.

 

 

 

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