Título: mOnO
Autora:
Riz Aino
Pareja:
WookSung (Love + Nine) (OnlyOneOf)
Clasificación:
PG–13
Géneros:
AU, fantasy, romance, angst, eventual “happy” ending
Número de palabras:
1.393 palabras
Resumen:
cada mono tiene su probe, una persona que hace que su mundo en
escala de grises se vuelva brillante y colorido.
Advertencias: relación tóxica e intento de suicidio.
Notas: la historia
se corresponde con el “day 6: monochrome” del OOOctober.
Comentario de autora:
debido a que mOnO habla sobre una ruptura en la que la persona que se ha ido,
se lleva con ella todos los colores y deja un mundo gris, y el webdrama “Color
Rush” trata sobre este tema, decidí usar ese universo para escribir la
historia. Espero que os guste.
mOnO
WookJin había aguantado dos meses. Dos meses
que se le habían hecho eternamente largos. Dos meses en los que había vagado
por el mundo como un muerto viviente en lugar de como una persona. Dos meses en
los que no había vuelto a ver el mundo en color, su mundo volviendo a
convertirse en una escala de grises, inerte, sin vida, casi como él. Echaba de
menos volver a ver el mundo en color, colores vivos, vibrantes, que hacían que
su corazón latiera con fuerza dentro de su pecho… lo echaba de menos casi tanto
como a él. Él. Que se había ido de su lado, que lo había dejado solo cuando más
lo necesitaba y se había llevado con él el mundo en color, volviendo a dejar a
WookJin en un mundo sin colores vivos, un mundo sin vida. JiSung se había ido
de su lado y WookJin cada día estaba más desesperado.
WookJin siempre había visto el mundo en escala
de grises, sin esperar que aquello pudiera cambiar en algún momento. Él era un mono,
había nacido como tal, alguien que no podía ver los colores… no al menos hasta
que no encontrase a su probe. Su probe. La persona que podía
hacerlos ver el mundo con sus diferentes colores, sus diferentes luces y
sombras. Su probe solo tenía que aparecer ante un mono y sus
miradas cruzarse para que éstos experimentarán un color rush en el que
de repente su cerebro comenzaba a ver todos los colores de golpe, provocando
una especie de colapso en ocasiones por la gran cantidad de nueva información.
Cuando un mono encontraba a su probe, no quería volver a
separarse de él porque el mundo que le ofrecía era increíble y completamente
diferente al que siempre habían visto y las relaciones en ocasiones se volvían
tóxicas, de una forma que rayaba lo obsesivo. No obstante, eran pocos mono
los que acababan encontrando a su probe… porque era como buscar una
aguja en un pajar… y WookJin nunca había pensado que él podría dejar de ver el
mundo en escala de grises… hasta que lo conoció a él.
JiSung se presentó ante él y cuando sus ojos se
encontraron, WookJin sufrió un color rush que lo dejó completamente
mareado, sin aire, con su cerebro bombeando fuertemente contra su cráneo,
empezando a ver cómo los colores llenaban aquel mundo en escala de grises,
hasta que había acabado perdiendo la consciencia. Al despertar, los colores
seguían allí, de la misma forma que lo seguía estando JiSung. Todo había sido bastante
rápido entre ellos. WookJin se había comenzado a acostumbrar a ver el mundo en
color y siempre quería estar con JiSung para verlo todo como era, sus ojos
siempre brillando de emoción, y JiSung se quedaba con él, lo hacía feliz, le
explicaba todos y cada uno de los colores que veía, le hablaba de ellos casi
como si fuera un experto y respondía a sus muestras de afecto. Cuando JiSung se
iba, no obstante, su mundo volvía a ser gris y WookJin se sentía desdichado y
ansioso y solo quería volver a estar junto a JiSung, siempre, a todas horas, en
todo momento, como una obsesión… y aquello había provocado que JiSung se
alejara de él definitivamente, marchándose de su lado, dejando su mundo
completamente vacío al irse, llevándose con él todos los colores.
WookJin había aguantado, había aguantado todo
lo que había podido… pero sus días vibrantes, felices, llenos de color se
habían ido y habían sido sustituidos por días tristes, grises, llenos de
amargura y desesperación… y ya no podía aguantar más. Necesitaba a JiSung. Lo
necesitaba para poder seguir adelante, para seguir viviendo… y si no podía
tenerlo a su lado, ¿qué vida podría tener? WookJin había aguantado durante dos
meses. Dos meses que habían sido un completo suplicio y en los que apenas había
vivido. Ya no sentía ninguna emoción aparte de la desesperanza y la tristeza,
ya no podía reír como lo había hecho antes de conocer a JiSung… porque ahora
que había visto cómo era el mundo en color, su mundo en escala de grises era
demasiado sombrío, frío y triste. WookJin había aguantado todo aquel tiempo sin
JiSung como había podido, pero ya no lo soportaba más. Un mono sin su probe
no era más que un juguete roto que no servía para nada y que no se podía
arreglar.
Por eso, WookJin decidió acabar con su vida.
Lo que llevaba dos meses viviendo no era vida,
no era más que un infierno horrible del cual no podía salir y lo único que
deseaba era dejar de sufrir de aquella forma. Lo planeó cuidadosamente, compró
una cuerda fuerte que soportase su peso y envió tres mensajes mientras lo
arreglaba todo en su habitación en la residencia, uno a su familia, para
decirles que no llorasen por él porque por fin estaría en un buen lugar y
dejaría de sufrir; otro a YongSoo, su amigo y compañero de habitación, para que
no fuera allí solo, porque era fácilmente impresionable. El último mensaje se
lo envió a JiSung, diciéndole lo mucho que lo quería, lo feliz que había sido
estando junto a él y despidiéndose. Apagó su teléfono tras eso y se puso un
vídeo sobre cómo hacer nudos para hacer como debía el de la cuerda que se
ataría al cuello. No fue complicado seguir los pasos, uno tras otro, hasta
conseguir el resultado que debía, tampoco le fue difícil subirse a su silla con
la cuerda en sus manos y pasarla por la viga que cruzaba la habitación de lado
a lado, ajustándola bien y haciendo un nudo fuerte que resistiera su peso. Aún
menos complicado le resultó ponerse la cuerda al cuello, inspirar profundamente
y saltar de la silla, esperando su muerte.
WookJin sintió el tirón en su cuello, su cuerpo
balanceándose, la cuerda apretándose contra su garganta, no dejándolo respirar.
No obstante, aquello duró poco ya que tan solo unos segundos después, la puerta
se abría y por ella entraba JiSung, como una exhalación, corriendo hacia él,
sujetando su cuerpo para que este dejara de colgar de la cuerda, entrando tras
él uno de los conserjes de la residencia. WookJin lo miró a los ojos, aquellos
ojos vidriosos que lloraban y su mundo volvió a recuperar el color poco a poco,
los grises comenzando a tomar leves tonos, suaves, hasta explotar en color.
WookJin comenzó a llorar también, porque cuando había sucumbido a la
desesperanza, JiSung había vuelto y le había devuelto el color a su mundo.
Sintió un pequeño tirón de nuevo en el cuello cuando la cuerda se soltó de la
viga, su peso cayendo totalmente sobre JiSung, que lo sujetó con fuerza hasta
que lo acabó dejando sobre el suelo. WookJin se tambaleó y llevó sus manos
hasta los hombros de JiSung para sujetarse y no caer al suelo, mientras las
manos firmes del otro se aferraban con fuerza a su cintura.
—Lo siento, lo siento, lo siento —repitió una y
otra vez JiSung—. Lo siento mucho, no tenía que haberme alejado de ti, no tenía
que haberte dejado solo, lo siento, lo siento, lo siento —dijo, hablando atropelladamente—.
He sido un egoísta, solo pensaba en mí, en que me sentía agobiado, pero no
había pensado en ti, en tus sentimientos, lo siento muchísimo, no volveré a
separarme de ti jamás, nunca… te quiero WookJin, te quiero de verdad.
WookJin se abrazó fuertemente a su cuerpo y
cerró sus ojos, esbozando una pequeña sonrisa porque JiSung había vuelto y por
fin su mundo dejaría de ser gris, esta vez para siempre.
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