miércoles, 20 de octubre de 2021

[One Shot] OOOctober: Blind seer {2Sung}

Título: Blind seer

Autora: Riz Aino

Pareja: 2Sung (Love + Rie) (OnlyOneOf)

Clasificación: PG–13

Géneros: AU, fantasy, romance, drama, fluff

Número de palabras: 1.369 palabras

Resumen: a pesar de que JiSung no puede ver aquello que está ante él, es capaz de ver en su mente imágenes de lo que va a suceder en el futuro.

Advertencias: un poco de sangre y algo de violencia al inicio, pero no es fuerte.

Notas: la historia se corresponde con el “day 20: blind” del OOOctober.

Comentario de autora: llevaba queriendo escribir una historia sobre videntes algo de tiempo, pero nunca me terminaba de animar a ello. Espero que os guste.

 

Blind seer

 

            JiSung se despertó con el corazón latiéndole rápidamente dentro de su pecho y respirando entrecortadamente, llevándose las manos al cuello, sintiendo todavía la presión que había sido ejercida en su garganta durante la visión que acababa de tener mientras dormía. Todavía sentía en cada fibra de su ser el miedo, el dolor, la rabia y todavía podía ver en su mente el fuego y la sangre y aquello no era bueno. Lo había sentido todo demasiado vívido y la visión le había venido en forma de sueño, por lo tanto, era un mal presagio. Lo que había visto se iba a hacer realidad e iba a ser pronto porque sino no lo habría sentido de aquella manera. Debía escapar, irse de allí inmediatamente y no mirar atrás porque lo único que le esperaba al quedarse en aquel lugar era la muerte y no quería morir. Cuando JiSung había aceptado actuar como el oráculo de aquel reino había asumido que estando en aquella posición siempre estaría en riesgo, que habría muchas personas que querrían asesinarlo para obtener una posición más ventajosa, pero nunca había estado dispuesto a morir de verdad.

 

            JiSung se levantó de la cama, tambaleándose, sus piernas no sujetando su peso. Se apoyó en la pared y buscó a tientas su bastón, moviendo su pie izquierdo hasta dar con él y, con mucho cuidado, se agachó y lo recogió. Conocía aquella habitación al milímetro y no le costaría avanzar por ella sin alertar a nadie, pero el palacio era otra cosa, apenas salía de aquel lugar porque prefería evitar a la gente que vivía allí y solo se reunía bajo audiencia con quienes buscaban sus poderes. Debía de alertar a SungHo, debía de encontrarlo y debía de salir con él de allí porque no podía dejarlo atrás, nunca lo dejaría atrás y, además, lo necesitaba para poder moverse por los rincones que le eran desconocidos en el palacio y para poder salir de aquella ciudad sin ser visto. Porque JiSung era capaz de ver imágenes en su mente sobre el futuro, pero no podía ver lo aquello que se encontraba ante él.

 

            Con cuidado avanzó por la habitación hasta llegar a la puerta, alargando su mano para girar el pomo, pero inmediatamente bajándola y alejándose de la puerta, escondiéndose tras ésta. Los pasos apresurados de una persona se escuchaban resonando en el corredor y el corazón de JiSung comenzó a latir ensordecedoramente. No podían haber llegado tan pronto para matarlo. La puerta se abrió unos momentos después, con cuidado y JiSung alzó su bastón, dispuesto a defenderse si aquel debía ser el caso, pero antes de que lo hiciera, una voz conocida llegó hasta sus oídos, suave, queda, como un susurro.

 

            —JiSung… JiSung.

 

            Inmediatamente, JiSung bajó el bastón haciendo un poco de ruido al chocar la madera contra el suelo de losa, sobresaltando a la persona que acababa de entrar a la habitación, que soltó un pequeño grito de sorpresa. JiSung avanzó hasta el lugar desde el cual había procedido aquel sonido, pegándose a su cuerpo por completo, llevando su mano a sus labios para ahogar cualquier sonido que pudiera hacer. No había tenido que salir en su busca. SungHo había acudido a él.

 

            —Shhhh… —le pidió, quedamente—. No hagas ningún ruido —dijo—. Tenemos que salir de aquí, inmediatamente.

            —Por eso he venido —respondió SungHo, en un susurro, apartando su mano de su boca—. Acabo de escuchar por los pasillos cómo un golpe de estado está terminando de prepararse para esta noche —le dijo—. No puedes quedarte aquí.

            —Coge la bolsa de monedas de oro —contestó JiSung—. Nos vamos ya.

 

            SungHo se separó rápidamente de su cuerpo para hacer lo que le había pedido y no tardó más que unos momentos en volver a su lado, agarrando su brazo y comenzando a andar, llevándolo. JiSung sabía que no tenía nada que temer teniendo a SungHo con él, así que, se dejó arrastrar por él y ambos avanzaron por los pasillos del palacio, tratando de hacer el mínimo ruido posible. Debía de ser de madrugada, no debía de haber muchas personas en éstos; no obstante, tenían que ir con cuidado para no alertar a aquellos que estaban preparando el golpe de estado que SungHo había escuchado y que JiSung había visto en su sueño. No debían verlos. Debían desaparecer. Tenían que irse de aquel lugar lo más rápido posible sin levantar ninguna sospecha para poder seguir viviendo. Que el reino cambiara de manos era algo que a JiSung le importaba muy poco, lo único que no podía hacer era perder la vida allí y no podía tampoco permitir que a SungHo le ocurriera nada.

 

            Avanzaron lentamente, JiSung alertando a SungHo cuando escuchaba pasos cercanos, escondiéndose cuando eso sucedía. Avanzaron con tiento para no ser detectados y finalmente salieron del palacio, el frío aire de la noche cortándole la piel a JiSung, que ni siquiera se había vestido y solo llevaba las finas vestiduras que usaba para dormir. No obstante, no había tiempo para sentir el frío, solo tenían que escapar, solo tenían que alejarse del palacio antes de que el golpe de estado estallara finalmente. SungHo lo siguió guiando por los jardines con el mismo cuidado con el que lo había guiado por los corredores del palacio hasta que salieron de éste por una puerta lateral que el menor le había explicado que nadie usaba, solo el servicio. Nunca había guardias allí porque estaba camuflada desde el exterior por vegetación abundante y nadie le prestaba atención desde el interior a dónde iban los sirvientes. No obstante, a pesar de haber salido del palacio y de que el riesgo más inminente hubiera sido evitado, no podían relajarse. Lo que JiSung había sentido en su sueño podía seguir volviéndose su realidad, a pesar de que hubiera salido de su habitación, el lugar en el que éste había sucedido. Todavía podía ser su futuro, aunque el espacio fuera cambiado, así que, no estarían a salvo hasta que no pusieran todo el espacio de por medio que pudieran. La noche fue fría y larga y JiSung casi no sentía sus piernas por todo lo que estaban caminando, pero lo único que podía hacer era seguir avanzando sin mirar atrás y, solo se detuvieron, cuando SungHo llegó a un lugar seguro.

 

            —Es la casa de mis padres —le dijo—. Podemos refugiarnos aquí para descansar un poco y recoger provisiones antes de que vayan a buscarte, nadie en el palacio sabe que crecí aquí y mis padres pasan la estación fría junto a mi hermana en otra ciudad.

 

            SungHo lo llevó hasta una silla, donde lo dejó sentado, y después se dispuso probablemente a hacer lo que le había dicho, buscar provisiones, pero antes de que se alejara de su lado, JiSung atrapó su cuerpo entre sus brazos y lo abrazó fuertemente, sintiéndose la persona más afortunada del mundo por tenerlo a su lado, por poder contar con él, porque fuera él la única persona en la que podía confiar.

 

            —JiSung… —murmuró SungHo.

            —Solo unos momentos… —susurró—. Quedémonos así tan solo unos momentos…

 

            SungHo se quedó inmóvil durante unos momentos, pero después le devolvió el fuerte abrazo y JiSung se dejó envolver por aquellos cálidos brazos. No podía morir aquella noche ni en los siguientes días. No podía dejar que le pasara nada a SungHo tampoco. Aquel futuro inmediato que había visto en su sueño debía ser evitado para que el futuro que JiSung había visto años atrás, aquel futuro que los involucraba a ambos, pudiera cumplirse.

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario