miércoles, 27 de octubre de 2021

[One Shot] OOOctober: angel {JunRie}

Título: angel

Autora: Riz Aino

Pareja: JunRie (Rie + JunJi) (OnlyOneOf)

Clasificación: NC–17

Géneros: AU, fantasy, romance, fluff pwp, smut

Número de palabras: 1.329 palabras

Resumen: los ángeles, en ocasiones, también acaban cediendo a los deseos más terrenales.

Advertencias: relaciones sexuales explícitas.

Notas: la historia se corresponde con el “day 27: angel” del OOOctober.

Comentario de autora: tenía esta idea apuntada desde que salió el comeback de angel, pero ya veis lo muchísimo que tardo en darle una salida a las ideas que tengo. Espero que os guste.

 

angel

 

            Entre los ángeles del cielo, JunHyung era uno de los más correctos, uno de los que mejor hacían su trabajo y uno de los favoritos de Dios, por ese mismo motivo, ninguno de sus congéneres se habría imaginado jamás que cuando el ángel descendía a veces a la tierra, junto al humano al que guardaba, no lo hacía solamente para protegerlo y ayudarlo en su día a día, sino que pasaba el tiempo con él, cediendo a sus deseos más terrenales, a los placeres más carnales, sin ningún tapujo, a pesar de que éstos estaban prohibidos a los ángeles bajo expulsión del Cielo. Nadie se lo podría imaginar porque nadie sabía que el chico había descubierto a JunHyung a pesar de que se suponía que no debía saber que tenía un ángel de la guarda. Nadie se lo podría imaginar porque JunHyung jamás se había comportado de una forma incorrecta en el Cielo y nunca había dado muestras de que se hubiera vuelto adicto al éxtasis del sexo, mucho más placentero que cualquier otra cosa que hubiera hecho durante sus muchos siglos como ángel. Si se enteraban, sería castigado, le cortarían las alas y lo dejarían caer a la tierra, sin nada, pero había ocasiones en las que a JunHyung aquel castigo le merecía la pena si con eso podía vivir una vida mortal, mundana, junto a SungHo.

 

            —¿En qué piensas? —la voz de SungHo lo sacó de sus pensamientos y JunHyung miró al chico que se encontraba en la cama junto a él, desnudo, y que se había alzado levemente, apoyándose en su brazo derecho mientras lo miraba fijamente—. Hoy estás distraído, distante.

            —Pienso en lo que dirían los demás ángeles de mí si supieran lo que hago contigo cuando bajo a la tierra —respondió, sincero—. Me he dejado llevar por mis pensamientos y no he prestado atención a nada a mi alrededor, lo siento.

            —No tienes que disculparte —dijo el chico, negando con su cabeza y llevando su mano izquierda hasta el rostro de JunHyung para retirarle el pelo de la cara—. Es un tema delicado, es normal que a veces te preocupes por ello.

 

            SungHo le dedico una sonrisa y JunHyung la correspondió al instante. El chico era demasiado dulce, demasiado comprensivo, demasiado amable para que fuera de verdad. A lo largo de todos sus años como ángel de la guarda, JunHyung había sido asignado a cientos de buenas personas que necesitaban que alguien las protegiera de los males del mundo y del resto de la humanidad, pero ninguna de ellas había sido como SungHo. El chico lo había intrigado y se había acabado descuidando casi inconscientemente, dejándose ver por él sin poder ni querer hacer nada por evitarlo porque en el fondo de su ser, lo único que quería era poder interactuar con él y que su presencia no fuera solo un sentimiento cálido de protección y compañía. JunHyung se había enamorado de aquel humano al que guardaba y estaba completamente feliz pudiendo estar a su lado de aquella forma, pudiendo besarlo, tocarlo, pudiendo compartir juntos algunos momentos como aquel, estando desnudos, en la cama, post orgasmo, simplemente el uno al lado del otro, hablando.

 

            —Si se descubriera, me cortarían las alas —le contó a SungHo, hablando por primera vez del castigo que tendría si la relación que mantenían llegaba a saberse en el cielo—, pero por estar a tu lado, merecería la pena.

 

            El ceño de SungHo se frunció y su boca se abrió, probablemente para replicarle que él no era tan importante como sus alas, pero JunHyung se alzó sobre sus codos y atrapó sus labios con los suyos para no escuchar aquellas palabras. Cuando fue visto por primera vez por el muchacho e interactuaron, lo pensó detenidamente y supo que pasara lo que pasase, cualquier cosa que el Cielo le ofreciera, no iba a ser mejor que estar junto a SungHo. El beso fue corto, un simple roce de labios, pero cuando se separaron, el chico simplemente dejó escapar un suspiro, pero no dijo nada más.

 

            —Te quiero —le dijo JunHyung y una sonrisa tímida apareció en los labios que acababa de besar—. Te quiero y eso es lo que más me importa.

            —Yo también te quiero, JunHyung —susurró SungHo en respuesta, para después inclinarse sobre él y atrapar sus labios otra vez.

 

            El beso comenzó suave, como un simple roce de labios, pero rápidamente se tornó mucho más intenso, sus bocas moviéndose la una contra la otra con ansia, con ganas, sus lenguas encontrándose, danzando, humedeciendo el beso. La postura de SungHo debió de ser incómoda, porque el chico, sin separarse de su boca, acabó moviéndose sobre la cama para acabar sentándose sobre JunHyung, colocando sus rodillas a cada lado de sus caderas, su trasero contra su entrepierna, su miembro rozándose contra su abdomen. JunHyung casi dejó escapar un jadeo dentro del beso, pero la lengua de SungHo lo detuvo y ambos siguieron besándose, besándose una y otra vez hasta que sus cuerpos se empezaron a calentar y SungHo comenzó a moverse sobre él, a frotarse contra él, excitado. JunHyung también estaba excitado, mucho más excitado de lo que lo había estado en los últimos tiempos y todo se debía a que el chico no paraba de rozar su trasero contra su miembro, despertándolo, provocando que toda la sangre se le acumulara allí, tardando muy poco en volver a ponerse totalmente erecto. Sus besos no se detuvieron en ningún momento, ni siquiera cuando decidió que ya era suficiente roce y que necesitaba internarse dentro del cuerpo de SungHo, llevando sus manos hasta las caderas del chico, deteniendo todos sus movimientos y guiando su miembro hacia su ano, internándose en él. Éste gimió dentro del beso a la vez que descendía sus caderas, envolviendo y apretando su miembro en su interior. Aquella era una sensación deliciosa y JunHyung no podía evitar querer más y más. A la vez que SungHo se movía sobre él, él lo ayudaba con el movimiento de sus caderas, no pudiendo dejarlas quietas, necesitando más y más de aquello, queriendo estallar en el exquisito placer del orgasmo por segunda vez en esa tarde. Sus movimientos se acabaron volviendo frenéticos, descoordinados, lo mismo que sus besos, en los que ya no se encontraban sus labios porque estaban mucho más enfocados en sus mitades inferiores y en gemir una y otra vez porque aquello era demasiado. No tardaron mucho en acabar encontrando el máximo placer, SungHo corriéndose sobre su estómago y JunHyung en su interior.

 

            JunHyung se dejó caer sobre la cama, arrastrando a SungHo sobre él para que el chico acabara sobre su pecho, todavía unidos, ambos respirando con dificultad. JunHyung había sentido el orgasmo en todo su cuerpo, incluso en las puntas de las plumas de sus alas que hasta había guardado para que no le estorbaran en la cama, todavía sin acostumbrarse a esa sensación de languidez y felicidad absoluta que el orgasmo le producía. Se podría llegar a acostumbrar a ella si seguía deleitándose en aquel placer terrenal con SungHo, aunque nunca dejaría de ser tan increíble como lo había sido la primera vez. JunHyung le pasó los brazos por la cintura a SungHo y lo abrazó fuertemente, cerrando sus ojos y abandonándose al sueño que le poco a poco lo iba vendiendo, sintiéndose el ángel más afortunado de todo el universo por poder estar de aquella forma con el chico.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario