Título: Lunar cycle
Autora:
Riz Aino
Pareja:
YongWook (Mill + Nine) (OnlyOneOf)
Clasificación:
NC–17
Géneros:
AU, abo, werewolf, romance, smut, pwp
Número de palabras:
1.832 palabras
Resumen:
el ciclo lunar provoca diferentes reacciones en sus cuerpos, siempre lo ha
hecho… pero en aquella ocasión, la reacción de YongSoo es mucho mayor a la que
ambos esperaban.
Advertencias:
relaciones sexuales explícitas.
Notas: la historia
se corresponde con el “day 2: lunar” del OOOctober.
Comentario de autora:
adoro mucho las dinámicas de estos dos y no puedo evitar escribir y escribir
muchas historias sobre ellos. Espero que os guste.
Lunar
cycle
WookJin corría lo más rápido que
podía, usando toda la fuerza de sus piernas para ganar más velocidad, dándole
igual que las personas a su alrededor se dieran cuenta de que no era alguien
normal como los demás. En cualquier otra ocasión habría tenido cuidado, su
condición no debía de ser revelada al mundo, pero no aquel día, aquel día no
podía preocuparse por ello, tenía otra preocupación mucho más importante y
debía de llegar lo más rápido posible a su habitación en la residencia. No
podía perder ni un solo segundo. YongSoo lo necesitaba allí y él siempre había
estado a su lado cuando éste lo necesitaba, no podía dejarlo solo en aquellos
momentos. Siempre había sido así, de aquella forma, y WookJin no deseaba que
cambiase nunca.
Sus esfuerzos le permitieron llegar
a la residencia mucho más rápido de lo que nunca lo había hecho y, nada más
entrar al edificio, pudo notar el olor de YongSoo demasiado fuerte y cargado en
el aire. Su cuerpo reaccionó de forma inmediata a éste, un escalofrío
recorriendo su columna vertebral de arriba abajo, el vello de los brazos poniéndosele
de punta, su corazón acelerado por la carrera volviéndose aún más loco dentro
de su pecho. WookJin tuvo que tragar saliva porque la boca se le había quedado
completamente seca. El olor de YongSoo siempre había hecho estragos en su
cuerpo cuando estaba en celo, pero en aquellos momentos lo estaba afectando
muchísimo más que nunca. WookJin se sentía excitado más excitado de lo que
nunca se había sentido… y eso que, en la entrada de la residencia, el olor no
estaba ni de lejos tan concentrado como lo debía de estar en su habitación.
WookJin jadeó. Debía de tener mucho
cuidado y autocontrol. Para YongSoo, él solo era su amigo. El único alfa en el
que siempre había podido confiar para que lo ayudara cuando el ciclo lunar le
afectara mucho más de lo normal, porque como omega, había ocasiones en las que
pasaba por un celo demasiado fuerte. Un olor que lo calmaba, un cuerpo contra
el que apretarse y que lo abrazaba fuertemente hasta que finalmente todo se
acababa. No podía marcarlo o todo se acabaría.
Subió hasta su habitación, sintiendo
como el olor a hierba recién cortada se intensificaba más y más, casi
mareándolo. WookJin no se detuvo, no obstante, ni se dio la vuelta cuando abrió
la puerta y una ráfaga demasiado intensa lo abofeteó en la cara… simplemente
entró en la habitación y cerró la puerta a su espalda, yendo inmediatamente
hasta su cama, donde estaba YongSoo hecho una bola, debajo de las sábanas y las
mantas. WookJin sintió cómo su miembro latía entre sus piernas y cómo estas
apenas podían sostener el peso de su cuerpo, así que, se acabó tirando en el
suelo junto a la cama, levantando un poco las sábanas para echarle un ojo a
YongSoo.
—Hey… —dijo, llamando su atención. YongSoo se
movió un poco sobre la cama y dejó de estar en posición fetal, alzando su
cabeza para mirarlo—. ¿Cómo te encuentras? —le preguntó.
—WookJin… —jadeó su amigo—. Te necesito dentro…
WookJin no pudo hacer otra cosa más
que asentir. Se quitó los zapatos y levantó un poco más las sábanas para
meterse dentro de la cama junto al chico, que le hizo hueco para que pudiera
entrar. La cama era estrecha y YongSoo necesitaba el contacto contra su piel,
así que, en el momento en el que WookJin estuvo tumbado a su lado, se pegó a él
por completo, sin dejar que ni un solo centímetro de sus cuerpos no estuviera
en contacto, aspirando el aroma de su piel y aferrándose a su ropa y su cuerpo
con sus manos. Un escalofrío recorrió el cuerpo de WookJin. Tener a YongSoo
entre sus brazos aquel día iba a ser demasiado duro, pero debía de hacerlo y
debía de calmarse, no debía de dejar que sus instintos como alfa lo dominases,
así que, empezó a hablar para tratar de distraerse.
—Toda la residencia huele a ti… desde que
entras por la puerta principal —murmuró—. Nunca había sido tan fuerte…
—No sé por qué es… —replicó YongSoo contra su cuello, sus
labios moviéndose sobre su piel, provocándole escalofríos de placer—. Pero sigo
estando mal… aunque estás aquí —le dijo—. Me siento febril, como si estuviese
ardiendo en una hoguera, y siento que mi miembro va a estallar si no lo toco…
WookJin tragó saliva. Notaba el
miembro completamente erecto de su amigo contra su muslo. No era la primera vez
que lo había sentido, pero era la primera vez que YongSoo le decía aquello.
Cuando tenía el celo, normalmente solo necesitaba tener algo con su olor para
calmarse, por eso WookJin siempre le dejaba camisetas; solo en algunas
ocasiones, cuando el ciclo lunar le afectaba más, necesitaba su presencia y
necesitaba aferrarse a él. En algunas de aquellas ocasiones, YongSoo se había
excitado y era lo normal, era un omega en celo y tenía un alfa a su lado. No
obstante, esa era la primera vez que el chico le había dicho algo como aquello.
—WookJin… —volvió a jadear, esta vez sus labios
rozando deliberadamente la piel de su cuello en un beso—. Cuando he dicho hace
un momento que te necesitaba dentro… no me refería solo a dentro de la cama…
—YongSoo… no pode… —fue lo que comenzó a decir, pero su
frase se quedó cortada a mitad porque en ese mismo instante, los labios de
YongSoo se encontraron con los suyos, su lengua metiéndose en su boca.
El beso lo dejó sin aire, lo dejó
completamente mareado. Los labios de YongSoo insistentemente moviéndose contra
los suyos, su lengua enredándose con la suya… y WookJin respondió a todo
aquello instintivamente, sin siquiera pensar, su cerebro completamente
intoxicado por el penetrante olor de YongSoo, un olor que no podía ignorar
porque cada vez era más y más intenso. Todavía mantuvo su conciencia durante
unos momentos más e intentó decirle a su amigo que no podían hacer aquello o no
habría vuelta atrás, pero su boca estaba demasiado ocupada con la de YongSoo y
finalmente acabó perdiéndose en los deseos que llevaba tanto tiempo
escondiendo, cediéndole el mando a su instinto como alfa.
WookJin hizo que cambiaran de
posición, dejando a YongSoo con la espalda contra el colchón, colocándose sobre
él, entre sus piernas abiertas, pegándose a su cuerpo, rozando deliberadamente
sus miembros duros el uno contra el otro. Un gemido alto y agudo salió de los
labios de YongSoo, un gemido que excitó muchísimo más a WookJin y que lo hizo
perder el control por completo de su cuerpo y de sus acciones.
Sus labios se encontraron con los de
YongSoo durante unos momentos y sus lengas jugaron la una con la otra hasta que
WookJin rompió el contacto y recorrió su mentón, la línea de su mandíbula y su
cuello con su lengua, dejando cortos besos contra su cuello, bajando más y más,
encontrándose con el cuello de su camiseta y teniendo que parar para quitársela.
YongSoo no protestó, lo ayudó a quitársela, levantándose un poco del colchón, y
en cuanto lo tuvo medio desnudo frente a él, WookJin se volvió a inclinar sobre
su cuerpo para continuar besándolo entero, con los leves jadeos y gemidos de
YongSoo como banda sonora que lo calentaban y excitaban como nunca nada ni
nadie lo había hecho. No tardó en llegar hasta su entrepierna, no tardó en
terminar de quitarle la poca ropa que le quedaba, los pantalones y los
calzoncillos, YongSoo desnudo ante él, respirando de forma entrecortada, con
sus mejillas completamente rojas y su miembro erecto.
WookJin introdujo uno de sus largos
dedos con cuidado en su cuerpo y YongSoo gimió como no lo había hecho hasta el
momento, fuerte, demasiado alto, resonando en los oídos de WookJin como si
fuera magia, una magia muy antigua que lo hacía perderse a sí mismo en el
placer y el deseo. Quería comerse entero a YongSoo, quería hacerlo alcanzar al
clímax, quería marcarlo, hacerlo suyo. Otro de sus dedos se unió al primero y
YongSoo se deshizo de placer ante él, provocando en WookJin demasiadas
reacciones. No necesitó mucho tiempo para prepararlo, sus dedos entrando y
saliendo del cuerpo del omega con facilidad debido al celo. En cuanto los sacó,
se desvistió por completo y después se colocó entre las piernas de YongSoo,
levantándolas y poniéndoselas sobre los hombros, introduciéndose en su cuerpo y
sintiéndose completamente en el paraíso desde el primer instante. Entró
fácilmente y sus embestidas fueron fuertes, certeras, rápidas, la cama se movía
junto a él con cada una de ellas. El ritmo fue enloquecedor, el placer
exquisito y ambos acabaron corriéndose rápido, demasiado excitados como para
poder durar mucho.
—Muérdeme —le pidió YongSoo.
WookJin seguía completamente enloquecido por el intenso
olor del omega, intoxicado por la situación, todavía sintiendo cómo el placer
le recorría su sistema nervioso, pero cuando escuchó a YongSoo decir aquella
única palabra, salió de su ensimismamiento y observó al chico ante él, que lo
miraba con un deseo intenso pero con una expresión satisfecha.
—No puedo… —murmuró.
—Claro que puedes —replicó YongSoo, alzándose sobre sus
codos y exponiendo su cuello y su hombro izquierdo—. Sé que quieres —y añadió—:
yo también quiero… siempre he querido que me marcases…
WookJin se quedó sin respiración y su corazón dejó de
latir durante un segundo porque no se había esperado aquello. Jamás se había
imaginado que YongSoo quisiera aquello con él, nunca se había dado cuenta de
ello, quizás porque había estado demasiado preocupado de sí mismo y de ocultar
sus sentimientos por él… pero ahora que sabía aquello, se sentía inmensamente
feliz. No obstante, aquello era algo demasiado serio, algo que sería para toda
la vida y no pudo evitar querer asegurarse.
—¿De verdad puedo?
—Corre, antes de que te muerda yo a ti —replicó YongSoo.
Y WookJin se inclinó levemente hacia delante, hundiendo
su nariz en el hueco entre su cuello y su hombro y aspiró aquel olor a hierba
recién cortada que ahora estaba mezclado con el suyo, su olor a acero candente,
y al sexo que ambos acababan de tener. Todavía con sus cuerpos unidos, todavía
con su semen en el interior de YongSoo, abrió su boca y finalmente mordió aquel
lugar, marcándolo como suyo, uniéndolos para siempre.
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