lunes, 11 de octubre de 2021

[One Shot] OOOctober: Water dragon {YongSung}

Título: Water dragon

Autora: Riz Aino

Pareja: YongSung (Love + Mill) (OnlyOneOf)

Clasificación: R

Géneros: AU, fantasy, historical, drama

Número de palabras: 1.472 palabras

Resumen: en su forma humana, YongSoo no tiene la capacidad de enfrentarse a la maldad de los hombres, pero en aquel mundo también existen personas bondadosas capaces de arriesgarlo todo por hacer lo correcto.

Advertencias: intento de violación, si sois sensibles a este tipo de contenido, os ruego que no sigáis leyendo.

Notas: la historia se corresponde con el “day 11: dragon” del OOOctober.

Comentario de autora: llevaba demasiado tiempo con esta idea en la recámara y cuando finalmente pude ponerme a escribirla, salió rápidamente y sin apenas problemas. Espero que os guste.

 

Water dragon

 

Eran pocas las ocasiones en las que YongSoo abandonaba su forma real y se convertía en humano para poder caminar entre ellos. Como divinidad protectora de las aguas de aquel reino, no podía descuidar su labor, ya que esto ocasionaría graves problemas a los seres que habitaban aquellas tierras. No obstante, había unos pocos días al año en los que YongSoo dejaba atrás su forma original como dragón para convertirse en un joven muchacho de ojos grandes que lo miraban todo con la curiosidad de un niño. El mundo de los humanos avanzaba rápido y cada vez que se internaba en él, descubría cosas nuevas que lo intrigaban y emocionaban a partes iguales. Le gustaba adentrarse en el mundo de los humanos por ello, a pesar de que, cuando lo hacía, sus poderes como dragón quedaban completamente inutilizables. Aquel era el pequeño precio que tenía que pagar por poder caminar entre los humanos unas horas y a YongSoo no le importaba pagarlo.

 

            Ese día que YongSoo había descendido al mundo de los humanos, se celebraba un festival en la ciudad costera en la que se había aparecido. El lugar vibraba lleno de color, puestos en las calles con comida que olía muy bien o diversos artículos, gente por todas partes, haciendo las delicias de YongSoo, que adoraba estar rodeado de personas. Le encantaba dejarse llevar por la multitud, perderse por las calles, descubrir lugares que no habría visto nunca de no ser de esa forma y le gustaba sentirse igual de vivo que las personas que lo rodeaban, sintiendo sus corazones, su bondad llenarlo por completo. No obstante, de la misma forma que había bondad en sus corazones, también había maldad, una maldad tan viciosa que YongSoo sentía ganas de llorar por aquello en lo que esos humanos se habían convertido. YongSoo nunca se había cruzado con muchos corazones malvados, normalmente eran pequeños destellos dentro de la bondad que lo rodeaba… pero, en aquella ocasión, fue completamente diferente.

 

            En algún momento de su paseo por el mundo de los humanos, acabó llegando a una zona en la que había muchas menos personas, encontrándose de frente con varios de aquellos humanos con el corazón corrompido. YongSoo sintió la maldad antes de ver a los hombres ante él, pero para cuando trató de escapar, ya era demasiado tarde. Varios se cernieron sobre él y lo atacaron, dándole varios golpes que lo dejaron sin fuerzas al instante, sin poder defenderse. Su forma humana era la de un chico joven, delgadito y no muy alto, no tenía la fuerza suficiente como para hacer nada y, hasta que no pasase aquel día, no podría volver a su forma original, por lo que YongSoo acabó siendo rodeado y golpeado, arrastrado hasta una zona todavía menos transitada, donde nadie pudiera encontrarlos. Quiso gritar y pedir ayuda, pero su boca fue tapada con un jirón de tela que le hicieron al rasgarle su hanbok al desgarrarle sus vestiduras. YongSoo forcejeó para tratar de quitárselos de encima, pero eran demasiados y tenían mucha más fuerza que él, así que, no pudo evitar que lo acabaran desnudando entre risas cuando acabó en el suelo, la maldad de sus corazones siendo tan dolorosa para YongSoo que las lágrimas comenzaron a derramarse por sus mejillas sin que pudiera evitarlo.

 

            Cuando creyó que aquellos humanos iban a acabar mancillando su cuerpo, que ya no habría vuelta atrás, repentinamente oyó cómo había un tumulto cerca de allí que captó la atención de sus agresores, que se detuvieron inmediatamente. YongSoo no pudo ver de qué se trataba, no supo qué era lo que estaba sucediendo, pero lo que sí que pudo sentir fue cómo una persona con un corazón rebosante de bondad había acudido hasta él. Aquellos que lo retenían poco a poco fueron abandonando su lado para luchar contra aquella persona y uno a uno fueron derrotados, golpes fuertes y certeros que los dejaban tirados en la estrecha calle entre la muralla donde lo habían llevado. Una vez todos habían acabado retorciéndose de dolor y sin poder moverse para volver levantarse y pelear, el humano que había ido hasta allí para ayudarlo se acercó a YongSoo, le tendió su jeogori para que pudiera cubrirse y lo ayudó a levantarse del suelo. Todavía sintiendo cómo todo su cuerpo temblaba por la maldad de los corazones de aquellos que lo habían asaltado, YongSoo se dejó llevar por quien había acudido a ayudarlo, aferrándose a él al caminar y tratando de llenarse de aquel sentimiento cálido y bondadoso que éste le transmitía para olvidar lo que acababa de suceder.

 

            —¿Estás bien? —le preguntó el humano, una vez se habían alejado lo suficiente, deteniéndose, inclinándose para ponerse a su altura y observarlo detenidamente. YongSoo asintió, aparte de sentir su cuerpo humano magullado y aquel malestar en su corazón, no se sentía mal—. Siento no haber llegado antes de que te pegaran —murmuró, con la voz rota, alzando su mano derecha para rozar con cuidado su pómulo izquierdo, donde debía de tener un moretón enorme porque con el contacto, su cuerpo reaccionó, dando un pequeño salto—. Lo siento… tengo ungüento en casa para las heridas, te curaré, ven —le tendió la mano para que YongSoo la tomara, pero titubeó un poco antes de hacerlo y el joven humano esbozó una sonrisa triste—. Imagino que tampoco te fiarás de mí después de lo que esos indeseables te han hecho, pero te prometo de corazón que jamás te haría daño —le dijo, sus palabras sonando como una especie de promesa. YongSoo lo observó fijamente durante unos segundos y después asintió a aquello.

            —Lo sé —le dijo, tomando su mano.

 

            El humano le dedicó una pequeña sonrisa y después comenzó a andar de nuevo, guiándolo por aquella ciudad costera hasta la que debía de ser su casa, una entre tantas de las que había en el lugar. Lo hizo pasar al interior y después le pidió que lo esperara sentado mientras buscaba y seleccionaba de entre todos sus ungüentos los que servirían mejor para sus heridas y su piel. Su cuerpo humano se curaría rápido, YongSoo era un dragón, de hecho, probablemente muchas de sus heridas ya hubieran comenzado a cerrarse, además, a aquellas horas al día siguiente, aquel cuerpo ya haría tiempo que habría desaparecido, dejando paso en su lugar a la verdadera forma de YongSoo, un dragón de escamas plateadas que vivía en las aguas del inmenso mar del este. No obstante, no dijo nada sobre aquello, primero porque no podía desvelar su identidad de aquella forma y, segundo, porque aquel humano que lo había salvado estaba teniendo además la bondad de querer tratar sus heridas.

 

            —Te va a doler un poco cuando te aplique el ungüento —comentó el humano cuando apareció ante él, sentándose frente a YongSoo, dedicándole una sonrisa—, pero que duela un poco significa que comienza a hacer su trabajo rápido.

 

            YongSoo asintió y dejó que el humano comenzara a curar todas sus heridas, desinfectándolas primero con un poco de agua y un paño limpio y después aplicándole diferentes ungüentos sobre las heridas y los moratones hasta que este acabó.

 

            —Muchas gracias —le dijo—. Te debo mi vida… ¿cuál es tu nombre? —le preguntó—, para así poder saldar la deuda que he contraído asegurándome de que nunca se cruce en tu camino ninguna dificultad —el humano lo observó fijamente durante unos segundos, como si no se creyera lo que acababa de escuchar, pero al final simplemente le dijo su nombre.

            —JiSung… Park JiSung…

 

            Y YongSoo tomó nota mentalmente de aquel nombre. Nunca le faltaría la buena fortuna a aquel humano de buen corazón que había acudido en su ayuda porque debía de saldar aquella deuda que había contraído con él, era su deber como dragón.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

—Supongo que os habréis dado cuenta… pero, por si acaso, Mill es un dragón como los que se representan en varias culturas asiáticas, el dragón sin alas y cuerpo de serpiente, que nada tiene que ver con el dragón típico occidental.

—El jeogori es una de las partes de las que se compone un hanbok tradicional masculino.

 

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