Título: The Holy Wood
Autora:
Riz Aino
Pareja:
JunRie (Rie + JunJi) (OnlyOneOf)
Clasificación:
PG–13
Géneros:
AU, fantasy, historical, romance, fluff
Número de palabras:
1.104 palabras
Resumen:
JunHyung se adentra en el bosque sagrado sin saber los poderes y peligros que
éste alberga.
Notas: la historia
se corresponde con el “day 7: wood” del OOOctober.
Comentario de autora:
JunJi es un príncipe, nadie me va a mover de ahí y obviamente tenía que
escribir algo en lo que fuera un príncipe precioso. Espero que os guste.
The
holy wood
—¡Príncipe JunHyung! —escuchó que lo
llamaban a lo lejos—. ¡No se adentre más en el bosque! ¡Vuelva!
No obstante, JunHyung no le dio a su
caballo las indicaciones para que regresara junto al grupo. Siempre había
tenido curiosidad por entrar al bosque que había cerca del palacio, aquel
bosque sagrado en cuyo corazón se encontraban distintas criaturas milenarias,
espíritus salvajes de la naturaleza que velaban por el reino. Aquello era lo
que siempre le habían dicho que había allí, aquello era lo que él siempre había
escuchado… pero desde el primer momento quería comprobarlo por sí mismo. Sus
salidas del palacio habían sido escasas y siempre había estado acompañado o por
algún miembro de la familia real o guardado por varios guardias de palacio, por
lo que no había podido hacer más que observar la silueta del bosque… tan cerca
y a la vez tan lejos de su alcance. Ese día, sin embargo, había podido salir
con sus hermanos y algunos sirvientes y se habían dirigido al bosque, a cazar,
y JunHyung había aprovechado su única oportunidad para poder adentrarse en el
lugar, escapando de su compañía, como guiado por algo en su interior que lo
hacía vibrar de emoción. Se adentró en el bosque sagrado más y más, hasta el
mismísimo corazón, donde los árboles crecían demasiado juntos y las ramas
demasiado bajas como para montar. Al desmontar, decidió dejar su caballo atado
a uno de aquellos árboles y seguir adentrándose en el bosque, paseando,
caminando sobre el suelo musgoso con sus propios pies. Era un lugar
completamente increíble y JunHyung lamentaba que sus acompañantes no lo
hubieran seguido hasta allí porque cuando volviera no se iban a creer lo
hermoso que era todo. El príncipe siguió caminando hasta que escuchó una rama
romperse a sus espaldas y se giró rápidamente para ver qué había provocado
aquel ruido, esperando ver a cualquier animalillo o criatura de aquel bosque al
hacerlo… sin embargo, lo que JunHyung se encontró al girarse no era como nada
que hubiera imaginado.
Una masa de oscuridad se alzaba a
pocos metros de él, atravesando los árboles, dirigiéndose hacia JunHyung… una
masa de oscuridad que provocó que su corazón comenzara a latir con rapidez
dentro de su pecho de puro terror. El príncipe echó a correr, pensando que, de
aquella forma, la masa de oscuridad se quedaría atrás y podría escapar de ella;
sin embargo, ésta también cogió velocidad y, cada vez que JunHyung se giraba
para ver dónde se encontraba, ésta le había ganado terreno y cada vez se
encontraba más cerca. El príncipe comenzó a gritar, comenzó a pedir ayuda a
pesar de saber que allí no había nadie que pudiera ayudarlo y dudando que
realmente los espíritus del bosque pudieran existir de verdad y fueran
benévolos, pero no pudo dejar de buscar ayuda desesperadamente mientras corría
entre los árboles, asustado. Una rama se le enganchó en su hanbok de
seda, rasgándolo, JunHyung tropezó varias veces también, en algunas de ellas
cayó al suelo, pero volvió a levantarse una y otra vez hasta que finalmente no
pudo correr más, agotado, y cayó al suelo sin poder levantarse de nuevo. El
príncipe sintió que aquel era su fin, que perecería allí, en el mismísimo
centro de aquel bosque sagrado, pero antes de que la masa de oscuridad se
terminara de cernir sobre él, un joven apareció de la nada y se colocó entre
ambos, su piel emitiendo una luz clara que pareció asustar a aquella masa de
oscuridad y la hizo huir. JunHyung observó aquella escena, totalmente
asombrado, sin poder moverse del suelo, donde había acabado, pero sintiendo que
ya estaba a salvo y que no tenía de qué preocuparse.
—Ha faltado poco —comentó aquel
muchacho, con voz dulce, cantarina, girándose hacia él, provocando que el
corazón de JunHyung se saltara un latido ante la belleza de aquel ser—, la
oscuridad te ha guiado hasta el mismísimo centro del bosque para tratar de
apoderarse de tu cuerpo y sembrar el caos en tu reino… has tenido suerte,
príncipe, de que yo estuviera aquí para impedirlo.
JunHyung no dijo nada. Se había
quedado sin habla. Entre el susto, la carrera, la adrenalina todavía
recorriendo sus venas y su corazón bombeando tan fuerte que lo sentía hasta en
su cabeza. Ni siquiera fue capaz de darle las gracias por haberle salvado la
vida en aquellos momentos… lo único que podía hacer era mirar boquiabierto a
aquel muchacho que había aparecido ante él, de piel blanca que refulgía con una
luz clara, el pelo negro azabache, los ojos tan oscuros como dos pozos sin
fondo y unos labios gruesos y rojos.
—Príncipe —lo llamó, provocando que
JunHyung acabara sacudiendo su cabeza para salir de sus pensamientos y
centrarse en la realidad, en el presente, en lo que aquel que se encontraba
ante él tuviera que decirle—. La oscuridad se está apoderando del bosque
sagrado y no quedamos muchos espíritus en él que podamos hacerle frente —le
contó—. Quédese conmigo y ayúdenos a luchar contra la oscuridad, ya ha visto lo
que es, ya ha sentido su poder… tiene que tener algo que lo haga diferente a
los demás, algo que haya provocado que lo busque y que lo haya traído hasta
aquí —el espíritu del bosque se dejó caer de rodillas en el suelo musgoso, ante
él—, por favor… ayúdenos.
JunHyung realmente no sabía cómo
podía ayudar, qué era lo que podía hacer para parar aquella oscuridad tan
terrorífica que lo había acechado… pero no pudo negarse, no podría negarse
jamás a nada que aquel espíritu le pidiera.
—Lo haré —respondió—. Ayudaré.
Y su respuesta hizo que una hermosa
sonrisa apareciera en el rostro de aquel hermoso ser, provocando que su corazón
latiera rápido dentro de su pecho. JunHyung haría absolutamente todo lo que
estuviera en su mano para poder ayudar a aquel espíritu que le había salvado la
vida, fuera lo que fuera, porque aquella sonrisa era demasiado preciosa como
para ser real y debía verla muchas más veces para convencerse de que lo era.
No hay comentarios:
Publicar un comentario