domingo, 17 de octubre de 2021

[One Shot] OOOctober: Storm God {KyuMill}

Título: Storm God

Autora: Riz Aino

Pareja: KyuMill (KB + Mill) (OnlyOneOf)

Clasificación: R

Géneros: AU, fantasy, romance, light smut

Número de palabras: 1.220 palabras

Resumen: el ser humano siempre ha temido las tormentas… pero YongSoo ha dejado de temerlas porque cuando los rayos cruzan el cielo, el chico sabe que su amado está en camino.

Advertencias: mención a relaciones sexuales, nada demasiado explícito.

Notas: la historia se corresponde con el “day 17: storm” del OOOctober.

Comentario de autora: tenía muchas ganas de escribir sobre dioses, mitología y cosas similares y lo único que pude asociar a la tormenta fue a Zeus picha brava acostándose con todo el mundo y decidí reinventarme escribiendo esto. Espero que os guste.

 

Storm God

 

            Su abuela siempre le había dicho que no saliera a la calle cuando había tormenta porque la tormenta era peligrosa. Los rayos podían caer en cualquier parte y en el pueblo, cuando ella era joven, le había caído uno encima a uno de sus vecinos y lo había chamuscado en el acto. Desde entonces, la pobre mujer le había tenido pánico a la tormenta y había transmitido aquella historia a toda su familia y, con ella, el respeto por la tormenta. YongSoo había pasado mucho tiempo temiendo la tormenta, pero cuando tenía que salir sí o sí, al colegio, a la facultad, a sus trabajos de medio tiempo, no había tenido más remedio que ir perdiéndole el miedo a aquel fenómeno meteorológico, porque no era más que eso, un fenómeno natural que de vez en cuando azotaba la ciudad y amenazaba los corazones de aquellos que le temían… o eso era lo que YongSoo siempre había estudiado, porque la teoría de su abuela de que aquel vecino que había sido chamuscado por un rayo por haber enfadado a los dioses con sus conductas reprobables era algo que YongSoo nunca había creído.

 

            No obstante, su abuela siempre había tenido razón… y YongSoo lo descubrió una noche, saliendo de uno de sus trabajos a medio tiempo de camarero en una cafetería en el polígono. Esa noche llovía a mares, los buses pasaban en un intervalo demasiado grande de tiempo y él se encontraba bajo la marquesina, resguardándose del temporal, esperando que el primer autobús que debía coger para poder llegar a casa apareciera. La fuerte lluvia fue acompañada pronto de la tormenta, rayos cayendo cerca, su luz iluminando la noche, el estruendo que provocaban cortando su silencio. YongSoo había aprendido a convivir con la tormenta, aun así, se replegó contra la marquesina para resguardarse aún más de ella. Y todo podría haber quedado allí, todo podría haber sido simplemente una anécdota que contar a sus amigos porque se había pasado bastante rato esperando al bus, solo en el desolado polígono y bajo un tormentón increíble… pero aquello no quedó allí porque, entre la lluvia, entre los rayos de la tormenta, apareció repentinamente tras la caída de un rayo en la carretera, caminando hacia él, impasible, un tío increíblemente guapo, con un cuerpo de escándalo y un aura regia que dejó a YongSoo sin respiración desde el primer instante, primero, por el susto del rayo cayendo a tan solo unos cuantos metros de distancia, segundo, por la belleza tan exquisita y sensual que desprendía aquel tío… y tercero, por lo que aquel tío le dijo cuando llegó a su lado.

 

            —Joven mortal, te he elegido como mi compañero.

 

 

            De aquello habían pasado ya tres años. Tres años en los que demasiadas cosas habían cambiado en la vida de YongSoo, una de ellas, quizás la más importante, su percepción sobre el mundo en el que vivía, que siempre había creído que se regía por las leyes naturales que había estudiado en la escuela, pero que realmente se regía por unos dioses que actuaban por capricho y que se inmiscuían en el mundo humano de la forma que querían, cambiándolo todo a placer. También había cambiado su percepción sobre la tormenta, porque cuando YongSoo veía los relámpagos caer y escuchaba el estruendo de la tormenta, lo único que sentía era excitación y alegría porque su amado bajaba a la tierra, junto a él. Porque aquel tío que había aparecido con la tormenta tres años atrás ante YongSoo y le había dicho que lo había elegido como a su compañero, no era otro más que el dios del trueno, KyuBin. KyuBin, que había aparecido ante él de aquella forma tan extravagante y que no había tenido que hacer mucho esfuerzo para conquistarlo porque YongSoo se habría tirado a sus brazos fuera un dios o no. KyuBin era guapo, con un cuerpo increíble —a pesar de que ese era solo el aspecto que había elegido para presentarse ante él— su personalidad era encantadora y se había comportado genial con él en todo momento, por lo que, YongSoo no había podido evitarlo. No obstante, quizás una de las cosas que más había inclinado la balanza para que el chico acabara dejándose engatusar totalmente por aquel dios, había sido lo bueno que éste era en la cama. Había tenido millones de años para practicar aquel antiguo arte, así que, era normal que no pudiera compararse con los pocos tíos con los que YongSoo se había acostado en su vida, pero el placer que le proporcionaba cuando estaban juntos era completamente increíble, tanto, que el chico se deshacía de placer en sus brazos con cada roce, con cada caricia, con cada beso y no tardaba en alcanzar el clímax cuando él lo tocaba… como en aquellos momentos.

 

            YongSoo respiraba entrecortadamente después de haber tenido uno de los orgasmos más increíbles de su vida, tumbado sobre la cama, de espaldas, completamente agotado a pesar de que prácticamente no había hecho nada en aquella ocasión. Su mirada estaba perdida en el techo de su habitación mientras la tormenta resonaba fuera, en la noche, y el dios que la provocaba estaba con él, en su cama, tumbado a su lado. YongSoo sentía su mirada fija en él, así que, cuando dejó de sentir el orgasmo en todas las terminaciones nerviosas de su cuerpo, acabó tumbándose de lado, girándose hacia KyuBin y mirándolo también, preguntándole algo que no se había atrevido a preguntarle nunca antes, pero que siempre tenía en la punta de la lengua, sobre todo, en ocasiones como aquella, cuando el dios lo observaba de aquella manera, como si YongSoo fuera el ser más hermoso de todo el universo.

 

            —¿Por qué me elegiste a mí? —la pregunta pareció sorprender a KyuBin, pero ya que se había animado a hacerlo, YongSoo continuó—. Quiero decir… hay millones de personas solo en Seúl… miles de millones en todo el mundo… ¿por qué yo cuando podías haber elegido a cualquier otro? Seguro que hay tíos muchísimo más guapos que yo.

 

            KyuBin rio ante aquello, gravemente, sensual, y luego se acercó a su cuerpo, abrazándolo fuertemente, apretándolo contra su pecho antes de contestarle:

 

            —Porque tú eres único y solo te buscaba a ti.

 

            YongSoo no pudo evitar sonreír porque había sentido la sinceridad en su respuesta, aunque no entendiera por qué para el dios fuera alguien único cuando él era simplemente un chico normal y corriente. En alguna otra ocasión, volvería a preguntarle sobre aquello, pero aquella noche solo se quedaría allí, entre sus brazos, escuchando la tormenta caer sobre la ciudad sin sentir ningún miedo.

 

 

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario